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La Premier League y un final de bandera verde

Se constituyó como la mejor Liga del mundo. A fuerza de incorporaciones, sí, pero sobre todo a partir de unas cuantas decisiones que la llevaron a ser la Liga más equilibrada, la más atrayente, la más deseada.

Resolvieron el tema de la seguridad. Afuera los “hooligans”, los violentos, los que nada tienen que hacer en un estadio. Después de muchos años de sufrir la agresividad de un sector del público, la Football Association resolvió tomar el toro por las astas y alejó a los indeseables. La Liga se convirtió en un espectáculo mucho más agradable para concurrir.

Después está la parte deportiva. A la tradición inglesa de ataque, desborde, centro atrás y cabezazo, le agregó condimentos que mejoraron aún los rendimientos de los equipos.

Y la incorporación de grandes figuras le dio un toque de brillo, de jerarquía. Un plus, un valor agregado que siempre es muy bien recibido.

Y esta temporada, la 2018/19, es tan atractiva como las últimas. Porque se ha dado una paridad interesante, porque aparecen varios equipos en la cima, y porque se han perfilado los conjuntos que luchan por el título, los que buscan la clasificación a la Champions League, los que tratan de llegar al consuelo de la Europa League y hasta los que pelean por no descender a la segunda categoría.

La disputa por el campeonato, cuando restan 10 partidos, parece ya una lucha mano a mano entre Liverpool y Manchester City. El tercero, Tottenham Hotspur, luce un poco alejado. Todo se ve en una pareja carrera entre los “Reds” y los “Ciudadanos”.

Dos equipos con estilos bien definidos, con muchas virtudes y merecimientos para terminar en lo más alto.


Liverpool, el puntero, tiene toda la impronta de su entrenador Jurgen Kloop. Un equipo intenso, ofensivo, de gran espíritu colectivo y con varias piezas claves. El arquero Allison, el defensa Van Dijk, el lateral escocés Robertson (de los mejores del mundo), el trajinar de los volantes como Henderson y Milner y la capacidad de sus delanteros, Mané, Salah, Origi, Sturridge…Su último resultado fue una victoria por 5 a 0 ante Watford, clara, concluyente, indiscutible.

Pelea mano a mano con el City de Pep. Un equipo con todas las características de los conjuntos de Guardiola: cuidado del balón, salida prolija, tenencia en la búsqueda de la oportunidad, apertura de espacios y contundencia a la hora de definir.

Se sostiene en la seguridad de Kompany y Otamendi, la calidad de sus volantes como De Bruyne, Gündogan y David Silva y la enorme jerarquía de sus delanteros: Sergio Agüero (primero en la fila), Sané, Sterling…

El City gana por demolición o por el peso de su juego. Puede vencer por goleada o por la mínima diferencia y de penal, tal como sucedió en su último partido frente a West Ham United.

La lucha está declarada. Detrás, un montón de equipos que pelean por llegar a las Copas de Europa. Pero eso será materia de otro análisis, de una próxima nota. Por ahora, disfrutemos y gocemos con este final de bandera verde entre dos equipos que sueñan con alzar el trofeo de Campeón cuando finalice otra temporada de ensueño.



Hernán O’Donnell

…Y una noche de febrero, asomó Sol de Mayo

Así es la Copa Argentina. Emotiva, por naturaleza. Porque esconde sorpresas, porque nada está escrito de antemano, porque es imprevisible, porque está hecha de historias maravillosas. Como esta que se escribió en la Provincia de Santa Fe, donde un grande del fútbol argentino, casi local pues jugaba a unos 140 kilómetros de su casa, cayó ante un equipo humilde, proveniente de Viedma, Río Negro, a miles de kilómetros de su hogar, con un presente deportivo que lo ubica por el fondo del Federal A, la tercera categoría de nuestro fútbol.

Sol de Mayo salió a jugarle de igual a igual, sin temores, con mucho esfuerzo y sacrificio. Sostenido en su principal figura y capitán, Diego Galván, Campeón de América con estudiantes en 2009 y de paso por River y Olimpo, entre otros, el conjunto patagónico no se escondió. Y aprovechó cada ventaja que le dio Central, que pareció atado en el partido. Muchos volantes y sólo Riaño para pelear arriba. Y si bien Central presentaba cuatro volantes ofensivos, no le alcanzaba para inquietar a Torres.

Sobre el cierre de la etapa, la primera sorpresa. Iban 43′, y Sol de Mayo abrió el marcador: Valdebenito entró por izquierda, cruzó el centro al área chica y Reyes convirtió. 1 a 0, y a descansar.

En el segundo tiempo, Central salió con un poco más de decisión, a partir de la movilidad de Palavecino, las trepadas de Becker y la amenaza constante de Riaño. Pero no le alcanzaba. Y por si fuera poco, a los 57′, un tiro libre desde la derecha, al corazón del área fue aprovechado por Malacarne para convertir de cabeza. 2 a 0 para el equipo de Viedma, y las lágrimas de emoción que se derramaban por las tribuna visitante…

La alegría iba a durar unos instantes. En tres minutos, Central llegó al empate, con dos aciertos de Riaño. 2 a 2 y volver a empezar.

El partido se hizo más trabado, luchado. Central empujó, pero le faltó profundidad. Sol de Mayo, como si fuera la última vez, dejó jirones de vergüenza deportiva. Y puso tanto corazón, que le llevó a los penales.

Y en la “lotería” de los tiros de los 11 metros, la fortuna y la eficacia estuvieron del lado de los de Río Negro.

Sol de Mayo escribió una página histórica en la sorprendente Copa Argentina. La Copa de las sorpresas vio caer al campeón en su primera presentación. Es que no esperaba que una noche de febrero, muy lejos de su casa, asomara el Sol de Mayo…



Hernán O’Donnell

La selección comienza el año

Ya estamos en el año de una de las más importantes competiciones que tiene la selección nacional. Una de las más tradicionales. La querida Copa América. El viejo torneo que nació hace más de 100 años, cuando se organizó en 1916 un torneo sudamericano para celebrar los 100 años de la independencia de la República Argentina, ocurrida el 9 de julio de 1816. Entonces sólo cuatro naciones participaron de un certamen que nacía como conmemoración de una fecha patria, pero no se sabía cuanto iba a durar…

Pues bien, el tiempo pasó y el torneo se prolongó al paso de los años. Y en este 2019 se jugará una nueva edición, nada menos que en Brasil.

Para la Argentina, toda una prueba. Un equipo que cuenta con un jugador extraordinario para cualquier época, pero que no puede lograr un campeonato con la albiceleste, más allá del oro olímpico. Messi es el as de espadas, pero el mazo no acompañó hasta el momento y toda la expectativa se vuelca al nuevo certamen.

Y todo está puesto en este torneo.


La fe, la esperanza, las ganas de ganar. La selección ya empieza su trabajo. El DT ha visto al sub 20 en el sudamericano de Chile, ha sacado sus conclusiones y empieza a trascender la lista de los próximos convocados. La gira está muy cerca, a la vuelta de la esquina: La Argentina jugará dos partidos amistosos en Europa: el viernes 22 de marzo frente Venezuela en el Estadio Wanda Metropolitano de Madrid y el martes 26 en el Grand Stade de Tánger, en Marruecos, frente al seleccionado local.

Así estamos. Creemos que no deberían faltar Messi (obvio), Higuaín, Aguero y Di María. Tal vez resistidos por un sector del público, pero de condiciones innegables, sobresalientes para cualquier equipo del mundo. Está en el cuerpo técnico la decisión de incluirlos o no.

Veremos. La Argentina tiene un objetivo grande este año, porque más allá de la bandera de llegada que es la Copa del Mundo de la FIFA-Qatar 2022, el año tiene un atractivo impar, algo más que un banco de pruebas, el deseo de llegar a lo más alto como tantas veces sucedió con la querida Copa América.



Hernán O’Donnell

La Superliga entra en la zona de fuego

La gran victoria que consiguió Racing ayer por la noche le agregó una leña más al fuego de la definición de la Superliga. La Academia salió a la cancha cuando ya buena parte de la jornada se había disputado y se ubicaba, después de mucho tiempo en la cima, en el segundo lugar del Campeonato.

La victoria que había conseguido Defensa y Justicia en La Plata ante Gimnasia le había arrebatado el lugar de privilegio. Y si por si hacía falta un poco más de presión, Boca había derrotado a Lanús el domingo y empezaba a acechar…

Con todo en contra Racing salía a la cancha; sin embargo, no falló. Tuvo el temple necesario para buscar la victoria y alcanzarla ante el siempre temible Godoy Cruz.

A los 29′ Lisandro López aprovechó un buen pase de Darío Cvitanich y abrió la cuenta. Con más tranquilidad, el equipo encontró la diferencia en los goles de Zaracho. 3 a 0 que le permite mantener intacto el sueño de Campeón.

El mismo sueño que tiene Defensa y Justicia. Un equipo que se muestra como tal. Que sabe lo que quiere y que juega como le gusta a su entrenador. Y que cuenta con un aliado insospechado: el reloj siempre está a su favor. y no lo detiene el tiempo, ni lo pone nervioso el correr de los minutos. Hasta el último instante sabe que puede convertir y llevarse un buen resultado.

Con San Martín de Tucumán revirtió el 0-1 a un 2 a 1 a favor en los últimos diez minutos; incluso el segundo gol llegó en el tiempo adicionado.

Igual que la victoria frente a San Lorenzo, cuando ya se habían pasado los 90′, logró el gol para ganar por 1 a 0.

Lo mismo ocurrió ante Argentinos Juniors, el tanto de Alexis Castro para sellar el 2 a 1 llegó en el tiempo de descuento. Suma y sigue. En silencio, está en la discusión.

La Superliga está que arde. Porque Atlético Tucumán también sueña: Si le gana a Boca el partido que aún adeudan, por qué no soñar?

Racing, Defensa y Justicia…Un poquito más atrás Boca y Atlético Tucumán. Hagan cálculos y analicen posibilidades. Sumen y resten, hagan sus pronósticos y disfruten en paz de una emocionante definición del torneo del querido fútbol argentino.



Hernán O’Donnell

Los goles de Gaich iluminan el camino de Argentina

En realidad, hay muchos futbolistas que encienden el sendero del seleccionado nacional sub 20 que busca el pasaje a la Copa del Mundo Sub20 de la FIFA-Polonia 2019. Son muchos los arquitectos de la obra, muchos marineros que conducen el barco de Fernando Batista. Tanto, que entre todos lograron una valiosa victoria frente a Venezuela, a priori uno de los grandes candidatos, y le permitieron a Adolfo Gaich tener su noche mágica de reencuentro con el gol.

El partido fue más complicado de lo que indica el resultado final. El primer tiempo fue muy duro, parejo, pero la albiceleste mostraba algunas cualidades que se irían a otenciar en el complemento.

Venezuela fue un equipo ofensivo y con los argumentos que sostiene desde hace un tiempo en estas categorías. En ese lapso el partido fue equilibrado y a la Argenina le costaba elaborar juego.

“Sabíamos que íbamos a enfrentar a una Selección muy buena, que viene trabajando hace tiempo”, dijo el “Bocha” Batista al final del partido. Era un rival que imponía respeto, y que obligaba a dar lo mejor. Entonces apareció el fútbol, de la mano de Sosa, Julián Alvarez, Moreno. Gaich quedaba liberado para definir, para cerrar las jugadas. Y en una ráfaga certera, llegó una hermosa catarata de goles. Primero aprovechó una habilitación volcado de modo leve hacia la derecha, ganó el dominio de la pelota en la lucha cuerpo a cuerpo, y con un tiro cruzado abrió el marcador. Iban 58′ y la Argentina encontraba las primeras respuestas.

El segundo vino tras un centro desde la derecha, Gaich apareció por izquierda y convirtió de cabeza.

Y el tercero lo logró con un pique en diagonal, para vencer al arquero con un remate cruzado cuando el venezolano daba el paso al frente.

Una victoria importante, elaborada con la paciencia de encontrar las claves del juego. Faltan un par de fechas y los rivales que quedan no son sencillos: los dos cláscios del continente que tiene la selección. Primero, Uruguay; y en la última fecha, Brasil.

El torneo es duro, y nada está dicho. pero Argentina empezó a encontrar el camino, ese que se iluminó con los goles de Adolfo Gaich.


Hernán O’Donnell

El Sub 20 argentino empezó a acomodarse

Fue difícil, más por el resultado apretado que no dio respiro ni tranquilidad hasta el final, que por el propio desarrollo del juego. Argentina logró tres puntos muy importantes ante Colombia, en una tarde de mucho calor en Rancagua, Chile, donde demostró superioridad a lo largo de los 95 minutos que se jugaron, pero no pudo plasmarla en el marcador.

En el primer tiempo, Colombia tuvo alguna aproximación, pero siempre chocó con el arquero Roffo, la defensa y algún rebote inesperado. Pero en cuanto Julián Alvarez, Moreno, Maroni y Adolfo Gaich encontraron espacios y oportunidades, la Argentina empezó a construir la victoria.

Tuvo una chance Gaich, que peleó una pelota por izquierda, se metió en el área y su remate rebotó. Lo alcanzó Maroni ese rebote, pero la pelota se fue desviada.

Después, un cabezazo de Gaich tras un buen centro, se fue apenas desviado. Hast que llegó el gol, tras una jugada preparada y muy ingeniosa: Julián Alvarez amagó ejecutar como zurdo, saltó la pelota y pareció desentenderse de la jugada. Moreno se acercó de modo lento, como si midiera el centro que iba a ejecutar…volvió Alvarez tras hacer una media vuelta y metió un derechazo al arco, que entró ante la incredulidad, la sorpresa y la desatención de la defensa colombiana.

1 a 0 sobre el cierre del primer tiempo.

En el complemento, la imagen permaneció con la misma nitidez. Argentina mostraba que podía aumentar el marcador, pero resolvía mal en la última parte, o la decisión final no era la más acertada. Así se perdió muchas chances; alguna fue por cuestiones casuales, como esa que tuvo Gaich, rebotó, luego Maroni, también la sacó un defensor colombiano muy cerca de la línea…

Podía haber una gambeta de más, un amague innecesario o un poco de mala suerte. Pero el equipo de Fernando Batista mostró buenas intenciones y tuvo oportunidades para subir el resultado.

Al final, se sufrió un poco. Sobre todo en esa jugada que rebotó varias veces en el área de Roffo y derivó en un corner. Era la última angustia.

La Argentina se abrazó a la victoria. Justa y merecida. Pero el hexagonal no da tregua, y para ganarse el boleto a la Copa del Mundo Sub 20 de la FIFA-Polonia 2019 deberá mantenerse alerta, concentrada y enfocada en cada partido, para llegar al objetivo soñado.

   

Hernán O’Donnell

Argentina empieza a armar su calendario

Se confirmó el primer choque del año para el seleccionado argentino: jugará el 22 de marzo en Madrid, en el Wanda Stadium ante Venezuela, en lo que será su primera aparición de la temporada.

Luego vendrá lo más comprometedor. Las pruebas más exigentes. La Copa América Brasil 2019 y a partir de octubre la Competición preliminar de la Copa del Mundo de la FIFA-Qatar 2022.

Lionel Scaloni está metido en la tarea. Estuvo en Ezeiza, observó el trabajo de los juveniles y mantuvo contactos con Leo Messi y varios de los mayores.

El año comenzó. Las ilusiones y las expectativas están en marcha.


Hernán O’Donnell

El Sub 17 también prepara su año

Como cada año impar, los veranos se pueblan de figuras emergentes, de los clásicos torneos sudamericanos y las clasificaciones a los Mundiales juveniles que organiza la FIFA. En general, la atención está puesta en el Sub 20, porque tiene otra envergadura, jugadores más conocidos, muchos con experiencia en primera división, varios ya conocidos por el gran público, y con el peso de ser uno de los torneos más valorados por la FIFA y más difundidos por los medios de comunicación. 

Pero allí, muy cerca, y a un crecimiento importante, está el Sub 17. A la Argentina no le ha ido muy bien esta categoría en los últimos tiempos, pero se acerca el Campeonato Sudamericano Perú 2019 que se desarrollará entre el 23 de febrero y el 19 de marzo y dispondráde cuatro cupos para la Copa del Mundo U 17 de la FIFA-Perú 2019.

El trabajo está en marcha. Pablo Aimar está al frente del equipo, y en su debut  dejó impresiones sobre su tarea en el equipo juvenil: “Le damos mucha importancia a los valores; queremos chicos que tengan gusto por vestir esta camiseta, que les guste jugar, les guste el fútbol y sean comprometidos. Valoramos la educación.”

“La ropa de la selección es hermosa. Le decimos a los chicos que cuando llegan al predio y se la pongan con pasión, con alegría”

En declaraciones al sitio oficial de la AFA, señaló: “Trabajar en el predio de la AFA con canchas muy buenas, los va a hacer crecer. Sobre todo en lo individual, en su formación. Buscamos que el jugador de la selección sea algo más que un jugador común; más allá de lo futbolístico, tiene que tener respeto, por el compañero, por la gente que trabaja en el predio, en los aeropuertos, la gente que comparte el avión…es un combo”.

Con respecto al torneo que viene, afirmó: “Las 10 selecciones sudamericanas, hace tiempo que trabajan muy bien en juveniles. seeleccionan bien, tienen mayor infraestructura, tienen complejos para entrenar similares al nuestro, así que espero una gran competencia. Yo les puedo aportar experiencia y todas las cosas que viví. Dentro y fuera de la cancha”.

Esta semana será una larga cadena de entrenamientos. Todos los días habrá doble turno, excepto el jueves, sólo por la tarde, con prácticas intensas que concluirán el domingo. Los convocados son: Arqueros: Rocco Ríos Novo, Federico Losas, Laureano Martínez y Jerónimo Riart. 
Defensores: Bruno Amione, Tomás Lecanda, Francisco Flores, Kevin Lomonaco, Julián Aude, Luciano Vera, Lautaro Cano, Patricio Acevedo y Ricardo Martínez.
Volantes: David Ayala, Martín Bellotti, Ignacio Fernández, Juan Sforza, Cristian Medina, Tiago Geralnik, Matías Palacios y Luciano Ferreyra.
Delanteros: Matías Godoy, Francisco Bonfiglio, Franco Frías, Santiago Simon, Brian Aguirre, Federico Versaci, Exequiel Zeballos, Juan Pablo Krilanovich y Franco Orozco.

El cuerpo técnico completo lo integran:

Director Técnico: Pablo Aimar

Técnico Alterno: Diego Placente

Asistente Técnico: Adrián Gallará

Preparador Físico: Enrique Cesana

Entrenador de arqueros: Darío Herrera

Analista de videos: Eduardo Giménez

Utilero: Patricio Auzmendia

Ya está en marcha el trabajo. La travesía empezó el año pasado, la selección Sub 17 acumuló entrenamientos, partidos amistosos, y cuenta con un cuerpo técnico de experiencia y conocimientos. Pablo Aimar y Diego Placente tienen un recorrido largo por el fútbol y mantienen valores inalterables que aprendieron de su paso por los seleccionados, con entrenadores de excelencia como José Pekerman o Marcelo Bielsa.

La nave está lista para partir. Y como siempre le auguramos a los equipos argentinos,  nuestro deseo que llegue a buen puerto.

 

Hernán O’Donnell

Este año, Francia fue el dueño de la pelota

Se termina el año 2018 y algunos análisis empiezan a tomar forma, a salir a la luz. En estas fechas, donde la actividad deportiva se focaliza en el Norte, en Europa y Estados Unidos, el fútbol en particular queda, casi con exclusividad, limitado a las ligas de Inglaterra, Italia, España y Francia. Por supuesto que a varias otras del viejo mundo, pero lo cierto es que el concierto internacional se reduce y en este receso son habituales los balances que sintetizan lo más importante del año.


 Francia es el dueño de la pelota. En los años de los Mundiales, el país que se lleva el premio mayor se queda con la muchacha. Como los héroes de las películas de cow boys. Como los galanes de las telenovelas. Francia fue el Campeón del Mundo y en sus valores se cimentó la conquista.

Un equipo que tuvo un líder inteligente y sobrio fuera del campo, como el DT Didier Deschamps, quien logró ser campeón como jugador (y capitán) en la Copa del Mundo de la FIFA-Francia 1998 y repitió como entrenador en Rusia 2018. Fue inteligente para conducir al grupo, sagaz y pragmático para plantear los partidos.

Contó con jugadores hábiles, rápidos e inteligentes. Fue solido en la defensa con una actuación superlativa de Benjamin Pavard en el lateral derecho. Firme y seguro Raphael Varane en la zaga central, expeditivo Umtiti y positivo Hernández.

En el medio se destacó la ubicuidad de Kanté, la plasticidad de Pogbá, la dinámica de Matuidí.

Y el desdoblamiento entre el medio y el ataque de sus principales figuras: Mbappé, un cañón lanzado, veloz y hábil, talentoso y escurridizo; Antoine Griezmann, atrevido y desfachatado, inteligente y sacrificado.  Y Olivier Giroud, la inteligencia táctica al servicio del equipo.

Francia demolió a todos sus adversarios. Con algunos tuvo más dificultades. El debut ante Australia fue duro y peleado, ganó con un 2 a 1 apretado y sin tregua. Lo mismo le sucedió ante Perú, al que batió por 1 a 0 con mucho sudor y sacrificio. Ante Dinamarca cerró la primera fase con una igualdad en 0, que definió un grupo muy apretado.

En octavos superó con claridad a la Argentina de Sampaoli, más allá del 4-3 final, producto de algunos cambios apresurados cuando transcurría la segunda etapa y nada estaba definido, al márgen del 4 a 2 parcial que parecía cerrado.

A Uruguay le ganó por 2 a 0 sin atenuantes ni discusiones; lo superó a lo largo de todo el partido.

Con Bélgica tuvo un 1 a 0 que fue más tranquilo de lo que sugiere el resultado. Siempre controló el juego y el desarrollo.

En la final con Croacia tuvo la dósis de fortuna necesaria en cada competición. El gol en contra de Mandzukic le abrió el juego cuando el equipo croata empezaba a dar una mejor impresión. Y luego del empate de Perisic, llegó el penal fortuito que Griezmann transformó en 2-1 y luego, sí, aparecieron las estrellas para darle forma a la victoria final: Pogbá, con una doble intervención marcó el tercero y Mbappé con el cuarto gol cerró las anotaciones galas. El erro de Lloris le permitió a Croacia llegar a su segundo tanto y sellar el marcador con un decoroso 4 a 2.

Pero la obra estaba terminada, el crimen estaba consumado. Francia tuvo sangre fría para liquidar a su último adversario y quedarse con el premio mayor, como los héroes de Hollywood.

 

Hernán O’Donnell 

  

El Fútbol de Sudamérica expone su retroceso

“Este Madrid es ganable”. “Se le puede ganar al Real Madrid”. “El Madrid no pasa un buen momento y River le puede ganar”. Estas frases,que ahora suenan poco menos que ridículas, se pronunciaron y escucharon en los últimos días. Hasta la más atrevida, “es el peor Real Madrid de la historia” (?). Frases huecas, sin sentido, dichas sin el mínimo fundamento más que el de la pasión por un fútbol o por una camiseta, quedaron hechas añicos el último martes 18 de diciembre.

El fútbol de Sudamérica quedó expuesto ante un equipo proveniente de un país con menor tradición, de segundo orden, pero que marca nuestro retroceso, y que en rigor de verdad se comenzó a manifestar muchos años antes. Porque lo sucedido ayer no es exclusivo de River; marca la decadencia en la que ha entrado hace varios años el fútbol de Sudamérica y no lo quisimos ver. Nos engañamos en que es más “intenso” un clásico de la B que un partido de una liga importante de Europa. Y podrá tener más pasión, sí, pero en lo futbolístico no existen puntos de comparación.

La derrota de River ante el entusiasta Al Ain de Emiratos Arabes Unidos marca una realidad que excede al conjunto millonario y que involucra a todo el fútbol continental:  Sudamérica se ha alejado de los primeros planos.

Ya no es el continente que asustaba, que ponía en jaque a los poderosos de Europa y que le ganaba con cierta frecuencia los choques mano a mano de la vieja Copa Intercontinental. No. Eso ya quedó atrás en el tiempo. Lejos. Sin darnos cuenta, nos deslizamos en un tobogan del cual aún no se advierte el final. Porque la realidad es que nos despegamos de Europa (hacia abajo) en las dos vertientes principales que tiene este deporte. O, mejor dicho en la cuasa y consecuencia que tiene el fútbol: el juego y el resultado. El fútbol de la CONMEBOL quedó muy lejos en las variables del juego, en el contenido, en el nivel, en la jerarquía. Y en los resultados se repitieron las victorias de los conjuntos del viejo mundo desde que se creó esta competencia allá por el año 2005 (a excepción del ensayo del año 2000). Sólo en 2012 Corinthians logró vencer al Chelsea, con la actuación destacada de Paolo Guerrero. Después, todas fueron victorias europeas, con rendimientos muy superiores a los equipos sudamericanos. Y hasta lo que parecía una novedad ( que un conjunto de la CONMEBOL no llegara a la final), ya tomó forma en cuatro ocasiones. Los africanos de Mazembe derrotaron a Internacional de Porto Alegre en 2010, el Raja Casablanca de Marruecos le ganó a Atlético Mineiro en 2013, Kashima Antlers de Japón eliminó a Atlético Nacional de Medellín en 2016 y ahora Al Ain derrotó a River Plate. Tres eliminaciones en cinco años, cuatro en nueve. Llamativo.

Si miramos un poco más hacia el Norte, los equipos de la CONCACAF viven una experiencia similar. Les ha costado horrores a los mexicanos. Nunca llegaron a la final y sólo en dos ocasiones ganaron el tercer puesto: Monterrey en 2012, Pachuca en el año 2017.

Esta es la realidad. Nos alejamos de Europa. No nos acercamos a ellos en el juego y por lógica consecuencia, nos golpean los resultados. Y se acercaron los equipos de Asia, Oceanía, África. Porque si bien hay que reconocer el mérito del crecimiento de estos continentes, también va de la mano el estancamiento de América.

Ni hablar de la organización, la cultura, la infraestructura y la educación con que se vive del deporte. o el fútbol, mejor dicho. Mientras nosotros nos refugiamos en el “folcklore” para justificar la manera incivilizada en que nos comportamos, en el resto del mundo el fútbol es un esparcimiento, un espectáculo que se vive con alegría y pasión lógica y civilizada. Algo digno, digamos, de los seres humanos. En casa sobran los ejemplos de lo contrario…

Así estamos. Así caímos. Y no nos dimos cuenta. o no quisimos ver. Aunque cada Copa Mundial de Clubes de la FIFA, el mejor escenario para ver y comparar, nos mostraba esa realidad. Dura y triste. Tuvo que venir Al Ain para hacernos entender que decir, o sólo pensar “Este Real Madrid es ganable” era sólo una frase impensada, producto de la ilusión y el fanatismo que todo lo ciega, que todo lo niega.

 

Hernán O’Donnell