Uruguay fue inteligente y construyó una goleada inesperada

Uruguay fue más en el primer tiempo. En el comienzo y en el final de ese período. Lo abrió con un gol tempranero, de esos que se dicen lo convirtió “desde el vestuario”; iban 4′ cuando el zaguero local, Mina, exigió a su compañero Lerma con un pase comprometido, robó Nahitán Nández, tocó Luis Suárez de taco, la tomó otra vez Nández y habilito a Cavani, para que Edi definiera tranquilo ante la salida de Ospina. Fue empezar y ponerse en ventaja para Uruguay, 0-1.

Ya había hecho algún mérito el visitante, porque cuando llegó el gol todo se había jugado en campo local; Colombia no lograba afirmarse en el partido y ni siquiera se había arrimado al arco de Martín Campagna.

Uruguay insistió en su fórmula y a los 21′ un desborde de de la Cruz, el centro preciso y Suárez que no llegó a convertir; Ospina se anticipó para hacerse del balón. A los 24′ robó en mitad de cancha Betancur, combinó con Suárez, este se la devolvió y el disparo de Betancur fue rechazado por Ospina en dos tiempos; en el segundo manotazo salvó justo la llegada de Cavani.

Carlos Queiroz, el portugués que dirige a Colombia, advirtió que el equipo estaba lento, pesado y lejos del arco rival. Decidió, entonces, hacer un primer cambio, inusual por el tiempo de juego. Iban 31′ cuando Luis Díaz ingresó por Wilmar Barrios. Entraba un hombre fresco y de punta por un volante central. Díaz se mostró activo, veloz y a los 36′ tuvo un remate cruzado que pasó cerca del palo izquierdo de Campagna. Fueron unso doce minutos donde Colombia pudo revertir su imagen y el desarrollo del juego.

Al final del período inicial, Uruguay volvió a acercarse al arco local y Suárez contó con un tiro libre que pegó en la barrera y se fue desviado.

Uruguay inició el segundo tiempo con una variante: Darwin Nuñez en reemplazo de de la Cruz. Un cambio que modificó un poco el esquema de la visita, en tanto Cavani debía retrasarse para colaborar con los tres volantes de batalla. Colombia salió un tanto más decidido y tuvo varias situaciones. A los 48′ un cabezazo de Duván Zapata fue desviado al corner por Campagna. Y cuando Colombia mejor parecía estar, llegó una estocada de la visita que liquidó el partido.

Se fue Betancur en ofensiva, exageró un choque de Murillo y Rapallini entendió que había sido penal. Luis Suárez se encargó de la ejecución y a los 53′ Uruguay quedó en ventaja por 0-2.

Colombia fue con ímpetu para tratar de achicar la ventaja. Mojica sacó un remate fuerte que Campagna sacó al corner a los 55′ y Muriel tuvo un buen tiro libre a los 57′ de juego. Enseguida salió Muriel, para permitir el ingreso de Morelos, a los 58′. Queiroz hizo la última modificación local a los 64′, cuando decidió que Cardona reemplazara a Uribe. Ya no habría más oportunidades para el local, pues había hecho las tres variantes en tres momentos diferentes.

El Maestro Tabárez dispuso que Rodríguez entrara por Luis Suarez a los 69′. Y Nuñez sentenció el partido con un remate fuerte, esquinado, desde muy lejos, que se metió junto al palo derecho de Ospina y dejó el partido 0-3 cuando estábamos en los 72′ de juego.

Y ya no hubo tiempo para más, porque el gol liquidó el espíritu de Colombia. El local sintió ese tanto como una mano de knock out. A los 77′, Arambarri entró por Cavani, quien había quedado como delantero cuando salió Suárez y ahora Nuñez pasaba a ser el hombre de punta.

Uruguay se sintió cómodo y seguro. Colombia fue una mezcla de desaliento, nervios y algún golpe fuera de lugar como el que le costó la segunda amarilla a Yerry Mina y su expulsión a los 88′ del partido. A los 90+2′ Neves entró por Bentancur.

Fue una tarde oscura para Colombia. Deslucida, pobre y con mucha impotencia. Para Uruguay, tres puntos de oro en el camino a la Copa del Mundo. Se preveía un partido duro, difícil y equilibrado; la “Celeste”, esta vez de blanco, lo hizo suyo con solvencia, inteligencia y eficacia.

Hernán O’Donnell