Empujó Atlanta, pero Chicago supo resistir

El debut no pudo haber sido mejor; de visitante, ante el clásico rival de más de un siglo, y con una victoria épica, sufrida y celebrada, con nueve futbolistas que lucharon y se desdoblaron en el esfuerzo para cubrir el espacio dejado por dos compañeros expulsados.

Atlanta le había ganado a Chacarita en San Martín, en un nuevo episodio de una rivalidad centenaria, nacida a la vera de los barrios de Villa Crespo y Chacarita, plagada de recuerdos y encuentros inolvidables. Y ahora debía recibir a Nueva Chicago, en otro enfrentamiento con tintes de rivalidad porteña.

El equipo de Mataderos había caído de local ante Mitre de Santiago del Estero, uno de los candidatos al ascenso. Había hecho un primer tiempo interesante, se quedó un poco en el segundo y al final del partido, cuando ya caía por 1-2, lo apretó pero no pudo quebrar la resistencia santiagueña.

Nos esperaba, entonces, un partido con buenas perspectivas y antecedentes. Un partido tradicional e histórico del fútbol de Buenos Aires.

Una cantidad importante de medios, partidarios y nacionales, para seguir un partido que fue intenso y disputado. Mejor Atlanta en el comienzo. Con un 4-3-3 muy definido; el trabajo por derecha de Flores, Sebastián Riquelme y Solari como argumento principal en los primeros minutos, para aprovechar alguna hendija que dejaba la visita y exponer a Bojanich a una situación poco habitual como lateral izquierdo. El trabajo de ochoa Giménez en la mitad de cancha, la movilidad de Pedrozo y la jerarquía de “Nacho” Colombini hicieron el resto.

Nueva Chica intentó ordenarse con un 4-4-2, pero le costó mucho en el primer tiempo salir del asedio. El arco de Rago le quedaba lejos y veía como su rival llegaba; a los 33′, tras un centro de Solari desde la derecha, apareció Ochoa Giménez y su cabezazo se fue apenas alto.

A los 41′ tuvo otra oportunidad cuando Colombini intentó y del rebote Riquelme desvió su tiro.

Atlanta insistió en el comienzo del segundo período. Chicago retrasó sus líneas, y por momentos jugó con un 4-5-1, en el que Sebastián Matos quedaba aislado arriba. A los 55′ lo tuvo Ochoa Giménez y su tiro se fue alto. Por eso la visita movió el banco; a los 57′ José Luis Fernández reemplazó a Alejandro Melo.

Y creció el equipo de Mataderos. Con el cambio tuvo más apertura por la izquierda y más llegadas. A los 59′ fue el propio fernández el que lanzó el centro de la izquierda y Matos la aguantó para el que venía; fue Altuna, quien sacó un disparo alto, en la mejor llegada visitante. A los 61′ Vázquez sacó un buen tiro, y respondió “Pancho” Rago, el arquero local.

Waletr Ervitti tomó nota; el partido se empezaba a complicar. A los 63′ F. Taborda entró por S. Solari y G. Ramirez reemplazó a S. Riquelme. Y a los 73′ M. Luque entró en lugar de Fabricio Pedrozo y P. Martinez ingresó por Leonardo Flores.

También Forestello movió su estructura; a los 77′ N. Rodriguez ingresó en lugar de Facundo Castillon y E. Garay reemplazó a Alexis Vazquez.

Chicago había logrado controlar a Atlanta. El equipo “Bohemio” fue superior, pero su dominio fue de mayor a menor y sobre el final el equipo visitante se acomodó mejor y hasta dio algún susto de contragolpe.

Atlanta fue el protagonista central, pero el clásico le dejó alguna factura en el aspecto físico y al final debió conformarse con el empate.

Hernán O’Donnell