Cuando sale de casa, Argentina es cosa seria

La Argentina empieza a dar muchas señales. De un buen equipo en formación, es la primera. De una renovación acertada y necesaria, es la segunda. También que juega mejor de visitante que de local; más suelto, más libre, con menos presiones o autoexigencias. Y que en todos los encuentros demora unos minutos en acomodarse, en encontrarle la vuelta al rival y después de un lapso de tiempo, pasa a dominar el partido, a someter al adversario y a tener el control del juego.

Ante Perú se vio mucho de todo esto. Que ya a se había visto en los partidos frente a Ecuador, Bolivia y Paraguay. La Argentina se sintió incómoda en el incio. El equipo de Ricardo Gareca lo asfixió en el comienzo, con una buena presión en el medio campo y con la amenaza de Cueva por el centro, en tanto Carrillo por derecha y Flores por izquierda intentaban sumar a Lapadula a las maniobras de ataque.

Crédito: @CONMEBOL

Pero llegó el gol de Nicolás González y la Argentina se acomodó. Iban 17′ cuando el remate cruzado del delantero de Stuttgart puso el 0-1 en el marcador. Allí se terminó de tranquilizar la Argentina y de acomodar en el campo de juego.

Creció Lo Celso en la gestación de juego. Se afirmó la defensa, trepó Nicolás Tagliafico una y otra vez, hasta hacer un tándem por izquierda junto a Nicolás González que confundió a Perú. Y a medida que pasaban los minutos, la Argentina cada vez era más dueña del partido. Así llegó el segundo tanto, tras una gran habilitación a Lautaro Martínez, y el delantero del Inter ingresó al área, gambeteó a Pedro Gallese y convirtió el 0-2 a los 27′ del primer tiempo.

Crédito: @CONMEBOL

Perú sintió el golpe y le costó recuperarse. Cambió de bandas a al “Oreja” Flores y a Carrillo. Se adelantó un poco en el campo y al final del primer tiempo lo encontró un poco mejor.

En el complemento, el local trató de empujar a la Argentina contra el arco de Franco Armani. También se retrasó un poco el conjunto de Scaloni, para encontrar más espacios y explotar la velocidad de Nico González, la potencia de Lautaro Martínez y la habilidad de Leo Messi con mucho campo para jugar. Entonces, cuando surgieron las posibilidades, la Argentina amenazó de modo muy serio.

A los 56′ Lucas Ocampos entró por De Paul, quien estaba muy cansado. Y una corrida de Nico González derivó en un pase a Messi; Leo puso una habilitación exacta a Martínez, Santamaría cortó y el rechazo le quedó a Ocampos, cuyo remate fue rebotado por la pierna derecha de Gallese; el balón le quedó a Montiel y su disparo se fue arriba del travesaño.

Gareca fue por los cambios: a los 70′ A. Polo entró por Edison Flores y L. Advincula lo hizo por A. Corzo. Luego, a los 71′ Angel Di María entró por Nicolás González. Y la Argentina sumó otra chance, cuando leo Messi se fue solo de contragolpe, usó a Di María como distracción y sacó un remate muy bien dirigido que pasó muy cerca del poste derecho del arco local.

Sobre el final llegaron las últimas modificaciones. Iban 80′ cuando R. Ruidiaz ingresó por C. Cueva; a los 87′ H. Calcaterra reemplazó a Y. Yotun; en tanto W. Cartagena entró en lugar de P. Aquino. En la Argentina, a los 88′, Alejandro Gómez reemplazó a Lautaro Martínez.

Argentina dejó una imagen convincente, otra vez, de visitante. Jugó con autoridad, ganó con amplitud. Está en camino de formarse un equipo nuevo, renovado, interesante. Da pasos seguros, y cada vez que sale de casa, es cosa seria.

Hernán O’Donnell