Dogos tuvo disciplina, concentración y eficacia para ganarle el “Clásico” a Pampas

Se convirtió en una suerte de “Clásico” del Super Rugby Américas. Un duelo picante, con una rivalidad creciente y cada vez más jugado con la cabeza y el corazón, con la premisa del “partido que no se puede perder”. Dogos, tal como lo hizo en la Final del año anterior y en otras oportunidades, jugó con una absoluta concentración, mucha disciplina, y un plan que cumplió al pie de la letra: defensa sólida, dos hombres (y alguna vez hasta tres) por cada rival que llevara la pelota, tackle constante y aprovechamiento integral de cada situación presentada para sumar puntos, sea por patadas a los palos o por contragolpes acertados, amén del propio juego propuesto.

Pampas intentó atacar, pero encontró una defensa férrea que no dejó espacios ni por dentro ni por fuera, y que solo cedió su ingoal en una única oportunidad. Fue 8-22 para la visita, y el resultado no admite discusiones.

Pampas formó con Matías Medrano, Ramiro Gurovich y Tomás Rapetti; Franco Carrera y Federico Lavanini; Manuel Bernstein, Joaquín Moro y Juan Cruz Pérez Rachel; Ignacio Inchauspe y Jéronimo Renthel; Nahuel Clausen, Justo Piccardo, Bruno Heit, Santiago Pernas y Francisco Quinn.

El equipo cordobés comenzó con Boris Wenger, Leonel Oviedo y Pedro Delgado; Lautaro Simes y Federico Albrisi; Aitor Bildosola, Valentín Cabral y Genaro Fissore; Agustín Moyano y Juan Bautista Baronio; Lautaro Cipriani, Faustino Sánchez Valarolo, Leonardo Gea Salim, Mateo Soler; Mateo Sánchez.

La visita tomó muy ràpido la iniciativa. Se adueñó de la pelota y marcó territorio. A Pampas se le hizo difícil progresar en el campo. Chocaba con la defensa visitante, que impedía por dentro y por fuera que avanzara el local. Y con un buen manejo de sus medios, Dogos tenía el control del partido.

A los 3′ un penal Juan Baronio puso el 0-3; a los 21′ aumentó el mismo Baronio a 0-6, con otro penal. Para Pampas la noche era complicada, y con la amonestación de Medrano debió jugar un largo tramo con catorce, que la visita aprovechó para sumar con otro penal de Baronio, a los 34′, que puso el 0-9.

Jerónimo Renthel marró un penal a los 39′, en un indicio de una noche fallida para el pateador.

Pamapa inició el segundo período con una variante; Jerónimo Solveyra entró por Pernas, de buena actuación, sobre todo en el juego aéreo, pero golpeado.

Y tuvo otra cara el local. Empujó más, jugó más cerca del in goal visitante y mediante el empuje de sus forwards llegó al try, conseguido por Federico Lavanini, a los 45′. Renthel no pudo acertar a los palos, y el marcador quedó 5-9.

Un penal de Baronio, a los 47′, amplió a 5-12, y una buena patada de Renthel, a los 50′, achicó a 8-12.

Allí se despertó el equipo cordobés. Se metió de vuelta en el partido, apretó en el contacto y con un contragolpe certero llegó al try de Lautaro Cipriani, a los 65′, que amplió a 8-17, y la conversión de Baronio subió a 8-19.

Dogos ya tenía el control mental dl juego y le bastó un nuevo penal de Baronio, cuando iban 72′, para sellar el 8-22.

Un triunfo claro e inobjetable del equipo de Córdoba. Tuvo un plan y lo llevó a cabo. Casi no concedió penales, dominó el territorio, acertó cada patada a los palos, cortó con fiereza los intentos de ataque de Pampas, mantuvo la disciplina, y llegó al try por un corte y contragolpe oportunos.

Nada mal para estirar la diferencia en el historial con su “Clásico” rival y empezar a soñar con las instancias finales.

Hernán O’Donnell