Después de semanas de sufrimiento, Arsenal tuvo su Nochebuena

El equipo de Arteta arrastraba una larga serie de resultados desafortunados, actuaciones erráticas y una caída en la tabla de posiciones significativa. Fueron muchos los partidos con derrotas acumuladas que lo llevaron a angustiarse más con el descenso de categoría que con la ilusión de clasificarse a una Copa Internacional. Arsenal era un cúmulo de errores en los últimos meses y el choque ante Chelsea prometía ser riesgoso, complicado y de difícil pronóstico.

Sin embargo, tras varias jornadas de frustraciones, Arsenal encontró su Nochebuena en el célebre y tradicional “boxing day”. Jugó un muy buen partido en su casa y gritó un triunfo que asoma esperanzador: el equipo jugó de bien a muy bien y halló razones para ver el próximo año con otra óptica.

El primer tiempo comenzó parejo, con un Chelsea que buscaba de modo permanente a Timo Werner para encarar las jugadas de ataque, y luego este debía asociarse con Tammy Abraham. Pero el conjunto de Ffank Lampard falló en esa resolución final, y Werner no siempre eligió la mejor opción en las maniobras de ataque, en tanto Abraham se vio desabastecido.

El local creció mucho en los últimos veinte minutos de la primera parte; con las subidas permanentes de Bellerin, las proyecciones del escocés Tierney por el sector izquierdo, la movilidad de Elneny para patrullar la mitad de la cancha y la tarea destacada de sus hombres de ofensiva. Fue muy bueno el trabajo en ese lapso de Saka, Smith-Rowe, Martinelli y Lacazette. Elaboraron buenas maniobras colectivas, abrieron bien la cancha, desbordaron a la visita y llegaron con peligro. Fueron unos veinte minutos de dominio sostenido y buen juego del equipo local.

Así llegó la apertura del marcador; se fue Tierney por izquierda, gambeteó al lateral Reece James y cuando entró al área y se iba al arco, James lo tocó de atrás y le cometió penal. La ejecución quedó a cargo del tranquilo Lacazette, quien lo ejecutó con frialdad y marcó el 1 a 0 a los 34′ del partido.

Ahí se acentuó la supremacía del Arsenal. Se plantó en el campo visitante, apretó al rival y buscó herirlo con el movimiento pendular del balón. De una falta innecesaria de Kanté llegó el tiro libre de Xhaka, quien clavó un hermoso zurdazo al ángulo superior izquierdo de Mendy, quien no pudo impedir que el balón ingresara en su valla a los 44′ y el marcador quedara en 2-0 para el local.

Lampard decidió dos modificaciones en el entretiempo para comenzar el segundo tiempo e intentar revertir el marcador. Entraron Jorginho por M. Kovacic y C. Hudson-Odoi en lugar de Timo Werner. Chelsea necesitaba refrescar el juego y las ideas; también la zona de gestación.

Se animó un poco más la visita, pero chocó contra el orden defensivo del equipo de Arteta. Además, el Arsenal empezó a hallar espacios y en una excelente definición individual Saka marcó un golazo de emboquillada a los 56′, con lo que dejó el partido 3 a 0. Un golpe casi de kock out, aunque faltaba mucho para terminar el partido.

El entrenador español empezó a mover el banco para darle más aire a su formación, por eso a los 64′ J. Willock entró por el joven E. Smith-Rowe, de buen partido. Y enseguida tuvo un contragolpe ofensivo que Martinelli no pudo concretar; sacó un excelente disparo, pero Mendy respondió muy bien. Era más Arsenal de contra que Chelsea con el balón y el dominio territorial.

a los 70′ Nicolas Pepe entró por el brasileño Martinelli, en tanto a los 73′ Kai Havertz reemplazó a Kanté. Una decisión arriesgada y saludable del DT visitante, pues ponía más hombres de ataque en desmedro de jugadores de marca y equilibrio. Creció Pulisic, quien no había aparecido en la primera etapa y Chelsea volcó el juego hacia el arco de Leno. Arsenal lucía ordenado y estaba bien preparado para lanzar contragolpes con peligro.

Iban 82′ cuando estuvo cerca de ampliar el marcador. Mendy se equivocó en una salida y le dejó el balón a Lacazette, pero el remate combado del delantero francés fue resuelto por su compatriota con una tremenda volada y un manotazo al corner; Mendy solucionaba su primer error.

Cuando todo parecía concluir y ya caminábamos en el epílogo de la noche londinense, un centro desde la derecha de la visita fue aprovechado por Abraham y con el pecho logró marcar el descuento. Iban 85′ y Chelsea achicaba la diferencia a 3-1, con lo cual el partido entraba en un terreno de emociones e intrigas que se profundizaron unos minutos después tras una falta en el área de Pablo Marí y el penal para la visita que le daba una gran esperanza. Pero Jorginho tuvo un remate anunciado y Bernd Leno una respuesta acertada: voló hacia su izquierda y desvió el remate. El partido seguiá 3-1 a los 90′ de juego.

Solo quedaba el tiempo extra, pero las cartas ya estaban echadas. Arsenal tuvo una gran noche, con un gran trabajo colectivo y varias individualidades que le permitieron vencer a Chelsea y salir de la oscuridad. Tras varias semanas de sufrimiento, Arsenal tuvo su Nochebuena.

Hernán O’Donnell