Racing remontó el desempate con Tigre y ahora se ilusiona con la final ante Boca

“Que el domingo cueste lo que cueste; el domingo tenemos que ganar…” El viejo canto tribunero que nació allá por los años ’70, alrededor de 1977 para ser más precisos, y que se repite año tras año en la víspera de un partido importante tras haber pasado un escollo previo, se repitió al final del partido que Racing revirtió ante Tigre, y bajó en forma de una mezcla de ruego, deseo y pedido, como una forma de reivindicar el campeonato perdido y paliar un poco la amargura y tristeza de un campeonato que estuvo en la palma de la mano cuando faltaban poco minutos y contaba con un penal a favor…pero Racing le ganó el “Desempate Clasificatorio” del Trofeo de Campeones a Tigre, tras haber sufrido en el comienzo, y ahora va con esa ilusión a medirse ante Boca, el próximo domingo en San Luis.

El equipo de Victoria, que hizo las veces de local, se presentó con Gonzalo Marinelli en la valla; Lucas Blondel, Cabrera, Abel Luciatti y Sebastián Prieto; Alexis Castro, Lucas Menossi, Ezequiel Fernández y Colidio; Armoa y Mateo Retegui.

La formación inicial de la Academia fue con Gabriel Arias de arquero; Iván Pillud, Sigali, Piovi y Eugenio Mena; Matías Rojas, Jonathan Gómez, Aníbal Moreno, Carlos Alcaraz y Jonathan Carbonero; Enzo Copetti como centro atacante.

Tras un inicio fervoroso, donde ambos quisieron tomar el protagonismo, llegó una jugada que abrió el partido. Iban 26′ cuando vino el centro de la izquierda del ataque de Tigre, Mateo Retegui iba a dominar la pelota con el pecho y Jontahan Gómez lo sujetó de la camiseta. El árbitro Darío Herrera no advirtió la falta, pero el VAR lo invitó a revisar la jugada y entonces el juez cobró el correspondiente penal, que Mateo Retegui convirtió a los 29′ para poner el partido 1-0 a favor de Tigre.

A partir de allí, una serie de incidencias iban a pesar en el partido. A los 32′ se fue expulsado Abel Luciatti, por doble amonestación, en una decisión apresurada de Herrera, pues pareció que la segunda falta fue muy leve como para merecer la segunda amarilla. Se quedó con un hombre menos Tigre, en un partido que se le iba a ser muy largo. El entrenador Diego Martínez decidió rearmar la defensa, y a los 35′ sacó al delantero Armoa, para poner a Brian Leizza, y así rearmar la línea de cuatro.

Pero Tigre iba a tener un buen ataque. A los 38′ desbordó Retegui por izquierda, sacó el centro al medio, Castro no pudo conectar bien, rebotó en Arias, y Colidio, de atropellada, marcó el segundo gol de Tigre, para dejarlo 2-0 arriba en el marcador.

Reaccionó Racing y se fue con todo arriba. A los 41′ elevó un disparo Aníbal Moreno. A los 42′ se lesionó Enzo Copetti y debió dejarle su lugar a Maximiliano Romero. Y cuando iban 43′ Alcaraz le bajó un balón de cabeza a Romero, este remató cruzado y Lucas Blondel despejó sobre la línea.

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El inicio del complemento fue una continuidad de ese final. Apenas iban 45′ y15″ y Jonathan Gómez sacó un tiro cruzado que Marinelli sacó al corner. A los 47′ un cabezao de Sigali fue desviado por el arquero de Tigre al corner.

Y a los 58′ llegó la igualdad, con una jugada muy bien elaborada por Jonathan Gómez, quien dejó dos hombres en el camino y asistió a Maximiliano Romero, quien con un tiro combado achicó el resultado a 2-1.

Dos cambios más hizo Fernando Gago; el segundo de la Academia fue el ingreso de Gabriel hauche por Iván Pillud; y el tercero fue el de Emiliano Insúa por Eugenio Mena.

Respondió Martínez con dos variantes, también la segunda y tercera de su elenco. Iban 62′ cuando Sebastián Prediger entró por Lucas Menossi, y Ortega reemplazó a Colidio, para jugar de lateral derecho y subir a Lucas Blondel al medio campo.

Pero a esa altura Racing ya era imparable. El equipo de Fernando Gago se había parado en campo “local”, presionaba rápido y se hacía muy pronto del balón. Dominaba el juego con autoridad, y Tigre resistía muy cerca de su área, con el objetivo de que pasaran los minutos y pudiera sostener la mínima diferencia. A los 73′ Martínez volvió a hacer dos modificaciones, la cuarta y la quinta, y también generaron alguna sorpresa: salieron dos jugadores importantes, incluso para rematar penales llegado el caso, como Lucas Blondel y Mateo Retegui, reemplazados por el “Flaco” Zabala y Gonzalo Flores.

Racing se llevaba por delante a Tigre y el empate empezaba a madurar. A los 83′ un pelotazo largo para Maxi Romero, quien la peleó con Cabrera, ganó la posesión y la cruzó a la derecha para la llegada limpia de Jonathan Gómez, quien puso el 2-2 sobre el cierre del encuentro.

Carbonero lo tuvo a los 85′, pero su tiro salió desviado. Racing había atropellado a Tigre y parecía que lo liquidaba en los noventa minutos reglamentarios. Y antes de concluir, a los 90+2′, Fernando Gago realizó la cuarta y quinta modificación reglamentaria de su equipo para dejar la sexta pactada para la prórroga. Facundo Mura entró por Jonathan Gómez, y Nicolás Oroz ingresó en lugar de Matías Rojas.

Antes del inicio de los treinta minutos suplementarios, el entrenador de Tigre hizo su sexta variante: Agustín Baldi entró por Víctor Cabrera. El ingresado se ubicó de volante, y Prediger se paró de central. Poco común, Tigre había iniciado el juego con dos centrales, Víctor Cabrera y Abel Luciatti, y terminó con Sebastián Prediger y Brian Leizza.

El primer chico del alargue fue todo de Racing. Sin profundidad, pero con un dominio sostenido y ostensible. Para comenzar el segundo tiempo, a los 105′ la Academia usó su sexta y última modificación: Jonathan Galván ingresó por Gonzalo Piovi.

Tigre no tenía fuerzas para oponer más que una defensa ordenada y un contragolpe que no prosperaba. A los 114′ lo tuvo Racing con una escapada de Romero que Marinelli cortó justo a tiempo. Y a los 117′ llegó el gol de la victoria. Desbordó Carbonero por izquierda, enganchó para su pierna derecha y sacó un centro preciso bien conectado por Gabriel Hauche de cabeza, para poner el balón abajo, junto al palo derecho de Gonzalo Marinelli, y dar vuelta el resultado. Racing se ponía 2-3 arriba en el marcador.

No hubo tiempo para más. Un arrebato final de Tigre, una jugada dudosa en el área de Racing, una caída de Prediger que el árbitro desestimó y el pitazo final, que dio pie a la alegría de la gente de la Academia, y al canto, mitad ruego, mitad exigencia, que el domingo le pueda dar una reivindicación.

Hernán O’Donnell