Agropecuario aprovechó unas distracciones de Atlanta y se llevó un valioso triunfo

Una tarde que mezclaba nubes, gotas y algunos rayos de sol. Una tarde como aquellas de hace tantos años, cuando el hermoso Estadio “Don Leon Kolbowski” se iluminaba los domingos para darle paso a jornadas llenas de brillo, expectativa y fútbol. Y gente, mucha gente. La que hoy no está en los estadios del mundo y se la extraña. Pero hay fútbol al fin y juegan Atlanta y Agropecuario, en uno de los partidos más importantes de la tercera fecha de la Zona Campeonato de la Primera Nacional. Y vinimos a llenarnos de fútbol. Una tarde de domingo de Diciembre en Villa Crespo.

A priori, aguardábamos por un buen partido. Por un encuentro disputado entre dos equipos con aspiraciones a subir a Primera División. A La Liga Profesional.
Atlanta salió a buscar el partido con un esquema muy ofensivo. Línea de cuatro, Bolívar como contención, Previtali a su derecha un poco más adelantado y Valdez Chamorro como enlace. Y tres hombres de ataque: Marcioni, Gimenez y Pedrozo.

Agropecuario amagó con varios contragolpes al principio. Su esquema fue el clásico del equipo que busca un resultado de visitante; 4-4-2. Bien apretadas las líneas, con la intención de salir rápido por los costados y llegar con la potencia de Urquijo y la velocidad de Blando. Y tuvo varias llegadas en los primeros minutos, siempre a través de las transiciones veloces de sus jugadores.

Después llegó la apertura del marcador. Iban 11’ cuando un pelotazo a Marcioni fue buen aprovechado por el puntero, quien le ganó la posición a Dematei, lo eludió y entró al área. Allí sacó un pase preciso para Valdez Chamorro, que entraba por el medio y metió un zapatazo al ángulo superior derecho de Perafán para poner el 1-0. Se armaba un gran primer tiempo. Y el parido que imaginábamos, empezaba a desarrollarse.

Atlanta se sintió confiado y seguro. Mantuvo su diagrama táctico, en tanto Agropecuario seguía con la línea de cuatro, los cuatros volantes en hilera por delante y Urquijo y Blando para atacar. Pero el local era más profundo y a los 24’ Marcioni recibió en el área, la mató de pecho, giró y cuando le salió el arquero visitante definió entre sus piernas. Un golazo y 2-0 para el local.
Cambió el esquema la visita. Soltó a Montero, armó una línea de tres en defensa y conectó a Miño con los dos delanteros. De a poquito empezó a torcer el rumbo, a llegar un poco más al área de Rago. Y sobre el final del primer tiempo tuvo su premio.
A los 38’, tras una buena maniobra colectiva Urquijo definió al ángulo superior derecho de Rago y achicó la diferencia a 2-1.
Y a los 45’ fue Miño el que llegó al área y marcó el 2-2 sobre el cierre de la etapa.

En el complemento Alejo Dramisino entró por Giménez, en el local. Y le dio vértigo y velocidad al ataque, en un cambio positivo. Y en el momento en que ambos empezaban a acomodarse, llegó el tanto de Agropecuario: de un despeje de Alan Peréz, el balón fue a la media cancha, lo recuperó la visita y surgio una buena combinación entre Molina y Blando, para que la pelota le quede a Molina y defina ante la salida de Juan Rago a los 57′ de juego. Agropecuario remontaba el 2-0 del inicio para ponerse en ventaja por 2-3.

Allí se armó una media hora final intensa, con pierna fuerte, muchos roces y varias llegadas que levantaron emociones. Marcioni lo tuvo solo ante la salida de Perafán y tapó el arquero visitante. Luego, en una jugada calcada, quedó libre Molina y Rago le ahogó el cuarto gol al equipo de Carlos Casares. Enseguida volvió quedar mano a mano Molina con el arquero local y otra vez Rago tapó el remate; también Perafán impidió el tiro limpio de Pedrozo cuando faltaba poco para el final.

Hubo situaciones para ambos, mucha pierna fuerte, reclamos permanentes al árbitro Mario Ejarque y un duelo que se definió por muy poquito. Atlanta había comenzado muy bien, sacó una buena diferencia y un par de distracciones al final del primer tiempo lo dejaron en igualdad de condiciones con un Agropecuario que supo aprovechar sus ataques, y en el segundo tiempo aseguró una valiosa victoria en un partido más que vibrante en una tarde a plena sol, como tantas y tantas que vivimos en el bendito fútbol argentino.

Hernán O’Donnell