Colombia, para tenerla siempre en cuenta

La selección Colombia es, desde hace bastante tiempo, un equipo fuerte en Sudamérica. Un conjunto que evolucionó mucho a partir de la influencia de la historia del fútbol argentino (con la llegada de las grandes figuras, leasé Pedernera, Di Stéfano, etc, tras la huelga de 1948) y a partir de allí la inspiración rioplatense le dió un valor agregado a la cedncia y el ritmo caribeño.

Después fue el tiempo de Osvaldo Zubeldía y Carlos Bilardo, para agregarle sed de triunfo, mentalidad ganadora y espíritu competitivo a su buen fútbol. Y tras la generación dorada que encabezaba Carlos “El Pibe” Valderrama y conducía tácticamente Francisco Maturana, Colombia ya no se detuvo.

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A partir de allí, siempre se la mira con respeto. Porque es una selección que puede complicar al más pintado. Tiene trayectoria y una historia que empieza a consolidarse. No es un gigante de Sudamérica, pero es un conjunto de los considerados fuertes.

Luego de sus dos triunfos ante Bolivia y Ecuador en las Eliminatorias Sudamericanas, la Selección Colombia regresó en el mes de abril al cuarto lugar de la Clasificación Mundial de la FIFA. Es un signo de su buena actualidad.

Con José Pekerman el equipo mantuvo el tradicional buen juego colombiano. Y le agregó una pizca de pierna fuerte, entrega y personalidad. está claro que lo más importante pasa por sus hombres de ataque. La ofensiva está garantizada a partir del talento de James Rodríguez, la potencia de Radamel Falcao y la capacidad goleadora de Carlos Bacca. Pero también hay que destacar al resto del equipo: David Ospina es un arquero de excelencia; la defensa cuenta con valores de la capacidad de Cristian Zapata, Carlos Valdés, Oscar Murillo, o el trabajo de los volantes como Cuadrado, Quintero y otros delanteros destacados, tales los casos de Jackson Martínez y Teófilo Gutiérrez.

Integra el grupo A, junto a Estados Unidos, Costa Rica y Paraguay. No tiene la clasificación asegurada, está claro, ni tampoco tiene garantizado el camino sin problemas. Pero, lo que es seguro, es que Colombia puede ser uno de los protagonistas de la Copa América Centenario. Y sueña con algo más. Hace rato que está en ese camino.

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Hernán O’Donnell 

 

Estados Unidos, el anfitrión que sueña con la fiesta

Con esta nota, inauguramos una serie de informes de todos los equipos participantes en la Copa América Centenario USA 2016. La idea, como ya lo hemos hecho en otras oportunidades, en vísperas de grandes torneos, es presentar a cada uno de los participantes en un deatallado análisis y pormenorizado documento, todas sus características, sus virtudes, defectos y aspiraciones en la cita que nos convoca.

Esperamos poder ofrecerles un panorama de cada equipo, en este caso los que vana jugar la Copa América Centenario y palpitar sus posibilidades, amén de comenzar a vivir el torneo.

Empezamos con el cabeza de serie del grupo A, Estados Unidos, que además es el país organizador. Y seguiremos con cada uno hasta completar los 16 casilleros.

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Estados Unidos hace ya mucho tiempo que dejó de ser un equipo débil, sin trayectoria ni tradición. Hace años que dejó atrás la candidez y la inocencia. Tuvo, a lo largo de su historia chispazos de equipos organizados o con un rendimiento sorprendente, tal como fue su participación en el Mundial de la FIFA-Brasil 1950 y su increíble victoria ante Inglaterra por 1-0. Pero esos triunfos espasmódicos, su habitual irregularidad y la falta de una liga confiable y un sistema futbolístico sustentable ya quedó en el pasado. Luego de la organización de la Copa del Mundo FIFA-USA 1994, el país se propuso dejar los arrebatos que cada tanto le daban a este deporte, organizarse y ponerlo de pie en forma definitiva.

Desde entonces, progresó con el paso de los años y en cada encuentro continental o mundial dejó señales de su crecimiento.

Así, le ganó a la Argentina 3-0 en la Copa América Uruguay 1995, hizo un gran papel en la Copa del Mundo de la FIFA- Corea Japón 2002, y siguió en ese camino hasta ahora. Hoy, el equipo es de consideración.

Y para esta oportunidad, busca meterse en la discusión y llegar a lo más alto del podio.

Por eso mantiene el cuerpo técnico, que encabezado por el famoso Jürgen Klinsmann, estrella del Inter de Milán, la selección alemana y campeón mundial con ella en la Copa del mundo de la FIFA-Italia 1990, quien profundizó el protagonismo que ya había comenzado con Bruce Arena primero  y Bradley después.

Hoy, Estados Unidos es un equipo fuerte en lo físico, agresivo en el ataque y responsable en defensa. Es un conjunto que ha superado la candidez anterior; es difícil que cometan los errores infantiles del pasado y en la parte técnica han evolucionado.

Es un equipo compacto, duro, preparado. Que comenzará sus entrenamientos de cara al certamen el 16 de mayo en Miami, y jugará amistosos contra Puerto Rico, Ecuador y Bolivia. Y sueña con bailar el último día de la fiesta. ¿Por qué no?

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Hernán O’Donnell

Cuando el boxeo se metió en la política

Cuando se mezcla política y deporte, el discurso general y correcto es la crítica a la política que incursiona en un campo, que se presume noble y puro, como el deportivo, y que, entre varias razones, debe permanecer autónomo, autárquico e inabordable.

Pero, también existe el camino contrario: cuando desde el deporte se incursiona en la política; o cuando los deportistas dejan su actividad y comiernzan una carrera política o vinculada a algún poder estatal. Lo escribimos hace muy poco en la Revista Ring Side y es bueno presentarlo una vez más. Es el camino inverso al tan criticado “avance” de la política en el deporte. Aquí repasamos la otra cara de la moneda; cuando los deportistas, en este caso los boxeadores, optaron por iniciar un camino en la política.

Cuando retratamos la vida de Alexis Argüello, nos centramos en su gloriosa historia deportiva y su trágico final. En el medio, algunas razones que desembocaron en la tragedia y, de modo tangencial, su vínculo con la política. Es que no es un detalle menor que ocupara el cargo que ostentaba. Más allá de todo lo que se teje sobre su muerte, Alexis Argüello había alcanzado la alcaldía de Managua, Ciudad capital de Nicaragua, un cargo relevante, importante y que abre paso a la reflexión de este número de Ring Side: Los boxeadores y su vínculo con la política. En tiempos electorales, es bueno repasar cuantos hombres pasaron del ring a los escritorios de los diputados, gobernadores, alcaldes, y otros cargos.

“Me gustaría disputar un último combate el año próximo, antes de retirarme del boxeo, para luego dedicarme a la política. Si soy electo senador estaré concentrado sólo en el trabajo y en la familia”. Así de claro y directo se manifestó Manny Pacquiao, el ídolo filipino quien siempre mostró sus inquietudes políticas. En 2007 se postuló para representar al primer distrito de  Cotabato del Sur en el congreso; fue derrotado por Marlene Antonino Custodio. En 2010 se recuperó y logró un lugar como congresista. Fue electo diputado por la provincia de Sarangani.  Entre ese año y 2013, asistió a 98 sesiones sobre un total de 168; presentó varios proyectos de ley que no superaron las comisiones legislativas pertinentes, pero tuvo una participación activa. No tanto a partir de 2013, donde su actividad política disminuyó.

Pero siempre se mantuvo cerca, como una vocación muy fuerte para él. Ahora anunció que se postulará para senador, en las elecciones que se celebrarán el 9 de mayo de 2016. Es un hombre adorado por su gente, un ídolo popular que por esa condición siempre tiene posibilidades de ser electo y hasta hay quienes predicen que ser senador será un primer paso para luego llegar a la presidencia de la República de Filipinas.

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Vitali Klitschko se involucró en la política de su país, Ucrania, en 2005. Pudo desarrollar ambas actividades; mientras fue miembro parlamentario alcanzó el título Mundial de Peso Pesado del Consejo Mundial de Boxeo y de la Organización Mundial de Boxeo. Pero lo asombroso del ucraniano es su integración al mundo siempre difícil de la política y el desarrollo que le dio al partido que creó y a su propia carrera. Mientras se debatía en los rings, fundó la Alianza Democrática Ucraniana para la Reforma (UDAR), y en 2014 logró vencer en las elecciones de Kiev y fue electo Alcalde de la ciudad. Su participación política es cada vez mayor, en un contexto donde las tensiones entre Ucrania y Rusia se mantienen, lo cual lo obliga a estar dedicado en la mayor parte del tiempo a esta actividad. Sin embargo, aún se hace un espacio para acompañar la carrera deportiva de su hermano Wladimir.

El mexicano Juan Manuel Márquez, Campeón Mundial de peso Pluma, Superpluma, Ligero y Superligero, es, y siempre será, muy recordado por el tremendo K.O. que le propinó a Manny Pacquiao el 12 de diciembre de 2012. Era el cuarto combate de la saga, y en el sexto round explotó con un terrible derechazo.

Algunos creen que tras los cuatro combates con Pacquiao sucedió el efecto contagio: Márquez manifestó su agrado por la polñítica. En el tercer enfrentamiento lució el logo del PRI en su pantalón. Y manifestó su apoyo a Peña Nieto.

El propio entrenador, Ignacio “Nacho” Beristáin entiende que la política es su vida: “ A Juan Manuel la política lo distrae; le quita tiempo. A mi, la polñítica, cero. No me interesa para nada.” Y cree que ya es hora que se dedique a esta nueva actividad.

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En la Argentina hubo varios casos de boxeadores (y boxeadoras!) que eligieron el camino de la política. Marcela Acuña es la pionera del boxeo femenino en nuestro país; la número uno; la que llenó, solita, el Luna Park; la Campeona Mundial de peso pluma y supergallo…En 2009 decidió incursionar en la política y fue electa concejal de Tres de Febrero por el Frente para la Victoria. Fue reelecta en 2013. Como un signo de estos tiempos (de la política, claro)  varió en los espacios de pertenencia: En junio de 2014 se unió al Frente Renovador de Sergio Massa y en octubre  de este año regresó a su partido de origen. También Martín Coggi fue candidato a concejal de Brandsen por el partido vecinal. “Siempre fui peronista”, admitió el hijo de “Látigo”, quien sabe que el deporte a determinada edad se termina y debe prepararse para el futuro. Hubo muchos pugilistas argentinos que supieron estar cerca de la política y sus actores. Desde el saludo de Gatica y Perón, hasta estos tiempos en que Víctor Ramírez suele tener el apoyo de Scioli.

Pero nada puede superar a Justin Pierre James Trudeau. El Primer ministro canadiense es un caso muy particular. Hijo de un ex Primer ministro, llegó a los 43 años al cargo, en representación del Partido Liberal.

Su vida agitada, emparentada con las excentricidades de sus padres, Pierre y Margaret, le valió una alta reputación. Pero esa fama está atada también a su pasión por el boxeo, deporte que practica dos ves por semana y hasta ha hecho combates a beneficio de entidades. Y si de políticos amantes del boxeo se trata, habría que incluir a Juan Domingo Perón, Nelson Mandela, Tabaré Vazquez…Y una larga lista que une, de manera indisoluble al boxeo con la política. Porque las pasiones del hombre no tienen límites ni se circunscriben a una sóla actividad.

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Hernán O’Donnell

 

Los Juegos Olímpicos en su hora regresiva

Los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 ya viven sus horas regresivas; ya estamos en la cuenta atrás, palpitamos los días que faltan y las ilusiones toman forma  a partir de una cercanía que muy pronto será realidad.

La Argentina olímpica estará, como siempre, con su esperanza y su ilusión. Y si bien la historia y la razón de ser de estos juegos están vinculados a las disciplinas madre (leasé Atletismo, Natación y Gimnasia), nuestra patria deportista tiene los ojos puestos en aquellos deportes, la mayoría colectivos, que le permiten pensar en la posibilidad de subir al podio y alcanzar una medalla.

El fútbol es, quizás, el principal. Porque hay un exitismo en esta disciplina que siempre nos “obliga” a pensar en ganar, porque hay una generación de buenos futbolistas y porque se han logrado las medallas de oro en los juegos de Atenas 2004 y Beijing 2008, lo cual alimenta la exigencia.

Arg vs El Salvador

Gerardo Martino, el entrenador del equipo, no desconoce esta realidad; al contrario, sabe muy bien en que mundo camina, cuales son las expectativas y por donde se escriben las palabras más importantes y trascendentes. La argentina futbolera pretende ganar lo que sea, donde sea y por lo que sea que se juegue. Los Juegos de Río no escapan a esta (i)lógica.

“Pensamos en Ramiro Funes Mori para los Juegos y esperamos que Everton esté dispuesto a cederlo. Tal vez nos lo pueda dar para las dos competencias”, aseveró el entrenador.

También trascendió que piensa en Matías Kranevitter, en el arquero de la Real Sociedad de San Sebastián, Gerónimo Rulli, en Paulo Dybala, el propio Angel Correa, Luciano Vietto y Lenadro Paredes.

Mientras, la selección ya tiene sus rivales: su debut será el 4 de agosto, en Río de Janeiro, frente Portugal, tal vez con Cristiano Ronaldo en el equipo. Después, se medirá con Argelia, el 7 de agosto, en Río de Janeiro y la tercera fecha jugará ante Honduras, el 10 de agosto, en Brasilia. Casi sin traslados, una ventaja, y un rival que asoma como el más complicado: Portugal, con la chance de tener un refuerzo de lujo.

La ausencia de Messi será la mayor pena; no sólo por el peso que tiene en el equipo argentino, sino porque el torneo, y los Juegos mismos, se ven privados de ver a un atleta en todo su esplendor, un atleta que por virtudes técnicas y físicas alienta siempre las ganas de observarlo y que ingresa en una dimensión mayor a su deporte cada vez que juega un partido; un atleta que tiene mucho para ofrecerle a la familia olímpica en su celebración.

Claro que el espíritu está muy vinculado al esfuerzo, al amateurismo, a los valores deportivos: por eso se encierra en un torneo sub 23 con la posibilidad de incluir a tres jugadores mayores de esa edad. Pero el torneo, y cada uno de los que componen la grilla olímpica, intenta reflejar los objetivos competitivos históricos.

En esa senda está la Argentina, en el sueño de jugar, competir y, si se puede, subir al escalón más alto del podio.

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Hernán O’Donnell