Excursionistas ganó con autoridad y trepó a lo alto de la tabla

El Torneo “Apertura” del Campeonato de Primera “B”, arde. Ha entrado en sus fechas finales, y el sueño de llegar a lo más alto, para asegurar como mínimo la final ante el ganador del Torneo “Clausura”, aunque si un equipo gana los dos torneos asciende a la Primera Nacional, desvela a todos los que están en la pelea. Como el caso de Excursionistas, que se encuentra bien arriba, y el de Cañuelas, que merodea la mitad de la tabla, pero se ilusiona con ascender.

Y salió un lindo partido, donde el visitante se animó a salir a buscarlo, pero muy pronto mostró flaquezas en defensa. El “Verde” tuvo personalidad para dominar al rival y ganar el encuentro con justicia, aún cuando no desplegó todo el fútbol que suele mostrar. Pero de la mano del talento de Matías Fernández, tuvo una victoria que lo lleva a soñar.

El equipo de Juan Carlos Kopriva formó con Nahuel Cajal; Rodrigo Figueroa, Andrés Siena, Ulises Yegros e Santiago Monzón; Gian Zoratti y César Peralta; Facundo Mateo Figueroa, Tomás De Vincenti y Matías Fernández; Leonel Barrios.

El conjunto de Cañuelas arrancó con Augusto Bottini; Nicolás Frías, Gonzalo Zabala, Bruno Dordoni y Santiago Pavón; Lucas Giménez, Erick Granados, Ulises Ojeda y Bruno Guelfi; Bautista Hernández y Mateo Mana.

Tras un inicio repartido en el control, a los 16′ llegó el “Tambero” a través de Mateo Mana, quien sacó un tiro cruzado pero que salió afuera.

Pero enseguida avanzó el local, y se hizo protagonista. A los 24′ Matías Fernández remató al arco y la pelota dio en la base del poste izquierdo de Bottini.

Y de ese dominio llegó la apertura del marcador, con un disparo bajo y cruzado de Andrés Siena, que puso el partido 1-0 a favor de Excursionistas, cuando iban 32′ de juego.

En medio de los festejos, volvió a llegar el local. A los 34′, otro tiro bajo de Fernández fue controlado por el arquero visitante.

Y ahí el partido cobró un buen ritmo hasta el final del primer tiempo. Primero fue Ulises Ojeda, quien disparó cerca para Cañuelas, a los 37′ de juego. Contestó Santiago Monzón con una muy linda jugada individual que no pudo rematar, a los 42′.

Después fue la visita, a los 43′, que tuvo una chance con un cabezazo de Gonzalo Zabala, que atajó muy bien Nahuel Cajal. Y la última de esa etapa fue del “Villero”, en una buena combinación de Matías Fernández, quien asistió a Mateo Figueroa, pero la salida rápida de Bottini evitó el tanto local.

Para comenzar el segundo tiempo, Sassone hizo una variante en Cañuelas; Emiliano Arrieta entró por Santiago Pavón. El local liquidó todo muy rápido, apenas comenzó el segundo período. Si bien pareció infracción previa de De Vincenti, la jugada continuó y Matías Fernández se escapó solo, entró al área, remató, rebotó en el arquero y volvió a disparar para colocar el 2-0 para Excursionistas, a los 49′ de juego.

Y pudo aumentar a los 60′, cuando De Vincenti disparó muy cerca.

A los 68′ llegaron tres variantes en la visita. Nahuel Guerrero ingresó en lugar de Nicolás Frías; Claudio Azaldegui entró por Bautista Hernández, y Bruno Baez reemplazó a Mateo Mana.

Chocó Cañuelas con una defensa cerrada, cuando intentó atacar. Excursionistas siempre se mostró firme, sólido y sin dejara espacios para el rival.

A los 84′ Kopriva metió dos variantes. Lucas Reynoso entró por Mateo Figueroa, y Hugo Zarco ingresó en lugar de César Peralta. El quinto cambio en la visita fue a los 87′; Agustín López ingresó por Guelfi.

También a los 87′ llegó otra variante en el local: Patanelli reemplazó a Facundo Mateo. A los 90′ llegaron las dos últimas modificaciones en el “Verde”; Mariano Pieres remplazó a Gian Zoratti, y Juan Cruz Villagra ingresó por Tomás De Vincenti.

Ganó bien Excursionistas, que tuvo una chance más a los 90+6′ cuando Patanelli quiso dfinir y lo impidó el arquero visitante. Y celebró el “Villero”, que tuvo una noche de autoridad y convicción para ir por la hazaña.

Hernán O’Donnell

César Luis Menotti, el hombre que cambió la historia del Fútbol Argentino

César Luis Menotti fue el hombre que cambió el curso del Fútbol Argentino a través de su Seleccionado. Esa es la síntesis más clara y acabada que encontramos para definir a un hombre que le entregó su vida a este deporte. Y, generoso, volcó todos sus conocimientos, sus experiencias y sus aprendizajes, en cada entrenamiento, en cada partido, en cada palabra con sus dirigidos, y en cada conferencia o reportaje que brindó a través de los medios, para que su mensaje llegara a toda la gente. El “Flaco” Menotti fue un hombre del fútbol, aún cuando sus intereses también se volcaran a la música, las letras y la pintura. En cada obra de arte encontraba algún efecto que le despertara una sensibilidad, igual que le sucediera con el deporte que más amaba.

Fue jugador de Rosario Central, Racing, Boca Juniors, el Santos de Pelé, The Generals de Nueva York y Juventus de Sao Paulo. Tuvo un destacado paso en cada institución, y también en el Seleccionado Argentino. Pero su figura se agigantó en su profesión de entrenador donde volcó todas sus vivencias y buscó darle un estilo definido a cada equipo que dirigió.

Tuvo una temprana consagración con Huracán en 1973, donde le dio forma a un equipo ágil, ofensivo, virtuoso. Un equipo que logró romper un maleficio de 45 años sin títulos para el “Globito”, pero que sobre todo le rescató la tradicional forma de jugar al fútbol en el sentir criollo. Ese campeonato fue una válida carta de presentación para llegar a la conducción del Seleccionado Nacional de Fútbol, y aquí se produce lo más trascendente, lo más profundo y lo más duradero de su obra. Porque al margen de todos los equipos que entrenó más adelante, en esa etapa en la Selección cambió el curso del equipo nacional, un conjunto que siempre tenía un potencial enorme a partir de los jugadores con los que podía contar, pero que por diversas razones nunca lograba ser una potencia mundial, no conseguía los resultados deseados, y los éxitos no prosperaban más allá del continente, sea en forma de Torneo Sudamericano o Copa América. El pueblo futbolero se consolaba con el título de “Campeones Morales” mientras los Mundiales pasaban y las frustraciones se apilaban, entre el “Desastre de Suecia” en 1958, el poco vuelo en Chile 1962, la frustración en Inglaterra 1966, y ni que hablar la eliminación a manos de Perú que impidió llegar a la fase final de México 1970.

La Copa Mundial de Alemania 1974 fue la última presentación frustrante de la Argentina. Con un plantel de buenos jugadores no se logró más que una clasificación a la segunda vuelta, donde los resultados fueron decepcionantes, desde el lapidario 0-4 ante Holanda, el 1-2 contra Brasil y el empate 1-1 en el último juego frente a la entonces existente Alemania Oriental.

Tras ese ciclo, que se transitó lleno de sobresaltos, donde Enrique Omar Sívori comenzó al mando del equipo en la Competición preliminar de 1973, y unos meses antes se lo cambió por el triunvirato de Vladislao Cap, Víctor Rodríguez y José Varacka, en el que hubo muchos cambios de jugadores en la lista final, de posiciones en la cancha, y la desorganización era el común denominador desde hacía varias décadas, llegó el momento de ponerle punto final y comenzar una nueva etapa. Desde cero.

Aquel equipo que también había perdido un amistoso con Holanda por 1-4 unos meses antes de comenzar el Mundial Alemania 1974, en Octubre de ese año iba a iniciar un ciclo que sería todo lo opuesto a lo que había sucedido durante tanto tiempo. César Menotti tomó el mando de la Selección y muy pronto puso bien claros los objetivos y el trabajo a realizar. El Seleccionado Nacional pasó a ser la prioridad número uno de la AFA, se instauró un sistema de entrenamientos constantes, se estableció un calendario de partidos amplio y exigentes, se trabajó con orden y mucha ilusión.

La Argentina ya no era ese equipo que se juntaba cada tanto para jugar un partido amistoso, o una competencia internacional. Pasó a ser un equipo presente, con convocatorias permanentes, con una cultura de pertenencia que se hizo fuerte de manera rápida. La selección ya no era un equipo fantasma, sino un equipo activo y muy cercano a la gente.

Se jugaron muchos partidos amistosos, se formó un seleccionado del interior, se recorrió el país en busca de futbolistas, se abrió el abanico para que todos sintieran que las puertas estaban abiertas, se presentó en todas las competencias establecidas, y se armó, ya en el tercer año de trabajo, una serie internacional en la Bombonera, donde la Argentina se midió con los equipos más fuertes de Europa a modo de preparación para la fase final de la Copa del Mundo de la FIFA-Argentina 1978.

Allí se calibró al equipo de cara al máximo acontecimiento a afrontar. Justo un año antes, y con rivales del fuste de Polonia, Alemania Federal, Inglaterra, Escocia, Francia, Yugoslavia y Alemania Oriental. Fue el momento de afinar al conjunto, para que en la concentración que comenzó en Enero de 1978 se limara todo lo que hiciera falta y se llegara en óptimas condiciones al Mundial.

Esa fue la obra de Menotti. Un ciclo de cuatro años que transformó el curso de nuestro fútbol a través de su trabajo al frente del Seleccionado Nacional. Un ciclo que comenzaba con el antecedente inmediato de haber sufrido dos goleadas aplastantes contra Holanda, y que cuatro años después se cerraba con un triunfo categórico ante ese rival, al que se lo había sufrido en el plano futbolistico y físico, pero que Menotti lograba demostrar, con un trabajo serio y planificado, que se lo podía vencer de la misma manera, con amplitud en lo futbolístico y con superioridad en el aspecto físico, tal como lo demostró aquella selección en los treinta minutos de tiempo suplementario de la final del ’78, en el que aplastó a aquella Holanda que, cuatro años antes, parecía inalcanzable.

El trabajo con el seleccionado no se detuvo en aquella conquista. Al contrario, el equipo no dejó de crecer y en 1979 realizó una estupenda gira por Europa, donde tras el triunfo en Glasgow por 3-1, el público escocés despidió al equipo al grito de “Argentina, Argentina”.

También en 1980 dejó su huella en Europa, al margen de la caída frente a Inglaterra, en un gran partido de nuestro seleccionado, o la goleada propinada a Austria por 5-0, en Viena.

En el “Mundialito” de Uruguay, a comienzos de 1981, la Argentina derrotó a Alemania por 2-1 y empató con Brasil 1-1. No accedió a la final ante el local, porque Brasil tuvo mejor diferencia de gol, ya que derrotó a Alemania por 4-1.

El recuerdo que quedó en la memoria popular de la actuación argentina en la Copa Mundial de la FIFA-España 1982 está teñido por la frustración de las derrotas del equipo, pero poco se ha hablado de la forma que jugó y de las presentaciones que tuvo. Es hora de hacer un análisis más profundo, más detallado y menos teñido de la influencia de los resultados.

En el debut, la Argentina cayó ante Bélgica por 0-1. Ese resultado provocó mucha frustración en el pueblo futbolero, que se unía a la infinita tristeza por el final de la Guerra en Malvinas. El dolor se hizo lacerante y poco se analizó de lo que sucedió en el plano futbolístico.

La Argentina cometió algunos errores. Vale la autocrítica. Quizás se sobre dimensionó al rival. Se lo respetó demasiado en la previa, y al comenzar el juego de a poco se empezó a notar que no eran tan buenos como se creía, ni que la Argentina estaba por debajo de ellos. Y con el resultado en contra, el equipo se soltó, atacó y lo superó con claridad a Bélgica, pero se había hecho tarde para revertir, o al menos igualar el marcador, y la mala fortuna también hizo su trabajo.

La bronca acumulada por una derrota que no debía ser tal derivó en una rebelión del cuerpo técnico y los jugadores, que, heridos en su orgullo, salieron a jugarselá toda ante una Hungría que venía de ganarle por ¡10-1! a El Salvador. A es Hungría contundente, la Argentina la pasó por encima, con una exhibición de poderío físico y futbolístico que derivó en el mejor partido de la Selección en el largo ciclo del “Flaco” Menotti. Fue una actuación increíble, dominante, inolvidable. Argentina derrotó a aquella Hungría por 4-1 y otra vez el mundo volvió a admirarla.

Tras la victoria frente a El salvador, la selección debió jugar en un grupo de tres la segunda fase de la Copa. El primer partido con Italia fue una cacería a las piernas de Diego Armando Maradona. Le pegaron hasta el hartazgo, hecho que generó un cambio en los arbitrajes, que a partir de allí y de los años posteriores, donde los jugadores habilidosos, con Diego a la cabeza, eran víctimas del juego sucio y violento, la FIFA tomó cartas en el asunto y promovió el juego limpio y sancionar con mayor severidad las brusquedades. Pero como se perdió 1-2 ante Italia, todos los factores que rodearon al juego quedaron tapados por el marcador.

Algo parecido ocurrió en el partido siguiente frente a Brasil. Muy pocos se acuerdan del dominio inicial de la Argentina, de los goles perdidos y de la superioridad territorial. El gol de Brasil, tras un rebote en el travesaño trajo un dolor que dejó atrás el trabajo realizado, y el comienzo del segundo tiempo, también con una superioridad marcada de la Argentina, con Daniel Alberto Passarella como el principal abanderado del ataque, quedó sepultado por los dos contragolpes de Brasil que le dieron forma a un 1-3 final muy doloroso.

En silencio, se acabó el ciclo que había transformado al fútbol argentino. Menotti dejó a la selección y comenzó su trabajo en distintos clubes, como Barcelona, Boca Juniors, Atlético de Madrid, River Plate, Peñarol, Independiente, Sampdoria y varios más. Pero la semilla plantada ya había hecho su trabajo. Los que lo siguieron al frente del seleccionado se encontraron con una base fundada, que consistía, en primer lugar, en darle un tiempo largo de trabajo. De Mundial a Mundial, cuatro años. Así ocurrió con el también exitoso Carlos Salvador Bilardo, Alfio Basile, Daniel Alberto Passarella, Marcelo Bielsa, José Pekerman, hasta que otra vez surgieron los inconvenientes, los cambios y un peligroso retroceder a viejos tiempos.

La conducción de la AFA entendió que había que volver a esas fuentes y convocó al viejo maestro para que, en su tarea de manager, volviera a darle la impronta necesaria a la selección nacional. Su apoyo a Lionel Scaloni fue fundamental para que el joven entrenador trabajara con tranquilidad y respaldo. Los resultados quedaron a la vista.

Así como declaró que el Campeonato ganado en 1978 “fue un homenaje a nuestro viejo y querido fútbol argentino”, César Luis Menotti se fue de este mundo con un homenaje a su obra, la de hacer del Seleccionado argentino, que es el máximo exponente de nuestro fútbol, un equipo serio, competitivo y ganador.

Adios, Maestro. Jamás lo olvidaremos.

Hernán O’Donnell

Atlanta levantó en el segundo tiempo y se llevó un justo triunfo

Atlanta se topó con un rival que vino a Buenos Aires a jugarle de igual a igual. Chaco For Ever no se resignó a ser partenaire, ni se metió atrás para lanzar pelotazos de contragolpe. El equipo de Resistencia intentó tener la pelota, manejarla con criterio y progresar con buenas asociaciones. Al “Bohemio” le costó imponerse en el primer tiempo, pero en el segundo adelantó sus líneas, se apoderó de la pelota y lo dominó al rival hasta sacar la ventaja, y un tiempo más, en el que bien pudo aumentar la diferencia. Salvo en el cuarto de hora final, en el que la visita se la jugó por la igualdad, pero el equipo de Luis García supo defenderse bien y cerrar los espacios.

Atlanta comenzó con Alejandro Sánchez; Mauro Rosales, Dylan Gissi, Tomás Rojas y Tomás Silva; Alejo Dramisino, Juan Requena y Maximiliano González; Leonardo Marinucci, Ivo Costantino y Federico Bisanz.

El equipo chaqueño formó con Gastón Canuto; Agustín Bellone, David Valdez, Milton Leyendeker y Mathías Silvera; Santiago Valenzuela; Gonzalo Cañete, Brian Nievas, Daniel González y Alan Sombra; Genaro Rossi.

A los 5′ llegó For Ever, con un disparo de emboquillada de Alan Sombra que pasó por encima del travesaño. Fue el aviso de un equipo que venía a jugar de igual a igual. Respondió el local con un buen centro de Alejo Dramisino, y el disparo de Ivo Costantino, al medio, fue bien controlado por Canuto, cuando iban 12′ de juego.

Luego hubo un lapso largo de desarrollo equilibrado. Hasta que a los 31′ otro buen centro de Dramisino fue conectado por Bisanz, y su tiro salió apenas alto. For Ever llegó a los 32′, en una corrida del peligroso Genaro Rossi, pero Gissi le cubrió bien la entrada. Y la última del primer período fue para el local, con un remate de Maxi González que se metía en el ángulo superior derecho del arco visitante, pero Canuto la sacó por encima del travesaño.

En el segundo tiempo Atlanta acorraló a su oponente. Raúl Valdez, atento a esta situación, hizo la primera modificación de la visita a los 51′. Gastón Novero reemplazó a Alan Sombra.

Sin embargo, el local pudo llegar a la apertura del marcador, tras una falta en el área, la sanción del correspondiente penal, y la ejecución de Federico Bisanz, que puso el 1-0 para Atlanta, a los 54′ de juego.

Y ahí comenzó lo mejor del equipo de Villa Crespo. No se conformó, y fue por más. Cuando iban 57′, Alejo Dramisino recibió en el área, enganchó con la derecha, le pegó con la izquierda, y la pelota pasó al lado del palo izquierdo de Canuto. A los 62′, un buen tiro de Costantino salió desviado.

Luis García decidió hacer tres cambios en el “Bohemio” cuando iban 66′. Nicolás Medina entró por Federico Bisanz; Erik Bodencer reemplazó a Ivo Costantino, y Walter Rueda ingresó en lugar de Juan Requena.

En la visita, a los 68′ se produjo la segunda modificación. Javier Iritier ingresó por Daniel González.

Pero se mantuvo el mismo partido, con Atlanta más cerca del segundo tanto que Chaco de poder igualar. Lo tuvo Erik Bodencer, a los 70′, con un gran tiro, abajo y junto al palo derecha, pero Canuto la sacó al corner, en una gran intervención. Luego fue Rueda quien remató al arco, pero la pelota salió desviada, cuando iban 75′ de juego.

A los 76′ Raúl Valdez hizo tres variantes en For Ever; Santiago Bustos reemplazó a Mathias Silvera; Maximiliano Romero ingresó por Santiago Valenzuela, y Cristian Núñez ocupó el lugar de Genaro Rossi.

Y ahí levantó la visita. Por lo menos, entró en el campo local. A los 83′ un tiro libre de Iritier fue sacado por el “Oso” Sánchez, y el rebote lo tomó Bellone, cuyo tiro salió apenas arriba del travesaño.

García buscó cerrar el encuentro con dos variantes, cuando iban 87′ del partido. Nicolás Mosca ingresó en reemplazo de Leonardo Marinucci, y Axel Poza reemplazó a Tomás Rojas.

Se volvió a acomodar el “Bohemio” y otra vez tuvo una posibilidad de alargar el marcador, cuando a los 90′ Nicolás Mosca metió un cabezazo cruzado que desvió con eficacia Gastón Canuto.

Fue la mejor imagen que podía dejar Atlanta, porque el equipo creció mucho en el complemento, jugó bien, marcó la diferencia y realizó una producción que justifica la victoria.

Hernán O’Donnell

Borussia Dortmund sacó una leve ventaja para el desquite en París

Borussia Dortmund venció 1 a 0 a París Saint Germain en el partido de ida por las semifinales de la UEFA Champions League 2023/24. Una ventaja pequeña, pero que a la vez presenta una luz de distancia, en una serie que está abierta y que dejó un gran interrogante por el resultado final, porque este partido fue parejo, equilibrado, con dominios alternados y muchas oportunidades de gol para ambos equipos. En parís habrá una definición y es muy difícil aventurar cual puede llegar a ser el equipo que jugará la final en Wembley.

El equipo alemán formó con Gregor Kobel; Julian Ayerson, Mats Hummels, Nico Schlotterbeck e Ian Matsen; Marcel Sabitzer y Emre Can; Jadon Sancho, Julian Brandt y Karim Adeyemi; Niclas Fülkrug.

El conjunto francés comenzó con Gigi Donnarumma; Achraf Hakimi, Marquinhos, Lucas Hernández y Nuno Mendes; Warren Zaire-Emery, Vitinha y Fabián Ruiz; Ousmane Dembelé, Kylian Mbappé y Bradley Barcola.

Fue muy equilibrado el primer tiempo. Hubo pocas llegadas, todas del local, que en ese sentido, como en un combate de boxeo, sacó una leve ventaja en las tarjetas de los jueces. Pero el fútbol no es como el boxeo, un deporte de apreciación, sino que se define por goles, y por eso tuvo que convertir para hacer valer ese leve predominio.

Primero, llegó. Fue a los 13′, cuando Marcel Sabitzer entró libre por la derecha, sacó un disparo fuerte, y Donnarumma lo tapó con una rápida salida.

Luego, convirtió. Ocurrió a los 35′ cuando Niclas Fülkrug entró libre por el medio, tras recibir un pelotazo en profundidad, le ganó a la llegada de Lucas Hernández y sacó un remate seco que venció la salida de Gigi Donnarumma, y puso el 1-0 a favor de Borussia Dortmund.

Crédito: Photo by Oliver Hardt – UEFA/UEFA via Getty Images

Para París Saint Germain la desgracia del gol sufrido no llegó sola, sino acompañada de la lesión de lucas Hernández en su intento por cerrar la entrada de Fülkrug, de manera que a los pocos minutos, a los 41′ debió dejar el campo de juego y ser reemplazado por Lucas Beraldo.

A los 43′ Marcel Sabitzer tuvo otra oportunidad, pero su remate potente fue sacado por Donnarumma.

En el segundo tiempo creció el equipo visitante. Se metió en campo alemán, y empezó a generar situaciones de peligro. A los 47′ avisó con un remate de Barcola que controló el arquero local. Luego, vino la llegada más peligrosa.

Iban 50′ y Mbappé sacó un terrible disparo que pegó en el poste izquierdo de Kobel. Del rebote, el balón llegó a Hakimi, cuyo tiro volvió a pegar en un poste, esta vez el derecho del arquero.

Y enseguida se vino un vendaval de ataque francés. A los 53′ volvió tirar Mbappé y tapó Kobel. Cuando iban 55′ Marquinhos puso un gran pase para la entrada de Fabián Ruiz, y su cabezazo salió afuera. El partido había tomado temperatura, pero el local no se quedó atrás.

Cuando iban 59′ desbordó Sancho, asistió a Fülkrug, y este, solo frente al arco visitante, sacó un remate que salió por encima del travesaño.

Luis Enrique, el DT de París Saint Germain, decidió hacer el segundo cambio de su equipo. Randal Kolo Muani entró en lugar de Bradley Barcola, a los 64′.

Ya el encuentro volvió a tener un lapso grande de paridad, hasta que al final el fantasma del gol rondó por los dos arcos.

A los 80′ Vitinha metió un excelente pase para Hakimi, el lateral llegó al fondo, puso el centro atrás, y Ousmane Dembelé, solo ante el arco, sacó un remate que pasó muy alto. Y a los 81′ Vitinha disparó afuera tras una gran jugada colectiva.

Crédito: Photo by Oliver Hardt – UEFA/UEFA via Getty Images

Edin Terzic, el entrenador del local, se guardó todos los cambios para el final, y los dispuso de manera gradual. A los 82′ Marco Reus entró por Karim Adeyemi, en la primera variante que hizo al abrir la primera ventana.

Mientras, su equipo también tuvo otra posibilidad de aumentar la diferencia, a los 83′, cuando un disparo fuerte de Brandt fue tapado justo a tiempo por Marquinhos.

Y a la vez, el PSG pudo igualar, a los 86′, cuando Fabián Ruiz cabeceó desviado tras recibir un gran centro de Vitinha.

El segundo y tercer cambio del equipo alemán sucedió en la segunda ventana, abierta a los 87′ de juego. Felix Nmecha ingresó por Julian Brandt, y Marius Wolf reemplazó a Julian Ryerson. Y a los 90′ Edin Terzic utilizó la tercera ventana de cambios para hacer la cuarta modificación del local; Youssoufa Moukoko ingresó en reemplazo de Niclas Fülkrug.

Fue lo último de un partido de alto voltaje emocional y que dejó en suspenso la definición, aunque Borussia Dortmund lleva una luz de ventaja por el triunfo de 1-0 en el partido inicial de la serie.

Hernán O’Donnell

El empate entre Bayern Münich y Real Madrid dejó abierta la definición

Las noches de Copas son maravillosas. En cualquier parte del mundo, en cualquier lugar del planeta, donde haya una competición internacional de clubes, siempre se vive de una manera mágica. De noche, y en un día de semana. Se vive como un acontecimiento internacional, donde quiera que se juegue, pero más si se produce en los continentes donde el fútbol sobresale, como en Sudamérica o Europa. Y la Copa de Campeones, desde hace un buen tiempo identificada como UEFA Champions League, es una de esas citas que paralizan al planeta. Y más aún cuando se miden por semifinales dos gigantes del mundo, como Bayern Münich y Real Madrid.

De ese choque salió un gran partido, que tuvo a un equipo, el local, con mayor tenencia del balón y más dominio del juego, pero que de pronto se encontró en desventaja y parecía difícil que pudiera vulnerar el cerrojo visitante. Sin embargo, en una ráfaga del segundo tiempo remontó el marcador, pero al final llegó la igualdad del equipo español.

El equipo local formó con Manuel Neuer; Joshua Kimmich, Kim Min-Jae, Eric Dier y Noussair Mazraoui; Konrad Laimer y Leon Goretzka; Jamal Musiala, Thomas Müller y Leroy Sané; Harry Kane.

El equipo español arrancó con Andriy Lunin; Lucas Vázquez, Antonio Rüdiger, Nacho y Ferland Mendy; Federico Valverde, Aurelien Tchouameni, y Toni Kroos; Jude Bellingham; Vinicius y Rodrygo.

Crédito: Photo by Sebastian Widmann – UEFA/UEFA via Getty Images

Comenzó mejor el Bayern Münich, con una ataque sostenido que produjo varias llegadas claras. A los 50″, se escapó Leroy Sané y su tiro final fue tapado por Lunin. A los 5′ una buena jugada de Sané fue continuada por un disparo de Harry Kane que controló el arquero visitante. A los 6′ Harry Kane puso un pelotazo en profundidad para Sané, pero el tiro de este se fue por encima del travesaño. Y cuando iban 8′ Harry Kane encontró una pelota en mitad de cancha, quiso sorprender con un tiro desde esa lejana posición, y la bola salió apenas alta.

Hasta ese momento, era todo del equipo alemán. hasta que Toni Kroos tomó un balón en el centro del campo, metió un pase filtrado de excelente precisión para el ingreso de Vinicius por el medio, quien definió rápido ante la salida presurosa de Manuel Neuer, para poner el partido 0-1 a favor de Real Madrid, cuando iban 23′ de juego.

Ahí se afirmó el equipo madridista en el juego, y se acomodó en su campo, a la espera de meter un estiletazo.

Y el período inicial se cerró a con un tiro libre de Harry Kane, a los 41′, que pasó muy cerca.

Crédito: Photo by Sebastian Widmann – UEFA/UEFA via Getty Images

Para comenzar el segundo tiempo, Thomas Tuchel, el entrenador de Bayern Münich decidió hacer la primera modificación de su equipo. Raphael Guerreiro reemplazó a Leon Goretzka. Cambiaron la posición los extremos, Musiala fue a la izquierda y Leroy Sané pasó a la banda derecha.

En el partido de las paradojas, el comienzo del complemento fue mejor para Real Madrid. de hecho, contó con una clara posibilidad de Toni Kroos que tapó Manuel Neuer, cuando iban 50′.

Sin embargo, en ese pasaje complicado para el local, en un abrir y cerrar de ojos dio vuelta el partido.

Primero, a los 52′ con una jugada individual de Leroy sané, quien enganchó de derecha hacia el medio y sacó un terrible zurdazo que se metió junto al primer palo de Lunin, para poner el 1-1 en el partido.

Y a los 55′ Musiala entró al área, lo derribaron con falta, y el penal fue bien ejecutado por Harry Kane, para poner el partido 2-1 a favor de Bayern Münich, cuando se jugaban 56′.

Carlo Ancelotti, entrenador de la visita, hizo una variante a los 64′: Eduardo Camavinga entró por Nacho. El equipo se paró unos metros más adelante y empezó a controlar el juego.

Sin embargo, el local pudo aumentar a los 66′ con un cabezazo franco de Dier, tras un tiro de esquina desde la derecha, que tapó el arquero Lunin. La misma escena se calcó a los 70′, con otro tiro desde la esquina, el frentazo de Diery la intervención del arquero de la visita.

Ancelotti hizo la segunda y tercera modificación del Madrid a los 75′; Luka Modric entró por Toni Kroos, y Brahím Díaz ingresó en lugar de Jude Bellingham. En el local, Serge Gnabry reemplazó a Thomas Müller, a los 79′ de juego.

Sobre la parte final, Vinicius se mandó hacia el área, metió un amague, y el coreano Min-Jae se lo llevó por delante. Iban 81′ y llegaba el penal para el Madrid. Lo tiró el propio Vinicius Jr., quien con un tiro suave y al medio puso la igualdad, 2 a 2, cuando iban ya 82′ de juego.

Allí se selló el marcador. Quedó un espacio para dos variantes finales. a los 85′ Joselu entró por Rodrygo, en el Real Madrid, y Alphonso Davies reemplazó a Leroy Sané, cuando iban 86′ del partido.

Bayern Münich y Real Madrid hicieron un gran partido. Cambiante, intenso, paradójico y con una hermosa sensación de incertidumbre por ver quien logra la clasificación a la final.

Hernán O’Donnell