Croacia se apoya en su espíritu y sus figuras

La historia futbolística de Croacia está muy ligada a su historia política. La vieja Yugoslavia del Siglo XX, aquella que se había conformado tras la primera guerra mundial y se formaría con la unión de distintos pueblos y creencias, idiomas e idiosincracias. Fue invadida por Alemania en la segunda guerra mundial en abril de 1941, y tras la finalización de la guerra, en 1945 se forma la República Democrática Federal de Yugoslavia, cuyo hombre fuerte durante décadas sería el Mariscal Tito. Mientras el poder de la vieja Unión Soviética se mantenía en el este de Europa y el sistema permitía soportar a muchas naciones, Yugoslavia se mantuvo unida; en 1980 muere el Mariscal Tito y comienzan las tensiones entre las naciones que componían a la República.

Con el colapso del sistema, la eclosión de los años ’90 derivó en un estallido que terminó por separar a varias naciones que se habían unido de una manera forzada. De aquella Yugoslavia (el reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos) surgirían las naciones independientes: Serbia, Eslovenia, Bosnia y Herzegobina, Montenegro, Kosovo, Macedonia…y Croacia.

Por eso el mundo la descubrió en esos años ’90, cuando en enero de 1998 logró su independencia total, tras años de lucha, enseguida el mundo del fútbol descubrió una nación voluntariosa y, sobre todo, muy talentosa: Croacia debutaba como país independiente en la Copa del Mundo de la FIFA-Francia 1998 y llegaba al ¡Tercer puesto!

El equipo que parecía la cenicienta del mundial, llegaba al podio a base de lucha, coraje, fe, talento, sacrificio y la alegría que despertaba la ilusión de empezar una nueva vida.

A partir de allí, se la tomó muy en serio. No repitió la hazaña de Davor Suker, centrodelantero muy conocido en la Argentina porque fue compañero de Maradona en Sevilla, brilló en Real Madrid y fue la figura de la selección croata en la EURO Inglaterra 1996, en el Mundial de Francia 1998 y en Corea-Japón 2002.

La Copa del Mundo de la FIFA-Rusia 2018 espera a una Croacia nueva, renovada, que se apoya en valores y su innegable espíritu de lucha.

Hoy aparecen jugadores de experiencia como Lovren, Vrsalijko, Vida, que forman una defensa sólida; los volantes tienen la jerarquía internacional de los más destacados del mundo: Rakitic (del Barcelona) y Luca Modric (del Real Madrid) son dos indiscutidos. De los mejores del mundo. Y hay que sumar a Ivan Perisic y Brozovic (ambos del Internazionale), el notable Mandzukic de la Juventus y el potente delantero Nicola Kalinic del Milan.

Como se ve, un equipo para respetar. y mucho. Una constelación de estrellas que se reúnen para medirse una vez más con la Argentina en los Mundiales, un conjunto que suma jerarquía y pasión, dos valores para sostener la ilusión en la Copa que se empieza a acercar.

 

Hernán O’Donnell 

La selección con menos habitantes es Islandia, pero es la que tendrá más hinchas en el Mundial

Luego de su excelente y sorprendente actuación en la EURO-Francia 2016, se convirtió en un especie de “boom”. Islandia dio pasos cortos y seguros, igualó con Portugal, con Hungría y venció a Austria para lograr el pase de ronda. Después le ganó a Inglaterra en octavos y se ganó el aprecio y la admiración del fútbol mundial, aunque la caída en cuartos ante Francia le puso fin a sus sueños.

Islandia se había presentado al mundo y su camino no se detendría en ese sueño de verano francés.

Pero el equipo no se detuvo en esa estación. El equipo creció y conquistó el pasaje para la Copa del Mundo de la FIFA-Rusia 2018. Venció a Kosovo en el cierre en una zona donde estaba Croacia y se metió en la Copa donde además de este rival europeo, compartirá grupo con Argentina y Nigeria.

Parece muy difícil la misión. ¿Podrá dar la sorpresa?

Se sostiene en el entusiasmo y en el vigor fisíco, los dos atributos más importantes del equipo. Juegan con mucha intensidad física, son duros en defensa y buscan las contras con potencia y velocidad. La figura es Gylfi Sigurdsson, un mediocampista ofensivo del Everton, con buen manejo, llegada y excelente remate de larga distancia. Tiene experiencia en el fútbol alemán y también jugó en Tottenham y Swansea City.

También se destacan el capitán Gunnarsson, volante central de Cardiff City de gran temperamento. Finnbogason es otro jugador a tener en cuenta, puede actuar como volante ofensivo o delantero.

Estas son las armas más importantes de Islandia. La fuerza y la pasión. El temperamento y la intensidad física.

Y la simpatía enorme que han cosechado alrededor del mundo, donde los fanáticos que no han conseguido que sus equipos lleguen al Mundial o incluso los que están, pero aún no saben si lo enfrentarán, serán una masa enorme que vuelque su aliento y su apoyo a la “cenicienta”, que quiere dar otra sorpresa al mundo.

 

Hernán O’Donnell

Dejó de ser sorpresa, Nigeria es un rival de temer

Hasta la Copa del Mundo de la FIFA-Italia 1990, los países africanos eran tomados como adversarios de menor calibre. Podían ser un poco peligrosos, como Argelia en España 1982, o Camerún en esa misma Copa, pero no dejaban de ser rivales a los que no se les prestaba mayor atención.

En el partido inaugural de aquel torneo en Italia, Camerún derrotó a la Argentina, el campeón de entonces, y sorprendió al mundo. Luego, creció hasta los cuartos de final.

A partir de allí, los seleccionados africanos se ganaron un respeto considerable, hasta convertirlos hoy en día, en rivales muy difíciles, peligrosos, evitables si esto fuera posible.

Nigeria es uno de los seleccionados que más creció. Desde aquel enfrentamiento con la Argentina en la Copa del Mundo de la FIFA-USA 1994, y la recordada final de los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996, Nigeria se volvió una suerte de clásico para la Argentina en competencias internacionales. Se midieron en distintas instancias y siempre con muchos ingredientes que le dieron forma a un partido muy atractivo, porque si bien es cierto que las cuatro veces que se midieron ganó Argentina, todos los partidos tuvieron sus características. En USA 1994, los goles de Caniggia y la actuación de Maradona; en Corea-Japón 2002 ganó la albiceleste en el debut de la ilusión que terminó en frustración. En Sudáfrica 2010 parecía que la suerte siempre se repetiría: otra vez en la zona, otra vez 1-0. Y en Brasil 2014 se volvieron a encontrar en la fase de grupos, con un 3-2 argentino.

Todos encuentros que quedaron en la retina del argentino futbolero. Todos partidos importantes, y una enorme casualidad que los últimos mundiales siempre nos encuentren en la misma disputa.

En la Copa del Mundo de la FIFA-Rusia 2018 esta suerte de tradición continuará. Con un antecedente que preocupa por estos lares: Nigeria venció con comodidad a nuestro equipo por 4 a 2, tras ir en deventaja por 0-2; sin embnargo, en el segundo tiempo aparecieron las virtudes características de los africanos (velocidad, potencia física, eficacia en ataque) y revirtió la situación.

Esto dejó algunas dudas en Sampaoli, el DT argentino, pero también algunas certezas de las águilas.

Un equipo que tiene experiencia, que cuenta con algunas figuras destacadas, como el defensor Echiejile, los volantes Victor Moses, Ramón Azeez, Obi Mikel, y los delanteros Iwobi, y el gran Iheanacho, de lo mejor del equipo.

Ya tiene experiencia en Mundiales, logró clasificaciones, puso en dificultades a la Argentina…Nigeria ya no lleva el cartelito de “posible sorpresa”; ahora se ha ganado el respeto del fútbol mundial y quiere ser un rival de temer.

 

Hernán O’Donnell 

El sello del fútbol champagne que es propiedad de Francia

Es el gran favorito del grupo C. Y no sólo eso, también está en el pelotón de los candidatos al Título del Mundo. Quizás no este en esa primera línea imaginaria que integran Brasil, Alemania y España, pero Francia se ubica, junto a Inglaterra, Argentina, tal vez Portugal, en el macro grupo de los que se puede esperar que alcancen el objetivo máximo.

Tiene una tradición enorme dentro de la historia del fútbol y sus mundiales; ha participado en 14 ediciones y tuvo el honor de jugar el primer partido de la historia de la Copa del Mundo cuando lo hizo en la edición inicial de Uruguay 1930, encuentro en el que derrotó a México por 4 a 1, y en el cual Luicen Laurent marcaría el primer gol de la historia de los Mundiales.

. Jugaría la siguiente Copa en Italia 1934 y organizaría la de 1938. Después, vendría la generación de Raymond Kopa y Just Fontaine, quien aún ostenta el récord de goleador en un Mundial, cuando convirtió 13 tantos en la Copa del Mundo de la FIFA-Suecia 1958.

Pero lo mejor de Francia llegaría sobre el final del Siglo XX. Un Mundial que anticiparía la aparición de una generación estupenda con una estrella que conquistaría el Mundo: En Argentina 1978 ya se veía la aparición del fútbol champagne y de su mágico conductor, Michell Paltiní. En España 1982 llegaron a semifinales y cayeron por penales ante Alemania, en un partido vibrante, polémico y electrizante. Desplegaron un fútbol mágico en México 1986, donde también alcanzaron las semifinales tras batir por penales a Brasil en un encuentro inolvidable, y cayeron por 2 a 0 ante Alemania.

Tras años de luchas, el reconocimiento de la historia se cerraría en su casa en la Copa de 1998. Ahí se dió el gusto de gritar Campeón tras ganarle una final a Brasil con un 3 a 0 lleno de autoridad, y el compás de una orquesta que dirigía el genial Zinedine Zidane, secundado por notables compañeros como Sagnol, Blanc, Desailly, Deschamps, Petit, y David Trezeguet, entre otros.

El presente lo encuentra en una ubicación expectante, con muchas ilusiones y argumentos como para animarse a soñar en grande. Un esquema de juego definido, intérpretes de renombre como el arquero Lloris, los defensores Raphael Varane, Samuel Umtiti, Lucas Digne, Laurent Koscielny, los volantes Blaise Matuidi, Paul Pogba, Adrien Rabiot, N’Golo Kanté, Tomas Lemar y los atacantes Antoine Griezmann, Olivier Giroud, Anthony Martial, Kylian Mbappé, Ousmane Dembelé, Wissam Ben Yeder…

Nombres rutilantes, de jerarquía y fama mundial. Jóvenes y expertos que hacen una mezcla magnífica del más puro fútbol champagne que vuelve a embarcar a toda Francia en la esperanza de conquistar, por segunda vez, la Copa del Mundo.

 

Hernán O’Donnell     

Perú encendió los colores de la esperanza

La gira por Estados Unidos, con dos victorias claras y rotundas ante dos adversarios que estarán en el grupo de Argentina, encendió la esperanza y las ilusiones de todo Perú.

Ya habían sido grandes y fastuosos los festejos por la clasificación a la Copa del Mundo de la FIFA-Rusia 2018, tras muchos años de ausencia, pues no concurría desde España 1982. Lejos había quedado la generación de oro de la década de los ’70, y ahora es tiempo de volver a soñar por las playas del Pacífico.

Ante Croacia se encontró con un rival duro, con buen mediocampo (Rakitic y Modric son los más destacados) y un equipo que tuvo, en la segunda parte, varias ocasiones para convertir. Pero el equipo se mostró duro en defensa, Advíncula fue confiable y Santamaría, central del Puebla, parece haberse ganado un lugar en la zaga. Luego, están los más conocidos, los desequilibrantes. Cristian Cueva, André Carrillo y Jefferson Farfán. 

“Carrillo representa al fútbol peruano”, dijo el entrenador Ricardo Gareca. Y agregó: “Trabaja mucho en defensa y ataque; hemos tenido dos buenos partidos, distintos cada uno de ellos. Siempre hay cosas para trabajar y corregir. Islandia nos hizo un gol de pelota parada, hacía tiempo que no nos sucedía eso”, opinó el DT.

El equipo se mostró confiable, con un Farfán que ratificó su gran momento en el Lokomotiv de Rusia y si bien lo acompañó Ruidíaz en el ataque, todo hace suponer que Paolo Guerrero será su dupla en el ataque.

El equipo, en sí, se mostró como tal. Tuvo solidez en defensa, buena traslación en la mita del campo y fue contundente en ataque. En Lima y cada ciudad del Perú, se vivieron estas jornadas como un gran alivio, como una gran ilusión. Fue muy dura la clasificación, hubo que aguardar hasta el final del repechaje, no sobró nada más que angustia, pero ahora es tiempo de mirar con tranquilidad el futuro, que presenta a Francia, Dinamarca y Australia en un grupo muy complicado. Pero Perú también quiere ser protagonista y tiene con qué.

 

Hernán O’Donnell