Italia y Argentina, o la historia viva del fútbol

Es uno de esos partidos bravos, difíciles, con mucha historia detrás. La Argentina se enfrenta a Italia en el Olímpico de Roma, y está todo dicho.

Porque al margen del carcater amistoso, de que le anteceda una visita al Papa, que al cabo se midan estos seleccionados en honor a Su Santidad, pues se enfrentan su país de nacimiento como el de su lugar de residencia, sabemos que Italia y Argentina representan a dos grandes del fútbol mundial. Y que hay una larga historia de enfrentamientos; incluso, en mucha oportunidades se midieron en la competición final de la FIFA, en las Copas del Mundo.

Roma espera por este gran partido
Roma espera por este gran partido

En el mundial de 1974 se midieron en Stuttgart. Igualaron 1 a 1 y el partido fue muy recordado, porque a partir de ese empate, la Argentina comenzó a recuperarse de la derrota ante Polonia, y luego pudo golear a Haití, mientras que los polacos vencieron a los italianos y así avanzó la blanquiceleste a la segunda ronda.

En aquel encuentro deslumbró un “gurrumín” de piernas chuecas, habilidad endemoniada y desenfado en la gambeta: René Orlando Housemann marcó el primer gol del partido, tras un gran pase de Carlos Babington, y encendió las esperanzas argentinas. Luego, un tanto en contra de Roberto Perfumo decretó la igualdad.

En el mundial siguiente, otra vez compartieron grupo. Argentina había vencido a Hungría y Francia. Italia había hecho lo propio con esos equipos: primero le ganó a Francia y luego a Hungría.

Se enfrentaron en River Plate, aunque ambos ya estaban clasificados, el resultado determinaría el orden entre el primero (que continuaría jugando en River en la segunda ronda) y el segundo (que se mudaría a Rosario).

Se impuso la visita con un tanto de Roberto Bettega…el resto, es historia conocida.

Roberto BettegaComo un capricho del destino, en el siguiente mundial se volvieron a cruzar. Era el tercer enfrentamiento consecutivo. Era por la segunda ronda del Mundial España 1982, y otra vez se impuso el seleccionado azzurro, esta vez por 2 a 1. A partir de esa victoria, los europeos se encaminaron al título mundial…

Pero esto no se detendría aquí. 1986, Mundial de México, y de nuevo les toca compartir grupo. Segunda fecha de la primera ronda, Diego Maradona comienza a mostrar que ese iba a ser “su” Mundial y señala un golazo. Luego Italia igualaría de penal. 1 a1, ahora es la Argentina la que pone rumbo al campeonato.

El quinto juego mundialista debe ser el más recordado por la mayoría de la gente. Semifinales en Nápoles, Maradona que logra poner a la gente a su favor, o por lo menos no sentirse tan visitantes como en el resto de Italia. El fervor de todo un país que sueña con el título de local. La dura prueba que le propone el equipo de Bilardo. La apertura del marcador para a Italia a los 14 minutos; todo parecía cuesta arriba, pero la desfachatez de Claudio Caniggia, autor de un golazo, y el orden táctico de todo el equipo logra la igualdad y deja una mejor imagen en el suplementario.

Diego celebra el gol de Caniggia...
Diego celebra el gol de Caniggia…

Y en los penales surge “El Vasco” Goycochea. Ya había atajado dos ante Yugoslavia en Florencia, por los cuartos de final; ahora, la noche napolitana lo vio vestirse de héroe, tras detener dos remates. Argentina era finalista, Italia se sumergía en una congoja exagerada tras su inesperada eliminación.

Cinco enfrentamientos mundialistas para dos grandes que fueron Campeones del Mundo y finalistas de la Copa en reiteradas oportunidades.

El bendito fútbol le permitió a este cronista ser testigo presencial tanto en el partido de River Plate por el mundial ’78 como aquella noche napolitana de julio de 1990 por la Copa del Mundo. Los otros, también los pudo disfrutar por televisión.

Y creamé que es un instante único, que, en la cancha o por TV, cada vez que se enfrentan italianos y argentinos, uno sabe que está por ver entre estos dos colosos, un capítulo más de la historia grande, viva, sublime del fútbol.

 

Hernán O’Donnell