El seleccionado de basquetbol sueña con más gloria en los Juegos de Tokio

Argentina va a los Juegos Olímpicos Tokio 2020, que se jugarán del 23 de Julio al 8 de Agosto, con las ilusiones lógicas de un país que consume deporte. Que es más lo que lo vive a través de los medios que de lo que lo practica, pero en los últimos tiempos esto comienza a modificarse y la práctica deportiva es cada vez más intensa y popular. Más runners, más gente en las plazas que realizan actividad física, más entrenamientos y hasta caminatas. Entonces, sumado al interés mediático, los Juegos son, como siempre, la ventana más grande hacia la actividad deportiva. Y en medio de ese palpitar por cada resultado, por cada metro corrido o saltado, por cada brazada en el agua, el Basketball argentino aflora con su mística, su enorme corazón y las gestas que se repitieron a lo largo de la historia. Y detrás del seleccionado nacional, el sueño, la ilusión y la expectativa de un pueblo deportivo que celebra hasta el éxtasis cada victoria, cada campeonato cada medalla…

La fase de preparación previa hacia Tokio será en Las Vegas, por una invitación de USA Basketnall. La prepración se extenderá desde este 26 de Junio hasta el 16 de Julio, donde disputará cuatro amistosos, ante Estados Unidos, Australia y Nigeria. El 17 de Julio viajará a Japón y allí ya tendrá una semana más de preparación para el debut en los Juegos Olímpicos Tokio 2020 el día 26 de Julio.

El entrenador Sergio Hernández y el jugador Luca Vildoza se expresaron en una conferencia de prensa que fue retransmitida por la Confederación Argentina de Básquet a través de sus redes sociales y su canal de You Tube. Aquí están las frases más importantes que nos dejaron.

Luca Vildoza: “En el último Mundial dimos una imagen que no era la esperada; pocos contaban con que podíamos llegar a la final del mundo. Tenemos jugadores destacados en toda Europa, jugadores que luego llegaron a la NBA; ahora tenemos la posibilidad de sumar jugadores como…Este Juego Olímpico va a ser diferente. Ya todos saben lo que podemos hacer, lo que podemos generar, y creo que va a ser diferente, todos saben lo que podemos dar”. Para el “Oveja”, el equipo está aún mejor que el que fue subcampeón del mundo en China “en el plano individual, estamos mejor. Vildoza, Deck, Delía, Campazzo, Laprovittola, Brussino y Bolmaro, por ejemplo, están por encima de lo que ellos fueron en el Mundial de China 2019. Todos están mucho mejor, ninguno bajó el nivel. No quiere decir que en los Juegos tengamos el nivel que tuvimos en China, pero marca algo”, había señalado en la web oficial. “Siempre la continuidad en los procesos tienen una influencia muy grande. El éxito de la selección en los últimos 25 años es que hubo una continuidad, cuerpos técnicos que perduraron en el tiempo y que respetaron una idea grande. Mantener la identidad y la idea de juego que tenemos. El presente de nuestros jugadores es mejor que en la previa del Mundial. Los chicos tienen más experiencia. Están enriquecidos. La realidad es que llegan con más seguridad, con más confianza. Si vamos a jugar mejor, no lo se. pero sí que llegamos mejor que a China 2019”

El tema COVID es inevitable; “lo de las chicas fue un golpe muy duro, lamentamos lo que pasó. A veces pasan esas cosas; no significa que la Argentina haya hecho las cosas mal y los demás bien. No, son cosas que suceden. Nosotros vamos a tomar todos los recaudos. Sabemos que en Las Vegas se realiza ahora una vida normal, sin barbijos y demás, pero vamos a tomar todas las prevenciones. Creo que entrar en la paranoia o el pánico es peor. Nosotros estamos vacunados con las dos dósis y somos conscientes que hay que tomar los cuidados igual. En la Argentina se ha jugado en modo burbuja y funcionó. Tenemos que vivir con cuidados pero sin miedos, eso es lo más inteligente que podemos hacer” dijo Sergio Hernández, el entrenador.

“La preparación siempre tiene estas características: jugadores que terminaron la temporada en abril y otros que en junio aún están en competencia. Hoy, por suerte, a diferencia de muchos años atrás, los jugadores están muy acostumbrados al auto entrenamiento, entonces es muy difícil que un profesional que terminó en abril se quede quieto. Trabajan con sus personal trainer, van al gimnasio, siguen con buen ritmo de prácticas. Y nosotros buscamos que todos hagan lo que les hace falta. Que cada uno realice el trabajo en el que tiene algún déficit. Pero es muy difícil que alguno llegue mal. Hoy todos llegan muy bien, porque la post temporada es tan importante como la pre temporada. Y los jugadores cuando terminan se toman una semana de vacaciones y enseguida hacen una post temporada. En eso se diferencia a lo que sucedía hace muchos años”, dijo el “Oveja” Hernández con respecto a la preparación y como arriban los convocados.

“Mi primer Juego Olímpico lo hice en Beijing 2008 cuando tenía ya 45 años y medio había perdido las esperanzas de estar en un Juego. Ahí comprendí que es la experiencia socio-cultural-deportiva más importante que tiene el mundo. Los Juegos Olímpicos son diferentes a todos los eventos. Son lecciones permanentes, todos los días aprendes. Siempre aprendes algo. Ves que hay gente que festeja un puesto 80, pero lo festeja de verdad, porque sabe lo que cuesta. Vas a buscar un resultado deportivo, como vamos todos, pero si estás atento, siempre ganás, porque aprendes, porque valorás las cosas, porque ves el sacrificio de cada deportista. Es la experiencia más grande que tuve como deportista, después de tener hijos es lo más importante que viví”, señaló Hernández.

Hernán O’Donnell

Ferro y Dálmine dividieron oportunidades pero no pudieron salir del cero

El Campeonato de Primera Nacional es apasionante. por distintos motivos; porque es parejo, porque tiene cierto equilibrio, porque hay equipos, muchos, que intentan jugar bien, que pretenden un fútbol fluido y vistoso, porque buscan ganar de la manera más efectiva que es la de jugar bien, y porque tiene muchos pretendientes al ascenso. Son aquellos equipos que poseen una larga historia en la Primera División, con campeonatos ganados en varios casos, y porque sienten que es el lugar que les corresponde por historia. Todos buscan ese paso, regresar a la elite de nuestro fútbol. Y Ferro Carril Oeste es, sin dudas, uno de ellos. Con una larga trayectoria en la Liga más importante de la Argentina, con dos Campeonatos ganados, los Nacionales de 1982 y 1984, con dos subcampeonatos dignísimos en 1981, detrás de Boca en el Metropolitano de aquel año, y de River en el Nacional. Una institución llena de gloria y epopeyas futbol´siticas, eterno clásico de Vélez Sársfield y entreverado en enormes disputas con los cinco grandes nuestro fútbol.

Hoy le toca transitar la segunda división, y ahí está, en la lucha. Que es cruel y es mucha, porque para subir hay que ganar la zona, para ir a la final directa o entrar entre los cuatro primeros, para pelear por el segundo ascenso. Y el camino no es fácil, porque todos los rivales son duros, y Villa Dálmine, no fue la excepción. El equipo de Campana se paró con un 4-1-4-1 bien elástico. Porque a la línea de cuatro defensores, ubicó por delante de ellos, siempre, a Moyano. Y delante del volante central, Larrea, Díaz, Ojeda y Bersano, en tanto Gagliardi se mantenbía como referencia en la posición de delantero central. Y cuando lograba tener la pelota, Ojeda jugaba, Larrea se adelantaba y Germán Díaz movía los hilos del equipo, a través de su habilidad.

El equipo de Diego Osella, con la obligación que siempre tiene el conjunto local por alcanzar la victoria, sostuvo un esquema audaz: línea de cuatro con salida por derecha a través de Hernán Grana y por izquierda con el buen manejo y el excelnte criterio para la marca de Lucas Souto, Federico Fattori parado como volante retrasado, un poco más adelante Fernando Miranda y Emiliano Ellacópulos con la tarea de abastecer a los tres delanteros, Germán Rivero, Franco Toloza y David Gallardo.

El primer tiempo fue trabado, hasta que aparecieron las oportunidades. A los 16′ lo tuvo la visita, con un remate potente de Cristian Ojeda que desvió el arquero local, Marcelo Miño. Y después llegaron las chances de Ferro. A los 28′ Rivero entró solo por la derecha, por una gran asistencia de Ellacopulos, quedó mano a mano con el arquero, remató fuerte, el balón pegó en la pierna de Emanuel Bilbao y salió al corner, en la oportunidad más clara de Oeste en la primera parte. Enseguida Rivero tuvo otra chance, metió un buen tiro y la pelota pegó en el poste derecho de Bilbao, a las 29′ de la primera etapa.

Era más Ferro, en general. Y a los 35′ lo volvió a tener Rivero, quien recibió un buen centro de Ellacópulos y su cabezazo se fue arriba del travesaño. Dálmine había perdido la frescura de los primeros minutos y a los 40′ debió realizar el primer cambio en su equipo, con la lesión del lateral derecho Facundo Lando y en su lugar entró Zaid Romero, quien se ubicó como segundo marcador central. Se movieron los zagueros: el derecho, Maximiliano Pollacchi pasó de lateral derecho y el izquierdo, Rodrigo Cáceres se posicionó como primer marcador central.

Villa Dálmine salió con mayor decisión en el complemento. Y tuvo un lapso en el que se adueñó del juego, tuvo el control y gneró situaciones. Conducido por Díaz, con la picardía de Ojeda, a los 48′ Gagliardi tuvo una linda chance con una media vuelta. A los 51′ fue Bersano el que remató afuera desde buena posición. De a poco, el “Viola” rondaba el arco “Verdolaga”.

Ferro necesitaba despertarse y Osella movió el banco; a los 61′ modificó el ataque: Victorio Ramis reemplazó a David Gallardo y Carlos Airala ingresó en lugar de Franco Toloza. Pero estaba mejor la visita y a los 64′ Díaz probó de emboquillada y el balón se fue cerca, tras una gran jugada, primero con la gambeta y luego en una pared con Bersano. A los 74′ llegaron las variantes en la visita;  Sergio Sosa entró en lugar de A. Gagliardi y L. Cajes reemplazó a F. Bersano.

Marcelo Franchini dispuso las últimas dos modificaciones en su equipo cuando iban 80′ de juego: A. Stancato entró por S. Moyano y J. Franzoni ingresó por L. Larrea en el conjunto de Campana.

Ferro puso voluntad para volver a tener el partido bajo su autoridad. Y se recuperó en los últimos diez minutos, en los que volvió a generar situaciones ante el arco visitante. A los 82′ Ellacópulos sacó un gran tiro que pasó muy cerca del ángulo superior derecho de Bilbao. A los 84′ Franco Pulicastro ingresó en lugar de Germán Rivero. Y Oeste, bajo la lluvia persistente de Caballito, lo fue a buscar…

Villa Dálmine no se quedó en el rol de partenaire y a los 87′ su figura, y la del partido, Germán Díaz, metió un tiro libre que Miño sacó con los puños. Y las últimas fueron para el local. A los 90+1′ Airala remató suave cuando estaba muy cerca de la zona de definición. A los 90+3′ le quedó a Ferro la última bola de la tarde. Tiro libre en mitad de cancha, lo ejecutó el arquero Miño con un centro abierto para Gabriel Díaz; el capitán bajo la pelota y la engachó pulicastro, con un rmeta espectacular que se metía junto al travesaño, pero el vuelo de Bilbao la desvió al corner.

Fue el cierre de una tarde gris, fría y lluviosa, en la que Ferro y Villa Dálmine se dividieron las posibilidades, los puntos, y no pudieron salir del cero a cero.

Hernán O’Donnell

Argentina se repite en sus actuaciones, pero ya piensa en los cuartos de final

Se habló en la previa de este partido entre Argentina y Paraguay, por la tercera fecha del Grupo “A” de la CONMEBOL Copa América Brasil 2021, mucho más que de lo que se había conversado en los días previos a los partidos anteriores del seleccionado. Mucho más que antes de Chile y Uruguay. Porque el rumor que corrió durante el fin de semana fue que Lionel Andrés Messi no iba a jugar, y a partir de allí se establecieron todo tipo de especulaciones, análisis y debates sobre la certeza o no de esta ausencia, las razones de la misma y las posibilidades de los reemplazantes y del equipo en general, si el capitán no hubiera estado desde el inicio del juego.

Cuando faltaba poco más de una hora para que comenzara el partido, sucedió lo que muchos también imaginábamos y creemos que hace a la esencia de Messi: iba a jugar, a ser titular, tal como lo desea siempre: jugar todos los minutos de todos los partidos. Y si está cansado, descansa en la cancha, durante el partido. Apela a su inteligencia y camina a la búsqueda del mejor lugar de la cancha donde pararse, donde ubicarse. Argentina salió con un equipo distinto, pero con Messi adentro.

Una hora antes se supo la alineación de la selección: Emiliano Martínez, el dueño indiscutido del arco. Línea de cuatro con Molina, Romero, Pezzella y Tagliafico; dos volantes centrales: Guido Rodríguez y Leandro paredes. Por delante de ellos, tres media puntas, Alejandro Gómez, lionel Messi y Angel Di María. Y Sergio Agüero como centrodelantero. Enfrente Paraguay, con Antony Silva en el arco. Espínola, Gustavo Gómez, Junior Alonso y Arzamendia en el fondo. También doble eje central, con dos volantes con pasado en el fútbol argentino: el ex Boca, Andrés Cubas y Robert Piris da Motta, ex volante de San Lorenzo. Por delante, Alejandro Romero Gamarra, ex Huracán, Miguel Almirón, quien se destacó en Lanús y Angel Romero. figura de San Lorenzo. Como centro delantero, el jugador de Argentinos Juniors, Gabriel Avalos.

Lo cierto es que Argentina se repite. Juegue quien juegue, utilice el esquema que utilice. Siempre es un equipo que sale decidido, que juega bien un lapso del primer tiempo (que puede durar más o menos tiempo en ese período), pero que en ese momento despierta entusiasmo, invita a la ilusión y casi siempre domina al rival, lo supera, saca una ventaja en el marcador para luego diluirse en el complemento. Y allí sufre. En varias oportunidades le empataron, aunque esta vez contra Paraguay, igual que el partido anterior frente a Uruguay, pudo conservar la ventaja. Pero fue un partido repetido con respecto a los últimos cuatro que jugó. Un tiempo para gozar, el otro para sufrir.

Fueron muy buenos los primeros quince minutos del equipo de Scaloni. Con buena presión de los dos medios, Guido Rodríguez y Leandro Paredes, muy firme Romero en la defensa y concretos Tagliafico y Molina para trepar por las bandas. Adelante Di María y Alejandro Gómez se movieron y mostraron para ganarse un lugar en la titlaridad, mientras Messi buscaba darle aire a su amigo Agüero. A los 5′ probó el “Papu” Gómez con un remate que se fue apenas alto; a los 6′ Piris da Motta quisó jugar para su arquero de cabeza y se la dejó servida a Agüero, cuyo disparo se fue muy cerca desde una posición inmejorable.

Y a los 9′ abrió el marcador. La jugada nació en una combinación entre Di María y messi, el hombre de PSG se fue por la banda, amagó el pase lateral a Molina, entró hacia el medio y le cortó el pase a “Papu” Gómez, quien definió suave y por encima de la salida de Antony Silva y puso el 1 a 0. Un golazo que presagiaba una actuación convincente de Argentina, que a la postre no ocurrió.

El equipo de Scaloni comenzó como suele hacerlo; a ritmo arrollador, y con una ventaja temprana sobre el adversario. A los 17′ Messi metió un clásico tiro libre al palo del arquero, bajo y fuerte, que pasó muy cerca del poste derecho de Silva. Lucía preciso el conjunto albiceleste, mientras que Paraguay se recostaba en la velocidad de Miguel Almirón para desbordar y buscar, con sus cambios de ritmo, los ataques necesarios. Avalos alternaba buenas y malas con Romero y Germán Pezzella, mientras que Angel Romero no era productivo. Bien Piris da Motta para recuperar y fuerte Gustavo Gómez en los mano a mano. Pero era más la Argentina y lo hizo notar a lo largo del primer tiempo.

En el complemento se acentuó el dominio guaraní. Porque se quedó mucho la selección. Cedió campo y pelota, pero no tuvo aire para explotar los contragolpes. A los 58′ Joaquín Correa entró en lugar de Sergio Agüero, que no tuvo una buena noche. Y Paraguay empujó, sobre todo por el lado de Almirón, que buscaba socios y encontraba algo en Romero Gamarra, voluntad en Arzamendia y algo de Angel Romero.

Por eso Eduardo Berizzo decidió algunas modificaciones en Paraguay: iban 65′ cuando Oscar Romero reemplazó al “Kaku” Romero Gamarra y A. Cardozo entró en lugar de Andrés Cubas; cambios ofensivos para reforzar el ataque guaraní.

Argentina no respondía, y a los 71′ Rodrigo De Paul entró en lugar de Alejandro Gómez, mientras que a los 80′ Nicolás Dominguez entró en lugar de Leandro Paredes y Angelito Correa reemplazó a su tocayo, Di Maria; allí Messi encontró un socio. Un poco más de fútbol, alguien para tocar y armar juego. Respiró el conjunto albiceleste y se tomó un respiro al final.

Berizzo fue por las últimas variantes. A los 81′ R. Sanchez ingresó en reemplazo de Robert Ayrton Piris da Motta y un poco más tarde, a los 85′ B. Samudio reemplazó a Gabriel Avalos y C. Gonzalez ocupó el lugar de Angel Romero. Pero no tuvo oportunidades, y los pelotazos que rondaron el área argentina todos fueron conjurados por Emiliano Martínez, el indiscutible arquero argentino.

Para la selección fue ganar y clasificarse a los cuartos de final. Con un rendimiento similar al de los últimos partidos, resultados positivos y la clasificación asegurada.

Hernán O’Donnell

Argentina jugó un partido de nivel y se reencontró con la victoria

Se habló mucho, tal vez demasiado, de los empates de la Argentina. De las igualdades ante Chile y Colombia por la Competición Preliminar de la Copa Mundial de la FIFA-Qatar 2022 y del empate en la fecha inicial de la CONMEBOL Copa América Brasil 2021. Se habló de la falta de definición a la hora de concretar la elaboración, se mencionó cierta endeblez defensiva. Se dijo que iban a haber cambios en la alineación titular, que serían cuatro o más las modificaciones. Se habló mucho del equipo, tal vez demasiado.

Lo cierto es que sólo hubo dos variantes en la formación de Scaloni; el ingreso de Nahuel Molina por Montiel en el lateral derecho y la presencia de Guido Rodríguez, como volante central, por Leandro Paredes, en este caso por una molestia en las costillas del ex volante de Boca Juniors.

Y la Argentina fue. Ante un rival duro como Uruguay, que propuso, como siempre, un clásico duro y luchado, aunque con un medio, el de Bentancur, Torreira, Federico Valverde y Nicolás de la Cruz, con más juego que espíritu de batalla. Y Argentina fue a jugar. A buscar el partido desde el silbato inicial. A los 6′ tuvo una llegada muy clara con un remate de Messi que Muslera desvió y Lautaro Martínez no pudo conectar el rebote. A los 8′ hubo una jugada preparada; De Paul se la dio a Messi, Leo se la devolvió, el volante de Udinese lanzó el centro y Otamendi metió un cabezazo fuerte que controló el golero uruguayo.

Era más la Argentina, y a los 12′ llegó la apertura del marcador. Una jugada bárbara de Messi por izquierda, el desborde y el centro fueron exactos y por el otro costado apareció Guido Rodríguez para marcar de cabeza el 1 a 0 para la “Albiceleste”.

La Argentina no se relajó. Supo que Uruguay iba a adelantar líneas y a tratar de explotar la enorme jerarquía de sus dos delanteros, Cavani y Luis Suárez, pero no se quedó el equipo de Scaloni; más bien aprovechó espacios, acomodó los volantes y explotó salidas rápidas a partir del talento de Lo Celso, la pegada de De Paul y la magia indescifrable de Messi. Argentina era dueña del partido, aún cuando la “Celeste” se le venía encima. Pero el dueño del control del juego era el conjunto de Scaloni.

Porque se defendía con más orden y agresividad respecto de los partidos pasados; firme Cristian Romero, atento Otamendi, dispuestos al sacrificio Molina y Acuña y muy seguro el arquero Emiliano Martínez.

Uruguay jugaba al ritmo de Torreira, el más inteligente y hábil para llevar adelante la gestión, bien acompañado por Cavani, algo de lucha por parte de Suárez y más discontinuos Valverde y Bentancur. Tuvo pocas situaciones el conjunto de Tabarez, casi no forzó llegadas claras y la Argentina se fue al descanso con la tranquilidad de haber hecho bien las cosas.

Uruguay salió a jugar el segundo tiempo con una modificación. Nahitan Nández reemplazó a Bentancur. Y buscó un poco más la “Celeste”. Con un poco más de decisión, aunque sin la profundidad que la coyuntura le requería.

Argentina tuvo que hacer muy pronto un par de variantes; iban 51′ y Exequiel Palacios debió entrar por el lesionado Giovanni Lo Celso, en tanto Joaquín Correa entró en la ubicación de Lautaro Martinez. Después, a los 64′ Brian Ocampo entró por De la Cruz; un delantero por un volante para que el equipo de Tabárez tuviera más llegada. Y tuvo una buena posibilidad a los 68′ con un centro de González desde la izquierda que no pudieron captar ni Cavani ni Suárez. Fue peligroso, porque cualquiera de los dos delanteros pudo haber conectado a la valla de la Argentina.

Siguieron las variantes, y a los 69′ Angel Di María reemplazó a Nicolás González, mientras que en Uruguay Facundo Torres reemplazó al lateral González. Uruguay ya se paraba con más gente en el medio y el ataque que en la defensa. Comenzó a arriesgar más, aunque dejara espacios muy claros a sus espaldas.

Los últimos veinte minutos volvieron a ser de Argentina casi en su totalidad. Porque logró buenas asociaciones, metió contragolpes punzantes y una jugada combinada en la que Messi hizo girar al equipo al ritmo de su habilidad que terminó con un remate de Di María que se fue al corner, fue lo más sabroso del equipo nacional. Y un tiro libre de Messi a los 80′ que pegó en Otamendi; insólito por lo que podía tener un destino de red, tras una jugada individual de Leo que levantó elogios.

Uruguay no pudo llegar con claridad. Fue más empuje y “ponchazos” que juego elaborado. A los 83′ hizo su última modificación Gorriarán por Federico Valverde. La Argentina durmió el juego hacia el final, recostado en el sector derecho de su ataque, con pequeños partidos de fútbol “reducido” que terminaban con una infracción uruguaya y se reanudaban con la ejecución de esa falta para darle lugar a otro encuentro “reducido”.

Y se fue el clásico con una buena actuación Argentina, un triunfo valioso ante Uruguay, el nivel de juego mantenido y el reencuentro con el triunfo.

Hernán O’Donnell

Güemes guapeó en la Isla Maciel y se mantiene en lo alto de la Primera Nacional

Es uno de los candidatos a uno de los ascensos a la Liga Profesional de Fútbol. De dar el salto a la Primera División, la más alta y honorable de nuestro fútbol. Güemes de Santiago del Estero es una suerte de cenicienta del torneo, porque se presenta tras lograr el pase reciente del Federal “A”, pero a la vez es uno de los “muchachitos”, uno de los grandes protagonsitas. Encabeza la Zona “2” del Campeonato de Primera Nacional 2021 y por ahora logra esa clasificación a la gran final por el primer ascenso. Tuvo una prueba dura ante San Telmo en la siempre difícil cancha de la Isla Maciel, y la superó con hidalguía. Fue un poco más a la hora del balance y, si bien el punto es importante, también pudo haber ganado el partido. Claro que San Telmo también dispuso de su momento en el encuentro y durante más de una hora estuvo en ventaja, pero no logró hacer la diferencia, y al final, el empate estuvo bien.

Fue sacar del medio y salir a atacar al arco adversario. Así se tomó el partido Güemes. A los 30″ tuvo un tiro libre a favor por falta de Meza a la “Bestia” Romero, el potente centrodelantero de los “Gauchos”, y Claudio Vega ejecutó ese tiro libre que pasó cerca del palo izquierdo de Alan González.

Era más el visitante, con Pablo López como organizador del juego; sin embargo, a los 6′ San Telmo abrió el marcador. Se fue Melgarejo por izquierda, combinó con Ada, el centro rasante llegó al medio y Velázquez se anticipó a Zárate, le ganó la posición y marcó el 1 a 0 a favro del local.

Sintió el golpe el equipo de Pablo Martell; le costó ordenarse, y a partir de la movilidad de Nicolás Barrientos, quien buscó por derecha e izquierda, de las subidas de Salas y Lucero por los laterales y la potencia de Romero, el equipo se recuperó y volvió a tomar las riendas del juego.

Y sumó oportunidades. Primero con una media vuelta de Romero; después con un centro peligroso de Lucero que el arquero local supo controlar. Más tarde, con otra proyección de Lucero y el giro de Vega que continuó con un buen remate y de nuevo Alan González apareció para salvar a su valla. Un cabezazo bajo de Romero y un disparo potente de Barrientos a los 41′ cerraron el primer tiempo, que fue casi de exclusividad de Güemes. San Telmo había vuelto a aproximarse con una trepada de Lucas Arce y un centro cruzado que nadie pudo aprovechar.

Para el segundo tiempo, Martell dispuso dos modificaciones en su estructura; sorprendió la salida de Barrientos. Había sido de lo mejor del equipo, pero fue reemplazado por Javier Bayk, en tanto Marinucci ingresó en lugar de Algozino.

San Telmo salió con mayor decisión, como si hubiera sido consciente del primer tiempo errático que había jugado y a los 46′ llegó a otra posibilidad, tras un tiro de esquina y un cabezazo de Velázquez que se fue muy cerca del palo derecho de Salvá. Y a partir de allí el “Candombero” construyó unos veinte minutos del complemento muy buenos. Con mucha presión en la mitad de la cancha, la manija de Melgarejo para conducir al equipo, la dinámica de Rueda, la habilidad de Ada y la potencia de Velázquez. Fue el momento más complicado de Güemes en el partido. No era el equipo dominante del primer período y había perdido peso en el juego. Además, a los 62′ se lesionó el lateral Lucero, de buen partido, y debió ser reemplazado por Cristian Díaz.

Sin embargo, el equipo se sostuvo por la firmeza de Gabriel Fernández en el fondo para cortar, marcar y anticipar las maniobras locales y a los 67′ iba a tener otras dos variantes, las últimas, que iban a modificar el rumbo del partido. Fue cuando entraron Federico Boasso y Diego Diellos en reemplazo de Pablo López y la”Bestia” Romero. Ambos iban a pesar en la recuperación de Güemes. A los 69′ Boasso marcó un golazo con un disparo desde afuera que significó el 1 a 1. Y luego, ambos iban a conectarse con Marinucci y Vega para darle forma a un nuevo libreto de la obra.

San Telmo iba a tener otra oportunidad a los 71′ con un cabezazo de Velázquez que se fue cerca del palo izquierdo de Salvá. Y a los 77′ abrió la ventana de los cambios con el ingreso de R. Depetris en lugar de G. Ada. Pero ya el partido era otra vez de la visita y a los 82′ tuvo una excelente oportunidad, tras un tiro libre a favor del “Candombero” que Melgarejo no pudo ejecutar con precisión, nació un contragolpe conducido por Marinucci, quien luego habilitó a Claudio vega y su cabezazo salió muy cerca del palo derecho local. Muy buena contra de Güemes que no pudo coronar.

A los 88′ T. Amilivia reemplazó a E. Rueda y a los 90+1′ R. Gonzalez ingresó en lugar de L. Melgarejo; fueron las últimas variantes de San Telmo. Pero nada pudo modificar. Güemes se había recuperado y sostenido el empate, que bien pudo haber tenido otro resultado, pero por el contexto, el rival, el estadio y el resultado adverso temprano, tiene un gran valor.

Hernán O’Donnell

Quilmes fue audaz y estuvo cerca de dar el golpe en Villa Crespo

La derrota, injusta, frente a Agropecuario significó algo más que un resbalón y la pérdida de tres puntos. Fue también dejar el invicto, el único que se mantenía hasta el momento en el Campeonato de Primera Nacional 2021, ceder la ubicación de privilegio en la Zona “1”, esa posición que lo lleva a la final por el primer ascenso a la Liga Profesional de Fútbol, resbalar también hasta el tercer lugar…para Atlanta la visita a Carlos Casares no fue productiva y el encuentro ante el siempre complicado Quilmes significaba un excelente posibilidad para recuperarse.

Fue más duro de lo pensado. Porque el equipo de Facundo Sava salió a apretar desde el inicio, con un esquema agresivo. Cuatro defensores en la hilera, donde Bindella se soltaba de modo permanente, Drocco y Calello para la contención, Jonás Acevedo suelto y cerca de los delanteros: Tomas Blanco, Anselmo y Bonetto. Así, a los 3’ tuvo una chance clara, cuando Julián Bonetto se fue solo en contragolpe y ante el achique de “Pancho” Rago sacó un remate desviado, en una posibilidad clarísima para su equipo.
Lo tuvo después Atlanta, a los 6’ cuando Ochoa Giménez aprovechó una mala salida de la defensa visitante, pero no pudo usufructuarla pues su tiro también salió desviado.

El partido se hizo más complicado de lo que Atlanta imaginaba. Porque Quilmes fue audaz y valiente, y no lo dejó salir al “Bohemio” de su campo. Por lo menos, con la comodidad que lo suele hacer. Los cuatro hombres de ataque tapaban a los centrales, Flores no tenía libre el andarivel y Ramiro Fernández no hallaba progreso por izquierda. Y si bien cerró el primer tiempo con un tiro alto de Pedrozo a los 42’ y y un centro del mismo Pedrozo que Alan Perez cabeceó al medio y Saracho controló con facilidad, Quilmes dejó una imagen de superioridad.

Erviti entendió lo mismo, que el equipo no había estado bien en el primer tiempo y decidió tres variantes para comenzar la segunda etapa. Modificó el sector izquierdo de la defensa; afuera García y Fernández, adentro López y Luque, además de Facundo Taborda en reemplazo de Ramirez. Más ataque y salida por los costados.

A los 52’ Pedrozo tuvo un mano a mano con Rodrigo Saracho y el arquero de Quilmes le desvió su tiro al córner. A los 54’ Colombini metió un buen cabezazo, aunque desviado. Respondió la visita con otro golpe de cabeza, por medio de Julián Bonetto, tras un tiro de esquina. Y a los 65’ Ochoa Gimenez elevó un remate arriba del travesaño.

Era otro partido. Aunque Quilmes volvió a apretar, Atlanta mostraba otra imagen. A los 66’ Facundo Sava movió el banco visitante. Fernando Luna entró por Drocco y Mariano Barbieri reemplazó a Tomás Blanco.
A los 70’ le llegó una oportunidad, tras una pelota perdida por Ochoa Gimenez, Bonetto se fue de contra y su disparo salió alto.
Y más cambios en el partido. A los 73’ Cristian García reemplazó a Pedrozo, para reforzar el ataque local. Pero Quilmes volvía a avisar, con un tiro libre, el rebote le quedó a Bindella y su tiro fue atajado por Pancho Rago.

A los 79’ salió el capitán visitante, Calello y lo reemplazó Tomás Bottari. En Atlanta, a los 85’ Alejo Dramisino ingresó por Santiago Solari, y en los pocos minutos que estuvo en el campo de juego fue dinámico, profundo y hasta se dio tiempo para probar al arco.
Quilmes hizo su último cambio a los 89’ cuando Emmanuel Moreno ingresó por Bonetto y tuvo, a los 90+2’ una chance más, quizás la más impactante del partido. Martin Ortega sacó un par largo para Jonás Acevedo, de buen segundo tiempo, este parecía que perdía el balón con Lopez, pero el zaguero local no controló la pelota y Acevedo aprovechó para sacar un centro al que Rago no llegó y Anselmo desvió su remate, en una posición inmejorable. Quilmes desperdició una última oportunidad.
Fue una tarde fría y gris para Atlanta. Como el tiempo helado de esta Buenos Aires, en la que salvó un punto, pues el partido fue muy complicado y Quilmes estuvo cerca de hacerle un daño mayor.

Hernán O’Donnell

Montreal buscará igualar la serie en su segunda visita a la ciudad del pecado

Los Canadiens, dirigidos por Dominique Ducharme, buscarán redimirse tras la derrota (4-1) en el juego inicial contra el equipo de Las Vegas.

Sin dudas, la temporada del único equipo restante en los Playoffs ha superado toda expectativa y dejó la vara alta para el futuro de la organización mas laureada de la liga. Venciendo al primer clasificado e histórico archirrival, Toronto Maple Leafs, en primera ronda y tras remontar una desventaja de 3-1 en la serie. La moral del equipo estaba por las nubes y con ese envión barrieron a los Jets de Winnipeg. Quienes, curiosamente, venían de vencer 4-0 en la serie a los Oilers de Edmonton. Recibieron un poco de su propia medicina.

No puede hablarse del éxito de Montreal sin hacer hincapié en su legendario guardametas, Carey Price, quién en busca de su primer Stanley Cup se lo ve motivado para sellar su arco y llevar a su equipo a la cima. Tampoco se puede obviar el ascenso de jóvenes promesas, quienes ya dejan su sello en el mas alto nivel. El rookie, Cole Caufield y su socio Nick Suzuki, son de los puntos mas altos de este equipo. Este último mencionado tiene un valor agregado en esta definición, ya que fue originalmente firmado por Vegas Golden Knights en 2017 y posteriormente traspasado a la franquicia canadiense.

Imagen
Brett Kulak y Alec Pietrangelo enroscados e intercambiando palabras ante la supervisión del referí. /@CanadiensMTL

Enfrente hay un equipo duro de roer y con fortalezas en todos los frentes. Los Caballeros Dorados de Vegas cuentan en el arco con el 3 veces campeón, Marc- Andre Fleury. Otros de sus mayores baluartes son: Mark Stone, extremo derecho con grandes habilidades defensivas y ofensivas; Max Paccioretty, ex jugador de los Canadiens y estrella del equipo de Nevada; y también Jonathan Marchessault, el extremo que siempre dice presente en los momentos trascendentales.

Si bien, Montreal destaca por su defensa férrea y su gran capacidad de anotar en desventaja numérica, la ofensiva de Vegas es demasiado para cualquier equipo y junto con su portero de salvadas milagrosas, conforman un equipo candidato al título. Sumado a el excelente y profundo plantel, hay que añadir el envión anímico del equipo tras dar vuelta una desventaja de 0-2 ante Colorado (el mejor equipo en la temporada regular) e imponerse 4-2.

Aforo completo en el T-Mobile Arena, un ambiente al que Montreal no fue expuesto en toda la temporada / @GoldenKnights

Las diferencias en el tratamiento de la pandemia en Estados Unidos y Canadá podría darle una nueva ventaja a Vegas, quienes juegan ante un estadio a máxima capacidad mientras que el Bell Centre (hogar de los Habs) solo permite el ingreso de 3,500 fanáticos. Las casas de apuesta tienen como gran favorito a los Caballeros Dorados (y no por el hecho de ser el equipo local de “Sin City”, la ciudad del pecado) por lo que Montreal adoptará el rol del “underdog”. Un rol que le sienta bien y con el que ya vencieron en sus dos instancias previas. ¿Será la tercera la vencida? O finalmente, llegará a su final la temporada de ensueño canadiense.

El equipo más antiguo de la liga, fundado incluso antes de que se organizara la NHL, contra el equipo mas reciente (sin contar a Seattle Kraken, que aún no ha jugado su primer partido) y en un mercado distinto al de los Habs. Solo resta sentarse y esperar por el desenlace de una serie que pocos esperaban pudiera darse en las semifinales de la Stanley Cup. Vegas vs Montreal, Fleury vs Price, lo viejo contra lo nuevo por un boleto a las puertas del trofeo mas anhelado.

Federico O´Donnell

Francia supo golpear y manejar el juego para derrotar a Alemania

A veces el fútbol se acerca a la perfección. Esta EURO 2020, que se juega en Junio y Julio de 2021, tiene varios ejemplos de esa afirmación. Hay equipos que juegan un fútbol de alto vuelo, de toque y circulación, de dinámica y velocidad, de jerarquía individual y colectiva. Con los valores de ayer, de hoy y de siempre. Del fútbol como lo conocimos y como será. Y cuando esos equipos se enfrentan, como sucedió en Inglaterra-Croacia, o en esta Francia vs Alemania que nos ocupa en esta crónica, el resultado es un partido vibrante, emotivo, delicioso.

Francia y Alemania en el Allianz Arena de Münich, y otra vez, por esos caprichos de los sorteos y la definición de la ubicación en la organización del fixture, Francia hizo de local en la casa de Alemania. Y se lo tomó tan a pecho que fue por el partido, con ese estilo cautivante donde el balón se respeta con sagrado optimismo, el manejo es tan dúctil en los zagueros centrales, Kimpembé o Varane, como en los creadores, Pogbá, Mbappé o Griezmann. Entonces el equipo fue salida permanente a través de Pavard o Hernández, giro y distribución con Kanté y Pogba, equilibrio con Rabiot y ataque directo con Mbappé y Benzema. Una maquina de tocar ante una Alemania que lo esperó. Con la línea de tres zagueros cerca de su área, con los cuatro medios muy próximos a ellos y con Havertz y Müller a la espera de tener el balón para armar el juego que asista a Gnabry.

Francia llegó a los 14′ con un desborde de Pavard tas una combinación colectiva, y el cierre de Rudiger sacó el balón al corner; de ese tiro de esquina, a los 15′, llegó el cabezazo de Pogba que se fue arriba del travesaño. Y pronto desequilibró en el marcador.

Iban 19′ cuando Pogba cruzó un pelotazo perfecto a Hernández, este llegó libre por izquierda y lanzó un centro preciso para Mbappé. Hummels quiso despejar, estaba apurado, y no hizo más que meter la pelota en su arco. 1 a 0 para Francia.

Alemania sintió el golpe y fue por la igualdad. Adelantó sus líneas, y fue a buscar su tanto. La más clara fue a los 37′, cuando Gnabry remató una jugada que vino por izquierda y el balón pasó cerca del palo izquierdo de Lloris.

No hubo cambios para comenzar el segundo tiempo; los dos siguieron con las mismas alineaciones, aunque el encuentro modificó su rumbo, porque Francia, de a poco, empezó a meterse atrás, a ofrecerle a su rival que tomara la pelota, arriesgara un poco en ataque y explotarlo a sus espaldas con la velocidad de Mbappé, Griezmann, y el oportunismo de Benzema.

Alemania posicionó a Gosens y Kimmich como extremos; abiertos pero bien adelantados. Ginter, Hummels y Rudiger casi en la mitad de la cancha, Kroos y Gundogan cerca de los creadores y Havertz y Müller pegados a Gnabry. Persión y ataque constante, con el riesgo asumido de lo que podía proponer Francia en cada contragolpe. y vaya si sufrió, porque a los 51′ Rabiot, tras una buena contra solo y con Griezmann que entraba por el medio, disparó al arco y su tiro pasó muy cerca.

Respondió el equipo de Joachim Low, a los 53′, con una jugada que derivó en Gnabry y su remate, de pique al suelo, se elevó apenas por encima del travesaño. Volvió a tener una chance a los 69′ a través de un cabezazo de Rüdiger que controló Lloris. Alemania dominaba el territorio, a sabiendas que Francia le ofrecía ese partido. Pero no tenía alternativas, debía ir por el tanto que le diera la igualdad.

A los 72′ llegaron los primeros cambios del partido. Timo Werner entró en lugar de S. Gnabry y Leroy Sane ocupó el lugar de Kai Havertz; pieza por pieza, para refrescar el ataque. Pero Francia amenzaba en cada posibilidad y de un pelotazo largo, que parecía controlado por Hummels, Mbappé picó rápido ganó la posición y cuando se iba al arco de Neuer, Hummels se recuperó y cortó su proyección en una notable recuperación.

Y también pudo anotar a los 84′, tras una definición de Benzema, pero la jugada estaba invalidad porque cuando Mbappé recibió el pasé de Pogba, estaba en posición fuera de juego.

Low fue por dos variantes más a los 86′ de juego: Emre Can entró por Ginter y Kevin Volland ingresó en lugar de Gosens. Un tiro libre a favor, a los 87′, fue desaprovechado por Sané, quien remató muy alto. Y luego vinieron los cambios de Francia, sobre el cierre del juego, más para cortar, enfriar y terminar el partido, restarle ritmo y continuidad que por el arreglo de laguna situación, más allá que a los 88′ Tolisso entró por Benzema y el equipo armó dos líneas de cuatro y Mbappé un poco más suelto con Griezmann, en tanto a los 90+3′ Dembelé reemplazó a Rabiot.

Francia ganó con inteligencia en un partido de alto vuelo, de grandes jugadores y enorme jerarquía. Un aperitivo que augura un futuro de EURO vibrante, para seguir a cada paso.

Hernán O’Donnell

Argentina no concretó sus oportunidades y otra vez se quedó en un empate

Argentina se enredó en su laberinto. No puede salir de esta serie de igualdades que empezó con la doble jornada de la Compeitición de la FIFA, en la que empató con Chile en Santiago del estero y con Colombia en Barranquilla, y que se prolongó ante Chile, esta vez en Río de Janeiro. Tres ciudades distintas, tres empates con diferentes matices. Y con muchas cosas para analizar. Porque el equipo que conduce Lionel Scaloni jugó un buen primer tiempo, fue agresivo en el juego, tuvo circuitos aceitados, maniobras colectivas profundas y alcanzó una diferencia que pudo ser un poco más amplia.

A los 7′ llegó por primera vez, con un pase cruzado de Montiel para la entrada por izquierda de Nicolás Tagliafico, este se la bajó de cabeza a Messi y Leo sacó un remate cruzado que se fue abierto. Enseguida llegó un disparo de Nicolás González que Bravo sacó al corner. Y poco más tarde otra posibilidad clara, con una excelente asistencia de Giovanni Lo Celso en cortada y diagonal para el pique sorpresivo de Nicolás González y el remate de este fue tapado por Claudio Bravo cuando iban 17′ de juego.

Argentina era más, porque se entendían bien Lo Celso y González, porque Messi giraba y encontraba socios, porque Paredes sostenía el empuje y porque todo el equipo jugaba adelantado. Faltaba la puntada final, la aparición de Lautaro Martínez.

Chile no tenía prejuicios en sostenerse con una línea de cuatro, cinco volantes que se armaban en línea cuando Argentina tomaba la pelota en su campo, y Eduardo Vargas adelantado, como centro atacante. Cuando recuperaba, Carlos Palacios y Meneses se abrían para ensanchar la cancha y Arturo Vidal y Charles Aránguiz se soltaban, para quedar Pulgar solo como volante central. Así llegaron a su primera oportunidad, con una maniobra de contragolpe, el balón cruzado en ataque y Meneses que apareció por derecha pero no pudo conectar, ya a los 26′ del primer tiempo.

Pero Argentina era más en ese primer tiempo, y a los 32′ abrió el score con un magnífico tiro libre de Leo Messi que se coló en el ángulo superior izquierdo de Claudio Bravo.

Y enseguida llegó otra chance para la “Albiceleste”, con una jugada por derecha, el centro peligroso y lautaro que falló en la definición, con un disparo abierto, muy desviado.

Así se cerró el primer período de juego, con una sensación positiva de la Argentina, aunque en el segundo tiempo el equipo se iba a desdibujar y se le escaparía la chance del triunfo.

El equipo de Reinaldo Rueda salió con otra actitud en el segundo tiempo. Más sueltos Vidal y Aranguiz, más adelantado Medel en el fondo, más comprometido en el ataque el trío de Palacios, Vargas y Meneses, Pulgar con mayor protagonismo. Y en ese ir a buscar, un error de Martínez Quarta generó un contragolpe de Chile, el balón que fue a Vargas, su remate solitario, la tapada brillante de Emiliano Martínez y cuando Vidal tomó el rebote, Tagliafico llegó tarde al despeje y golpeó en la entrepierna al volante del Inter. Penal a los 56′, Vidal lo ejecutó, Martínez lo tapó con su mano izquierda, el balón golpeó en el travesaño y el rebote le quedó a Vargas, quien de cabeza logró la igualdad: 1 a 1 y volver a empezar.

Y pudo aumentar Chile a los 62′, cuando Meneses lanzó un centro, surgió Arturo Vidal y Martínez evitó el tanto. Scaloni decidió meter mano en el equipo y a los 66′ efectuó dos modificaciones: Angel Di María entró por Lo Celso, y Exequiel Palacios reemplazó a Paredes. El equipo dejó el 4-3-3 inicial, para quedar con un 4-4-1-1: La línea de fondo del comienzo, el medio con Di María, Palacios, de Paul y González, Messi por delante de ellos y adelante Lautaro Martínez.

Y así se las arregló para tener dos chances claras; una habilitación de Messi a González, quien entró solo y libre por izquierda para rematar, pero optó por tirar un centro rasante que fue cortado. Vinieron dos cambios en Chile, a los 76′ de juego: B. Brereton reemplazó a Carlos Palacios y C. Pinares ingresó en lugar de Eduardo Vargas; después llegó la otra chance que generó Messi, con un pase de emboquillada para González, cuyo cabezazo se fue arriba del travesaño de Bravo, a los 79′.

A los 80′, otras dos variantes en la Argentina: Joaquín Correa ingresó por Nico González, y Sergio Agüero reemplazó a Lautaro Martínez. Rueda decidió también dos cambios en Chile; iban 83′ y Roco entró en la zaga por Gary Medel, mientras que Alarcón suplió a Arturo Vidal. Scaloni hizo su última variante a los  84′, con el ingreso de Nahuel Molinaen reemplazo de Gonzalo Montiel.

Argentina volvió a tener una nueva chance a los 90′ cuando Messi le bajó la pelota a Joaquín Correa y este no llegó a definir, mientras que Chile se aferró a su última modificación: a los 90+2′ Pablo Galdames reemplazó a Meneses.

Todo estaba definido. Argentina no pudo concretar lo que había generado y se le escaparon dos unidades porque Chile fue eficaz, atacó en la desventaja y desnudó fallas que se reiteran y le cuestan caro al equipo nacional. Argentina jugó bien, pero no logró definir y no pudo sostener la ventaja. Se metió solito en su laberinto y otra vez no encontró la salida.

Hernán O’Donnell

Inglaterra ganó un partido complicado y asoma como candidato

El Grupo “D” presentó, en su jornada inicial, el partido más atractivo, duro y competitivo del grupo. Inglaterra vs Croacia, en Wembley, ahí a pasos de Londres, donde el Fútbol mundial tiene su Catedral, el escenario más célebre, famoso y cautivante de todos los escenarios de este bendito deporte.

Inglaterra recibió a su rival con el antecedente fresco del enfrentamiento por semifinales de la Copa Mundial de la FIFA-Rusia 2018; en aquella oportunidad ganó Croacia, de la mano de varias figuras que en esta oportunidad no están ya en el equipo, como Mandzukic e Iván Rakitic, pero con estrellas que brillaron, y lo hacen desde hace un tiempo, en esa cita ecuménica: Luka Modric, Ivan Perisic, Domagoj Vida, Mateo Kovacic…pero Inglaterra sentía que debía ser su tarde, que debía ser su partido. Y lo jugó como tal.

Gareth Southgate decidió jugar como le gusta a su gente; con mucha presión arriba, dos laterales, Walker y Trippier de subida permanente, dos volantes centrales, Rice más posicionado en el centro y Phillips con mayores posibilidades de desengancharse hacia el ataque; tres medio atacantes, Foden, Mount y Sterling, y un centrodelantero, Harry Kane, de enorme sacrificio, para tapar la salida del volante cetral rival, Brozovic, participar del circuito de juego y tratar de llegar al área rival en cada ataque de su equipo.

Se lo llevó por delante a su adversario en los primeros minutos y así contó con un par de situaciones muy claras; a los 5′ un disparo de Foden que se estrelló en el palo derecho de Livakovic, y un remate de Phillips, preciso y fuerte, que detuvo bien el arquero visitante, a los 10′ de juego.

Croacia se acomodó a partir de los veinte minutos de ese primer período, tras pasar un rato largo dominado por el local; fue cuando Modric se hizo del balón, los otros volantes, Brozovic y Kovacic, compartieron el manejo, Perisic se mostró por toda la banda izquierda y los delanteros, Kramaric volcado a la derecha y Rebic por el medio, ofrecieron sacrificio para asociarse en cada maniobra.

Fue el momento en que apareció Mings para solucionar todos los problemas, en tanto Stones acompañó en el juego aéreo y Pickford no pasó mayores sobresaltos.

Croacia encaró el segundo tiempo con mayor determinación; había mejorado al final de la primera etapa a partir de la inteligencia de Modric y el espíritu colectivo de sus compañeros, pero en el complemento intentó apretar un poco más. Ser más ofensivo.

Pero en una distracción, pagó caro; de la derecha de Walker partió una habilitación profunda a Phillips, quien se proyectó sin pelota para romper líneas, cuando se encontró con el balón giró a su derecha, se sacó de encima la primera marca y puso el balón justo para Sterling, quien definió fuerte frente a la salida del arquero y a los 56′ Inglaterra se adelantó por 1 a 0.

Wembley fue un rugido de alegría y celebración; la victoria empezaba a tomar forma. Y el encuentro comenzó otro capítulo, con el correr de los minutos, los dibujos tácticos variaron. Inglaterra, con la tranquilidad del marcador a favor, empezó a encontrar espacios para generar ataques como el del que tuvo Kane, tras un centro de Sterling y Harry no llegó a concretar, cuando iban 61′ de juego, aunque dio su cuerpo contra un poste.

Croacia sacó a relucir su orgullo y fue para adelante; con dos variantes a los 70′ de juego: N. Vlasic entró en el medio por M. Brozovic y J. Brekalo al ataque por A. Kramaric. En el local, Rashford ingresó por Foden, a los 71′.

Inglaterra se retrasó, dejó que el rival manejara el balón y buscó explotar los contragolpes; era un tanto riesgoso, porque Croacia se adelantó en el terreno y se acercó a Pickford, pero el conjunto británico se sintió cómodo, mientras encontraba el balón, amenazaba de contra y cerraba los caminos de su área con una super población de futbolistas.

Y llegó la sucesión de variantes en esos minutos finales y de sentencia; a los 77′ B. Petkovic ingresó por el delantero de Milan, A. Rebic en Croacia. A los 81′ el joven Bellingham reemplazó a Harry Kane, agotado tras un enorme esfuerzo para colaborar en la marca de su equipo. Y pocos minutos después, a los 84′, Pasalic entró por Kovacic, para darle aire al medio campo de la visita.

Pero Croacia se repitió en la fórmula de abrir el balón y tirar pelotazos cruzados para que aprovechen sus delanteros; a veces tenían forma de centros, a veces como simples cambios de frente. Pero no pudo armar juego asociado, a pesar de los intentos del capitán Modric y cada oportunidad se diluía sin mayores peligros.

Cuando ya estábamos en los 90+1′ de juego, D. Calvert-Lewin reemplazó a R. Sterling. Y nada varió. Inglaterra se aferró a la diferencia, sostuvo sus argumentos y ganó en su debut ante el rival más complicado del grupo. Nada mal para empezar.

Hernán O’Donnell