Las ilusiones viajan a Wembley

Es el estadio mítico por excelencia. Más allá de amores y desamores que desspiertan en cada competencia deportiva. Al margen del cariño que cada uno de los hinchas tiene por su estadio, en definitiva, su casa, en cualquier lugar del mundo. El Viejo Gasómetro, El Santiago Bernabéu, La Bombonera, El Azteca, El Monumental, El Centenario de Montevideo, El Olímpico de Roma, El Allianz Arena de Munich, el Parque de los Príncipes parisino…Todos tienen su magia y su impronta, pero Wembley es, por mil motivos, único.

Allí estarán los conjuntos alemanes de Bayern Münich y Borussia Dortmund. Con toda la ilusión a cuestas. Por muchos motivos, los dos sueñan: El Bayern, porque derrotó al FC Barcelona en semifinales. En los últimos seis años el equipo que eliminó al equipo azulgrana acabó levantado el trofeo: Manchester United, FC Internazionale Milano y Chelsea FC. Para el Borussia Dortmund, hay reminiscencias de aquel mágico 1997, cuando pudo alzar la copa.

Wembley, la casa de la gloria...
Wembley, la casa de la gloria…

Hablamos de Wembley. Un estadio que, tan solo al llegar, acelera las palpitaciones, arranca una sonrisa, nos nubla la mirada, emociona, conmueve…

Allí se celebraron los Juegos Olímpicos de 1948. Allí ganó el inolvidable Delfo Cabrera la Maratón, allí inscribió su nombre en letras de molde en una placa inmortal.

Allí se jugó la Copa del Mundo FIFA-Inglaterra 1966. Allí la Argentina del Toto Lorenzo disputó un partido histórico con los locales. Allí expulsaron a Rattín, aunque nadie comprendía la decisión del árbitro alemán Rudolph Kreitlein y a partir de esa confusión nacieron las tarjetas amarillas y rojas…

Allí levantó un 0-2 el seleccionado que dirigía el “Coco” Basile, para transformarlo en empate 2-2 y un final de festejo con camisetas al viento, en 1991…

Allí ganó el Barcelona ante la Sampdoria en 1992, con un golazo del defensor holandés Ronald Koëman en tiempo suplementario, para inaugurar la leyenda del conjunto catalán…

Allí se jugó la Euro-UEFA 1996. Allí se frustró, una vez más, la ilusión británica…

Allí se celebraron miles de conciertos, aunque ninguno tan apoteótico como el de Queen…

Allí se preparan Bayern y Borussia para el gran partido. Con sus armas, sus fortalezas, su espíritu innegociable.

Falta todavía, aunque cada vez está más cercano. El planeta fútbol llevará sus ojos hacia el mítico Wembley. Una final apasionante nos espera.

 

Hernán O’Donnell