Lazio e Inter, un empate con emociones que conformó a los dos

Partidazo en el Olímpico de Roma. Dos equipos de esquemas similares, de ambiciones ofensivas, de objetivos altos y de búsqueda permanente del arco contrario. Línea de tres zagueros para Lazio e Inter, cinco volantes distribuídos de distinta forma y dos hombres de punta. A rodar la pelota y a jugar en el amanecer de una tarde de sol en la capital italiana.

El comienzo fue equilibrado, con la postura muy clara y precisa de ambos: cuidar la pelota, darle un traslado prolijo y tratar de llegar por las bandas. Podían utilizar el pelotazo largo, pero sólo lo hacían de modo esporádico.

En ese contexto, Lazio asomaba un poco mejor; por lo menos más profundo para los ataques. Así tuvo un par de llegadas por la derecha a partir de las trepadas de Lazzari, pero los centros no pudieron ser bien conectados por Joaquín Correa, Tuvo un percance con la lesión de Setafn Radu a los 15′, quien debió ser reemplazado por Bastos.

Inter se empezó a acomodar mejor sobre los últimos quince minutos del primer tiempo. A los 28′ Lautaro Martínez metió una tremenda media vuelta que se fue muy cerca del palo izquierdo de Thomas Strakosha. Y a los 29′ abrió el marcador, tras una corajeada de Perisic, quien peleó una pelota en el área local, el rebote le quedó a Lautaro Martínez, y de zurda, el argentino convirtió para poner el marcador en 0-1.

Allí se agrandó Inter. Empezó a tener el balón, a darle circulación con la base de Gagliardini y Arturo Vidal, las proyecciones laterales de Hakimi y Perisic, la conducción de Barella y la potencia letal de Martínez y Lukaku. Le costó a Lazio ese momento del partido. Como que el gol lo dejó desorientado. El empuje de Leiva no era suficiente y encima sufrió una nueva lesión, con la obligación de “gastar” otra variante y una segunda “ventana” de cambios. A los 34′ Fares debió ingresar por el lesionado Marusic. Y para colmo de males, apenas ingresado, Fares vio la tarjeta amarilla por una falta sobre Hakimi.

El final del primer período lo dejó mejor parado al visitante para lo que se vendría, pero en el fútbol siempre hay que ser prudente, cauto y saber esperar el desarrollo del juego para ver si las presunciones se confirman o no.

Lazio tuvo una tercera variante por lesión para el comienzo del segundo tiempo, aunque no se “gastó” una ventana de cambios: Marco Parolo debió entrar por Bastos, que sólo jugó media hora del primer tiempo y no pudo salir para el segundo. Sin embargo, el local se las ingenió para remontar el partido y ponerle el pecho a los infortunios sucedidos.

Inter tuvo una chance con una media vuelta de Lautaro que se fue muy cerca a los 51′ pero Lazio iba a dominar el comienzo del complemento.

Llegó al empate a los 54′, cuando Acerbi lanzó un centro profundo desde la izquierda y Milinkovic cabeceó con precisión desde un ángulo cerrado para sellar el 1 a 1.

Ahí comenzó el momento del conjunto romano; Luis Alberto sacó un tiro fuerte a los 61′ que Handanovic pudo desviar al corner con esfuerzo. El mismo Luis Alberto volvió a disparar a puerta, a los 63′, y Bastoni rechazó. Todo era del local. Conte decidió dos cambios en la visita, para refrescar su juego: a los 66′ S. Sensi entró por R. Gagliardini y A. Young reemplazó a Ivan Perisic.

Hasta que a los 70′ Immobile sufrió una falta de Vidal y cuando el chileno se acercó a pedirle disculpas, el delantero italiano reaccionó con un manotazo y el árbitro, de modo exagerado, lo expulsó.

Ahí perdió peso el equipo local. Por las dudas, Conte decidió que Brozovic ingresara por Arturo Vidal a los 72′. Y empezaron a surgir los cambios, con todo lo que eso trae. Cortes, demoras, el juego que se diluye… iban 78′ cuando Alexis Sanchez entró por Lautaro Martinez, en tanto D. DAmbrosio reemplazó a M. Skriniar en el Inter de Milán. En Lazio, a los 79′ el argentino Gonzalo Escalante entró por Lucas Leiva y J.A. Akpro lo hizo en lugar de Luis Alberto.

Lo tuvo Joaquín Correa en una maniobra individual por izquierda, pero su remate al arco fue fallido. Y a los 85′ se fue expulsado Sensi en la visita, con lo cual ambos quedaron con 10 futbolistas y ya la conformidad les ganó a los dos.

Empate, al cabo, en un partido lleno de emociones, ritmo y buen juego, que solo el final diluyó entre cambios, expulsiones y la satisfacción de ambos de haber podido sumar un punto importante.

Hernán O’Donnell