Manchester United, en busca de recuperar el terreno perdido

De a poco, se metió otra vez en la discusión. En los grandes titulares reservados a los distinguidos de la Premier League. Bajo la batuta de Ralf Rangnick, un entrenador alemán que en los últimos tiempos se había volcado hacia la dirección deportiva, en la que sobresalió su tarea al frente del RB Leipzig de la Bundesliga, que bajo su “managment” y la dirección técnica de Julian Nagelsmann, causó sensación en el fútbol alemán.

Rangnick ha reemplazado a  Olé Gunnar Solskjaer, quien no pudo enderzar un barco que hace tiempo se desvió de los cursos naturales. Y Manchester vio como la mitad celeste, la del City, se encaramaba en la pelea de los grandes campeonatos, mientras que United se cayó de los primeros planos. Ahora, de a poco, vuelven a reverdecer las luces.

El “Teatro de los Sueños” tuvo una noche de fin de año para recordar. Quizás le alcanzaron cuarenta y cinco minutos, tal vez le sobraron los otros; lo cierto es que el viejo “Old Trafford” vivió una noche vieja sensacional, con una actuación muy destacable en la primera etapa y una victoria consolidada que le permite al viejo United volver a entre mezclarse en la cima y soñar con una segunda rueda de ilusiones.

El equipo salió decidido ante Burnley. A los 5′ tuvo su primera chance, con un pelotazo de Shaw para la entrada de Cristiano Ronaldo, y el portugués, sólo ante la salida del arquero Wayne Hennessey, elevó su disparo. Era un aviso, porque enseguida llegó la apertura del marcador.

Iban 7′ cuando Scott Mc Tominay se anticipó a un balón que parecía dominar Ronaldo, ejecutó desde afuera con comba y sorprendió al aqruero visitante para poner el 1 a 0.

El equipo de Rangnick era práctico y eficaz. Sostenido en el trajinar de Matic y Mc Tominay, la habilidad de Sancho, las proyecciones de Shaw y la movilidad constante del uruguayo Edinson Cavani, se las arregló para apretar a Burnley y meterlo contra su arco durante más de media hora.

A los 19′ se fue sólo Shaw, en una buena jugada individual y su remate final se fue muy cerca. A los 26′ el lateral combinó con Sancho, este se metió en el área, enganchó y sacó un remate bien bajo y junto al palo izquierdo, para marcar el 2 a 0 para Manchester United.

Pudo aumentar Ronaldo, a los 29′, pero el zaguero Mee tapó su tiro. Y a los 34′ volvió a marcar el local. Mc Tominay sacó un remate fuerte y alto, desvió el arquero, pero el balón pegó en su palo izquierdo. El rebote le quedó servido a Cristiano Ronaldo, quien con un toque suave marcó el 3 a 0 para United.

El partido no ofrecía tregua, y Burnley iba a hallar su chance, a los 37′, cuando Aaron Lennon le ganó la posición a Maguire y sacó un disparo cruzado que se metió junto al palo derecho de De Gea, y Burnely achicó un poco la diferencia. 3-1 quedaba el marcador.

En el complemento, las luces se volvieron más tenues. Todo lo que tenían para ofrecer pareció gastarse en la primera parte. Como que todo se exprimió allí. De a poco, el partido bajo el tono y se volvió más denso, más lento, más opaco.

Burnley intentó con una variante, a los 57′ cuando D. Stephens ingresó por J. Cork. A los 65′ el francés Raphael Varane debió ingresar en lugar de E. Bailly, lesionado.

No había situaciones, mientras el juego transcurría en el centro del campo. Burnley fue por la segunda variante, cuando a los 73′ M. Vydra entró por Aaron Lennon. En el local, a los 80′ Dalot entró por Greenwood, para darle más marca y sosten al lateral derecho. En la visita, a los 83′ E. Pieters reemplazó a D. McNeil; y sobre el cierre, cuando ya iban 90+2′ el brasileño Fred ingresó en lugar de Cristiano Ronaldo en el dueño de casa.

Es que no hubo mucho más para contar en el complemento. Manchester United armó la fiesta de fin de año en cuarenta y cinco minutos, y en el complemento empezó a imaginar el futuro del año que viene.

Hernán O’Donnell

United reaccionó a tiempo y el lado rojo de Manchester guarda una esperanza

La fantástica Premier League tiene múltiples razones para ser considerada la mejor Liga del mundo. Por organización, por nivel de juego, por capacidad y comodidad de los estadios, por la propuesta de cada partido, por los espectáculos que genera. Y porque parece que no se detiene nunca. No hay feriados ni navidades, y cuando el balón frena su rodar en el resto del planeta, en Inglaterra continúa con su magia y sus ilusiones en días festivos, vacíos, donde el mundo parece detenerse. Pero en la Premier, eso no pasa. Y este lunes de entre fiestas, Manchester United visitó a Newcastle, con el objetivo de lograr una victoria que lo acerque a las primeras cuatro colocaciones, que son las posiciones que el torneo le reserva la clasificación a la Champions League a los competidores que ocupen esas plazas. Y el local, hundido en el fondo, con el fantasma del descenso que acecha, el encuentro era una linda oportunidad para sumar y escapar al sótano del certamen.

Newcastle empezó mejor el partido. Sostenido en el trabajo de sus volantes, Fraser, Longstaff, Shelvey, Joelinton y Saint-Maximim, empujó a United contra su campo y enseguida sacó ventaja: Iban 7′ cuando Raphael Varane perdió una pelota en una salida desde el fondo, el balón derivó hacia la izquierda del ataque local, allí recibió Saint-Maximim, quien despachó un remate que se abrió y dejó sin reacción a De Gea. 1 a 0 para Newcastle United.

Con la desventaja, intentó salir la visita. Apeló a la habilidad de Bruno Fernandes y la visión de Marcus Rashford, pero no encontraron interlocutores. Perdido Ronaldo, aislado Greenwood, poco de Fred y solo Mc Tominay par plear en el medio, mientras los centrales, Varane y Maguire ofrecían vehemencia pero poca solidez y bastantes desaciertos, sobre todo por el lado del francés. Solo David De Gea ofrecía seguridad y garantías en cada ataque que armaba el equipo local. El arquero, con un par de voladas tremendas, mantuvo a su equipo en partido.

El más que admirable Ralf Rangnick, entrenador alemán de United, dispuso dos modificaciones para comenzar el segundo tiempo: Jadon Sancho entró por el brasileño Fred, y el uruguayo Edison Cavani ingresó en lugar de M. Greenwood. Y el equipo creció, porque tuvo más movilidad y más apertura por los costados, por el trabajo de Sancho, y mayor presencia en el área local, a través de Cavani.

Para Newcastle el partido comenzó a complicarse a los 50′, cuando Callum Wilson se lesionó y debió dejarle el lugar a J. Murphy. El dolor pareció estar en el tendón de aquiles, o en la zona del sóleo. Lo cierto es que la salida de Wilson le restó pimienta al ataque local.

Tanto empujó United que a los 70′ llegó a la igualdad. La jugada nació en Maguire, combinó con Varane primero, se ofreció para recibir, desde la izquierda lanzó el pase al medio para Bruno Fernandes, este sacó un tremenda habilitación a la derecha para el pique de Sancho y el centro de Jadon fue directo a Cavani. Remató el uruguayo, rebotó en Jamaal Lascelles, el segundo central del local, y el rebote le quedó a Cavani, que con un tiro mordido y abierto logró la festejada paridad. El encuentro quedaba 1 a 1.

El local intentó con una variante; a los 74′ el paraguayo Miguel Almirón ingresó por Fraser, mientras que a los 77′ N. Matic debió reemplazar a S. McTominay, quien se retiró lesionado, con el botín derecho en su mano, pues no aguantaba el dolor en el pie.

Y enseguida llegó una chance para el local, pues mientras Manchester confiaba en la victoria y sumaba gente en ataque, de buen pie y creatividad como Rashford, Sancho, Cristiano Ronaldo y Edison Cavani, más las subidas de Alex Telles, surgió por izquierda Dwight Gayle, quien a los 81′ reemplazó a Saint-Maximim, y sacó un disparo que pegó en el palo izquierdo de De Gea; el rebote le quedó a Miguel Almirón, quien se perfiló y ejecutó un disparo combado que De Gea desvió con un vuelo brillante.

Lo había tenido United en una trepada de Telles que Cavani no pudo conectar; también en un error de Dubravka, quien había tenido un buen partido, pero se le escapó un balón y Cavani optó por patera de emboquillada, sin ver que Cristiano Ronaldo estaba libre y en mejor posición para rematar. Lo cierto es que el balón fue detenido por la defensa local.

Fue empate. Justo, porque Newcastle se hizo dueño del primer tiempo y Manchester United se lo llevó por delante en el complemento. Los dos siguen detrás de sus objetivos, pero la Premier no desilusiona a nadie.

Hernán O’Donnell

Los penales le sonrieron a Barracas y ahora lo espera la Primera División

Fue una final tensa, dura y emotiva. Con algo de fútbol al principio, algunas llegadas claras, dominios alternados, un segundo tiempo deslucido y la emoción, el drama, y la epopeya que siempre significan los penales. Barracas Central fue más certero en los remates desde el punto del penal, tuvo serenidad y la dosis imprescindible de suerte, festejó el 5-4 final y se abrazó en un grito para celebrar su llegada a la Liga Profesional de Fútbol, la vieja y querida Primera División, en la que estuvo por última vez hace casi un siglo.

El primer tiempo tuvo mucho ritmo. Comenzó con los dos equipos bien intensos; trataban de presionar y conseguir el balón de manera rápida para intentar construir ataques, pero las defensas también estuvieron atentas y cerraron con audacia los caminos. Barracas se paró mejor que en el encuentro ante Tigre. Más adelantado, más audaz, con una vocación ofensiva más clara. Maxi Gagliardo en la valla, una línea de cuatro en la que sobresalió el segundo central, Fernando González, bien ayudado por el lateral derecho, Axel Bordón, el primer central Bruno Cabrera, y el lateral izquierdo, Gonzalo Paz, de peramente subida al ataque. Tres volantes, Iván Tapia por derecha, Carlos Arce en el medio y Dylan Glaby volcado a la izquierda y adelante Lucas Colitto, Mauro Albertengo y Juan Vazquez.

Quilmes propuso al gran arquero Rodrigo Saracho en la valla. Línea de cuatro con Rafael Barrios, Pier Barrios, Agustín García Basso y Bindella. Otra línea de cuatro con Camilo Machado, Facundo Silva, Adrián Calello y Julián Bonetto; y en el ataque, Facundo Pons y el “Tanque” Mariano Pavone.

A los 4′ llegò Barracas con una trepada de Gonzalo Paz que finalizó en un tiro de esquina. A los 22′ llegó la primera emoción cuando Pavone clavó un derechazo tras recibir una habilitación de Machado, pero la jugada no estaba validada por offside de Machado al recibir el pase.

Respondió “El Guapo” a los 25′ con un tremendo cabezazo de Paz que se estrelló en el travesaño. Y a los 31′ lo pudo tener Quilmes, con un tiro libre peinado hacia atrás por la defensa de Barracas, el rechazo de Gagliardo y Rafael Barrios desvió el tiro final. Pero lo mejor llegaría a los 35′ cuando Machado ejecutó un tiro de esquina desde la izquierda del ataque de Quilmes y Mariano Pavone cabeceó con buena orientación pero el poste derecho de Gagliardo le negó la oportunidad.

En el segundo tiempo el arranque nos hizo ilusionar con una final intensa. a los 46′ un tiro libre de Facundo Silva se fue alto. Luego respondió Barracas con una buena jugada colectiva. Pero, de a poco, el partido se diluyó. Los cambios frenaron los impulsos, y los equipos se empezaron a alejar de los arcos rivales.

A los 65′ Fernando Valenzuela ingresó por Mauro Albertengo, en el equipo de De Paoli. En el conjunto de Facundo Sava, a los 66′, Federico Anselmo reemplazó a Pons, mientras que Tomás Bottari ingresó en lugar de Facundo Silva, quien estaba amonestado.

Leonel Buter entró en reemplazo de Juan Vazquez en Barracas, cuando iban 68′ de juego. Poco pasaba porque las defensas superaban a los ataques. Sava volvió a meter mano en su equipo, y a los 77′ Tomás Blanco reemplazó a Mariano Pavone, y Martín Ortega ingresó por Julián Bonetto.

A esa altura el partido parecía caminar de modo inexorable hacia la definición por tiros desde el punto del penal. A ambos les costaba llegar hasta las áreas rivales, mucho más generar situaciones de gol. El empate era inmodificable. Ni siquiera las últimas variantes cambiaron el panorama. A los 88′ Emanuel Moreno entró por Adrián Calello en el “Cervecero” y a los 90+2′ el delantero Estigarribia reemplazó al zaguero Bruno Cabrera, en Barracas. Dylan Glaby ocupo el lugar de Cabrera en la zaga, en una muestra más de versatilidad del lateral que juega en muchas posiciones.

Y así se fue el partido. Llegó el turno de los penales, el drama y la epopeya que siempre encierran estas definiciones. Convirtió Anselmo para Quilmes. Igualó Iván Tapia con un remate suave y sereno. Luego, el remate de Martín Ortega estuvo cerca de ser rechazado por Gagliardo, pero el palo lo ayudó a convertir. Lucas Colitto puso el 2 a 2. García Basso puso el 3 a 2 para Quilmes, e igualó en 3 Estigarribia. Se acercaba la etapa de definiciones. Emanuel Moreno colocó el 4 a 3 a favor de Quilmes y Gonzalo Paz le agregó emoción a la zona de fuego: 4 a 4.

Así se llegó a la última serie de los primeros cinco remates, con aciertos de todos los ejecutantes. Y Rafael Barrios fue para Quilmes, pero su tiro salió desviado. Explotó la gente de Barracas. Todo quedaba en los pies de Fernando Valenzuela, su jugador de mayor categoría. Y no falló. 5 a 4 para Barracas Central. Todo el júbilo y la alegría viajó en tiempo y espacio hacia esa zona de Buenos Aires que se emparenta con su nacimiento, su formación, sus sueños y sus ideales. Ese barrio que se acerca al Riachuelo y los albores de la gran ciudad. Esa zona de arrabaleros y desafiantes, que van ahora a la conquista de un sueño tantas veces postergado, pero que el tiempo no lo borró del horizonte, y hoy lo encuentra otra vez en la vieja y querida Primera División.

Hernán O’Donnell

El Argentina Open ya se vive en Buenos Aires

El Argentina Open ATP 250, el torneo que conmueve a Buenos Aires en cada verano desde hace más de veinte años, que pertenece al fabuloso circuito de la ATP y que en 2022 se jugará entre el 5 y el 13 de febrero como siempre en el legendario Buenos Aires Lawn Tennis Club, se presentó en una prolija, cálida y descontracturada conferencia de prensa. Allí estuvieron organizadores, representantes del gobierno, directores y, en representación de los jugadores, el campeón vigente, Diego Schwartzman, número 13 del ATP Tour.

Hubo muchas novedades; la más importante es que habrá un 100% de aforo en el torneo, lo que motiva a los jugadores y al público en general, a tener otra vez una presencia masiva en el Estadio principal y en el resto de las canchas en que se juegue. También habrá una pre-qualy que se jugará del 17 al 22 de enero en el mismo escenario.

También se habló de los tenistas. Se ha confirmado la presencia del austríaco Dominic Thiem, jugador número 15 del ranking de la ATP y del italiano Lorenzo Sonego, quien ocupa el 27º lugar del ranking ATP.

Consultado sobre la posibilidad de contar con la presencia de Juan Martín Del Potro, el director del torneo, Martín Jaite, señaló: “Nos encantaría contar con Juan Martín. Depende de su estado físico, si se recupera tendrá su lugar en el torneo; mientras, mantenemos conversaciones con jugadores importantes y en los próximos días puede haber novedades al respecto”.

Otra novedad destacable la aportó Martín Hughes, director ejecutivo y socio de Tennium, la empresa que organiza el Torneo: “El Argentina Open podría pasar a la categoría 500 en dos años; la ATP dará un “upgrade” (ascenso de categoría) a tres torneos 250 en todo el mundo y los elevará a 500. El Argentina Open es uno de los candidatos por su gran organización, que fue reconocida en los últimos años con numerosos premios”, señaló Hughes.

“Soy parte del Argentina Open desde chico. Es un torneo que fue fundamental en mi crecimiento y me encanta que también funcione así para los más chicos hoy en día. Es mi torneo favorito en el circuito”, dijo el “Peque” Schwartzman.

El torneo ya alcanzó la mayoría de edad; aquel certamen que nació en 2001, con una enorme expectativa pero sin imaginar el tiempo que iba a pasar y que se jugaría de forma ininterrumpida, tendrá el año próximo su edición número 22. “Me llena de orgullo”, dijo Jaite ante tamaña aventura. Y ahí está el Argentina Open. Con distintos sponsors que cobijaron su historia y le dieron nombre a cada una de sus ediciones, pero que en todas ellas hubo un hilo conductor: el amor incondicional por el tenis.

Hernán O’Donnell

Inter dominó de principio a fin y continúa en lo más alto

Fue una victoria clara de Inter sobre Salernitana. Amplia, contundente, brillante. El equipo de Milano fue a Salerno con la decisión tomada: salir a ganar, no demorar los caminos, monopolizar el balón y dirigirse al arco de Fiorillo de modo directo.

Así abrió el marcador cuando el partido asomaba. Un pelotazo largo en forma de centro de Calhanglu buscó la cabeza de Dzeko, pero Fiorillo, el arquero local, salió rápido y despejó la pelota al corner. El tiro de esquina lo ejecutó Calhanoglu y Perisic se anticipó a todos, a los 10′ de juego, para meter un cabezazo que se coló en el ángulo superior izquierdo del arco local y puso el marcador 0-1 a favor de Internazionale.

A partir de allí se iba a encadenar una serie de llegadas interminable de Inter, que presagiaron la goleada que al final se concretó. Porque a los 12′ Alexis Sánchez, de gran partido, puso un pase filtrado y abierto para la entrada de Dumfries, el lateral que jugó casi como un extremo a lo largo de la noche italiana, y sacó un tiro cruzado que Fiorillo desvió al corner con la puntita de los dedos.

A los 13′ desbordó Iván Perisic por la banda izquierda y sacó un centro que Dzeko cabeceó desviado. Recién a los 29′ iba a llegar el equipo local; Joel Obi apareció solo por la banda izquierda y su disparo fue bien rechazado por Handanovic al corner.

Pero era la noche del Inter, y a los 32′ amplió el marcador. Pelotazo largo y profundo de Dzeko para la entrada libre de Dumfries y el remate de este pegó en el travesaño, cruzó la raya y salió otra vez hacia el campo de juego, pero la tecncología no dudó en convalidar el gol, y el Inter quedó adelante por 0-2.

El dominio de la visita se sostenía en su posicionamiento. Bien adelantado en el campo, con la salida de Dumfries por derecha, Perisic por izquierda, el trabajo de Barella en el medio del campo, la conducción de Calhanoglu, la creatividad de Alexis Sánchez y la potencia de Dzeko, todo era demasiado para Salernitana, que se apoyaba en la jerarquía y experiencia de Franck Ribery, pero no tenía mucho más para sostenerse.

En el complemento se mantuvo el mismo libreto. A los 48′ el Inter armó una hermosa jugada colectiva que terminó con un disparo de D’Ambrosio que salió apenas desviado. Y enseguida llegó la jugada del partido. Alexis Sánchez recibió en su campo, de espaldas al arco rival, giró sobre si mismo y metió un pelotazo profundo y preciso para Calhanoglu. Este la curzó de derecha a izquierda para Dzeko, mientras picaba para recibir la devolución; tras volver a contactarse con la pelota, Calhanoglu advirtió la entrada veloz de Sánchez y lo asistió con un pase magistral. El chileno, ya dentro del área, concretó con un potente remate cruzado. Iban 51′ de juego y con el golazo de la noche Internazionale se adelantaba por 0-3.

El partido se resolvía, aún cuando restaban cuarenta minutos de juego. Las ventanas de los cambios jugaron su parte; a los 55′ la visita abrió la primera con tres modificaciones: Arturo Vidal ingresó por Nicolo Barella; F. Dimarco reemplazó a A. Bastoni, y Lautaro Martínez entró en lugar de Alexis Sanchez.

Salernitana estaba golpeado y el entrenador decidió dos variantes a los 60′: el bosnio M. Djuric entró por Simy, y A. Schiavone reemplazó a G. Kastanos. Poco se podía hacer mientras se acomodaban los nuevos en la cancha y a los 70′ llegaron más modificaciones. C. Gondo entró por el francés F. Ribery, y P. Jaroszynski ingresó en lugar de L. Ranieri en Salernitana, mientras que en la visita, Gaglairdini ingresó por Brozovic.

El encuentro estaba resuelto, pero hubo lugar para más emociones. Iban 76′ cuando Arutro Vidal quiso habilitar a Roberto Gagliardini, este entró al área, se la cortó Bogdan y el balón le quedó a Lautaro Martínez, quien sin dudar y con una tremenda repentización, sacó un remate de primera que se transformó en el 0-4 para Internazionale.

Un minuto después, a los 77′, Kolarov entró por IVán Perisic en la visita. Y a los 79′ Zortea reemplazó a Gyomber en el local. Le quedó una chance al equipo de Stéfano Colantuono, cuando a los 81′ Cedric Gondo habilitó Djuric y el cabezazo de este salió afuera.

Pero estaba visto que los rebotes de la noche también iban a favorecer a la escuadra de Milano, porque a los 86′ Arturo Vidal quiso asistir a Lautaro Martínez, el balón rebotó en Bogdan y le quedó servido a Gaglairdini, quien marcó el 0-5 a favor del Inter.

Una noche redonda que terminó con ese tanto. Internazionale ganó en forma clara, amplia y contundente. Y sigue su camino triunfal sin fisuras.

Hernán O’Donnell

Chelsea chocó con Pickford y resignó dos puntos importantes

Fue un partido vibrante, con un claro dominador, sobre todo en el primer tiempo, donde acumuló una enorme cantidad de situaciones para convertir y tuvo el control del juego. Chelsea dominó toda esa etapa, pero cada vez que debía dar la puntada final para abrir el marcador, se topó con la seguridad de Jordan Pickford, el arquero de Everton. Fue un monólogo del local, que tuvo audacia, rapidez e imaginación para llegar hasta el arco visitante, pero siempre surgía el arquero, o los remates finales se iban desviados.

A los 5′ fue la primera llegada del local. Jorginho puso un pase a las espaldas de Godfrey, James apareció libre por derecha y su disparo, muy factible, se fue afuera. A los 7′ James habilitó a Mason Mount y el remate cruzado de este se fue muy cerca del palo derecho del arquero visitante. A los 10′ Pulisic recibió un centro en el área chica, metió un taco sorpresivo y Pickford controló con seguridad. Luego Ziyech sacó un remate cruzado, desde la izquierda, que el arquero de Everton desvió al corner, cuando iban 12′. Y a los 15′ un tiro libre de Reece James fue controlado por Pickford. Se repitió a los 17′, pero esta vez James tomó el rebote del tiro libre y ese disparo salió apenas alto.

Chelsea dominaba con la solidez de los zagueros, Azpilicueta, Thiago Silva y Rüdiger, la proyección de los laterales James y Marcos Alonso, el trabajo en el medio de Jorginho y la dinámica de Pulisic, Mount y Ziyech en ataque. Everton no lograba hacer pie. No podía contener los ataques del local y mucho menos generar un contragolpe.

Era abrumador el dominio del equipo de Tuchel, y a los 29′ volvió a tener una oportunidad cuando un centro de Marcos Alonso fue conectado por Mount y Pickford volvió a evitar la caída de su valla. Mount volvió a tener una chance cuando quedó mano a mano con Pickford y el arquero otra vez tapó su remate, ahora a los 35′ de juego.

Chelsea salió a jugar el segundo tiempo con la misma intención, y a los 50′ otra vez contó con una buena posibilidad, cuando Mount disparó y atrapó Pickford. Rafael Benítez, el técnico visitante, intentó que su equipo saliera más, no se refugiara tan atrás y que peleara el partido un poco más cerca de la mitad de la cancha. A los 60′ L. Dobbin reemplazó a E. Simms, en la visita, mientras que en Chelsea, a los 62′ se produjeron dos variantes; R. Barkley entró en lugar de R. Loftus-Cheek para darle más juego y verticalidad a la mitad de la cancha, mientras que Saúl Ñiguez reemplazó a Marcos Alonso, aunque se ubicó en el centro del ataque. Así, pronto llegó la apertura del marcador.

Iban 69′ cuando una buena jugada colectiva del local derivó en una asistencia de Reece James a Mason Mount y este entró libre por derecha para vencer la resistencia de Pickford y poner el 1 a 0 para Chelsea.

Con el correr de los minutos decayó el dominio del conjunto de Londres. Se ahogó en la red que dispuso Everton y los ingresados no le dieron fluidez al juego. A los 70′ Rafa Benítez decidió que J. Gbamin reemplazara a André Gomes; y para colmo, el empate de la visita llegó muy pronto. Iban 73′ cuando Gordon ejecutó con precisión y efecto un tiro libre de la derecha y por detrás de todos los cabeceadores de ambos equipos apareció Brainthwaite para colocar la punta de su botín y poner el 1 a 1 en el partido.

Tuchel jugó su última carta. A los 78′ T. Chalobah ingresó en lugar del español Azpilicueta; Chelsea iba a tener una chance más, pero otra vez la frustraría la figura de la cancha. Iban 79′ cuando Barkley ejecutó un corner desde la derecha, Thiago Silva metió un formidable cabezazo abajo y Pickford la rechazó hacia afuera en un esfuerzo tremendo.

Y se empezó a cerrar el partido, porque Chelsea perdió la lucidez del comienzo, se enredó en la defensa visitante y no pudo generar más oportunidades de gol. Everton se abrazó al empate, a los 89′ cerró el partido con una última variante, la de Tyler Onyango en lugar de Gordon, y se apoyó en la seguridad de Jordan Pickford y la resistencia de Kenny, Holgate, Keane, Braithwaite y Godfrey, los defensores que impidieron que el local volviera a generar peligro.

Se le escaparon dos puntos a Chelsea, pero esta vez poco tendrá para reprocharse, porque más allá del bajón final, chocó con una muralla llamada Jordan Pickford.

Hernán O’Donnell

Aunque no alcanzó para clasificarse a las Copas, el triunfo de Argentinos resultó alentador a futuro

Gabriel Milito habló, como siempre, con claridad y honestidad, en la conferencia de prensa posterior al triunfo de su equipo, Argentinos Juniors, ante Sarmiento de Junín, y reflejó el sentimiento del entrenador. “Hemos hecho un buen campeonato, hemos jugado muy buenos partidos, hemos sido superiores a la mayoría de los rivales, pero no logramos los puntos que merecimos. Así es el fútbol, a veces el rendimiento y el resultado no van de la mano. Estoy muy satisfecho con el rendimiento del equipo, pero no alcanzó y, por detalles, se nos escaparon puntos que debimos haber logrado”. Enumeró los detalles, y son ciertos. Ante Aldosivi una expulsión que se juntó con el descuento del rival y un partido contralado, de pronto se “empiojó”. Hasta se falló un penal. Otra expulsión ante Vélez y enseguida el gol del rival. Y los puntos no logrados pero merecidos ante Patronato y Talleres de local, en Tucumán frente a Atlético, en Santa Fe contra Unión, el gol anulado contra River que hubiera sido el empate transitorio…

Pero, la realidad es inmodificable, y pasó lo que pasó. Argentinos no cosechó en función de lo que sembró en el desarrollo del juego y el triunfo frente a Sarmiento sirvió para cerrar el año con optimismo hacia el futuro, más allá de no ingresar a la Copa Sudamericana.

Una victoria que se construyó con la dinámica y la intensidad habitual del equipo de Gabriel Milito. Con los tres centrales, Mac Allsiter, Miguel Torrén y Lucas Villalba. Javier Cabrera por derecha, Fausto Vera por el medio, Elías Gómez por izquierda, mientras que Gabriel Florentín y Gabriel Carabajal trabajaron como internos. Adelante, Nicolás Reniero y Gabriel Avalos.

A los 9′ desbordó Gómez por izquierda, lanzó un centro y Reniero conectó con lo alto de su cabeza, por lo que el balón salió elevado del travesaño. Fue la primera llegada.

Respondió Sarmiento con un remate de Gabriel Alanís a los 11′, fuerte y cruzado, que pasó cerca del palo izquierdo de Federico Lanzillotta, el arquero local. Volvió a tener una chance a los 34′ con un tiro de Sergio Quiroga que controló Lanzillotta.

Fausto Vera sufrió un golpe en el pómulo que le impidió seguir, pues tenía la vista nublada, y a los 35′ fue reemplazado por Galarza, quien se ubicó de volante interno y Florentín quedó solo como volante central, una posición que ocupó ante Gimnasia y contra Vélez Sársfield.

El primer tiempo se cerró con un tremendo tiro libre de Carabajal a los 37′, fuerte y preciso, que salió apenas alto.

En el complemento el partido creció en intensidad; a los 48′ el conjunto de Junín armó una jugada prolija y efectiva que terminó con un disparo de Sergio Quiroga que se fue arriba del travesaño.

Y ahí empezó a crecer el local. A los 53′ Elías gómez disparó fuerte y bajo un tiro libre que Manuel Vicentini rechazó, llegó el siguiente centro y Mac Allister cabeceó el balón que se estrelló en el palo derecho.

A los 56′ Lescano reemplazó a Gabriel Alanís en la visita. A los 61′, Mainero entró por Gondou. Sarmiento quería recomponerse, mientras Argentinos apostaba a la victoria: Mateo Coronel entró por Gabriel Carabajal y Ovando ingresó en lugar de Nicolás Reniero, cuando se jugaban 63′.

Sarmiento tuvo una oportunidad a los 64′ cuando Mainero remató con posibilidades y Kevin Mac Allister salvó de cabeza sobre la línea. Martín Funes, el DT visitante, quemó las naves y a los 69′ efectuó las últimas tres modificaciones: Benjamín Borasi entró en reemplazo de Sergio Quiroga, F. Antonini ingresó por Martín Garcia y Federico Paradela reemplazó a J. Brea.

Pero ya el partido estaba bajo el dominio del “Bichito Colorado”, y a los 72′ Mateo Coronel metió un remate bajo y fuerte que atrapó bien Vicentini. A los 77′ Luciano Gómez entró en lugar de Gabriel Florentín, y Herrera ingresó por Javier Cabrera. Argentinos iba por todo.

Sobre el final llegaron los gritos. Iban 79′ cuando Luciano Gómez largó un buen centro al área, cabeceó Herrera, el balón pegó en el poste izquierdo de Vicentini y Mateo Coronel aprovechó para sacar un tiro seco y poner el 1 a 0 para Argentinos Juniors.

Cuando se jugaban 90′ exactos Galarza recuperó un balón en mitad de cancha, le dio un pase exquisito a Avalos y este definió con un tiro cruzado para poner el 2-0 a favor del local.

Fue el resultado definitivo, el más justo en el partido, el que cerró un año positivo, que no alcanzó para llegar a la Sudamericana, pero que ya lo tiene a Gabriel Milito en el pensamiento de lo que hay que trabajar, lo que hay que corregir y lo que habrá que agregar para soñar con un año superior.

Hernán O’Donnell

Platense cerró el año con una enorme sonrisa

La lluvia de goles del segundo tiempo no debe llevar a la confusión. El partido que jugaron Platense y Vélez en Vicente López no tuvo brillo ni alto vuelo futbolístico. Fue un encuentro discreto, con muy pocas llegadas en el primer tiempo y con una contundencia feroz en el complemento, que redondeó un marcador abultado y en el que el local se llevó el premio mayor porque nunca perdió el optimismo.

Pasó muy poco en el primer período. Platense salió con un poco más de decisión y contó con una buena chance a los 9′ por intermedio de un penal que Matías Tissera ejecutó al medio y Carlos Lampe, el arquero de Vélez Sársfield supo retener.

Luego, el “Calamar” llegó con un remate de Facundo Curuchet, a los 15′, que Lampe controló al retroceder, y a los 16′ el mismo Curuchet probó de lejos y el disparo salió arriba del travesaño. El equipo de Claudio Spontón se paró con Jorge De Olivera en el arco. una línea de cuatro con Augusto Schott, Lomónaco, Recalde, y Juan Infante. Dos volantes de contención, Hernán Lamberti e Iván Gómez, tres media puntas, Curuchet, Nicolás Bertolo y Horacio Tijanovich, y Matías Tissera de centre forward. Enfrente, Vélez presentó un esquema similar. Al arco Lampe; Guidara, Gianetti, Martínez y Ortega en el fondo. Gerónimo Poblete y Federico Mancuello en el medio; Bouzat, Lucas Pratto y Janson más adelante, y Lucero como centro atacante. Aunque el esquema se convertía en un 4-4-1-1 cuando Platense atacaba, porque Janson y Bouzat se alineaban con Poblete y Mancuello, mientras Pratto se mantenía detrás de Lucero.

El primer tiempo no tuvo más emociones, salvo al final, cuando Tijanovich metió un excelente tiro libre que pasó muy cerca del palo derecho de Lampe y que muchos en la platea lo vieron adentro, lo que los llevó al grito de gol equivocado. Y a los 42′ Juan Infante remató fuerte y controló Lampe.

Vélez salió a jugar el segundo tiempo con una variante: Agustín Mulet reemplazó a Gerónimo Poblete, el único amonestado que tenía el visitante. Y llegaron las emociones, todas las que habían escaseado en el primer período.

A los 46′ llegó el centro de Tijanovich y Matías Tissera convirtió con un remate seco, para poner a Platense adelante por 1 a 0.

Respondió Vélez con un disparo de Mulet que controló De Olivera, a los 48′. Y a los 50′ llegó a la igualdad, luego de una excelente maniobra colectiva que derivó en una entrada de Lucero que puso el marcador 1 a 1.

Y habría más emociones. Porque a los 56′ Vélez tuvo un corner desde la derecha, lo ejecutó Janson y de cabeza convirtió Martínez, con un disparo cruzado que dejó el resultado 1-2 a favor de Vélez Sársfield.

Pero las cosas no iban a quedar así. A los 59′ llegó una buena habilitación de Iván Gómez para Facundo Curuchet y este lanzó un fuerte remate cruzado que puso el 2 a 2 en el encuentro.

Después, llegaron las ventanas de los cambios. A los 61′ Franco Baldassarra reemplazó a Nicolás Bertolo. Llegò el “Calamar” con un tiro de Matìas Tissera a los 65′ de juego. Thiago Almada entró por Lucas Pratto, a los 66′.

Y Mauricio Pellegrino iba a hacer dos variantes más para la visita, a los 72′ de juego: Brizuela entró en lugar de Martínez, y Orellano ingresó por Bouzat.

Después actuó Claudio Spontón, con tres variantes a los 79′ del partido. Ignacio Schor entró por Facundo Curuchet, Tomás Sandoval reemplazó a Matías Tissera, y Brian Mansilla ingresó en lugar de Horacio Tojanovich. Enseguida Mansilla se fue solo por izquierda, a los 82′, pero le salió un remate débil que controló

En Vélez, la última modificación se produjo a los 83′ cuando Cristian Tarragona reemplazó a Juan Lucero.

El partido parecía terminado, pero Platense insinuaba un poco más. A los 88′ Tomás Sandoval metió un gran cabezazo que detuvo Lampe. A los 89′ Mauro Bogado entró por Iván Gómez, en el último cambio del local.

Y en tiempo de descuento llegó la sonrisa de una noche diáfana en Vicente López. La perdió Gianetti en el fondo, llegó el centro desde la izquierda, cabeceó Schor, Lampe la dejó corta, intentó Mansilla, rebotó otra vez en Lampe y Schor tomó otra vez el balón para meterlo en la valla visitante y marcar el 3-2 para Platense a los 90+2′.

Era el final, con una sonrisa gigante y la alegría total del pueblo de Saavedra, que cerró un año de ensueño, con la vuelta a Primera División y una campaña para celebrar.

Hernán O’Donnell

Boca fue el dueño de los penales y salió Campeón de la Copa Argentina

Fue una noche intensa, vibrante, con más nervios y especulaciones que juego. Con la tensa calma que siempre se refleja en una final de campeonato. Boca ganó por penales, 5-4, la Copa Argentina ante Talleres de Córdoba en una final que tuvo un marco extraordinario en el Estadio Único “Madre de Ciudades” de Santiago del Estero, pero que careció de juego, por lo menos de lo que se aguarda de una final, o de dos equipos finalistas.

El equipo del “Cacique” Medina tuvo un poco más de protagonismo, a partir de la tenencia en la mitad de la cancha. Apoyado en una clásica línea de cuatro, con Tenaglia, Komar, Rafael Pérez y Enzo Díaz. Rodrigo Villagra y Juan Méndez como volantes internos, por delante Valoyes, Carlos Auzqui y Angelo Martino, y Michael Santos como referencia de ataque.

A los 7′ llegó por intermedio de Rafael Pérez, quien tomó un balón de un corner, enganchó ante Advíncula y sacó un remate que tapó Carlos Izquierdoz casi de rodillas. El conjunto de Sebastián Battaglia también presentó un esquema definido. La seguridad de Agustín Rossi en el arco, Luis Advíncula, Izquierdoz, Marcos Rojo y Frank Fabra en la zaga. Agustín Almendra, Campuzano, Juan Ramírez en la línea media. Edwin Cardona como volante de enlace con los delanteros, Sebastián Villa y Luis Vázquez. Y el equipo dio pelea, aunque le costó armar jugadas de peligro. Su llegada principal fue a los 38′, con un disparo lejano de Cardona.

Crédito: @afa

Pero Talleres era un poquito más incisivo, así Valoyes sacó un buen remate a los 41′ que Rossi despejó al corner.

En el segundo tiempo hubo un momento que cambió el rumbo del partido. Carlos Auzqui, que hizo un gran esfuerzo por jugar, salió, agotado, a los 63′ y en su lugar ingresó Héctor Fértoli. Y a los 65′ se fue expulsado Juan Ramírez, de Boca Juniors, lo que modificó el dibujo del equipo de Battaglia; 4-4-1, con Cardona por izquierda y Villa por derecha, mientras que Almendra jugaba de interno junto a Campuzano y Luis Vázquez quedaba de llanero solitario.

A los 70′ Talleres tuvo una llegada clara, con un centro de Enzo Díaz y Héctor Fértoli no llegó a conectar. Y enseguida, las ventanas de los cambios. A los 71′ entró Esquivel en lugar de Angelo Martino, en el equipo cordobés. Y en Boca, Diego González reemplazó a Almendra, en tanto Medina ingresó en lugar de Cardona.

Crédito: @afa

A los 81′ se lesionó Luis Vázquez y lo reemplazó Sandez, quien se ubicó como lateral izquierdo y Fabra se adelantó a la línea media. El partido se jugaba en la mitad de la cancha. Talleres tenía la pelota, la trataba con respeto y procuraba llegar con limpieza al arco rival, pero Boca se había ordenado bien en el campo y contenía los avances cordobeses.

A los 90+1′ Francis Mac Allister reemplazó a Villagra, y Mateo Retegui ingresó en lugar de Tenaglia, en Talleres, mientras que a los 90+2′ Eduardo Salvio entró en lugar de Villa y Cristian Pavón reemplazó a Fabra.

La última del partido fue para Boca, en un tiro libre a la olla que cabeceó Marcos Rojo y salió apenas desviado. Fue la imagen final, para darle paso a los penales.

Se ejecutaron en el arco de la hinchada de Boca, y ese plus de aliento pareció surtir efecto. Mateo Retegui abrió la serie para Talleres, igualó Marcos Rojo y en la segunda tanda, falló Fértoli. Ahí empezó a volcarse la serie para Boca, porque ya no falló. Desniveló Izquierdoz y la ventaja, 1-2, se mantuvo hasta el final.

Méndez para Talleres, Pavón para Boca; Enzo Díaz le dio esperanza a Córdoba, Sandez se sacó la angustia del joven que asume una gran responsabilidad. Toda la presión recayó en Michael Santos, quien empató el partido y la pelota quedó a disposición de Eduardo “Toto” Salvio. No falló. Lo ejecutó con frialdad, sabiduría y experiencia, arriba, al ángulo superior izquierdo de Herrera y desató la locura, la alegría, el festejo, el desahogo.

Boca había ganado por penales, pero la alegría no se la quitó nadie. La Copa Argentina estaba otra vez en sus manos.

Hernán O’Donnell

Peñarol fue más certero en los penales y es el Campeón uruguayo 2021

El torneo uruguayo tiene una cierta complejidad en su definición que parece un jeroglífico, pero en verdad es menos difícil de lo que aparenta. Se juega un torneo Apertura y un Clausura. Además, se conforma una tabla “Anual” con la suma de los dos certámenes. El campeón del Apertura juega una “suerte” de final, también llamada semifinal, con el campeón del Clausura, y el vencedor juega ante el ganador del torneo “Anual” para definir al Campeón Uruguayo.

Pero puede suceder que se repita un equipo en el éxito de más de uno de los torneos, con lo cual le da un plus de chances de salir Campeón Uruguayo. Que fue lo que sucedió, porque Plaza Colonia ganó el Apertura, Peñarol fue el primero en el Clausura y obtuvieron el derecho a jugar el encuentro que le diera el boleto al enfrentamiento con el ganador del “Anual”. Y hete aquí que ese vencedor del “Anual” fue Peñarol, por lo que si el “Aurinegro” vencía a “Pata Blanca”, de modo automático se consagraba Campeón Uruguayo. Si ganaba Plaza Colonia, obtenía esa clasificación a jugar la gran final frente al ganador del “Anual”, Peñarol.

Todo un laberinto para quienes no siguen la Liga Uruguaya, pero lleno de emoción y de interés por una definición que asoma justa, más allá de su complejidad. Y Peñarol se consagró ¡Campeón! porque esta suerte de semifinal la ganó por penales, 8 a 7, tras una larga serie de ejecuciones, llena de incertidumbre, emoción y suspenso, precedida de un partido que tuvo un pico de rendimiento en la primera parte, se contrajo en el complemento y en la prórroga bajó su intensidad. Porque en la primera etapa se vieron los goles, de Renzo López a los 35′, de penal, para Plaza Colonia, y a los 40′ igualó Facundo Torres, para el aurinegro.

Peñarol siempre tuvo un poco más la pelota, intentó dominar las acciones y acabar con el pleito para no ir a la gra final prevista para el sábado si el equipo de Colonia ganaba. Así fue como a los 75′ Alvarez Martínez sacó un gran remate que se fue desviado. y en el alargue fue Busquets el que consiguió el balón, con una plancha previa, el juez dejó seguir y largó un disparo alto y preciso que Mele, el arquero de Plaza, desvió al corner.

Cuando llegó la tanda de penales parecía que Plaza iba a forzar una gran y definitiva final, porque comenzó con la primera ejecución, se adelantó 2-1 y en el cuarto penal Mele le detuvo el remate al argentino Damián Musto, volante de Peñarol. Con el 3 a 2 a favor, y para iniciar la cuarta serie, Ivo Calleros desvió su disparo y no logró ampliar la ventaja para el “Pata Blanca”. Peñarol aprovechó, empató 3-3 Ruben Bentancourt y terminaron 4-4 la primera tanda.

La serie de un penal por equipo fue emotiva y larga. Porque todos fueron bien ejecutados hasta llegar a un empate en 7, tras seis penales pateados. En la cuarta serie, Zevallos, de Plaza Colonia, elevó su tiro y toda la responsabilidad quedó en el argentino Nicolás Gaitán, quien se paró con toda serenidad ante el balón, no le hizo mella el “histrionismo” de Mele, y con mucha seguridad puso un remate bajo, a la derecha del arquero, que se jugó al otro palo. Y Peñarol ganó por 8-7, para desatar la locura, el delirio, y la alegría de un Estadio Centenario desbordante de banderas aurinegras.

¡Peñarol Campeón Uruguayo 2021! Un grito de corazón, amplio, estruendoso, emocionante y merecido. Ante un dignísimo rival, Plaza Colonia, que ofreció batalla a lo largo de dos horas, el pueblo “Manya” celebra un fin de año con otra vuelta olímpica, acorde a su riquísima historia.

Hernán O’Donnell