Newell’s Old Boys, campeón sin tiempo

Fuera de horario, sin jugar, a la espera del resultado del complemento de un partido que se había suspendido 10 días atrás, con el equipo en una provincia distinta a la de su localía (Chaco), y a la espera de un partido por otro torneo (Copa Argentina) ante un rival de otra división, (Talleres de Córdoba, ascendido al Nacional B)…

Con todos esos pequeños detalles, Newell’s Old Boys se consagró Campeón del Torneo Final 2013 del fútbol argentino.

Lanús no pudo con Estudiantes, el pincha mantuvo el 2 a 0 original y la fiesta se trasladó al Parque Independencia, donde muchos simpatizantes comenzaron los festejos. La tarde rosarina celebró un resultado en La Plata mientras el equipo estaba en Resistencia…

El Parque Independencia celebró el resultado de La Plata...
El Parque Independencia celebró el resultado de La Plata…

Pero Newell’s es un merecido campeón más allá de todas estas cricunstancias. Es un equipo que ganó con justicia el campeonato; que mostró solidez y equilibrio, que reunió a jugadores con experiencia y jóvenes con hambre, a un técnico muy capacitado y un plantel de jerarquía.

En el club aguardaban noticias de más de 300 kilómetros
En el club aguardaban noticias de más de 300 kilómetros

Así, podemos desmenuzar algunas claves del campeón. El técnico, está dicho. pero vale agregar que es un hombre serio, preparado, trabajador y que tiene una clara vocación ofensiva. Cada partido Newell’s sale a ganar, sin especulaciones, sin trampas, con la intención permanente de buscar el arco contrario. Así consiguió la mayoría de sus triunfos. El ejemplo más claro es el partido ante Racing; parecía definido con el 2 a 0 favor, la Academia se lo empató, y el conjunto rosarino siempre buscó la victoria, que llegó al final. Una noche de resultados cambiantes nunca lo dejó conforme con el empate.

La base del equipo tiene una enorme jerarquía. Guzmán es un buen arquero. Vergini, cada vez más afirmado. Heinze, de enorme experiencia internacional. Igual que Maximiliano Rodríguez, un jugador que aún puede ser de selección. Pablo Pérez es pura dinámica; Víctor Figueroa, puro fútbol. Villalba se muestra como un 5 de enorme crecimiento. Tonso refleja calidad; Bernardi y Mateo transmiten marca, experiencia y sacrificio.

Ignacio Scocco es un delantero temible. Hábil, potente y con un tremendo poder de gol, es el mejor atacante del fútbol argentino. Urruti también es un gran punta. Entre todos, con el aporte de Cruzado, Cáceres, Casco, y muchos más, conformaron un gran equipo.

Ganaron y gustaron. En algunos partidos, golearon. Y fueron, más allá del tiempo, muy dignos campeones.

 

Hernán O’Donnell