Platense fue contundente, eficaz y ordenado, y logró un amplio triunfo ante Huracán

Fue una victoria amplia, casi una goleada, pero en el juego no se reflejó esa diferencia. Más aún, creemos que Huracán tuvo más protagonismo, por momentos jugó mejor, generó mayor cantidad de llegadas y en el balance dejó una imagen más lucida, pero el fútbol es atrapante porque es impredecible, ilógico, a veces injusto. Es lo maravilloso de este deporte. Inigualable, imposible de comparar con cualquier otro. Porque en cualquier otra disciplina el mejor gana, tiene muchas formas de anotar y a la larga se lleva los partidos. Excepto el boxeo, que un golpe puede revertir una pelea desfavorable y un boxeador puede perder once rounds y en el último meter una piña salvadora que le permita noquear al rival y ganar el combate, el fútbol es el único juego en que un equipo puede dominar muchos factores, tener mayor cantidad de tiempo la pelota, jugar en el campo contrario, llegar muchas veces al arco rival, y así y todo no convertir. Y el otro, estar mucho tiempo en su campo, a veces en su área, pero cerrarse bien en defensa y aprovechar al máximo cada posibilidad que le surge en el partido.

Algo así pasó en Vicente López. Platense ganó con amplitud, pero no jugó su mejor partido. de hecho, tuvo mejores rendimientos, incluso cuando perdió en Florencio Varela ante Defensa y justicia, en un partido que mereció más que el empate.

El “Calamar” arrancó bien, con una jugada en que Bertolo le robó el balón a Santiago Hezze, cedió a Tissera, y el disparo del delantero fue tapado por Marcos Díaz, cuando iban 6′ de juego.

Pero Huracán respondió con un disparo del lateral César Ibañez, a los 8′, que pegó en el palo izquierdo de Jorge De Olivera.

Y enseguida Platense logró abrir el marcador. Fue a través de un penal, por mano de Quilez, que Tissera convirtió a los 14′ para marcar el 1 a 0 a favor del local.

A partir de allí creció la visita; a los 17′ un centro de Quilez fue tomado por Enrique Triverio, quien le ganó la espalda a Lomónaco y su remate se fue afuera. A los 24′ Cristaldo ejecutó un gran disparo, que salió desviado.

Y tanto fue el cántaro a la fuente, que a los 28′ llegó el empate con un golazo de Rodrigo Cabral, con un remate con una comba exacta, y el partido quedó 1-1.

Siguió el dominio del “Globo”, con la conducción de Cristaldo y Jonás Acevedo. Huracán tenía la pelota y le daba buena circulación, amenazaba con Cabral y las trepadas de Ibañez por izquierda, mientras Platense parecía sentir el esfuerzo del partido del jueves ante Lanús. A los Jonathan Candia encabezó un contragolpe y cedió a Triverio, cuyo remate se fue desviado. A los 42′ fue Ibañez el que ejecutó un fuerte remate que salió apenas desviado. Y como el fútbol es un juego lleno de imponderables, lo que se perdió en un arco se concretó en el otro.

Sobre el cierre del primer tiempo llegó un corner desde la derecha a favor del local, cabeceó Iribarren hacia la izquierda y por allí apareció libre Matías Tissera para poner el 2 a 1 a favor de Platense cuando se jugaban 44′.

En el complemento, Claudio Spontón modificó el dibujo táctico. El equipo había jugado con una línea de cuatro, dos volantes medios, Hernán Lamberti e Iván Gómez, tres más adelante, Facundo Curuchet, Nicolás Bertolo y Tijanovich, mientras que Tissera se referenciaba en el centro del ataque. Pero no le había dado resultado, y en el complemento acomodó a una línea de cuatro defensores, Schott, Iribarren, Lomónaco e Infante, cuatro volantes, Curuchet, Lamberti, Gómez y Tijanovich, Bertolo como media punta, y adelante Tissera.

Y le fue mejor, porque a los 50′ Tissera capitalizó un centro de la derecha y con un disparo bajo puso el 3-1 para Platense.

Se fue más arriba Huracán y el “Calamar” se acomodó al contragolpe. A los 57′ un pelotazo de Cristaldo fue cortado a medias por De Olivera, el balón se le escapó, pegó en el pecho de Enrique Triverio y salió desviado.

A los 58′ hubo dos modificaciones en la visita; Cóccaro entró en lugar de Jonathan Candia y Nicolás Silva reemplazó a Jonás Acevedo. y tuvo otra chance Huracán con un tiro de Triverio que se desvió en iribarren y pegó en el palo, a los 60′, mientras que Triverio probó de afuera, a los 63′ y el balón salió muy cerca.

Spontón decidió que era el momento de hacer las primeras modificaciones en Platense. A los 64′ Ignacio Schor entró por Facundo Curuchet, mientras que Mauro Bogado reemplazó a Nicolás Bertolo.

Mientras, el “Globo” sumaba chances, y a los 65′ Cristaldo desvió un disparo. A los 73′, una variante por equipo. Tomás Sandoval entró por Matías Tissera en el local y en el equipo de Parque Patricios, Vera reemplazó a Cabral. A los 82′ llegaron dos variantes para Platense; Franco Baldassarra entró en lugar de Iván Gómez y Brian Mansilla ingresó en lugar de Horacio Tijanovich.

Terminaba el partido y aún había tiempo para más emociones. A los 83′ Mansilla aprovechó una buena asistencia de Schor y con un disparo certero señaló el 4 a 1 para Platense.

El local aprovechaba hasta la última ocasión. Lozano entró por Quilez, a los 85′, en la visita. Y José Moya, de cabeza, descontó para Huracán, a los 88′, para dejar el resultado final en 4-2 a favor del local.

Platense se abrazó a la victoria en los minutos finales. Jugó con espíritu y sacrificio, no le sobró fútbol, pero sí contundencia, y en una noche primaveral, el barrio de Saavedra cerró un lunes de festejo para comenzar la semana.

Hernán O’Donnell

Bajo el diluvio de La Paternal, Argentinos ahogó a Gimnasia y logró un triunfo contundente

Fue un gran partido del equipo de Gabriel Milito. Argentinos Juniors consiguió una victoria lucida, justa, contundente. Jugó mejor de principio a fin, fue en búsqueda del arco rival desde el inicio y redondeó una de sus mejores producciones del campeonato. Ni la lluvia pudo frenar tanto juego, con un equipo que presentó su esquema clásico de línea de tres, Kevin Mac Allister, De Césare y Lucas Villalba. Dos carrileros, Cabrera y Elías Gómez, dos internos, Romero y Carabajal y un volante central de manejo fino y capacidad de conducción, como Gabriel Florentín, en una innovación táctica más que interesante del entrenador. Y adelante, Nicolás Reniero y Gabriel Avalos.

Fue Avalos el que avisó a los 4′ con un cabezazo que se fue un poco alto, tras un centro de Elías Gómez. A los 8′, el que lanzó el centro fue Mac Allister y el cabezazo de Avalos se fue un poco más arriba.

Hasta que a los 11′ abrió el marcador, con un centro de De Césare y Avalos metió el frentazo para marcar el 1-0 a favor de Argentinos Juniors.

Gimnasia era un cúmulo de voluntades, con muchos jugadores que no lo hacían como titulares. Néstro Gorosito dejó en el banco a la “Pulga” Rodríguez, a Brahian Alemán, Manuel Insaurralde, Johan Carbonero y Erik Ramírez. Los reemplazantes pusieron ganas, y se destacó Lautaro Chávez, de buen manejo y movilidad. A los 16′ Rodrigo Holgado sacó un buen tiro que controló Lanzillotta, el arquero local.

Volvió a tener una chance Gimnasia a los 28′ con un tiro libre de Fratta que Lanzillotta sacó al corner con un gran vuelo. El “Bicho” volvió a retomar la iniciativa y a los 32′ Carabajal recibió solo en el área, pero su disparo se fue alto, en una magnífica chance.

Y el “Lobo” cerró el primer período con un tiro libre de Pérez García que desvió Lanzillotta y luego una serie de rebotes generaron suspenso en el arco local.

En el complemento, Argentinos estiró las diferencias muy pronto. Una buena jugada de Cabrera por derecha, el centro rasante y por izquierda apareció Gabriel Carabajal para poner el 2-0 a los 47′.

El partido empezaba a resolverse, porque el “Lobo” no encontraba soluciones y el “Bicho” e hallaba cómodo y afilado. A los 55′ llegó la primera variante, que dispuso Gabriel Milito: Mateo Coronel reemplazó a Nicolás Reniero.

“Pipo” Gorosito decidió, a los 60′, meter cuatro modificaciones para reestructurar el equipo e intentar torcer el rumbo del partido: así fue que la “Pulga” Luis Rodriguez entró por M. Pérez Garcia; Brahian Aleman ingresó por H. Mancilla; Erik Ramirez reemplazó a R. Holgado, y Johan Carbonero ocupó el lugar de L. Chavez; Gimnasia fue un poco más ofensivo y obligó al local a reestructurar su esquema, por eso a los 62′ Franco Moyano reemplazó a Romero y Jonathan Gómez ingresó por Carabajal. Enseguida, a los 70′ se lastimó Gabriel Florentín y lo reemplazó Fausto Vera, en tanto Sandoval entró por Cabrera en el equipo local.

Empujó el “Bichito Colorado” y sumó dos situaciones con remates desde afuera; uno de Coronel que contuvo el arquero Rey, y el otro de Jonathan Gómez que pasó apenas cerca.

La enorme jugada que armaron entre Lucas Villaba y Jonathan Gómez, que terminó con la arremetida de Sandoval para marcar el 3-0 a favor de Argentinos, cerró el partido.

Solo hubo un momento para el cambio de Insaurralde por Miranda, a los 84′ y para el tiro de Carbonero que desvió Lanzillotta en tiempo de descuento.

La noche se cerraba con la misma lluvia que había arrancado la jornada, y con una exhibición acuática de Argentinos Juniors.

Hernán O’Donnell

Palmeiras fue eficaz, oportuno y ordenado, venció a Flamengo y volvió a salir Campeón de América

La magia, la pasión, la ansiedad y la locura que despierta la Copa CONMEBOL Libertadores de América por estos cielos es difícil de comparar con otras competencias deportivas. Porque desde hace ya mucho tiempo, casi desde su nacimiento en 1960, la Libertadores es el objeto más deseado por cualquier persona que se precie de ser hincha de fútbol en Sudamérica. Le habrán agregado el nombre del algún sponsor, le habrán sumado la sigla de la CONMEBOL por delante, pero para todos será siempre “La Libertadores”. Así; simple y a secas. Y ahora, con el partido final único, que nos remite al famoso “tercer partido” que se utilizó cuando hubo paridad en resultados, más allá incluso de la diferencia de goles, en los años ’60, ’70 y ’80, cuando muchas veces se dirimía en un tercer encuentro en país neutral si cada uno de los contendientes había ganado un partido, o empatado los dos. Y de esa manera se definieron muchas Copas. De hecho, Peñarol y Santos definieron el Estadio Monumental de Buenos Aires, Racing le ganó el partido decisivo a Nacional de Montevideo en Santiago de Chile, donde Peñarol derrotó a River en 1966 y diez años màs tarde Cruzeiro venció al “Millonario”. O donde Independiente le ganó a Sao Paulo. Boca ganó su primera Copa en Montevideo ante Cruzeiro de Belo Horizonte; Argentinos venció, por penales, a América de Cali en Asunción del Paraguay. Y muchos ejemplos más.

Esta final única se asemeja al famoso tercer partido. Y el clima que le pusieron los hinchas de Flamengo y Palmeiras a la final fue espectacular. Llegaron en forma masiva, hasta darle un marco al Estadio Centenario, impresionante.

Los equipos, Palmeiras y Flamengo, se encargaron de responder a tanta expectativa. Con muy buen fútbol, jugadores de categoría, variantes tácticas y estratégicas, entre ambos hicieron un partidazo. Una gran final. Que empezó y terminó a pura emoción, tras más de dos horas de fútbol de alto vuelo.

A los 5′ abrió el marcador Palmeiras, tras un buen pelotazo del zaguero Gustavo Gómez para el pique de Mayke, este fue al fondo, lanzó el centro atrás para la llegada de Raphael Veiga, quien con un remate fuerte marcó el 1-0 a favor del equipo paulista.

Flamengo trató de recuperarse. El partido tomó un rumbo bastante claro; Palmeiras se ordenó en su campo, intentó cerrar caminos y el equipo Carioca se hizo del balón, a través del manejo de De Arrascaeta, Bruno Henrique y Everton Ribeiro. A los 16′ lo perdió Bruno Henrique, quien entró al área y no pudo definir. A los 18′ ejecutó un buen centro el uruguayo De Arrascaeta y Gabriel Barboza cabeceó afuera.

Palmeiras se sostenía en una defensa sólida, con Gustavo Gómez como principal sostén, Luan como socio caracterizado, Mayke profundo en la salida y Scarpa muy inteligente en el despliegue y el manejo por la banda izquierda. A los 28′ fue Dudú el que armó una buena llegada por izquierda para Palmeiras.

Flamengo debió hacer su primera modificación a los 30′, porque se lesionó Filipe Luiz y lo reemplazó René. El primer tiempo se cerró con una contra de Veiga a los 35′ que tapò el arquero carioca y 42′ De Arrascaeta sacó un bun tiro que controló Weverton.

En el segundo tiempo Flamengo profundizó el dominio, aunque Palmeiras siempre amenazaba de contragolpe. Bruno Henrique se paró más arriba, más cerca de “Gabigol” y del área, y sumaron varias oportunidades. A los 46′ lo tuvo Gabriel Barboza, a los 47′, de ese corner, la bajó Willian Arao y Gabriel Barboza no llegó a conectarla, muy cerca del palo derecho de Weverton.

El conjunto paulista tuvo su chance con un remate espectacular de Rony, a los 52′, que sacó Diego Alves con una mano al corner, tras un vuelo fenomenal. Pero siguió Flamengo al ataque, y a los 55′ David Luiz estuvo cerca, pero Weverton sacó con una mano. Luego, una chance de Bruno Henrique a los 59′ y la ventana de las variantes: a los 62′ Michael entró por Everton Ribeiro en Flamengo. A los 69′ De Paula, de gran partido, reemplazó a Danilo en Palmeiras.

Pero el empuje carioca iba a tener su premio, y a los 71′ Gabriel Barboza armó una buena pared con De Arrascaeta, entró por izquierda y sacó un remate fuerte y preciso que se metió bien pegadito al palo derecho de Weverton. 1 a 1, y a volver a empezar.

Wesley Ribeiro entró en lugar de Dudú en Palmeiras, cuando iban 76′. Mateuzinho reemplazó a Mauricio Isla, en Flamengo, a los 77′. Y luego, a los 80′, Danilo ingresó por Ze Rafael, en el equipo de San Pablo.

Lo pudo ganar Flamengo cuando a los 85′ De Arrascaeta metió un gran pase para Michael y y este sacó un remate desviado, cuando había llegado libre al área rival. Y no hubo tiempo para más. La prórroga había llegado.

Para empezar el suplementario, Kenedy reemplazó a Bruno Henrique en Flamengo, en tanto Deyverson ingresó en lugar de Raphael Veiga en el conjunto verde. Y el ingresado iba a tomar un protagonismo central en el partido, porque a los 94′ aprovechó un error del volante del equipo carioca Andreas Pereira, quien no dominó el balón tras recibir de David Luiz, y surgió Deyverson para llevarse la pelota, ir solo al arco rival y ante la salida de Diego Alves definió con un fuerte disparo, para poner el 2-1 a favor de Palmeiras.

Ahí pareció que el partido se cerraba, aunque faltaban más de veinticinco minutos por jugar. Lo cierto es que Palmeiras supo ahogar el ritmo el resto de ese primer tiempo suplementario. Para el comienzo del último parcial, Gabriel Menino entró por Mayke, en el equipo que dirige el portugués Abel Ferreira. Renato decidió dos variantes para Flamengo, cuando iban ya 110′ de juego. Pedro entró por Andreas Ferreira y Vitinho ingresó por De Arrascaeta. Y a los 111′, salió lesionado Joaquín Piquerez, y entró en su reemplazo Felipe Melo.

Flamengo empujó con el resto que le quedaba. A los 114′ Weverton cortó un centro que llevaba mucho peligro. Kenedy remató alto cuando se jugaban 115′. Enseguida Pedro recibió en el área y su disparo salió desviado, a los 116′. Palmeiras aguantaba en defensa y amenazaba de contragolpe, que recién lo pudo capitalizar a los 119′ con una jugada de Wexley Ribeiro, quien habilitó a Danilo Barbosa y el disparo de este se fue muy cerca.

El final fueron pelotazos y ollazos de Flamengo, a la búsqueda de hallar un pleno que no apareció. Palmeiras se aferró a sus ideas, defendió con orden, sacrificio y seriedad, y alcanzó la Copa Libertadores de América, tal como lo había hecho el año anterior, para desatar la euforia de su gente y celebrar en una anochecer en Montevideo que tuvo una tarde llena de fútbol.

Hernán O’Donnell

Unión quiere renovar su estilo y ganar protagonismo

Fue un partido que tenía su relevancia, aunque para el gran público que sigue al fútbol, y sobre todo al éxito, a los encuentros de mayor relieve, de alta taquilla, o que define obtención de objetivos máximos, haya pasado casi inadvertido. Pero jugaban Arsenal y Unión de Santa Fe en Sarandí, y allí fuimos para ver si al local le alcanzaba la recuperación esbozada ante Newell’s Old Boys, podía ganar y dejar atrás al último puesto de la tabla. Para el “Tatengue”, la chance de revertir la derrota dolorosa ante Defensa y Justicia y reafirmar un esbozo de recuperación desde la llegada de Gustavo Munúa a la dirección técnica del equipo.

Y fue la visita el que tuvo el mayor protagonismo del partido. Porque se mostró audaz, ofensivo, ambicioso. Y llegó con claridad varias veces en el primer tiempo. A los 4′ tuvo un tiro de esquina a favor, cabeceó Calderón y controló Medina, el arquero local. A los 8′ Enzo Roldán tomó de volea un balón sobre el borde derecho del área y su remate cruzado pasó muy cerca. A los 13′ volvió a probar desde afuera Roldán y el disparo pasó apenas alto. El conjunto santafesino propuso una línea de cuatro con Vera por derecha que subía una y otra vez; en la zaga Calderón y Emmanuel Brítez, y por izquierda, Claudio Corvalán. Juan Portillo como volante central, por delante de él, Imanol Machuca, Enzo Roldán, Gastón González ,y en el ataque Juan Manuel García por el medio y a la izquierda Nicolás Cordero. Y sumaba situaciones; a los 18′ se fue Corvalán por izquierda, tiró el centro y el cabezazo limpio de García fue atajado por Medina.

Arsenal intentó tener la pelota, procuró ser el protagonista, pero más allá de alguna buena jugada colectiva, no podía ser profundo. Para ello presentó un esquema con línea de cuatro, Ignacio Gariglio, Gonzalo Goñi, Suso y Emiliano Papa; dos contenciones, Emiliano Méndez y Picco. Dos volantes para crear, Kurspzky y Alejo Antilef. Y dos delanteros, Lucas Albertengo y Bruno Sepúlveda. No podía dominar, aunque intentaba, y para colmo sumaba problemas con los lesionados. A los 27′ Gaston Suso no pudo continuar y fue reemplazado por Lucas Suárez. Y cuando iban 35′ debió dejar el campo, también lesionado, Gariglio, y lo reemplazó Franco Martínez.

En el complemento se repitió la misma tónica. Al local le costó llegar al arco de Moyano. Y Unión lo hizo con mayor asiduidad. A los 47′, centro de Vera, cabezazo de García y control de Medina. Nicolás Cordero ejecutó alto un tiro libre cuando se jugaban 55′.

La mejor llegada de Arsenal fue a los 61′. Centro desde la izquierda de Antilef, rechazo en el área visitante, tomó la pelota Picco, metió un gran remate y Emanuel Brítez, de cabeza, sacó el balón al corner.

Luego llegó el momento de las variantes: a los 71′ Kevin Zenón entró en lugar de Nicolás Cordero, en Unión. El propio Zenón ejecutó, a los 74′, un tiro libre que Alejandro Medina controló en dos tiempos. Arsenal realizó en su tercera ventana, el tercer y cuarto cambio: Nicolás Castro entró por Kruspzky, y Bruno Farioli ingresó en lugar de Alejo Antilef. En Unión, Munúa decidió que Blasi ingresara por Vera, a los 79′, para reforzar el costado derecho y controlar a Nico Castro. Y a los 86′ Juárez reemplazó a Machuca, en el equipo de Santa Fe.

Todo parecía cerrarse con la igualdad en blanco, pero llegó el corner desde la izquierda, el rebote afuera, el centro de González que tomó Juarez en franca posición; su tiro que tapó Medina y de arremetida Emanuel Brítez ganó la pelota y la empujó al gol cuando iban 89′ y selló el 0-1 para Unión.

Arsenal apenas tuvo, a los 90+3′, un remate lejano de Franc Martínez, pero se fue desviado. No alcanzó para revertir el marcador. Unión celebró una victoria justa, conseguida con sacrificio y mucha audacia para ir por ella.

Hernán O’Donnell

Tigre desplegó todo su fútbol, gritó Campeón y regresó a Primera

La final del Campeonato de Primera Nacional 2021, la que definía al Campeón de la temporada y le otorgaba el primer pase a la Liga Profesional de Fútbol, la vieja Primera División, empezó a jugarse mucho antes del pitazo inicial en la cancha de Banfield. Desde el mismo momento en que quedaron clasificados Tigre y Barracas Central, el debate, la polémica, todas las opiniones y las controversias le dieron el puntapié inicial a un partido que fue de los más largos, hablados y discutidos de los últimos tiempos. Con el ingrediente de las redes sociales, cajas de resonancia de voces identificadas y anónimas de estos tiempos.
Pero el partido se jugó en la cancha y una multitud se acercó al “Florencio Sola” en un lunes de noviembre de intenso calor que con el correr de las horas le dio paso a un viento fuerte que hizo una noche mucho más fresca.

Y cuando cayó la noche, el estadio rebalsaba. Con una expectativa enorme, Tigre salió a buscarlo, a hacer pesar el valor de su jerarquía, sobre todo con los volantes. Blondel por derecha, Sebastián Prediger en el medio, Zabala por izquierda y Lucas Menossi más adelantado, como una suerte de enlace con los delanteros Protti y Magnín. En el arco Gonzalo Marinelli y una línea de cuatro clásica con Víctor Cabrera, Fernando Alarcón, Abel Luciatti y Sebastián Prieto.
A los 9’ avisó Magnín con un tremendo remate qué pasó al lado del palo derecho de Gagliardo, el arquero de Barracas.
El conjunto de Victoria manejó el desarrollo del del juego con la ductilidad de sus volantes, aunque le costó perforar la sólida defensa del “Guapo”, que se armó con un esquema de 4-1-4-1. Glaby, Cabrera, Fernando González y Paz; adelante Arce, luego Colitto, Vázquez, Ivan Tapia y Valenzuela, y Leonel Buter como centro atacante.
Sobre el final del primer tiempo, Tigre volvió a mostrar sus garras. Tomó el control del centro del campo, dominó a Barracas y tuvo un cuarto de hora final de la primera etapa a todo trapo. A los 35′ Cristian Zabala tomó un balón de un centro, le entró de zurda y la pelota pasó cerca del palo izquierdo del arco de Barracas.

A los 42′ Maximiliano Gagliardo sacó largo con el pie, pero la pelota no llegó a destino, porque por el camino la cortó Zabala. Se metió de izquierda hacia el centro y desde muy lejos sacó un disparo fuerte, combado y preciso, para marcar el gol del campeonato. Tigre se ponía 1 a 0, y a los 45+1′ Menossi sacó un buen remate que pasó apenas alto.

Barracas salió con una variante en el complemento: Germán Estigarribia ingresó en lugar de Leonel Buter. Se adelantó el “Guapo”, buscó la paridad y, por cierto, ofreció espacios a las espaldas de su línea de cuatro que Tigre siempre amenazó con aprovechar con eficacia.

A los 59′ Zabala se mandó por la izquierda, tocó atrás para la entrada de Sebastián Prieto, y el lateral enganchó para luego sacar un remate que se fue alto. A los 60′ llegó otra variante en Barracas Central; Facundo Stáble ingresó en lugar de Juan Vázquez. Pero era más el conjunto de Victoria y a los 62′ Protti ganó una pelota difícil en el área y Gagliardo la capturó con sagacidad. Barracas tuvo una llegada a los 63′ cuando un tiro libre al área fue conectado de cabeza por Cabrera, pero no prosperó. El “Guapo” se había adelantado en el campo, en tanto Tigre se preparaba para meter el contragolpe que definiera todo.

A los 75′ Diego Martínez hizo la primera modificación en su equipo: Agustín Cardozo reemplazó a Cristian Zabala. El juego se hizo intenso, luchado, con más ardor que ideas, con el grito del público que le ponía un sonido especial, que parecía olvidado.

A los 84′ Valentín Viola entró por Carlos Arce y Mauro Albertengo reemplazó a Bruno Cabrera, en Barracas Central. Mientras que en Tigre, a los 85′ Diego Sosa ingresó en lugar de Lucas Menossi. Y la útlima variante fue a los 90′, cuando Milton Celiz reemplazó a Protti.

Casi sin tiempo, a los 90+2′ un tiro libre para Barracas le dio un toque de dramatismo y suspenso al final, pelota que Prediger desvió al corner.

El final marcado por el árbitro Patricio Loustau, de buena tarea, desató la locura de todo Tigre. Jugadores, cuerpo técnico y simpatizantes. Todo fue un abrazo mancomunado, una alegría y un desahogo, por ver al hijo pródigo de Victoria otra vez codearse con el fútbol grande.

Hernán O’Donnell

Con mucho fútbol y algo de sufrimiento, River no detiene su marcha

Iba poco más de 1’ de juego y Robert Rojas estrelló un cabezazo en el travesaño. Era la expresión cabal de la intención del equipo. La de siempre. La de ir a buscar desde el inicio, la de volcar el juego en el campo rival y forzar la apertura del marcador. Platense respondió a los 7’ con un remate de Tijanovich que controló Armani y enseguida River marcó el gol que iba a ser el de la victoria.
Iban 9’ y Enzo Fernández, la figura del partido, habilitó de modo exquisito a Julian Alvarez y este convirtió desde una posición oblicua, incómoda. 0-1 para River apenas empezado.
Y se armó un lindo primer tiempo. Porque el “Calamar” quiso darle pelea, tal como lo había pensado Claudio Spontón, su entrenador. Con la búsqueda a las espaldas de Milton Casco, el local también tuvo un par de llegadas. Una clásica lìnea de cuatro, con Schott, Lomónaco, Acevedo e Infante. Dos volantes centrales, Ivan Gómez y Hernán Lamberti, adelante Tijanovich, Nicolás Bertolo y Brian Mansilla, y Matías Tissera como centro atacante.

Aunque el primer tiempo River dominó con mucho fútbol. Respaldado en la velocidad para las coberturas de Rojas, Paulo Díaz, David Martínez ( de gran primer período) y Casco. Simón por derecha, Enzo Pérez al medio, por izquierda Palavecino y suelto Enzo Fernández, la figura de la noche, para conectarse con Julián Alvarez y Brian Romero.

A los 18′ un disparo de Alvarez se fue alto. A los 21′, tras un tiro de esquina para el local, River armó un gran contragolpe, en el que Enzo Fernández habilitó a Brian Romero y el remate del delantero se fue abierto. Y a los 25′ Palavecino también intentó desde lejos y el tiro se fue muy elevado. River probaba de lejos y Marcelo Gallardo les pidió que jugarán más, y buscaran llegar con mayor claridad.

Platense tuvo una llegada a los 27′, cuando Lamberti peleó una pelota por derecha, asistió a Mansilla y el disparo de este salió cruzado. Pero la visita era más y a los 29′ Santiago Simón habilitó a Romero y el remate del atacante pegó en el poste derecho de Ojeda.

El equipo de Spontón llegó a los 33′ con un centro desde la derecha que Bertolo no logró conectar. Y River cerró el primer tiempo con otra maniobra muy clara, individual de Palavecino, quien gambeteó a dos hombres en el área y sacó un remate cruzado que rechazó Ojeda, el arquero calamar.

El segundo tiempo fue distinto, porque creció Platense y se quedó un poco River Plate. A los 30″ de juego Tissera sacó un gran disparo que rechazó Armani. A los 54′ Bertolo estuvo cerca. Platense había crecido. Curuchet entró en lugar de Brian Mansilla, a los 54′. Luego fue Tijanovich el que sacó un buen tiro, rechazó Armani y el rebote de Schott se fue elevado.

Se lesionó Enzo Pérez a los 60′ y lo reemplazó Bruno Zuculini; a los 66′ Jorge Carrascal entró por Santiago Simón y Tomás Galván ingresó por Palavecino en la visita, mientras que a los 68′ Sandoval reemplazó a Nicolás Bertolo en el conjunto local.

Fue mejor el “Calamar” en los primeros veinte minutos del complemento, pero luego, con las variantes, River se recuperó y volvió a tomar el mando del partido. Lo marcó a los 71′, con una llegada de contra bien ràpida a través de Julián Alvarez. A los 77′ Spontón hizo los últimos tres cambios del local; Gaston Gerzel entró por Matías Tissera, Recalde reemplazó a Lomónaco y Franco Baldassarra ingresó por Tijanovich.

Pero el “Millonario” ya había retomado el mando y a los 79′ Julián Alvarez armó otra buena jugada con una gran corrida, una pared con Carrascal y cuando le salió Ojeda, ejecutó un buen remate que tapó el arquero local.

River cerró sus variantes a los 86′ con el ingreso de José Paradela por Brian Romero. Y cuando todo parecía concluir, Platense tuvo la última a los 90+3′ con un centro a la olla que Augusto Schott no llegó a conectar.

River se abrazó a la victoria y celebró tres puntos de oro que lo acercan al objetivo, con una noche muy calurosa donde tuvo un primer tiempo lleno de fútbol y en el segundo supo sufrir y trabajar.

Hernán O’Donnell

El Luna Park reabrió sus puertas y la “Gurisa” Dionicius se quedó con la fiesta

Fue una noche maravillosa de Noviembre. Con la expectativa enorme de un público ávido por ver boxeo, que al atardecer empezó a arribar al mágico Templo de Corrientes y Bouchard para vivir una nueva apertura al boxeo, actividad por excelencia que albergó el Luna Park durante más de noventa años de existencia, pero que tuvo algunas interrupciones, y que cada vez que se anunció su re apertura, se vivieron noches como la del Sábado 20. Como aquella de 2002, cuando Omar Narváes venció a Adonis Rivas, en un combate que tuvo una inmensa convocatoria, un poco por el “Huracán” y otro mucho por vivir una vez más el glamour y la adrenalina de una noche de boxeo en el célebre escenario de Buenos Aires. Y, tras la última velada de 2013, tras una década llena de pugilismo, el Luna Park interrumpió el boxeo hasta llegar, tras ocho años, a esta nueva presentación.

Y lo hizo con atractivas peleas, algunas con más intensidad y emoción de la esperada, con varios pugilistas interesantes que invitan al seguimiento, y la de fondo que fue un poco menos de lo que se imaginaba.

“La Leyenda Continúa”, fue el título elegido para la velada. Y hubo más de novedades que de leyendas, al margen de la merecida expresión y reconocimiento a aquellos boxeadores que marcaron una época, como el caso de “Rocky” Flores, o el gran Juan Martín “Látigo” Coggi, o el sentido homenaje a todos los hombres y mujeres ligados al boxeo que han dejado este mundo en los últimos dos años.

El aperitivo resultó fantástico. Entre las peleas destacadas, la de Alan Chaves ante Matías García resultó muy destacada; de familia de boxeadores, pariente de Diego “la Joya” Chaves, Alan demostró buena presencia, una guardia zurda cerrada y desplazamientos correctos. Ganó bien el primer round y en el segundo round, comenzó con el dominio a través de un buen cross de de derecha, y luego volvió a dominar con un gancho al hígado que derribó a García, lo volvió a tirar con otro golpe a la zona blanda y sobre el cierre el árbitro paró el castigo para cerrar con una victoria por KOT 2 para Alan Chaves, que sumó su quinta victoria en otras tantas presentaciones.

Luego llegó el match entre Germán López y Rodrigo Ruiz, por la categoría Super Gallo. Ruiz dominó cuatro de los seis rounds, lo derribó en el primero, pero en el sexto y último consiguió el knock out con una buena combinación de golpes cuando sólo faltaban unos pocos segundos para terminar. Rodrigo Ruiz, otro vencedor de la noche.

La siguiente, Angel Nicolás Aquino y Kevin Muñoz. Por el Título Latino de la Categoría Gallo de la Federación Internacional de Boxeo. Y fue un triunfo claro de Aquino, representante del Club Atlético Platense. Un dominio del ganador notorio en el segundo round, luego en el cuarto lo desbordó y en el quinto una izquierda maciza y contundente, un cross que lo derribó y no pudo seguir.

Los medio pesados, Juan Boada de Colombia y el local Braian Suárez protagonizaron la pelea de semi fondo; aunque en realidad sólo hubo un protagonista: Suárez. El colombiano salió con decisión en el inicio del primer round, conectó bien en los primeros veinte segundos pero sobre el cierre, en el último minuto Suárez torció el destino. Se apoderó del segundo asalto y en el tercero lo derribó con un gancho al hígado y de la esquina del colombiano voló la toalla para cerrar la presentación. Braian Suárez era el nuevo campeón Latino de la categoría Medio pesado de la Organización Mundial de Boxeo.

Todo el show previo, hecho con buen gusto expectativa, previo a la pelea de fondo, se diluyó al comenzar la pelea entre Marcela Acuña y Débora Dionicius por el título Mundial interino de la categoría Super Gallo de la Organización Mundial de Boxeo.

El primer round fue pleno de estudio y casi no hubo acciones para destacar. Algo similar pasó en el segundo y en el tercero comenzó el dominio de Dionicius. Con muy buenos desplazamientos, una distancia apropiada para mantener a raya a la “Tigresa” y con la habilidad necesaria para acercarse y conectar algunos buenos golpes. En el cuarto ya fue más marcado el control de la “Gurisa”, y el dominio fue de ella. Y la tónica se mantuvo en los siguientes asaltos, sólo en el décimo aflojó Dionicius y se conformó con lo hecho. Pero había sido mucha la diferencia a favor de Débora, así como dos jueces lo vieron por 97-93, igual a nuestra apreciación, y el restante 96-94.

La historia dirá que Débora Dionicius ganó por puntos y se llevó el título Mundial interino de la OMB. “Estoy muy agradecida a Dios por esta victoria. Fue una noche soñada”, dijo la vencedora. Y le agradeció a Marcela Acuña la oportunidad.

Lloró, rió, agradeció y festejó. Que de eso se trata la vida.

Hernán O’Donnell

El cero a cero apagó las luces de la noche de San Juan

Toda la expectativa, las palabras previas, los comentarios y los análisis anteriores al partido entre la Argentina y Brasil, se apagó con el correr de los minutos hasta cerrar una noche deslucida en San Juan, con menos emociones y alternativas de las imaginadas, y con más lucha y roce en el juego que inventiva y creatividad. Los dos equipos se tomaron el clásico, hace tiempo que lo hacen, con más orgullo barrial que con interés de expresión genuina de fútbol. Es más lo que se cortan, se rozan y se miden, que lo que generan, que puede ser mucho, muchísimo más de lo que han demostrado en los últimos enfrentamientos, y que está avalado por la enorme jerarquía de sus figuras.

Argentina arrancó el partido con mucha intensidad, con una saludable vocación ofensiva y tuvo diez minutos de dominio que levantaron a las tribunas y que generó una ansiedad por ver una victoria en el Super Clásico de las Américas. Después se emparejó el partido, porque Brasil con Fred, Fabinho y Paquetá se hizo presente en la mitad de la cancha, consiguió el control de la pelota y aprovechó alguna grieta en la defensa local. Argentina era el espíritu de siempre, Rodrigo De Paul como abanderado de esa tónica, en tanto Leandro Paredes y Giovanni Lo Celso intentaban asociarse. En ese lapso, Vinicius tuvo la chance más clara para la visita.

Crédito: @Argentina

Toda la magia de Messi surgió sobre el final del primer tiempo. Para darle más ritmo a la Argentina, para mover los hilos y para provocar las llegadas más claras. A los 30′ lanzó un pase preciso para Lautaro Martínez, quien entró al área en diagonal y Marquinhos cortó su remate con destino de arco.

Y la más nítida fue un remate de Rodrigo De Paul, a los 40′, combado y al palo izquierdo de Alisson Becker quien se arrojó bien abajo y desvió el tiro.

Argentina hizo dos modificaciones para comenzar el segundo tiempo. Lisandro Martínez ingresó en lugar de Leandro Paredes y Joaquín Correa reemplazó a Lautaro Martínez. Y no se detendrían allí las variantes por cuestiones físicas como la de Paredes; a los 52′ Cristian Romero se esforzó en un pique y quedó lesionado del isquiotibial derecho, que provocó su reemplazo por Germán Pezzella.

Brasil se animó y a los 60′ llegó con un remate de Fred, una de sus mejores figuras, que se estrelló en el travesaño. A los 68′ presentó al joven Antony en reemplazo de Raphinha; y a los 69′ Vinicius disparó al arco y controló muy bien Emiliano Martínez. Era el momento de la visita.

Entonces apareció Messi, para probar a Alisson a los 72′ y decir que la Argentina también iba por la victoria. Entre roces, pierna fuerte y muchas trabas en la circulación, el partido tenía pocas llegadas, pero claras.

A los 74′ Julián Alvarez reemplazó a Angel Di María; a los 78′ lo hizo Gerson por Lucas Paquetá. Y los últimos cambios fueron a los 85′; Gabriel Jesús entró por Cunha, mientras que Nicolás Domínguez reemplazó a Giovanni Lo Celso.

Crédito: @Argentina

No había tiempo para más; el encuentro se cortaba entre tanta fricción, pero quedaba una oportunidad más y fue de Lionel Messi, con un remate fuerte y al medio que Alisson controló aunque dio un leve rebote y luego se zambulló sobre el balón.

El triunfo de Ecuador ante Chile un par de horas más tarde determinó la clasificación de la Argentina a la Copa Mundial de la FIFA-Catar 2022. Y el país futbolero celebró con alegría, aún cuando el 0 a 0 había quedado sellado en la noche de San Juan, en un encuentro en el que parecía que la enorme expectativa se iba a traducir en un partido vibrante, y el correr de los minutos apagó el fuego prometido.

Hernán O’Donnell

El Super Clásico de las Américas viaja a San Juan

Es uno de los partidos más importantes del fútbol mundial. Un Clásico con mayúsculas, admirado en todo el mundo, con una rivalidad histórica y miles y miles de historias, leyendas, anécdotas y cuentos que se han desparramado a lo largo de más de un siglo de enfrentamientos. Por Copas del Mundo, Eliminatorias, Copas América, Copas de las Naciones, del Atlántico y también por tornero juveniles. Cada vez que juegan la Argentina y Brasil el planeta fútbol entra en efervescencia. Se conmueve. Y este partido, que tiene la tranquilidad de Brasil de haber logrado ya la clasificación a la Copa Mundial de la FIFA-Catar 2022, y a la Argentina la encuentra a las puertas del ingreso, aún con ese objetivo a mano para los dos, igual se lo vive con todo lo que excede a los tres puntos en juego. Con todo el color y calor de un clásico que siempre tiene al honor por encima de las tres unidades y todo lo que está en juego en una competencia.

Crédito: Media AFA

Habló Lionel Scaloni, el entrenador del seleccionado nacional, y se refirió a la presencia de Lionel Messi, el primer tema que concitaba el interés de la prensa en el predio de la Asociación del Fútbol Argentino. “El otro día estaba bien y decidimos que jugara algunos minutos, para que empiece a tener buenas sensaciones. Para mañana está previsto que va a jugar”, dijo el DT.

“Lenadro (Paredes) entrenó con normalidad, es su tercer entrenamiento y veremos si lo incluimos en la convocatoria. En teoría está bien, la lesión está curada, así que mañana veremos si lo incluimos en la nómina. Paulo (Dybala) tuvo un golpe, antes de venir a la selección, y en el entretiempo ante Uruguay se resintió un poco, por eso decidimos sacarlo, si los estudios dan bien, veremos si lo incluimos en la convocatoria”, señaló sobre los otros jugadores lesionados.

Sobre el partido ante Brasil, señaló: “Será un partido de gran dificultad; este equipo de Brasil es de los más verticales de los últimos tiempos. Ya están clasificados al Mundial y puede cambiar un poco si Paquetá juega en la mitad de la cancha o por la zona de afuera. Es un partido de enorme dificultad, pero hay que disfrutarlo, en una cancha hermosa, que va a estar casi llena y con la expectativa del partido anterior que se suspendió y no pudimos disfrutar”. Y más adelante, volvió a ser consultado sobre el partido y el rival: “Intentaremos minimizar las cosas buenas que tiene Brasil. Queremos tomar el control del partido. La posesión no te garantiza ganar; Brasil cambia si Paquetá pasa a una banda. A nosotros nos gusta controlar el partido, pero es difícil saber lo que va a pasar. Sí puedo decir lo que nosotros queremos hacer, que es tener el control del partido.”

Crédito: Media AFA

“Si no hubiéramos obtenido el título, el trabajo hubiese estado bien de todas formas. Siempre se magnifica todo desde la victoria, pero el mensaje que hemos transmitido ha gustado y está más allá del resultado”, se expresó ante la relación que se estableció con la gente. “Nosotros tenemos que jugar de la misma manera, sea el rival que sea. A mi no me vale que un jugador mío juegue ante Venezuela de una manera y contra Brasil, de otra. El fútbol siempre es el mismo, más allá del rival que nos toque”, agregó.

“En cada rueda de prensa hablé siempre de lo difíciles que son estas eliminatorias. Muy difíciles, con muchas condiciones adversas, frío, calor, altura, la pandemia en el medio…unas condiciones increíbles por lo complicadas, y si se da la clasificación la tenemos que festejar bien , no tengo ninguna duda, porque damos por descontado que la Argentina tiene que estar y cuando vemos lo complicado que es y las dificultades que tienen las demás selecciones, no solo acá sino en Europa, y en los demás continentes, hoy en día el fútbol está muy parejo y difícil, y nosotros, al estar en la posición que estamos, a tantos partidos de terminar la clasificación y estar ahí cerca del objetivo, en una posición, en forma relativa, cómoda, es para remarcar. La dificultad es máxima, hemos visto selecciones que padecen lesiones, sanciones, y cuando venís mal parece que todo te juega en contra. Nosotros hemos aprovechado nuestro momento, estamos bien y creo que si se consigue es para estar satisfecho y festejarlo”, respondió a este cronista.

La Argentina está muy cerca del objetivo. Le toca un examen muy difícil, pero también para disfrutar. El Super Clásico de las Américas, el que tiene en vilo al planeta fútbol.

Hernán O’Donnell

En un final electrizante, España selló su pasaje al Mundial

Lo mejor del partido sucedió en los últimos veinte minutos de juego. Una corriente de electricidad recorrió el hermoso Estadio de “La Cartuja” cuando Zlatan Ibrahimovic, el ya célebre delantero sueco, se preparó para entrar en el campo de juego. Iban 71’ y el marcador estaba 0 a 0, pero Suecia entendió que no había mas tiempo para especular ni para perder. Que el empate era un resultado exiguo para llegar a la Copa Mundial de la FIFA-Catar 2022. Porque ese resultado beneficiaba a España, que llegó al match decisivo en Sevilla con un punto de ventaja sobre los escandinavos. Entonces, para Suecia no había otra alternativa que jugársela por los tres puntos, adelantar líneas y apostar a la enorme jerarquía de Ibrahimovic.

Hasta ese momento el paro había tenido un desarrollo intenso pero cuidado. Con un equipo, el local, que trató de prevalecer, de manejar el balón, darle buena circulación y llegar al arco rival. Con el apoyo de Pau Torres, de gran temporada este año y el fútbol del joven Gavi más el accionar siempre peligroso de Dani Olmo, España fue un poco más, aunque sin poder marcar una diferencia. Suecia era el orden, el clásico 4-4-2 y la imaginación de Forsberg para crear juego.

Pero lucía mejor el conjunto ibérico. Por mayor tenencia, por mejor presencia en el juego. Dentro de una cierta paridad, el local era algo más, en una lucha noble, jugada con alta intensidad pero sin excesos ni infracciones. De hecho, la primera amonestación llegó a los 76’, ya en ese contexto dramático de los últimos a veinte minutos de juego, cuando Krafth fue un poco fuerte y a destiempo sobre Dani Olmo y le cometió una infracción que le valió la amonestación.

Hasta ese lapso del encuentro, todo había transcurrido sobre carriles normales. España con una clásica línea de cuatro, con salida permanente en Azplicueta, el fútbol sin prejuicios de Gavi, y a los márgenes, Pablo Sarabia y Dani Olmo. Cuando la cosa no progresaba, vinieron los cambios. Dos delanteros, Alvaro Morata y Rodrigo Moreno entraron por Pablo Sarabia y Raúl de Tomás, cuando iban 58′ de juego. Suecia se apoyaba en la seguridad de su arquero Olsen, una línea de cuatro liderada por el zaguero de Manchester United, Lindeloff, cuatro volantes conducidos por el estratega de RB Leipzig, Forsberg, y los delanteros Dejan Kulusevski, de la Juventus, y Alexander Isak, de la Real Sociedad de San Sebastián.

A la visita también le iba a llegar el tiempo de los cambios. A los 62′  M. Svanberg entrò por E. Forsberg y R. Quaison ingresó en lugar de Kulusevski. Y no cambió demasiado el desarrollo de la película. Incluso parecía que se dirigía a un empate inexorable, con pocas posibilidades de modificar el marcador. Hasta que se movió Zlatan y Sevilla entró en efervescencia. Y más cuando a los 71′ el delantero del Milan ingresó por Isak, en tanto en España Mikel Merino reemplazó a Soler.

Y allí nació otro partido. Con más intensidad, con más llegadas, con una Suecia más adelantada y mayores espacios para Moreno y Morata. Para que Olsen interviniera en una situación peligrosa para su equipo. Para que Martin Olssson ingresara, a los 84′, por Krafth, lesionado. Y para que Dani Olmo sacara un tremendo remate que se estrelló en el travesaño, luego Morata tomara el rebote con suma frialdad y colocara un “globo” por encima de la salida de Robin Olsen para poner el 1 a 0 a los 85′ y España estallara en un grito de euforia irrefrenable.

El local fue por las últimas modificaciones a los  89′, cuando B. Mendez entró en lugar de Dani Olmo y Rodri lo hiciera por Gavi, para reforzar la marca en la mitad de la cancha.

Pero no hubo posibilidades, más allá que Suecia se jugó el resto en los cinco minutos agregados y le dio un toque de suspenso y emoción a un final que tuvo a toda “La Cartuja” en vilo, porque con Ibrahimovic en la cancha, todo podía suceder.

España se aferró al resultado y celebró la clasificación al Mundial. A Suecia le queda el “repechaje”, y un equipo serio y consistente, como para darle entidad a su ilusión.

Hernán O’Donnell