Argentina ofrendó su fútbol, ante una multitud rendida a sus pies

El golazo de Lionel Messi, cuando se jugaba 1′ del partido, fue la apertura ideal de una obra teatral que una multitud de chinos, ataviados con la camiseta albiceleste de la Argentina fueron a ver al Workers’ Stadium, el escenario para ver a sus artistas favoritos. Porque para el público local en la ciudad de Beijing, esta convocatoria era algo distinto a un partido de fútbol entre Argentina y Australia; era algo más que una contienda deportiva entre dos rivales; era algo así como una obra de teatro, o un festival de rock. El deseo de ver a sus actores, o a sus estrellas de la música, brindar un unipersonal, una obra con un único protagonista.

Y el gol de Messi resultó el inicio soñado, porque a partir de allí el protagonismo le quedó, por lo menos para el público, para sus artistas favoritos.

La Argentina comenzó con Emiliano Martínez; Nahuel Molina, Cristian Romero, Nicolás Otamendi y Marcos Acuña; Rodrigo De Paul, Enzo Fernández y Alexis Mac Allister; Angel Di María, Lionel Messi y Nicolás González.

El equipo australiano formó con: Mat Ryan; Atkinson, Harry Souttar, Kye Rowles, y Jordan Bos; Mathew Leckie, Keanu Baccus, Aiden O’Neill y Riley Mc Gree; Mitchell Duke y Jamie Mac Laren.

A partir del tanto, la Argentina tuvo un buen rato de fútbol, presión, buena circulación, y maniobras asociadas. Con Messi unos metros más atrás de la posición de “9”, y Mac Allister trabajaba la diagonal, de izquierda hacia el centro, para aparecer en esa posición de centro atacante, para ganarle la espalda a los centrales y llegar de cara a Ryan.

Pero Australia empezó a animarse, a presionar más arriba, y de a poco ganó protagonismo en el juego. A los 27′ tuvo una buena llegada, con un tiro de Duke que desvió Martínez, y luego pegó en el poste izquierdo para volver a las manos del arquero argentino.

La “Albiceleste” tuvo una llegada clara a los 37′, con un pase al vacío de Angelito Di María, la aparición solitaria de Messi, y su remate que se fue apenas arriba del travesaño.

Para comenzar el segundo tiempo, Germán Pezzella entró por Otamendi. Hrustic lo hizoz por mac laren, en el equipo de Oceanía. Y la Argentina creció un poco más. Se adelantó en el campo y no dejó que Australia avanzara como lo había hecho en los últimos veinte minutos del primer tiempo.

A los 48′ Mat Ryan tuvo una doble tapada para salvar la caída de su valla; en la segunda, a Angel Di María, sacó la pelota al corner.

Lionel Scaloni dispuso dos variantes más, cuando iban 58′ de juego: Julián Álvarez entró por Di María, mientras Giovanni Lo Celso ingresó por Mac Allister. Cuando iban 62′, llegaron dos variantes en los “Socceroos”; B. Borrello reemplazó a M. Duke, y D. Genreau entró en lugar de A. ONeill.

La “Albiceleste” dominaba, y a los 67′ aumentó el marcador, tras un centro de rodrigo de Paul, y el cabezazo certero de Germán Pezzella, para poner el partido 2-0 a favor de la Argentina.

Que pudo aumentar, cuando iban 70′ de juego, tras un remate claro de Julián Álvarez, que Mat Ryan desvió al corner en un gran esfuerzo y una brillante intervención.

A los 72′ llegaron los tres últimos cambios de Australia. R. Strain entró por N. Atkinson; C. Metcalfe reemplazó a R. McGree, y A. Robertson ingresó en lugar de M. Leckie.

Scaloni aprovechó esa ventana, y dispuso dos modificaciones en la argentina. Iban 73′ y debutó Alejandro Garnacho, quien entró por Nicolás González, mientras que Leandro Paredes reemplazó a Enzo Fernández.

Más tarde, a los 78′, Guido Rodríguez cerró las ventanas de variantes, con su ingreso en lugar de Rodrigo De Paul.

La Argentina cerró el partido con seriedad, responsabilidad, y ambición. Demostró que no está relajada, ni se ha mareado con el peso de la corona mundial. Al contrario, de la mano de la línea que baja su entrenador, sólo tiene ojos para mirar el futuro.

Hernán O’Donnell