El boxeo está de moda

Hasta hace unos meses, el boxeo en la Argentina se encontraba sumergido en la pasión de sus fieles seguidores, los protagonistas (leasé boxeadores, entrenadores, referís, jueces, dirigentes, promotores, periodistas) allegados y entendidos. No muchos más. Ellos conformaban el “mundillo”, no demasiado grande, de esta actividad. Lejos habían quedado los tiempos en que el boxeo era claramente el segundo deporte del país. Los tiempos de Luis Angel Firpo, Justo Suárez, Pascual Pérez, Nicolino Locche, Carlos Monzón, Víctor Galíndez.

Durante décadas, el siglo XX se vio lleno de luces, gloria y frustraciones de la mano de los nobles boxeadores. Que paralizaban el país en cada una de sus presentaciones. Que podían perder, como Firpo ante Dempsey, o ganar como Monzón, que ha medida que aumentaba sus defensas crecía el público que lo acompañaba…Era tapa de la revista GENTE, salía con la mujer más admirada, despertaba euforia en el público…

Podría decirse que en los dorados ’80 (para el boxeo mundial) la inercia llevó a mantener el boxeo en alto: además, surgieron grandes campeones como Sergio Víctor Palma, “Latigo” Coggi, Gustavo Ballas, Santos Benigno Laciar, Uby Sacco, entre otros. Y comenzó a apagarse la luz, con el “Roña” Castro como último gran ídolo. Tal vez, la “Hiena” Barrios tuvo su momento de gloria

El célebre Luna Park
El célebre Luna Park

Llegó el cierre del Luna, y el baón de la actividad. Allí estábamos, aún cuando la reapertura podía tener la presentación de quien luego sería un gran campeón, Omar Narváez.

Ese día fue mucha gente. Y también al combate entre Marcelo Domínguez y “la Mole” Moli. Pero, el boxeo, a nivel popularidad, ya no era el del siglo pasado. No era el mismo. Hasta se vieron cuestiones más propias de estos tiempos: creció el boxeo femenino y fue Marcela Acuña (junto a Omar Narváez) quien convocaba más gente al Luna Park.

Pero el boxeo ya no estaba en boca de todos.

Hasta que llegó Sergio Gabriel Martínez. Una verdadera “Maravilla”. Con sus triunfos ante Kelli Pavlik y Paul Williams sacudió al boxeo nacional. Y creció su figura. Y se enredó con el show mediático, hasta convertirse en una figura popular, conocida, como las de antaño. Y fue tapa de las revistas del corazón. Y arrastró a miles de argentinos hasta Las Vegas, para ver una exhibición notable ante Julio César Chávez Jr. Y convocó a 40.000 personas en el estadio de Vélez, para ganarle de modo ajustado al inglés Martin Murray.

El boxeo volvía a estar en boca de todos. Como antes. Ya no era “propiedad exclusiva del mundillo”. Y conmovió a todos. Fue un sacudón; las conferencias de prensa pasaron de no más de 20 periodistas como máximo a más de 500…Y, como en la vida misma, a no todos les pareció igual.

VLUU L200 / Samsung L200Hoy es tiempo de gozar. De disfrutar. De Martínez; y de Lucas Mathysse; y de Omar Narváez, del “Chino” Marcos Maidana, de Brian Castaño y de los que vendrán…

Bienvenidos todos aquellos que se sumaron a partir del fenómeno Martínez. Esta noble actividad tiene lugar para todos. Hay muchas figuras para seguir, además de Maravilla, y el mundo presenta estrellas como Mayweather Jr, “Canelo” Alvarez, Nonito Donaire, el propio Shane Mosley, Cotto, Danny García, y muchos más.

Es un momento especial de un deporte que atrapó a muchos que lo ignoraban o miraban de reojo. Bienvenidos al tren.

 

Hernán O’Donnell

Bayern Münich, el nuevo dueño de Europa

Una multitud late y ruge en Wembley. Alemanes que han conquistado suelo inglés. Que han conquistado Europa, en realidad. Que no paran de saltar y cantar. Que supieron sufrir, para después gozar.

Europa tiene un nuevo dueño. Un conjunto que hizo gala de sus virtudes durante todo el torneo y que supo luchar el encuentro final. Un Bayern Münich que encontró en el epílogo, la puerta al cielo. Cuando parecía que todo concluía empatado, que el alargue prolongaría el suspenso, que los penales eran una alternativa válida, cuando iban ya 88 minutos un pelotazo largo encontró un rebote y la aparición fantasmal de Arjen Robben,que, como un rayo, se llevó la pelota sorteó a dos defensores en un zig-zag a toda velocidad y cuando salía el arquero Weidenfeller, la tocó suave, cruzada.

Fue el gol del triunfo, del desahogo, del festejo furioso y revanchista. El holandés Robben empezaba a pagar, para muchos, su deuda. Si algunos creían que era responsable de la final perdida en casa, el holandés se encargó de levantar el pagaré y desatar una locura inimaginable en el mítico Wembley.

Robben, el héroe de la final
Robben, el héroe de la final

Antes hubo un partido; y antes, una ceremonia intensa, significativa, con dos ejércitos que representaban a las fuerzas de Dortmund y de Münich. Soldados que simulaban enfrentarse para concluir en un cículo que los unía mientras dos gigantes banderas de cada uno de los finalistas, aparecían por los laterales. Y la Copa que emergía por el centro, muy cerca del tunel de salida de los jugadores. Rojos y amarillos y negros, a la cancha. Y a jugar la gran final…

Borussia Dortmund arrancó mejor; por lo menos, más incisivo, más audaz, con mayor determinación para ir a buscar el partido. Ahogó a los volantes de Bayern, Javi Martínez y Scweinsteiger, presionó bien arriba y encontró sus oportunidades. Lewandowski tuvo la más clara a los 16 minutos del primer tiempo.

Después lo tuvo Reus, ya corrían 22 mintuos y el Dortmund iba e iba…

Muller, Lewandowski, protagonistas de la final
Muller, Lewandowski, protagonistas de la final

El Bayern le oponía su experiencia y la habilidad de Robben y Ribery por los costados. Pero le costaba progresar. Sin embargo, comenzó a tener sus chances. A los 30, Robben sólo perdió con el arquero. A los 36, un corner fue conectado por Muller, y su cabezazo, apenas desviado. En el Medio, Neuer se lo tapó a Lewandowski, tras un gran pase de Reus.

No era un partido brillante, pero si contaba con situaciones. Y la más clara fue sobre el final del primer tiempo: Weidenfeller le tapó ¡con la cara! el remate de emboquillada que intentó el holandés Robben. 0 a 0, a barajar y dar de nuevo.

Con la misma intensidad arrancó la segunda parte. A los 59, una buena combinación entre Ribery y Robben, el centor de este, y Mandzukic, solo, convirtió. Un gol que hizo estallar a la mitad del estadio. 1 a 0 para Bayern, que empezó a manejar el partido.

Pero las emociones no se detendrían: llegamos al minuto 68, entra Reus al área y Dante, torpe, le propina un puntapie en la panza. Pierna bien arriba y penalazo, que Gündogan convierte para sellar el 1 a 1. Y otra vez, volver a empezar.

Un ataque por allí, un centro por acá…todos los caminos parecían conducir al alargue. Ya estábamos. Faltaban menos de dos minutos; había comenzado ese ya célebre minuto 88, partió un pelotazo desde el fondo del Bayern, a dividir, más para poner la pelota en campo contrario que para generar una acción ofensiva. Sin embargo, dos hombres que traban, un rebote que la deja, por unos segundo, suspendida en el césped, a la espera de que alguien vaya por ella…

…Y aparece un holandés veloz, hábil y punzante, que no le dio tiempo a nadie, que trazó un dribbling impresionante y batió la valla adversaria, para gritar su desquite, para celebrar con quienes más quiere, sus seres cercanos y más lo apoyan, su familia. Para romper el equilibrio, para sacarse los fantasmas de encima, para pagar alguna deuda reclamada, para gozar esos instantes sublimes que sólo el fútbol puede deparar.

 

Hernán O’Donnell

 

 

Europa, y la fiesta del fútbol

Es casi como un Mundial. Para los europeos, la Champios League es algo así como la Copa del Mundo que se juega todos los años, con los mejores futbolistas del planeta desparramados en muchísimos equipos que comienzan el torneo con la expectativa de alzar a la famosa copa “orejona”.

Para ellos, privilegiados de ver los mejores espectáculos futbolísticos, es algo así como el Mundial porque las estrellas están allí. Podrá haber algún Neymar en Santos, pero es casi el único que falta. y calculan que más pronto que tarde estará en algun equipo importante de una capital europea.

Borussia y Bayern, tras la Copa...
Borussia y Bayern, tras la Copa…

Ahora es el turno de salir a la cancha. Es el momento de Bayern y Borussia. Del espirítu y la pasión de dos ciudades alemanas: Münich y Dortmund, con su gente encolumnada detrás de la esperanza.

Los rojos del Bayen van por el desquite. Han perdido, hace muy poco, una final en casa. En el Allianz Arena, ante la ilusión ilimitada de su afición. Fue muy duro el golpe. Y más duro aún, verlos caer en el centro del campo, desconsolados, cuando todo había concluído. Decían, entonces, que nada podría reparar esa tristeza, esa frustración. Sin embargo, el tiempo, que todo lo cura, volvió a ponerlos en la antesala de una celebración grande.

“He dirigido partidos bastante importantes, hemos conseguido grandes victorias y títulos, pero también como deportista a veces sufres fracasos. Este será un partido especial para mis jugadores y para mi club. Para nuestros jugadores que tienen 28, 29 o 30 años, ganar ante un equipo alemán sería lo máximo en sus carreras, y para mí también, pero quizá para mí no tanto porque yo ya he experimentado esto antes. Para el Bayern sería algo muy importante, pero para mí es simplemente otro partido”, dijo el técnico Jupp Heynckes, en un intento por restarle presión a la escuadra.

Klopp está de acuerdo con que el Dortmund sea “el tapado”, pero también está convencido que su equipo puede alcanzar el título. “Hay que disfrutar de lo que estás haciendo y centrarse en el objetivo, pero hay que tener en cuenta que puede salir mal. La gente que ha escalado el Everest es consciente que puede bajar cuando está a diez metros de la cima. Ellos lo intentan de todas las maneras, y nosotros también, señaló.

Las ilusiones y la expectativa están repartidas. Londres abre el telón de su fiesta, la fiesta de Europa, la que el mundo del fútbol mira y admira, cada año, con pasión, intriga y ansiedad.

 

Hernán O’Donnell

 

 

 

Las ilusiones viajan a Wembley

Es el estadio mítico por excelencia. Más allá de amores y desamores que desspiertan en cada competencia deportiva. Al margen del cariño que cada uno de los hinchas tiene por su estadio, en definitiva, su casa, en cualquier lugar del mundo. El Viejo Gasómetro, El Santiago Bernabéu, La Bombonera, El Azteca, El Monumental, El Centenario de Montevideo, El Olímpico de Roma, El Allianz Arena de Munich, el Parque de los Príncipes parisino…Todos tienen su magia y su impronta, pero Wembley es, por mil motivos, único.

Allí estarán los conjuntos alemanes de Bayern Münich y Borussia Dortmund. Con toda la ilusión a cuestas. Por muchos motivos, los dos sueñan: El Bayern, porque derrotó al FC Barcelona en semifinales. En los últimos seis años el equipo que eliminó al equipo azulgrana acabó levantado el trofeo: Manchester United, FC Internazionale Milano y Chelsea FC. Para el Borussia Dortmund, hay reminiscencias de aquel mágico 1997, cuando pudo alzar la copa.

Wembley, la casa de la gloria...
Wembley, la casa de la gloria…

Hablamos de Wembley. Un estadio que, tan solo al llegar, acelera las palpitaciones, arranca una sonrisa, nos nubla la mirada, emociona, conmueve…

Allí se celebraron los Juegos Olímpicos de 1948. Allí ganó el inolvidable Delfo Cabrera la Maratón, allí inscribió su nombre en letras de molde en una placa inmortal.

Allí se jugó la Copa del Mundo FIFA-Inglaterra 1966. Allí la Argentina del Toto Lorenzo disputó un partido histórico con los locales. Allí expulsaron a Rattín, aunque nadie comprendía la decisión del árbitro alemán Rudolph Kreitlein y a partir de esa confusión nacieron las tarjetas amarillas y rojas…

Allí levantó un 0-2 el seleccionado que dirigía el “Coco” Basile, para transformarlo en empate 2-2 y un final de festejo con camisetas al viento, en 1991…

Allí ganó el Barcelona ante la Sampdoria en 1992, con un golazo del defensor holandés Ronald Koëman en tiempo suplementario, para inaugurar la leyenda del conjunto catalán…

Allí se jugó la Euro-UEFA 1996. Allí se frustró, una vez más, la ilusión británica…

Allí se celebraron miles de conciertos, aunque ninguno tan apoteótico como el de Queen…

Allí se preparan Bayern y Borussia para el gran partido. Con sus armas, sus fortalezas, su espíritu innegociable.

Falta todavía, aunque cada vez está más cercano. El planeta fútbol llevará sus ojos hacia el mítico Wembley. Una final apasionante nos espera.

 

Hernán O’Donnell

Londres aguarda por una final alemana

No estaba en los cálculos de muchos, casi nadie aguardaba una final así, pocos apostaban por dos equipos del mismo país en el encuentro decisivo. Sin embargo, y a pesar de todos los pronósticos, en pocas horas más, los alemanes de Borussia Dortmund y Bayern Münich se enfrentarán en el célebre estadio de Wembley por la final de la UEFA Champions League 2013.

Los escudos, la Copa...
Los escudos, la Copa…

Porque había otros candidatos: el de la mayoría, Barcelona. El histórico, Real Madrid. Quienes apostaban a alguna sorpresa: París Saint Germain y su juego veloz y cautivante.

Sin embargo, aparecieron los alemanes; que, en rigor de verdad, están llenos de futbolistas de otras nacionalidades, pero conservan la estampa y el espíritu de los conjuntos de ese país: duros, peligrosos, muy fuertes desde el punto de vista psicológico…Y con el agregado del buen pie: Hoy, el Bayern es un equipo que hace del toque un culto, que explota la velocidad y es fuerte en ataque. Algo parecido ocurre con el Borussia Dortmund. Un conjunto que se reinventó luego de superar una crisis que lo había puesto al borde del Knock Out. Sin embargo, supo reconstruirse. Y aquí está, camino a Londres.

¿Quien se quedará con la Copa? Lindo interrogante. Tenemos varios días para analizar, pensar, debatir y especular. Para vivir el fútbol a pleno.

Es una semana llena de expectativas. Los ojos del mundo están puestos en estos conjuntos. Y en pocas horas más, viajarán, cuerpo y alma, al místico Wembley, para ver quien es el mejor de Europa.

Promete ser una semana intensa y mágica. Como lo es el bendito mundo del fútbol…

 

Hernán O’Donnell

 

 

Excursionistas, y la búsqueda de su destino

Fue una mañana lluviosa, fría y gris en el Bajo Belgrano. Destemplada, con las esperanzas de siempre y el clima meteorológico que presagiaba un domingo difícil. Excursio, el de la ilusión copera, jugaba un partido más ante Mercado Central Sacachispas.  Y en una temporada donde los resultados fueron magros, los últimos encuentros significan un estímulo especial para no sufrir con el promedio del año que viene.

Pero esta visto que el año fue malo y se cerrará así. Con una incognita grande por lo que también se anuncia para lo que viene. Pero la gente que acompaña al verde no entiende de pesimismos y desafió al frío y a la lluvia para acompañar al equipo.

El centro de Gehrling, la esperanza que se esfuma...
El centro de Gehrling, la esperanza que se esfuma…

Sin embargo, las malas nuevas llegarían muy temprano. A los pocos minutos, gol de la visita. Y todo que se hace cuesta arriba…

El verde intentó no deseperarse. Mantuvo la línea y el estilo: siempre intentó jugar; desde el fondo salió con toques cortos y precisos y buscó llegar mediante el orden y el progreso a partir del buen trato de pelota. Pero le costó aproximarse al arco visitante. Jugaba “lindo”, pero no era profundo. Incluso pudo sufrir otro tanto, por un tiro libre que se estrelló en el poste derecho.

Salió más decidido el local en la segunda parte. Ya no llovía tanto, y la movilidad de los futbolistas despertaban el acompañamiento de la gente. Parecía que se podía torcer la historia. Pero chocó una y otra vez Excursio. Contra la defensa visitante, los nervios, los centros repetidos y la imprecisión en la puntada final.

El Bajo Belgrano quiere despejar los nubarrones
El Bajo Belgrano quiere despejar los nubarrones

Se consumieron los minutos. Algún centro cruzado, un corner perdido, algún remate desde lejos. Y poco más. Excursio casi no tuvo ni una chance clara para empatar. Se fue otra vez derrotado, entre el disconformismo de su gente, los reproches a los jugadores, las quejas hacia el entrenador Vilas Boas…

Habrá que arremangarse y empezar a trabajar para el mañana. El presente es malo. El futuro parece complicado. Y el promedio amenza preocupante. Habrá que arremangarse y empezar a luchar para remontar la situación. Los últimos minutos mostraron un sol que, tibio, se asomó por el Bajo Belgrano. Los jugadores, encabezados por Mariano Gerhling ensayaron un pedido de disculpas, sincero, por la mala racha. Pero en ese gesto, y en el sol tibio que asomó al final, se enciende, una vez más, una luz de esperanzas para el viejo Excursionistas, que resiste a la mala suerte, al paso de los años y a los cambios del barrio.

 

Hernán O’Donnell

 

El desafío de la selección

Es el tema de estos días, de estos momentos, de estas horas. La lesión de Leo Messi en el biceps femoral le abre un gran interrogante a la selección argentina ( y a Barcelona, por supuesto), porque es una dificultad física más larga de lo que se supone y puede llegar a tener inconvenientes para la serie de dos partidos ante Colombia y Ecuador, que se jugarán el 7 y el 11 del mes próximo.

Se cree, por estas horas, que Leo no jugará. Que tiene una necesidad de descanso de tres semanas, y no llegaría a esos trascendentales partidos. Que pueden encaminar el rumbo del equipo hacia la Copa Mundial de la FIFA-Brasil 2014. Que son puntos muy importantes. Pero la preservar la salud del jugador es aún más necesario. Entonces, a fuerza de ser realistas, más allá de las ganas del futbolista que pueden inclinar la balanza, la sensación es que el Sr. Sabella deberá arreglarse sin el Rey del fútbol mundial.

Messi y SabellaAparecen entonces las alternativas. Es un problema, sin dudas, no contar con el mejor del mundo implica una baja sensible. Pero es, a la vez, un enorme desafío. Para el técnico y para los compañeros. Todos deberán demostrar su real valía; que pueden distinguirse por sí mismos, más allá de lo que los potencia Leo. Entonces es una hermosa oportunidad para mostrar el valor de este conjunto.

Creemos que podría cambiarse el esquema. Aún en el partido de local. Buscar un poco más de equilibrio, lo que le falta al equipo y el propio entrenador puede ver. Porque la Argentina es una trituradora en ataque, pero sufre cuando la desbordan por las bandas (como sucedió ante Chile) y los dos volantes centrales (por lo general Gago y Mascherano) no dan abasto para cubrir el ancho del campo. Entonces de esos desbordes por las bandas llegan rivales armados a enfrentar a laterales que sufren la superioridad numérica, y centrales que salen a respaldar y dejan huecos importantes. Todo eso desemboca en un desequilibrio que concluye en un equipo que sufre mucho en defensa.

Messi y Sabella IIEs una buena oportunidad para darle más trabajo al equipo; para equilibrarlo; e, insistimos, si hace falta cambiar el esquema, el dibujo táctico.

Sería interesante probar con un 4-4-2. Dos volantes por los costados que tengan recorrido pero sepan también cubrir la zona. Para que no sufran tanto los laterales; para que los volantes centrales no libren una batalla desesperada en mitad de cancha ante “miles” de soldados rivales. Para no pasar contratiempos. Se puede probar. es más, se puede trabajar con Di María, Sosa, Augusto Fernández, Montillo, Maxi Rodríguez, y varios más, son jugadores preparados para cumplir esa función. Con Agüero e Higuaín de delanteros, no se peredría tampoco potencia ofensiva.

Es para pensarlo, aunque “la Pulga” puede patear el tablero, presentarse a jugar y todo queda en la teoría, pues el Rey estará otra vez al servicio del equipo y su magia inacabable dará por tierra todas estas especulaciones…

 

Hernán O’Donnell

 

¡Bravo, Talleres!

60.000 almas una noche fría de otoño. 60.000 corazones que se juntaron para darle un marco espectacular a un equipo y una camiseta que vibra y hace vibrar. 60.000 cuerpos que saltaron y bailaron, 60.000 gargantas que cantaron y gritaron…

Talleres de Córdoba regresó al Nacional B. Una categoría un poco más acorde a su historia y popularidad, luego de 4 años de oprobio y ostracismo en el Argentino A, un torneo hermoso para ver y disfrutar, para que sueñen aquellos que empiezan a crecer, pero no propio de semejante institución.

Una multitud acompañó a Talleres
Una multitud acompañó a Talleres

Y volvió Talleres. A  fuerza de empuje y de trabajo. A fuerza de acompañar al equipo en cada cancha del Argentino A, un torneo aún más complicado que el Nacional B, pues los viajes son constantes, los campos de juego más chicos y desparejos, y la condición de visitante se siente.

Ese recorrido le llevó 4 años. 4 años de peregrinación y sufrimiento, una prueba de fuego para los hinchas y los jugadores. Porque no fue un jardín de rosas, los sinsabores se hicieron presentes en cada una de sus frustraciones. Pero el equipo debía regresar. Porque así lo marcaba su historia.

Talleres III

La noche del 6 de mayo quedará en los libros como la jornada del regreso. La victoria sobre San Jorge (Tucumán) por 1 a 0 entrará en la galería de los mejores recuerdos. Pero es un eslabón más de una gran cadena de gloria deportiva.

Que comenzó allá por 1974, cuando de la mano de Angel Labruna, el cuadro cordobés sorprendió al país en un histórico desarrollo de los viejos y míticos “Nacionales”. Talleres contaba con Pablo Comelles, Héctor Artico, el “Hacha” Ludueña, el arquero Quiroga, Luis Galván, Ocaño…Y siguieron los años felices hasta el Nacional 1977. Un cuadrazo en el que brillaban el mencionado Galván, Miguel Angel Oviedo, José Daniel Valencia (los tres, campeones mundiales con la selección en 1978), y se sumaron el “Mono” Guibaudo, Bocanelli, la “Pepona” Reinaldi, Víctor Binello, Antonio Rosa Alderete, entre otros. Un campañón lo llevó a la final del campeonato. Enfrente, un grande continental: Independiente de Avellaneda. El primer partido fue empate, 1 a 1, en el viejo estadio de la Doble Visera. El desquite se jugaría en la Boutique. Por desajustes del calendario, los partidos finales se jugaron en Enero de 1978. Y la noche del 24, la que prometía ser una fiesta inolvidable, terminó en una de las peores pesadillas inimaginadas: Talleres ganaba 2 a 1, a Independiente le habían expulsado tres jugadores (Rubén Galván, Larrosa y Enzo Trossero) por protestar el segundo gol local, que había sido convertido con la mano por el wing Bocanelli.

Con todo eso a favor, parecía que el título se quedaba en Córdoba. Pero ingresó un duende del fútbol que tejió una vez más una historia de fábula: Ricardo Enrique Bochini construyó una jugada formidable, con Biondi y Bertoni, y marcó el gol del empate. Y por tener mayor cantidad de tantos en condición de visitante, el título cambiaba de manos: Ahora se lo llevaba ( y se lo llevó) Independiente.

Cuentan que la tristeza en la ciudad, en la provincia toda, fue infinita. Que la pena se apoderó de sus corazones, y más allá del ingreso definitivo a los torneos de la AFA por la resolución 1.309, en 1980, en el pueblo de Talleres la congoja duró mucho tiempo…

Pasaron grandes figuras: Alberto tarantini, Héctor Baley, Juan José López, se arrimó a una semifinal del Nacional de 1982, regresó Labruna como DT, surgieron futbolistas como Angel Comizzo, Mario Bevilaqua, Julio Buffarini…

Talleres IIEn todos ellos estuvo la fuerza del regreso. Y en ese peregrinar constante de su gente, el pueblo “Tallarín” que le dio sentido al esfuerzo y apoyó y acompañó durante 4 años ignominiosos para terminar en 60.000 almas, cuerpos y gargantas que se juntaron para acompañar, saltar y cantar por el retorno del gigante, una inolvidable noche de otoño.

 

Hernán O’Donnell

 

 

 

Martínez y Murray, con los guantes puestos

Un salón colmado de periodistas, fotógrafos, camarógrafos, boxeadores, allegados, dirigentes y personajes que adoran “pertenecer”. Al mejor estilo, Las Vegas, el combate por el Título Mediano del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), tuvo una presentación llena de luces, música y gente de todos los ámbitos. No faltaron las mujeres bellas y jóvenes, los admiradores, los periodistas de mil batallas y los camarógrafos de TV tensos y nerviosos.

En el medio, una enorme cantidad de gente poblaba la mesa principal: El promotor Lou Di Bella, el socio comercial de Maravilla, Miguel de Pablos; el manager de Martínez, Sampson Lewkowicz;  Osvaldo Bisbal (presidente de la FAB), Luis Abregú y el canadiense Antonin Decarie, quienes disputarán la pelea de semifondo, por el título Plata Welter del CMB, y  Ricky Hatton, ex campeón mundial, entrenador y manager de Murray.

Todos tuvieron tiempo de pronunciar algunas palabras; la mayoría de agradecimiento a los sponsors que hicieron posible esta velada. Luego de una larga hora de frases de circunstancia y protocolo exagerado, llegaron los protagonistas…

Martínez, encendido para la peleaPrimero ingresó el desafiante, Martin Murray. Con el rock fuerte de AC/DC, la banda australiana que conmueve al planeta al ritmo de su música, contrastaban esos duros acordes de “Highway to hell”, con el rostro sereno del retador.

“Lo conozco a Sergio, es una excelente persona – señaló Murray- pero vamos a estar los dos solos el sábado a la noche en el ring. Le agradezco haberme dado esta oportunidad, y le voy a demostrar al mundo que estaba preparado para este combate.”

Sergio Martínez se mostró encendido, locuaz, chispeante con muchas ganas de hablar.

“Perdón por toda la lata que tuvimos que escuchar”, comenzó Sergio en tácito reconocimiento por el aburrido comienzo de la conferencia. Es que todos habían ido a escuchar a los protagonistas. Y, al cabo de más de una hora, las palabras se iban en agradecimientos y publicidades de todo tipo. En definitiva, un reconocimiento a las empresas que apoyan la velada, aunque también existe una gran controversia por esto, pues son dos empresas estatizadas, a las que no les sobra el dinero ni cuentan con una holgada situación financiera para realizar el aporte que harán.

Dio las gracias “a todos los que vinieron”. Acomodó el micrófono, bajó la tapa de su ordenador y continuó: “La verdad es que me quedé pasmado. Pero bueno, aquí estamos, todos en la misma sintonía. Le doy las gracias a mi equipo, que trabaja tanto conmigo, y el sábado va a haber Knock Out!”.

En tanto, Maravilla se siente a pleno: “Me duele el codo, las manos, la rodilla, y mi cabeza está un poco loca, pero daré el mejor espectáculo”, señaló y estalló el salón aplausos.

“Se merecen un gran espectáculo, y lo daré. El boxeo argentino lucha por tener y mantener su buen nivel. Ojalá sigamos por este camino. Ojalá todos puedan tener las gans de soñar que tengo yo; si llueve, pues vamos a pasarlo bien igual. Vamos a aprender a nadar contra la corriente. En estos días estoy mejor que nunca y la alegría que tengo es inmensa.”

Le pidieron una foto formal y respondió con un guiño a la prensa: “No hay preguntas?”

Y se abrió el juego de ida y vuelta. Martínez quería hablar, aunque los que lo rodeaban preferían otra cosa: Aclaró como estaba del tobillo y la rodilla. “Estoy igual a como estaba en el combate de Chávez Jr.”

“Me siento rápido, fuerte, potente, poderoso…voy a hacer mi trabajo. Se que Murray está bien entrenado, pero trabajé más que nunca y estoy preparado para ganar por K.O. Me parece estupendo que Ricky Hatton confíe en su boxeador, pero si yo me agrando en el extranjero imaginensé como lo voy a hacer en mi casa, en mi propio patio”.

Y se perdió entre tanto ruido, preguntas al aire, intentos permanentes por cerrar la conferencia, las ganas de Martínez de hablar, las muchachas que le sacaban fotos con celulares, tablets, cámaras de última generación, los fotógrafos profesionales que no disimulaban sus nervios, los jóvenes que construyen un nuevo ídolo…Show, luces y promesa de knock out. Una típica conferencia de prensa de anuncio de una importante velada, de esas tantas que hay alrededor del mundo y muchos en la Argentina empiezan a descubrir…

 

Hernán O’Donnell

 

 

 

En la recta final…

Ya pasaron 10 fechas del torneo Final, quedan 9 y empiezan a definirse los candidatos al título, mientras la zona preocupante del descenso de categoría comienza a achicar el margen de error y aumenta el sufrimiento de los hinchas que padecen a sus equipos en la tabla de los promedios.

River se prendió en la pelea. Y, tal como lo marca su historia, es un serio candidato. Un equipo que tiene muchísimos títulos ganados, que ha sumado gloria a lo largo de sus más de 100 años de vida, comienza a recuperar su tradicional lugar en el fútbol argentino. El último puesto en la tabla del Apertura 2008, el descenso de categoría en junio de 2011 ya son un mal recuerdo. River se ha entreverado en la lucha y aparece como un gran favorito.

River quiere recuperar su historia
River quiere recuperar su historia

Claro que no pelea solo el campeonato. Lanús es uno de los dominadores; se respalda en la seriedad de su entrenador, Guillermo Barros Schelotto, en un arquero de primer nivel como Marchesín, una línea de zagueros sólidos como Goltz y Vizcarrondo, la polifuncionalidad de Izquierdoz, volantes de buen tranco como Ayala o de excelencia como Pizarro, delanteros de gol como Romero y toda la jerarquía de Mario Regueiro.

Newell’s demuestra que se puede jugar la Copa y el campeonato al mismo nivel. ha tenido, es cierto, algunas derrotas ruidosas, como la que sufrió en Paraguay ante Olimpia, pero mantiene un equipo ágil, fresco y veloz. El sueño del parque Independencia se respalda en la calidad de sus jugadores: Heinze, Verghini, Maxi Rodríguez, Pablo Pérez, Víctor Figueroa y el extraordinario “Nacho” Scocco.

El sol asoma en el Parque Independencia
El sol asoma en el Parque Independencia

Son los tres candidatos; creemos que de allí no sale el futuro campeón. Puede haber alguna sorpresa, pero los que vienen atrás (Atlético de Rafaela, Quilmes y Godoy Cruz) aún miran más la tabla de los descensos que la del campeonato.

Así las cosas, parece un juego de tres. ¿Se podrá sumar Racing? Depende de su propia decisión; un equipo que cuenta con un sólido arquero, varios jóvenes de enorme futuro y una inestabilidad emocional que lo lleva de la candidatura al exilio.

Este es el panorama. En dos meses, saludaremos al nuevo rey del fútbol argentino.

 

Hernán O’Donnell