Arsenal jugó para ganar, hizo méritos, dominó el partido y generó muchas situaciones. West Ham fue efectivo, disciplinado, defendió bien y facturó en cada llegada. Por eso se quedó con la victoria y dejó a su rival afuera de la punta del Campeonato. En una noche lluviosa, el equipo de Mikel Arteta siempre fue para adelante, pero tuvo un poco de mala suerte, falta de precisión, careció de lucidez para abrir una defensa cerrada y poblada, y abusó de los centros. La caída, al cabo, duele más porque el resultado pudo ser otro, y además, se perdió también el dominio en la tabla de posiciones.

Arsenal formó con David Raya; Ben White, William Saliba, Gabriel y Oleksandr Zinchenko; Martin Odegaard, Declan Rice, y Leandro Trossard; Bukayo Saka, Gabriel Jesús y Gabriel Martinelli.
El conjunto de David Moyes comenzó con Alphonse Areola; Vladimir Coufal, Konstantinos Mavropanos, Angelo Ogbonna y Emerson; Edson Álvarez, y Tomás Soucek; Mohammed Kudus, James Ward-Prowse y Lucas Paquetá; Jarrod Bowen.
Desde el arranque se vieron las intenciones de los dos equipos. El local, al ataque. Con el juego asociado, múltiples toques, y la búsqueda larga y paciente para encontrar el agujero, ya sea para progresar, o para rematar al arco. La visita, con mucha gente en zona defensiva, la disposición de todos para achicar espacios hacia atrás, y la intención de salir rápido de contragolpe.
A los 10′ Trossard remató alto, en la primera situación del local. Pero el gol tempranero de la visita iba a profundizar los esquemas y el plan estratégico inicial.
Se fue Lucas Paquetá por izquierda, sacó el centro al área, Zinchenko devolvió hacia el corner, tomó el balón sobre la línea Paquetá y volvió a tirar el centro que Tomas Soucek convirtió en gol, para poner el partido 0-1 a favor de West Ham United, cuando iban 12′ de juego.
A partir de allí se hizo más nítido el desarrollo, entre un equipo que atacaba y otro que tenía muy claro como cubrir espacios, defenderse con mucha gente y bloquear cada intento, sin ir al roce ni generar faltas peligrosas.

A los 29′ Saka metió un tremendo cabezazo que Areola desvió al corner. West Ham debió hacer una variante obligada, al cabo, fue la única que hizo en el partido, por la lesión de Lucas Paquetá, quien fue reemplazado por Said Benrahma, a los 31′.
Pero el dominio era de Arsenal, que tuvo una buena jugada colectiva, a los 36′, que finalizó con un disparo de Gabriel Martinelli, desviado, y a los 41′ Bukayo Saka se filtró por la derecha y sacó un gran tiro que dio en la base del poste izquierdo del arco visitante.

En el segundo tiempo, Arsenal volcó todo el juego hacia el arco de Areola. A los 52′ volvió a avisar con un remate de Declan Rice que se fue un poco alto.
Y cuando estaba jugado en la ofensiva, llegó un contragolpe de la visita que derivó en un corner, y de ese tiro de esquina, cabeceó Konstantinos Mavropanos, el balón dio en el travesaño, en el poste izquierdo, y se metió para poner el 0-2 a favor de Wets Ham United, cuando iban 54′ de juego.

El partido se hizo lineal. Pero al local el reloj le empezaba a jugar en contra, en tanto West Ham mantenía un orden defensivo, y una disciplina táctica, que irradiaban seguridad en obtener el resultado que habían logrado. El equipo no tenía pruritos en sumar a los diez hombres de campo dentro de su área, si hacía falta, para tapar todos los caminos del equipo local.
A los 57′ Gabriel Jesús, volcado a la izquierda, enganchó y sacó un buen tiro que se fue elevado. Luego, Mikel Arteta dispuso dos cambios en Arsenal. Eddie Nketiah entró por Gabriel Martinelli, mientras que Ressi Nelson ingresó en lugar de Oleksandr Zinchenko, a los 64′.
Arsenal empujaba con toques y búsqueda asociada, pero le costaba la puntada final, producto de la cantidad de gente que la visita acumulaba en zona defensiva. Y cuando lograba acercarse al arco, aparecía el portero rival. Como sucedió a los 73′, cuando Odegaard dejó solo a Trossard, y su tiro fue sacado por Areola al corner. Insistió Odegaard, a los 74′, y su disparo fue desviado.

Después fue el turno de Saka, quien ejecutó un gran remate, abajo, y allí apareció el arquero visitante otra vez, cuando iban 77′ de juego.
A los 78′ Arteta hizo la tercera modificación en su equipo; Emile Smith-Rowe reemplazó a Trossard.
Y el chico avisó con un pique al fondo para recibir un centro de Odegaard, que no llegó a conectar, y a los 85′ disparó fuerte, pero controló Areola.
Arsenal era dominador, pero sufría la impotencia de no poder definir. No pudo Nketiah, a los 88′, cuando intentó con una chilena que atrapó Alphonse Areola, ni pudo Martin Odegaard, a los 89′, con un excelente remate, que el arquero francés desvió muy bien al corner.
Y esa impotencia del local pudo tener un golpe mayor aún, cuando en un contragolpe Declan Rice se resbaló y cometió una falta dentro del área a Bowen, ya a los 90+5′, que derivó en el penal que remató Said Benrahma y David Raya sacó muy bien, para evitar otra caída del arco local.
Hubiera sido más doloroso aún. Porque Arsenal hizo méritos para llevarse algo de la noche lluviosa de Londres. Algo que bien pudo haber sido no solo el empate, sino los tres puntos. Pero chocó con el orden y la disciplina de West Ham, la falta de eficacia en la definición y la actuación formidable de Areola. Fue una noche triste, porque la justicia, como tantas veces en este deporte, no concurrió a la cita en el Emirates Stadium, y no solo se perdió el partido, sino también la punta del Campeonato.

Hernán O’Donnell