Liverpool capitalizó los errores de RB Leipzig y encontró el sol entre tantos nubarrones

La pandemia, y todas sus consecuencias, trajo un partido clave y decisivo por la UEFA Champions League que debía jugarse en Leipzig, Alemania, hasta el estadio “Puskas Arena”, en Budapest, Hungría. Todo porque Alemania no acepta ingresos desde Gran Bretaña por una nueva cepa de Covid-19 y a riesgo de perder los puntos, el conjunto alemán optó por mudar su sede. Por eso el partido cambió de sede y hasta allí fueron el equipo de Julian Nagelsmann y el conjunto de Jürgen Klopp.

Dos estilos parecidos, dos equipos audaces, dos entrenadores alemanes que resaltan en el mundo. Para el equipo que hizo las veces de local, un esquema de línea de cuatro poco habitual, porque suele jugar con tres zagueros, aunque también lo ha hecho con la defensa clásica de cuatro hombres. Tres volantes a los que se sumaban tres hombres de ataque. Aunque Leipzig siempre juega en bloque: atacan todos y defienden todos. Liverpool es un conjunto de sistema parecido; Alisson Becker en el arco, una línea de cuatro que debió recurrir a Henderson para suplir la ausencia de Van Dijk y la falta de soluciones a una zaga que no encuentra confiabilidad, tres hombres en el medio y un trío de ataque que aún es envidiable para cualquier equipo del mundo: Salah, Roberto Firmino y Mané.

El encuentro tuvo un inicio propio de dos equipos con características ofensivas muy marcadas. Lo fue a buscar RB Leipzig, y a los 4′ tuvo una buena ocasión, tras un centro de Angeliño desde la izquierda, el cabezazo del español Dani Olmo y el balón que pegó en el poste derecho de Alisson Becker.

Liverpool se ordenó en su sostén habitual: Henderson. listo para cubrir todos los huecos de la defensa y para lanzar pelotazos largos a los tres magníficos del ataque. A los 14′ tuvo una chance Liverpool, con la llegada libre de Mohammed Salah y el disparo que Gulacsi tapó con su pecho.

A los 16′ Sabitzer metió un buen remate bajo que Alisson controló con seguridad. Y a los 31′ llegó la oportunidad más clara de la visita, tras una salida apresurada y necesaria de Gulacsi, el balón le quedó por el medio a Robertson y el lateral escocés sacó un tiro lejano, fuerte y preciso que obligó a la carrera desesperada del arquero húngaro y el balón que pasó apenas arriba del travesaño.

A esa altura, Julian Nagelsmann había dispuesto modificar el esquema; línea de tres zagueros con Mukiele, Upamecano y Klostermann; Tyler Adams y Angeliño por las bandas, en el medio haidara, Kampl y Sabitzer, en tanto Nkunku y Dani Olmo se turnaban y rotaban en el medio del ataque.

Liverpool creció con el correr del reloj. Tomaron confianza Alexander-Arnold y Robertson, crecieron por los laterales, se afirmó Wijnaldum y Alcantara también mejoró con el avance del partido. Terminó bien el primer tiempo con la amenaza latente permanente de sus tres delanteros y en el segundo tiempo capitalizó todos los errores del local para sacar la diferencia.

A los 52′ Sabitzer quiso jugar una pelota hacia atrás, para Klostermann, pero el zaguero avanzaba y el balón no hizo más que pasarlo y quedarle habilitado al pique de Salah, que definió con enorme jerarquía y puso el encuentro 0-1.

RB Leipzig quedaba golpeado y de ese aturdimiento llegaría un nuevo sacudón, tras un pelotazo largo que Mukiele falló en el control, mané se quedó a disposición de la pelota y se fue derecho al área, para derrotar a Gulacsi con un remate seco al primer palo y poner el partido 0-2 a favor de la visita.

El equipo alemán quiso reaccionar. A los 60′ tuvo un remate de Angeliño que se fue afuera; y enseguida llegaron los cambios. Iban 63′ cuando el local movió la estantería: Poulsen entró por Haidara y Orbán, con oficio de central, por Mukiele, habitual marcador lateral que quedó expuesto en su error por esta decisión de Nagelsmann.

Klopp también realizó sus modificaciones; a los 70′ dispuso que Chamberlain ingresara en lugar de Thiago Alcántara y Shaqiri reemplazara a “Bob” Firmino.

En el local, Hwang entró por Kampl a los 72′ de juego. Ya el partido había entrado en una tónica difícil de modificar. Las variantes no influían, más que para frenar el ritmo, quitarle dinámica y jugar para Liverpool que, con jerarquía y oficio, manejaba la pelota y los tiempos del encuentro.

Recién a los 78′ un remate desviado de Sabitzer apareció como la posibilidad más cercana del local por descontar. Pero no hubo más. Sólo el cambio de Neco Williams por Salah a los 89′ y la enorme confianza que le da esta victoria al equipo inglés para la revancha. RB leipzig cometió errores que ante este tipo de rival, se pagan muy caro. Y Liverpool encontró el sol en unos meses que el cielo lo atosigaba entre nubes y chaparrones.

Hernán O’Donnell