En pocos minutos, Agustín Lavezzi se transformó en el principal protagonista de la noche de Villa Crespo

Cuando se anunciaron las alineaciones, el papel protagónico del partido, como en casi todos los juegos, se supone que va a estar entre los titulares. Que ellos dominarían la escena, y de alguno de sus nombres surgiría la figura rutilante del partido. Sin embargo, a Agustín Lavezzi, a priori destinado al papel de reparto en la película a desarrollar en Villa Crespo, su astucia, su desfachatez, y su habilidad le permitieron torcer el destino, y transformarse, en pocos minutos, en el protagonista central de la noche. El que derrumbó el sueño de Atlanta, que había puesto voluntad y juego en el segundo tiempo, pero tras el disparo que le abría el marcador, se quedó, y le cedió el papel central a quien iba a resultar el “muchachito” de Brown, el que aparece justo sobre el cierre del film, para dar vuelta la trama. Atlanta había trabajado mucho en el segundo tiempo para llevarse el premio mayor, pero surgió un actor inesperado, y la felicidad del premio viajó a Adrogué.

El equipo local formó con Nicolás Sumavil; Franco Camargo, Valentín Gelos, Fernando González y Mosca; Alejo Dramisino, Mauro Bogado y Juan Galeano; Diego Becker, Nicolás Mazzola y Franco Vedoya.

El equipo de Pablo Vicco comenzó con Horacio Ramírez; Pablo Rosales, Daniel Kipes, Máximo Heredia y Sánchez; Hernán Da Campo, Juan Pacchini, Luis Jérez Silva y Franco Perinciolo; Patricio Vidal y Juan Mendoza.

Atlanta intentó tomar la iniciativa, con el movimiento de sus volantes, la dinámica de Becker y la búsqueda de la subida de los laterales. A los 5′ tuvo una chance clara; tras un tiro libre, Fernando González sacó un buen cabezazo que desvió Horacio Ramírez.

Brown se iba a acercar recién a los 18′, con un centro puesto desde la derecha y la llegada de Juan Mendoza, que apenas pudo conectar el balón, que salió muy cerca.

Luego el partido se hizo más parejo, con mucha participación en el medio campo, sin lograr demasiadas llegadas a los arcos. La visita tuvo una buena jugada colectiva, a los 25′, que terminó con un centro de Hernán Da Campo, bien cortado por Sumavil. El equipo de Villa Crespo contó con un tiro libr de Mauro Bogado, a los 33′, que controló bien el arquero Ramírez, mientras que a los 45′ Nicolás Mazzola controló bien, con el pecho, un buen pase, pero al bajarla, su remate se fue demasiado alto.

El “Bohemio” salió con más ínfulas en el segundo tiempo. Con la clara intención de asumir el rol protagónico, el local se posicionó en el campo rival, tuvo la pelota, y dominó el juego, aunque sin lastimar en el área a su adversario.

El equipo de Adrogué se ordenó atrás para contener, y recién pudo llegar al arco local cuando iban 66′, con un cabezazo de Patricio Vidal que atrapó Sumavil.

Respondió Atlanta, con un centro de la derecha y el cabezazo de Juan Galeano que se fue desviado, a los 68′ de juego.

A los 71′ llegaron las dos primeras modificaciones, de Brown y del partido, que iban a traer al protagonista de la noche. Agustín Lavezzi entró por Juan Pacchini, mientras que Lautaro Lovazzano reemplazó a Juan Mendoza.

Pero aún no era el tiempo del “muchachito”. Diego Becker, actor importante por esfuerzo y movilidad, sacó un remate que parecía no tener demasiado peligro. Pero el tiro sorteó piernas y miradas, giró y se metió junto al palo derecho de Ramírez, para “herir” a Brown y abrir la cuenta del local. Iban 74′ y Atlanta se ponía 1-0 adelante en el marcador.

Pero la trama nos guardaba una sorpresa. El local se quedó, se distrajo, y, como en esas películas de suspenso, que el héroe aparece al final, Agustín Lavezzi hizo su carta de presentación.

Iban 77′ cuando empató el partido con un remate seco y oportuno, tras un tiro libre y un rebote en el área local. Brown no le había dado tiempo a Atlanta de acomodarse con el marcador a favor. 1-1 y a empezar de nuevo.

A los 79′, Pablo Vicco hizo el tercer cambio en la visita: Rodrigo Sayavedra entró en lugar de Franco Perinciolo, mientras que en el “Bohemio”, Eugenio Olivera reemplazó a Franco Vedoya. El local se ordenó con Mazzola a la derecha, Olivera por el medio, y Becker a la izquierda.

Pero ya había entrado en acción el “héroe” de la película, y a los 82′ armó una gran maniobra que terminó en un corner para la visita.

Es cierto que lo pudo desnivelar Atlanta, a los 84′, con un pelotazo de Nicolás Mosca desde la izquierda, que cruzo toda la cancha, y por atrás de todos surgió Alejo Dramisino, cuyo remate fue bien tapado por Ramírez.

Sin embargo, quedaba espacio para una estocada final. Iban 87′ cuando Lavezzi metió un doble enganche en el área local, y con un disparo cruzado venció la salida de Sumavil, y puso el partido 1-2 a favor de Brown.

Mauricio Giganti apeló a actores de vocación ofensiva para torcer el desarrollo. A los 88′ Federico Bisanz entró por Diego Becker, y Lucas Ríos ingresó por Alejo Dramisino. Doble “9” con Olivera y Mazzola, Ríos por derecha y Bisanz por izquierda.

A los 90′ Pablo Mocuhe reemplazó a Valentín Gelos. Atlanta jugaba los últimos minutos con tres defensores, Camargo, González y Mosca; tres volantes, Galeano, Bogado y Bisanz, y cuatro delanteros: Ríos, Mazzola, Olivera y Mouche.

Vicco reforzó su defensa: Tomás López entró en lugar de Hernán Da Campo, y Kevin Gissi ingresó por Patricio Vidal. Línea de cinco, con tres centrales, y a aguantar el final de la película.

Que ya lo había escrito el protagonista de la noche. A Agustín Lavezzi le alcanzaron pocos minutos para llevarse todos los aplausos, y demostrar que, una vez más, como me dijo un querídisimo amigo, a los actores de reparto también les dan un “Oscar”.

Hernán O’Donnell

Talleres cantó “Victoria” ante Tigre, y sueña con el campeonato

Fue un triunfo justo, paciente y merecido. Talleres de Córdoba fue fiel a sus principios, intentó imponer su juego, soportó los embates de Tigre y tuvo tranquilidad para esperar el momento de la definición, que llegó sobre el cierre del partido. Festejó con efusividad el resultado, y, por unas horas, está más cerca de River, en la lucha por el campeonato.

El equipo de Diego Martínez formó con Gonzalo Marinelli; Ortega, Víctor Cabrera, Abel Luciatti y Montoya; Cardozo, Lucas Menossi, Blas Armoa, Aaron Molinas y Facundo Colidio; Mateo Retegui.

El conjunto de Javier Gandolfi, se alineó con Guido Herrera; Gastón Benavídez, Matías Catalán, Juan Rodríguez y Juan Portillo; Ulises Ortegoza, Rodrigo Villagra, y Rodrigo Garro; Diego Valoyes, Michael Santos y Ramón Sosa.

Al minuto tuvo Menossi un remate alto, que presagiaba una noche disputada y entretenida. Después se acomodó mejor el equipo cordobés, con Sosa como herramienta de desequilibrio por la izquierda, a través de su gambeta, habilidad y velocidad.

A los 14′ abrió el marcador; desborde de Valoyes, el centro y Michael Santos que empujó la pelota al gol; el asistente creyó que era off side, pero el VAR confirmó el gol de la visita. Talleres quedaba arriba en el marcador, por 0-1.

Tuvo un percance a los 22′ con la lesión de Matías Catalán, quien debió dejar el campo y fue reemplazado por Lucas Suárez. Pero el partido mantenía la vivacidad, y a los 24′ Colidio sacó un remate que salió apenas desviado. Más tarde, cuando iban 27′, el propio Colidio cabeceó tras un corner, que tapó Guido Herrera.

Ramón Sosa inventó una gran jugada por izquierda, cuando iban 35′, pero prefirió rematar al arco cuando tenía libres a dos compañeros. Marinelli controló su remate.

Talleres se animaba y a los 40′ fue Valoyes quien tuvo un disparo cruzado, que salió muy cerca del arco.

Hasta que a los 45+4′, Abel Luciatti aprovechó un balón que boyaba en el área visitante tras un tiro de esquina, para poner el 1 a 1.

En el segundo tiempo, el partido cobró mayor intensidad. Tigre tuvo la primera chance, a los 46′, con un tiro de Aaron Molinas que pasó apenas arriba del travesaño. Luego fue Colidio, el mejor del local, quien sacó un remate que Herrera desvió al corner de manera brillante, cuando iban 56′ de juego. A los 57′, llegó la primera variante en el equipo de Victoria; Sebastián Medina entró por Aaron Molinas.

Respondió Talleres a los 59′, con una jugada colectiva que cerró con un disparo de Michael Santos, desviado al corner por Marinelli, en una buena intervención.

Los cambios refrescaron el juego y le dieron mayor vuelo. A los 60′, Alan Franco entró por Ulises Ortegoza, en el equipo cordobés, y a los 64′, Gonzalo Flores ingresó por Armoa, en el conjunto de Diego Martínez.

Una buena jugada de Tigre, a los 68′, fue cerrada con un taco de Menossi, que bien pudo ser una situación de peligro. Y los cordobeses metieron un profundo contragolpe, cuando iban 71′, que Santos llegó mano a mano con Marinelli, pero el arquero resolvió muy bien en el achique.

A partir de allí, crecieron las chances de los equipos. A los 73′ Alan Franco coronó en la red una excelente jugada del equipo visitante, pero el VAR advirtió una previa posición adelantada.

Pudo llevarse todo el local, cuando a los 77′ una media vuelta de Cardozo fue contenida por Guido Herrera.

Javier Gandolfi tomó una decisión fuerte, y a los 79′ metió los tres cambios que le quedaban en la última ventana que tenía habilitada: Nahuel Bustos entró por Garro, Francisco Pizzini ingresó por Ramón Sosa, y Valentín Depetri reemplazó a Michael Santos. Aire fresco para ir por la victoria.

Y vaya que los cambios le dieron resultado. Fueron decisivos para terminar de volcar el partido a su favor. más allá del ingreso de la “Flaca” Zabala por Lucas Menossi, en el local, cuando iban 84′ de juego.

A los 85′ Valoyes estrelló un remate en el travesaño. A los 86′ Nahuel Bustos recibió una excelente habilitación de taquito de Valoyes, y definió corto sobre el cierre de Marinelli para poner el partido 1-2 a favor de Talleres de Córdoba.

Cuando ya se jugaban 90+1′ Valentín Depetri le ganó en el pique a la salida de Marinelli, se fue solo, y su tiro dio en la base del poste.

Nahuel Bustos, cerró la noche cordobés, a los 90+4′, con un sutil toque de emboquillada ante la salida del arquero local, para poner el definitivo 1-3 para Talleres.

Fue un cierre a toda orquesta. De un equipo que fue a buscar la victoria, mantuvo su línea de juego, y los cambios dele final le dieron la renovación necesaria para conseguir el triunfo.

Hernán O’Donnell

Un Arsenal de ilusiones para vencer a Boca

Fue un verdadero Arsenal de ilusiones e intenciones. Un equipo que salió con un plan, lo ejecutó bien, y cuando debió apelar a una nueva disposición, el famoso “plan B”, también lo supo hacer. Arsenal hizo un muy buen primer tiempo, supo como jugar el segundo, y se llevó una victoria inobjetable.

El equipo de Federico Vilar comenzó con Alejandro Medina; Breitenbruch, Maximiliano Centurión, Joquín Pombo y Adrián Sporle; Lucas Souto, Peña Biafore, Gonzalo Muscia y Santiago Toloza; Facundo Pons y Flabián Londoño.

Jorge Almirón dispuso que Boca comience con Sergio Romero; Marcelo Weigandt, Bruno Valdez, Nicolás Figal y Frank Fabra; Luis Advíncula, Cristian Medina, Alan Varela y Sebastián Villa; Miguel Merentiel y Darío Benedetto.

Los primeros veinte minutos fueron jugados en el centro del campo. No pudieron sacarse ventajas, ni generar situaciones claras ante los arcos. Arsenal se apoyó en las trepadas de Lucas Souto y la habilidad de Toloza, mientras que Boca jugó al ritmo de Cristian Medina, un jugador de excelencia, pero poco acompañado. Muy abierto Merentiel a la derecha, muy retrasado Villa por izquierda, y aislado Benedetto en el centro del ataque.

Así y todo, tuvo una llegada a los 22′, tras un buen quite de Medina, que terminó con un remate de Merentiel desviado.

Arsenal abrió el marcador a los 24′. Como un homenaje a Javier Yacuzzi, en el minuto que recordaba la camiseta del ex jugador, tuvo un tiro de esquina de la derecha, un cabezazo y el taco de Joaquín pombo para poner el 1-0 a favor del equipo de Sarandí.

Boca sumaba problemas, y a los 28′ salió lesionado Nicolás Figal, reemplazado por Nicolás Valentini.

Era más el local a partir de esas acciones. El gol le dio tranquilidad, y comenzó a manejar el partido. A los 37′ Peña Biafore metió un gran tiro que se fue apenas arriba del travesaño.

Recién al final del primer tiempo la visita tuvo un par de llegadas importantes. A los 40′ una pared entre Benedetto y Merentiel dejó a este último de cara al arco local, sacó un buen disparo, pero Alejandro Medina tapó muy bien. Dspués, cuando iban 43′ Villa tuvo un remate que volvió a atajar el arquero del equipo local.

No hizo cambios la visita para comenzar el segundo tiempo, aunque ubicó a Merentiel a la izquierda de Benedetto para jugar con dos líneas de cuatro, trepar por las bandas vía Weigandt y Advíncula, de un lado, Fabra y Villa por el otro, y abastecer al doble “9”, Benedetto y Merentiel. Pero los planes quedaron complicados a los 51′ cuando fue expulsado Weigandt por una entrada dura sobre Pombo.

Merentiel volvió a la derecha, y el equipo se ordenó con un 4-3-2, flexible en los laterales, aunque sin poder profundizar porque Arsenal sacó su “plan B” y se ordenó muy bien en el cerrojo defensivo. Se retrasó Lucas Souto, se cerró Néstor Breitenbruch para armar una línea de tres centrales junto a Centurión y Pombo, y Sporle se ubicó en el carril izquierdo.

Almirón decidió dos variantes a los 64′; Ezequiel Fernández entró por Varela, y Luca Langoni reemplazó a Benedetto. El ingresado fue al extremo derecho, Merentiel se posicionó de centrodelantero, y Villa detrás de él.

En el local, a los 68′ Lautaro Guzmán entró por Flabián Londoño.

Allí, el partido se jugó en el campo local, aunque Boca no tenía profundidad, y Arsenal se había ordenado muy bien en la estructura defensiva. Tuvo, Sebastián Villa, un buen tiro libre a los 75′, que pasó muy cerca del travesaño.

Cuando iban 82′ llegaron dos cambios más en el equipo de Sarandí. Lucas Brochero entró por Felipe Peña Biafore, mientras que Braian Rivero ingresó en lugar de Santiago Toloza.

Otra vez Villa tuvo un tiro libre, cuando iban 83′, y otra vez se fue cerca del travesaño.

Respondió Arsenal con un excelente remate de Brochero, que “Chiquito” Romero sacó al corner, cuando se jugaban 85′.

El último cambio local sucedió a los 90+1′; Juan Ignacio Peinipil ingresó por Facundo Pons.

Era el cierre de una noche llena de ilusiones para el local. Porque fue un “Arsenal” de fundamentos, bien planificados y ejecutados, para lograr un triunfo valioso y mirar con optimismo el futuro.

Hernán O’Donnell

En una noche con pocas luces, el penal agónico iluminó a Italia

Un choque de potencias. El segundo turno de los octavos de final de la Copa mundial Sub 20 de la FIFA-Argentina 2023, en la Ciudad de La Plata, nos ofreció un verdadero clásico del fútbol mundial, un partido de esos que paralizan a Europa, y si se paraliza el “viejo mundo”, todo el planeta también está en modo de alerta futbolero.

Inglaterra e Italia, dos selecciones de una historia rica, grande, gloriosa. Dos Campeones del Mundo en mayores, dos equipos que quieren hacer las cosas bien en este torneo juvenil. Y que llegaban cargados de buenos antecedentes en la primera ronda.

El equipo británico comenzó con Matthew Cox; Bashir Humphreys, Jarell Quansah y Ronnie Edwards; Brooke Norton-Cuffy, Alex Scott, Carney Chukwuemeka, Harvey Vale; Alfie Devine, Dane Scarlett, y Mateo Joseph.

El equipo italiano formó con Sebastiano Desplanches; Ricardo Turicchia, Mattia Zanotti Gabriele Guarino y Alessandro Fontanarosa; Cesare Casadei, Mateo Prati, y Giacomo Faticanti; Tomasso Baldanzi; Giusseppe Ambrosino y Francesco Espósito.

El comienzo fue interesante, abierto. De ida y vuelta. A los 7′ abrió el marcador Italia, con una entrada libre y franca de Tomasso Baldanzi por el medio, un disparo abierto, al palo izquierdo de Matthew Cox, quien no llegó a tapar el tiro a pesar de su esfuerzo, y el encuentro se puso 0-1 a favor de Italia.

Entonces, se soltó Inglaterra. Adelantó líneas y empezó a generar peligro. A los 9′ llegó Mateo Joseph por derecha, y sacó un tiro bajo y peligroso, que controló el arquero italiano. A los 14′, tras un tiro de esquina, Quansah cabeceó apenas alto. Alfie Divine estrelló un disparo en el travesaño cuando iban 15′ de juego. Apuraba Inglaterra, e Italia apenas encontró aire en una jugada de Baldanzi, que entró en diagonal y sacó un remate que Cox contuvo abajo.

Pero era el conjunto británico el que dominaba, y a los 23′ Devine puso el 1-1, tras una entrada por el medio y un toque directo a la red.

Inglaterra sumó otra llegada clara por derecha, a través de Norton-Cuffy, quien sacó un centro bajo y Turicchia desvió al corner, cuando iban 31′.

Después, el partido se apagó. Los dos equipos se replegaron, buscaron asegurar su zona defensiva, y tomar muchos recaudos. Y el juego se hizo más chato, más cauteloso, con menos riesgos y sorpresas.

Crédito: @Azzurri

En el segundo tiempo, Italia salió con un poco más de decisión. Emparejó lo que había hecho su rival en los últimos treinta minutos de la etapa inicial, pero el juego no se encendió. Prevalecía el equipo de Carmine Nunziata sin generar demasiado peligro.

Ian Foster decidió, a los 62′, hacer dos variantes en Inglaterra: Daniel Oyegoke entró por Norton-Cuffy, mientras que Darko Gyabi reemplazó a Mateo Joseph. En los “Azzurri”, Daniele Montevago ingresó por Ambrosino, cuando iban 73′ de juego.

Y poco hubo hasta el cierre, porque los dos equipos se medían, se estudiaban, pero no se animaban a soltar amarras. Como esos pugilistas que se van en amagues, pero en donde ninguno da el paso al frente necesario.

Sin embargo, a los 85′ el VAR advirtió al árbitro brasileño Ramón Abatti que había una situación de mano de Quansah en el área inglesa. Para nosotros no era plausible de ser sancionada, pero Abatti entendió que era infracción y llegó el penal Césare Casadei, a los 86′ de juego, trasnformó en el 1-2 para Italia.

Los once minutos adicionales no modificaron el desarrollo futbolístico, más allá de la emoción y la incertidumbre por el resultado final. A los 90+1′ Filippo Fiumano entró por Espósito, y Samuel Giovane ingresó en lugar del muy aplaudido Baldanzi.

Foster usó las dos ventanas de cambios que le quedaban, y a los 90+6′ Liam Delap reemplazó a J. Quansah, mientras que a los 90+8′ Callum Doyle entró por Humphreys, y Samuel Edozie ingresó por Harvey Vale.

Se le había agotado el tiempo a Inglaterra. En una noche apagada, donde ninguno quiso arriesgar, donde predominó la cautela, donde se miraron de reojo, Italia encontró un camino cuando todos los senderos parecían clausurados.

Hernán O’Donnell