Un toque francés en Nueva York

La MLS (Major League Soccer) es el proyecto más duradero, intenso y organizado del fútbol en Estados Unidos.

Luego de varios intentos fallidos, de Ligas que nacían y desaparecían en pocos años, de formación de equipos con super-estrellas en retirada, hace  unos veinte años (en ocasión de la llegada de la Copa Mundial de la FIFA- USA 1994) se creó esta competición, que perdura, con altibajos es cierto, pero que parece tener un sustento y una apuesta por parte de los dueños, que, imaginamos, durará en el tiempo.

Parece la Liga que va a manejar, en definitiva, el Fútbol (soccer) en Estados Unidos.

El Red Bull Arena en New Jersey

Se han establecido equipos en diversas ciudades, se contrataron figuras de envergadura, aunque en algunos casos se reitera el esquema de jugador con nombre pero en decadencia, se promueve el show como el resto de los deportes de Estados Unidos, se intensifica el desarrollo del seleccionado nacional…El fútbol intenta mantenerse, y también crecer.

En esa constelación de buena voluntades, aparece él. Thierry Henry, campeón del mundo con Francia en 1998, jugador exquisito, de notable técnica y movimientos felinos. Ha perdido un poco de velocidad, es cierto, pero luce tan talentoso como siempre.

El hogar de Tití Henry

Es una tarde de domingo, y el calendario marca que su equipo, New York Red Bulls se enfrentará con Seattle Sounders.

Es cuestión de tomarse un tren desde Penn Station en la calle 34 y la Octava avenida en Midtownn Manhattan para sumergirse en un viaje a New Jersey.

Como cualquier tradición de domingo futbolero, una masa de seguidores del balompié marcha al estadio como una procesión. La “religión” futbolera es similar en todo el mundo: gente que se suma en cada estación, camisetas que uniforman a los espectadores, chicos que sueñan con ser jugadores, mujeres que acompañan, discusiones y pronósticos en voz alta…Fútbol en estado puro. En pocos minutos, estamos en el Red Bull Arena, y es un domingo cualquiera, como podría ser en Wembley, el Centenario de Montevideo, el Nuevo Gasómetro o el Sánchez Pizjuán de Sevilla. Con un poco más de ruido, producto de una banda de rock que hace un concierto a metros del Estadio, como un ícono de lo que los americanos entienden por deporte y cualquier tipo de espectáculo: Un show para los espectadores.

Una jornada de la Liga de Estados Unidos

En New York se destaca una figura especial. Por su inteligencia, habilidad y panorama, Thierry Henry mueve los hilos del equipo. Entre tanta dinámica, un toque de fútbol francés parece distinguir lo excelso de este juego.

Y se le suma un compatriota de Tití. Porque cuando el partido se complicaba, y los visitantes de Seattle Sounders se imponían por 1 a 0, Sébastien Le Toux apareció, justo en su tarde de presentación, para marcar el transitorio 1 a 1.

En el segundo tiempo crecerá la figura de Henry. Un pase suyo le dará a un compañero la oportunidad de marcar el segundo gol; luego vendrá la igualdad de los Sounders.

El 2 a 2 ya no se modificará. El final del partido traerá aplausos y reconocimientos por igual. Pero, más allá del esfuerzo de todos, queda en la retina el talento incomparable de un francés que le da a New York un toque de distinción.

 

Hernán O’Donnell

(Enviado Especial a New Jersey, New York, USA)