Cuando caía el telón, PSG hizo trizas el sueño de Atalanta

Hay partidos que conviene contarlos desde el final; como esas películas donde lo más importante sucede en el desenlace, o cuando se narran son un flashback, que empiezan por el fin y luego reconstruyen la historia. El primer partido de cuartos de final, entre París Saint Gerimain y Atalanta, se resolvió en los minutos finales. En la agonía, PSG revirtió el resultado y dio vuelta todo lo que se había escrito hasta ese momento final, porque Atalanta ganaba y parecía que lo controlaba, pero el fútbol, los duendes, y los grandes futbolistas como Mbappé y Neymar, siempre tienen cartas en la manga que pueden modificar cualquier historia.

Atalanta fue fiel a su estilo. A su manera de jugar, esa que enamoró a propios y extraños, que lo llevó a un lugar de privilegio en la Serie “A” y que encandiló al mundo a través de la competencia de Clubes más vista, la fabulosa Champions League. Un ataque permanente, con laterales con constante proyección, un conductor como Alejandro Gómez que transita las bandas, un par de centrocampistas como Freuler y De Roon que patrullan toda la mitad de la cancha y dos delanteros que se complementan muy bien como Pasalic y Duván Zapata.

Enfrente el París Saint Germain, con una marcada dependencia del trabajo de Neymar, quien iniciaba todas las maniobras pero las finalizaba con mucha imprecisión. Así se armó un primer tiempo en el que el delantero brasileño se perdió un gol increíble de arranque y luego Keylor Navas tapó dos jugadas muy peligrosas del conjunto italiano.

Y a los 26′ llegó la apertura del marcador, tras una buena jugada colectiva de Atalanta, donde el balón fue de un lateral al otro, el remate y el rebote le quedó a Pasalic, quien supo sacar el tiro con comba y marcar el 1 a 0 para el equipo de Bérgamo.

PSG sintió el golpe y fue por la igualdad. Adelantó sus líneas, pero se encontró con un rival que también propuso, por lo que le costaba llegar. Y cuando lo hacía, fallaba en la puntada final. Tuvo más centros que imaginación. Y no pudo equilibrar las accciones cuando lo soprendió el fin del primer tiempo.

En el complemento, París intentó empujar más hacia el arco de Sportiello. Para eso se basó en la habilidad de Neymar, quien siempre iniciaba las jugadas, pero al que le costaba encontrar eco en su compañeros. No aparecía Icardi, Sarabia se enredaba, Marquinhos chocaba y Atalanta se las rebuscaba para complicar, mas con vértigo que con claridad. Pero se mostraba más rápido el equipo italiano, más veloz, en tanto el conjunto parisino lucía espeso, sin cambio de ritmo, lento y por momentos previsible.

La ventana de cambios empezó a generar otra perspectiva. Porque Atalanta debió resignar a su mejor futbolista, Alejandro Gómez, reemplazado por Malinovskiy, y José Luis Palomino entró para reforzar la defensa a los 59′ de juego, en lugar de B. Djimsiti; se iba el màs capaz del conjunto, en tanto PSG puso a un hombre para desequilibrar: Mbappé por el español Sarabia.

Y empezó a buscar más el conjunto francés. Comenzó a tener llegadas, pero entre la impericia y la buena participación de Sportiello, sus ataques se frustraban.

Atalanta volvía a ceder con otra variante, porque a los 69′ se fue Pasalic, de buen partido y lo reemplazó Muriel, que falló la única que tuvo. En tanto a los 71′ en PSG ingresó Leandro Paredes por Gueye, y creció en precisión el conjunto de Saint Germain.

La lesión de Keylor Navas forzó la última ventana de cambios para los franceses: a los 78′ lo reemplazó Sergio Rico y también entró E. Choupo-Moting en lugar de Mauro Icardi; para el conjunto de Bérgamo, al final salió su última carta Duvan Zapata y entró Da Riva. Se quedó sin balas, aunque el alargue parecía lejano porque solo era cuestión de aguantar unos minutos más…

En el fútbol nada termina hasta que termina. Y a los 89′ llegó el empate, tras un centro largo de Choupo-Moting de derecha a izquierda, que parecía perderse al final, pero Neymar estuvo atento para buscarlo y sacar un centro al medio que Marquinhos transformó en gol y empate 1 a 1 .

Y cuando Atalanta aún se lamentaba de su mala fortuna, Neymar filtró el pase y apareció Mbappé por izquierda, para dirigir otro centro que Choupo-Moting iba a transformar en el 1-2 cuando el partido ya iba por los 90+2′ de juego.

Se sacó el mote de “pecho frío” el equipo francés, injusto por donde se lo mire porque estas cosas le pasan a todos los equipos. Que les reviertan un resultado en los minutos finales, que pierdan una serie tras tener una ventaja de muchos goles…les pasa a los brasileños, argentinos y alemanes. A todos. Pero el mote es para algunos.

Lo cierto es que en la celebración emocionante de los muchachos que estaban en la tribuna, Di María, Icardi, y todos los demás, abrazados sin precauciones ni preocupaciones, desbordados por la emoción de llegar a una semifinal y estar a dos pasitos de pagar la deuda con la historia.

En ese abrazo sentido, está el espíritu del equipo francés, que parece empeñado en derribar todos los fantasmas.


Hernán O’Donnell