El espíritu de Atlético de Madrid venció a un Barcelona sin rumbo

En el último instante del primer tiempo llegó una de las mejores jugadas y la emoción más grande de esa etapa. Piqué perdió un balón en campo rival, partió el pelotazo largo para Ferreira Carrasco y cuando se iba sólo por la banda izquierda burló la salida lejana de Ter Stegen con un sutil toque de taco que pasó entre las piernas del arquero de Barcelona, para irse solo con la pelota y rematar desde una larga distancia para poner el 1 a 0 a favor de Atlético de Madrid cuando ya se jugaban 45+2′ del primer tiempo.

Hasta ese momento, el encuentro tenía cierto equilibrio, aunque Barcelona nos había dejado una impresión superior, a partir de su juego adelantado, la posesión del balón y un par de ocasiones bastante claras. La primera de ellas estuvo en los pies de Griezmann, quien recibió desde la derecha y tocó por encima del travesaño, en una acción bastante clara.

La otra estuvo en los pies de Messi, quien entró habilitado casi hasta el área chica, pero su disparo fue rechazado por Jan Oblak con los pies. Así impidió otra chance para la visita, que en esas ocasiones había estado un poco más cerca.

Pero el conjunto de Simeone también tenía su mérito. En el sacrificio habitual, en su conocido espíritu de juego, de juntarse y pelear el partido en todos los sectores de la cancha.

Con la conducción de Angelito Correa, la movilidad de Joao Félix y todo lo que insinúa el talento de Ferreira Carrasco, el equipo local demostró sus cualidades y en el cierre del período inicial sacó una ventaja.

En el complemento Barcelona intentó meter al Aleti en su campo; tuvo un inicio de período interesante, porque Messi encontró un poco más la pelota, sus compañeros supieron ubicarlo y de sus pies nación una clara posibilidad. Iban 56′ cuando enganchó por la zona izquierda, metió un buen centro de derecha y Lenglet sacó un cabezazo muy fuerte, pero al medio del arco, justo la posición donde aguardaba Oblak, quien controló el balón.

Phlippe Coutinho entró por Pedri y se esperaba una sociedad con el argentino. Luego se fue lesionado Piqué, a los 61′ y fue reemplazado por Sergiño Dest, quien pasó al costado derecho y De Jong al fondo para hacer zaga con Lenglet.

Tuvo ese momento en el segundo tiempo Barcelona; con más ganas que fútbol, y a los 64′ Dembelé encontró un balón que derivó a su posición y sacó un remate que pasó cerca. Después, se acomodó otra vez el local.

Porque el equipo de Diego Pablo Simeone entendió bien como jugar el segundo tiempo; una línea de cinco en defensa, bien ancha para contener todos los posibles ataques del adversario; tres volantes para cortar y jugar, y dos delanteros, Correa y Joao Félix para amenazar de contra. Y entre los setenta y ochenta minutos se animó y dominó el partido.

Incluso el cambio de Diego Costa por Llorente a los 72′ denunciaba la intención del “Cholo” de querer ampliar la diferencia.

Barcelona tuvo una nueva chance con un tiro libre que supo “inventar” Messi y su remate pegó en la barrera y fue al corner a los 80′ de juego. A los 81′, un centro perfecto de Messi fue conectado de cabeza por Griezmann y Oblak contuvo sobre su derecha.

Más tarde, los cambios de cierre del partido; a los  82′ Trincao entró por Antoine Griezmann y M. Braithwaite lo hizo por M. Pjanic en Barcelona, mientras que en el conjunto local a los  83′ Thomas Lemar ingresó en lugar de Joao Felix y G. Kondogbia reemplazó a Angelito Correa.

Ya casi no hubo más nada que hacer; sólo un remate de lejo de Sergi Roberto que se desvió en un defensor y pudo haber complicado a Oblak, quien no quiso ni mirar donde iba a terminar esa pelota. Hubiera sido tal vez injusto para el Aleti, que puso alma, corazón y esfuerzo para vencer a un Barcelona que entró en un tobogán que parece no tener fin.

Hernán O’Donnell