Los goles de Orsini y las atajadas de Morales fueron las claves del triunfo de Lanús

No lo habían acompañado los resultados a Lanús en el inicio de la Copa de la Liga Profesional de Fútbol. Había caído de local ante Boca Juniors, empatado en Córdoba con Talleres y llegaba con una dura derrota por goleada ante Newell’s en la “Fortaleza”. Por eso no tenía más alternativa que jugarselá e ir a la “Bombonera” a buscar la victoria.

Por eso el equipo de Zubeldía salió con determinación a jugar el partido. Con la línea de fondo adelantada, Facundo Quignon suelto por el medio para tomar y distribuir; Di Plácico para trepara por la banda derecha, Lautaro Acosta para incomodar por todo el frente de ataque con su movilidad, De la Vega para imprimirle dinámica y dos hombres bien de punta para preocupar: Orsini y el eterno “Pepe” Sand.

Boca se vio sorprendido y maniatado. Con pocos circuitos de juego, sin elaboración en el medio, redujo sus recursos a los pelotazos largos para Sebastián Villa, y que este intentara desbordar para que aprovecharan Abila o Mauro Zárate. Muy poco y muy escaso el argumento del local.

Así se lo vio mejor a Lanús en el inicio. Y a los 14′ avisó con un ataque que derivó en un centro a De la Vega, pero su remate, desde buena psoción, se fue afuera.

A los 27′ llegó la apertura del marcador. Arrancó la jugada con Di Plácido, este abrió a la derecha para Pedro De la Vega, este le ganó la corrida a Más y largó un centro al área que aprovechó Orsini para tocar el balón, anticiparse a Esteban Andrada y marcar el 0-1 para la visita.

Reaccionó Boca y tuvo unos minutos de dominio; siempre con la apertura a Villa como argumento fundamental. En una maniobra colectiva tuvo una chance, cuando el remate final de Mauro Zárate se fue muy cerca del palo izquierdo de Lautaro Morales, cuando se jugaban 36′ del primer tiempo.

Y sobre el cierre, Lanús amplió el marcador. Un balón largo que parecía iba a dominar el zaguero peruano Carlos Zambrano, pero la pelota le picó, se le fue alta, cuando giró para dominarla la perdió de vista y Orsini se la robó, para quedar sólo ante Andrada y someterlo con un disparo cruzado: el encuentro quedaba 0-2 a los 44′ del inicio.

Boca empezó el segundo tiempo con dos modificaciones y Lanús, con una. En el local entraron Cardona por Maroni y Capaldo por Diego González, en tanto en la visita ingresó Bernabei por Pedro De la Vega. Enseguida, apenas comenzado el segundo tiempo, a los 49′ se lesionó el lateral izquierdo de Lanús, Brian Aguirre, y lo reemplazó Pablo Aranda.

Boca reaccionó en el segundo período. Con la conducción de Cardona, la presencia amenazante de “Wanchope” Abila y la velocidad permanente de Villa, empezó a apretar a Lanús contra su arco. Así sumó muchas chances, en tanto crecía la figura de Morales, el arquero de la visita que apareció una y otra vez para solucionar los inconvenientes.

Así, tapó una entrada peligrosa de Zárate, un remate alto y potente de Capaldo, y un centro de Villa. A los 70′ Buffarini entró por Jara, mientras que a los 73′ se lesionó Nicolás Orsini y fue sustituído por Facundo Pérez.

Boca apretó más aún en los quince minutos finales. Fue encima del arco visitante, en tanto Lanús casi no tuvo llegadas en el segundo tiempo. Pero el local continuó su camino de modo sostenido.

Iban 75′ cuando Abila tuvo un buen cabezazo que se fue apenas desviado; a los 79′ un tremendo cabezazo de Lisandro López fue desviado al corner por Morales. Ahí Zubeldía dispuso que Cristian Torres entrara por Lautaro Acosta.

Pero era todo del local y llegó el descuento; centro de Villa desde la derecha, rebote en el área y Ramón Abila puso la punta del botín para vulnerar a Morales y colocar el esperanzador 1-2 a los 85′ del partido.

Insistió Boca y tuvo una última oportunidad, muy clara por cierto, con una llegada de Lisandro López, y otra vez desvió Morales, a los 90+2′ del juego.

Lanús se abrazó a la victoria. la supo construir a partir de una buena actitud en el primer tiempo, la potencia goleadora de Nicolás Orsini y el sacrificio de todos en el complemento para que las manos mágicas del arquero Lautaro Morales hicieran el resto.

Hernán O’Donnell