Pablo Aimar y la satisfacción de un equipo que crece

Parecía que iba a ser una noche de brujas, de esas que siempre se manifiestan en estas fechas, cuando llega “Halloween” y millones de chicos en el mundo salen a las calles disfrazados de fantasmas, brujas, hechiceros pero en el fondo no es más que una broma para pedir caramelos y golosinas.

La noche se presentaba muy complicada para la Argentina. El gol de Camerún llegó a los 9′ y a partir de allí se vio un partido atípico: cortado, interrumpido, con lesiones fingidas que demoraban la reanudación luego de alguna infracción o un simple roce. Jugadores del equipo africano que se acalambraban a la media hora de juego, ingresos de los auxiliares médicos y por si esto fuera poco, el VAR que revisó tres jugadas con una demora de más de dos minutos cada una. Poder jugar en ese primer tiempo, fue un suplicio.

“Jugar cada tres días con el calor y la humedad es complicado”, dijo Pablo Aimar en la zona mixta cuando todo hubo terminado. “Y sí, es verdad, hubo muchas interrupciones, se hace difícil tener entonces continuidad. Y con respecto al VAR, los chicos van a tener que convivir con esto, no lo van a poder evitar, El VAR llegó al ´futbol para quedarse y lo que vivieron hoy también para ellos es aprendizaje y crecimiento”, agregó.

Con respecto a los cambios en el entretiempo, explicó: “Los chicos que salieron estaban muy cansados; David (Ayala) estaba con un golpe desde el principio del partido, de hecho ahora casi no puede ni caminar, y por eso decidimos los cambios”.

“Para ellos el Mundial es un crecimiento enorme. Lo bueno y lo malo que les pasa. Lo que suceda en esta Copa del Mundo para ellos va a ser una marca en su vida deportiva. Van a aprender a convivir con decisiones que tal vez para ellos en el momento les parezca injustas, pero luego verán que también hay otras que nos puedan beneficiar como el otro día que nos dieron un penal en contra y luego lo quitaron porque había un fuera de juego previo. Para ellos es una experiencia nuevísima jugar un Mundial, jugar con VAR, jugar con un equipo muy fuerte en lo físico, y que tenía sus armas para tratar de ganar el partido”, dijo el entrenador argentino.

Creemos que la Argentina jugó de menor a mayor y hasta pudo hacer un gol más. Y se lo comentamos a Aimar, que respondió: “Terminaron superándose a ellos mismos, y se pusieron en situación de dominar al equipo rival y lo hicieron con nuestras armas que son tener la pelota y encontrar los espacios a través de los pases, las gambetas, y la habilidad de cada uno de ellos”.

“Todo lo que viven en estos días, en estos partidos, los chicos lo van a absorber y les va a servir para los 15 o 20 años de carrera que tienen por delante. Estoy seguro. El equipo está bien, juegan bien los chicos. Hay jugadores y veremos que nos depara el futuro; aún hay que jugar un partido y veremos como seguimos”, finalizó en una muestra clara de humildad, que esta triunfo aún no determinó nada, ni siquiera la clasificación a la siguiente ronda.

Pablo Aimar y las ideas claras, en una noche que parecía estar embrujada pero que los chicos la transformaron en una alegre muestra de fútbol y caramelos.


Hernán O’Donnell

(Enviado Especial a Vitória, Espirito Santo, Brasil)