Arsenal cerró las puertas con las que chocó River Plate

La octava fecha de la Copa de la Liga Profesional de Fútbol, en la zona “1”, los encontró en distintas realidades. Arsenal, en lo bajo de la tabla, con sólo un empate y seis caídas, alguna de ellas muy duras, como el 0-5 ante Estudiantes o el último 3 a 2 en La Paternal ante Argentinos, cuando el equipo contaba con dos hombres más, faltaban más de diez minutos por jugarse y el marcador estaba igualado en 2 tantos. Otras fueron más rescatables, en tanto el equipo pudo haber tenido mejor suerte. Frente a Aldosivi en Mar del Plata, ante Banfield donde cinco minutos iniciales del segundo tiempo fueron fatales, e incluso ante San Lorenzo, en la que pagó caro su desconcentración inicial. Lo mismo ante Central en Rosario, donde debió tener mejor suerte.

Y como desafío, nada menos que River Plate enfrente. El mejor equipo de la Argentina, el que somete al adversario a fuerza de ritmo, dinámica, presión constante y fútbol veloz. El conjunto más sólido. El que cuando acelera, demuele. Pero los partidos siempre hay que jugarlos. “En el fútbol no hay nada asegurado de antemano. No hay resultados puestos. Hay presunciones, que luego deben confirmarse en el campo de juego”. La sentencia llena de sabiduría y experiencia del “Maestro” Tabárez encierra la gran verdad de nuestro bendito deporte. Los partidos nunca se ganan antes de jugarlos.

Y en la noche otoñal de Sarandí, Arsenal y River salieron a jugarse el honor.

El visitante salió a jugar como lo hace de manera habitual. A apoderarse de la pelota, tenerla bajo su control, dominar el terreno y empujar al rival contra su arco. Con una circulación permanente de derecha a izquierda y vuelta hacia la derecha, a través de Montiel, Paulo Díaz, Héctor Martínez y Fabricio Angileri, River empujaba desde el fondo. Luego trataba de fluir el juego con la habilidad de Palavecino y De la Cruz, pero chocaba con una defensa cerrada, porque Arsenal a la línea de cuatro defensores, Navas, Gariglio, Suso y Nicolás Castro, le pegaba muy cerquita a Emiliano Méndez, y podr delante de él a Soraire, Picco y Antileff. Bien apretados los ocho, en tanto quedaban arriba Alan Ruiz y “Jony” Candia, para la aventura del ataque.

Entonces, el dominio de River no tenía profundidad. Apretaba, pero no lastimaba. Recién a los 16′ tuvo su primera llegada clara con un remate de De La Cruz que pasó cerca. respondió Arsenal a los 18′ con un disparo de Emiliano Méndez, quien recibió en el medio tras una salida de un tiro de esquina y su tiro lo contuvo Franco Armani.

Era más el visitante pero Arsenal lo controlaba. A los 32′ pudo River dejar a un hombre cara a cara en el área rival, tras un pase habilitante a Borré, aunque Medina salió rápido y tapó su tiro.

A los 36′ Montiel ejecutó un buen centro y el cabezazo de Matías Suárez se fue afuera; a los 43′ fue Palavecino el que probó de emboquillada tras una serie de rebotes. Y cerró Arsenal con un disparo de Candia a los 44′ que controló bien Franco Armani.

El equipo de Sergio Rondina comenzó la segunda etapa con dos modificaciones; adentro Farioli en reemplazo de Antilef y Lucas Albertengo en lugar de Alan Ruiz.

Y el equipo se acomodó mejor en los primeros minutos. Tuvo un poco más de audacia y de presencia en el campo rival. Ya no era sólo sostenerse en su terreno sino explorar territorio adversario, con una luz de esperanza.

River era más, a pesar del esfuerzo del “Viaducto” y a los 54′ Borré tuvo una oportunidad cortada por Medina, tras una buena jugada. Y a los 64′ entró carrascal por Julián Alvarez. El colombiano se iba a parar de enlace, en el medio de los volantes, adelantado, con llegada a Suárez y Borré. Y River creció en volumen de juego, a partir de las habilidades del recién ingresado.

Pero Arsenal insistía en la ofensiva; a los 66′ entró el promisorio Sepúlveda en lugar de Jonathan Candia.

En eso estaba el juego, entre el ímpetu de River, el dominio de su poderoso equipo y las ganas del local de atreverse un poco más; hasta que a los 76′ fue expulsado Farioli por doble amonestación y ya el partido se hizo muy duro para Arsenal. Entró Girotti por Borré, para que River pusiera toda la carne al asador. A los 79′ Matías Suárez se armó su jugada, con un giro y un remate muy bien logrados, que pasaron cerca del arco local.

Quedaba el tiempo para las últimas variantes. A los 81′ Fontana entró por Palavecino en la visita y a los 88′ Rogoski reemplazó a Picco en el local.

River fue dominante en todo el partido, pero no tuvo la puntada final y muchas veces chocó con la telaraña de Arsenal, que puso alma y corazón y se llevó una digna igualdad de puntos.

Hernán O’Donnell