La fantástica Premier League tiene múltiples razones para ser considerada la mejor Liga del mundo. Por organización, por nivel de juego, por capacidad y comodidad de los estadios, por la propuesta de cada partido, por los espectáculos que genera. Y porque parece que no se detiene nunca. No hay feriados ni navidades, y cuando el balón frena su rodar en el resto del planeta, en Inglaterra continúa con su magia y sus ilusiones en días festivos, vacíos, donde el mundo parece detenerse. Pero en la Premier, eso no pasa. Y este lunes de entre fiestas, Manchester United visitó a Newcastle, con el objetivo de lograr una victoria que lo acerque a las primeras cuatro colocaciones, que son las posiciones que el torneo le reserva la clasificación a la Champions League a los competidores que ocupen esas plazas. Y el local, hundido en el fondo, con el fantasma del descenso que acecha, el encuentro era una linda oportunidad para sumar y escapar al sótano del certamen.

Newcastle empezó mejor el partido. Sostenido en el trabajo de sus volantes, Fraser, Longstaff, Shelvey, Joelinton y Saint-Maximim, empujó a United contra su campo y enseguida sacó ventaja: Iban 7′ cuando Raphael Varane perdió una pelota en una salida desde el fondo, el balón derivó hacia la izquierda del ataque local, allí recibió Saint-Maximim, quien despachó un remate que se abrió y dejó sin reacción a De Gea. 1 a 0 para Newcastle United.
Con la desventaja, intentó salir la visita. Apeló a la habilidad de Bruno Fernandes y la visión de Marcus Rashford, pero no encontraron interlocutores. Perdido Ronaldo, aislado Greenwood, poco de Fred y solo Mc Tominay par plear en el medio, mientras los centrales, Varane y Maguire ofrecían vehemencia pero poca solidez y bastantes desaciertos, sobre todo por el lado del francés. Solo David De Gea ofrecía seguridad y garantías en cada ataque que armaba el equipo local. El arquero, con un par de voladas tremendas, mantuvo a su equipo en partido.

El más que admirable Ralf Rangnick, entrenador alemán de United, dispuso dos modificaciones para comenzar el segundo tiempo: Jadon Sancho entró por el brasileño Fred, y el uruguayo Edison Cavani ingresó en lugar de M. Greenwood. Y el equipo creció, porque tuvo más movilidad y más apertura por los costados, por el trabajo de Sancho, y mayor presencia en el área local, a través de Cavani.
Para Newcastle el partido comenzó a complicarse a los 50′, cuando Callum Wilson se lesionó y debió dejarle el lugar a J. Murphy. El dolor pareció estar en el tendón de aquiles, o en la zona del sóleo. Lo cierto es que la salida de Wilson le restó pimienta al ataque local.
Tanto empujó United que a los 70′ llegó a la igualdad. La jugada nació en Maguire, combinó con Varane primero, se ofreció para recibir, desde la izquierda lanzó el pase al medio para Bruno Fernandes, este sacó un tremenda habilitación a la derecha para el pique de Sancho y el centro de Jadon fue directo a Cavani. Remató el uruguayo, rebotó en Jamaal Lascelles, el segundo central del local, y el rebote le quedó a Cavani, que con un tiro mordido y abierto logró la festejada paridad. El encuentro quedaba 1 a 1.
El local intentó con una variante; a los 74′ el paraguayo Miguel Almirón ingresó por Fraser, mientras que a los 77′ N. Matic debió reemplazar a S. McTominay, quien se retiró lesionado, con el botín derecho en su mano, pues no aguantaba el dolor en el pie.
Y enseguida llegó una chance para el local, pues mientras Manchester confiaba en la victoria y sumaba gente en ataque, de buen pie y creatividad como Rashford, Sancho, Cristiano Ronaldo y Edison Cavani, más las subidas de Alex Telles, surgió por izquierda Dwight Gayle, quien a los 81′ reemplazó a Saint-Maximim, y sacó un disparo que pegó en el palo izquierdo de De Gea; el rebote le quedó a Miguel Almirón, quien se perfiló y ejecutó un disparo combado que De Gea desvió con un vuelo brillante.
Lo había tenido United en una trepada de Telles que Cavani no pudo conectar; también en un error de Dubravka, quien había tenido un buen partido, pero se le escapó un balón y Cavani optó por patera de emboquillada, sin ver que Cristiano Ronaldo estaba libre y en mejor posición para rematar. Lo cierto es que el balón fue detenido por la defensa local.
Fue empate. Justo, porque Newcastle se hizo dueño del primer tiempo y Manchester United se lo llevó por delante en el complemento. Los dos siguen detrás de sus objetivos, pero la Premier no desilusiona a nadie.

Hernán O’Donnell