Atlanta llenó de goles la noche del domingo

Fue una muy buena actuación de Atlanta. Tuvo orden, dominio del juego, generó varias llegadas en el primer tiempo, y en el segundo lo liquidó con una actuación deslumbrante de Juan Galeano, y una serenata de goles que llenaron de alegría al “Pueblo Bohemio” en la noche del domingo.

Chaco For ver nunca le encontró la vuelta al partido, y se fue envuelto en una gran preocupación de cara al partido de la Copa Argentina frente a Rosario Central.

Atlanta formó con Nicolás Sumavil; Franco Camargo, Alan Aguirre, Fernando González y Marco Pinto; Alejo Dramisino, Mauro Bogado y Juan Galeano; Lucas Ríos, Nicolás Mazzola y Franco Vedoya.

El equipo de Diego Osella alineó a Gaston Canuto; Juan Galetto, Gino Barbieri, Facundo Monteseirin e Ignacio Abraham; Alan Sombra, Javier Iritier, Diego Sánchez, Mateo Maccari y Nicolás Silva; Jonathan Dellarosa.

A los 3′ avisó el local con un centro de la derecha y el cabezazo de Nicolás Mazzola que se fue desviado. Probó Lucas Ríos, a los 9′, y controló bien el arquero visitante.

Era más Atlanta, aunque For Ever intentaba equilibrar el juego, y a los 12′ fue Silva el que exigió a Nicolás Sumavil. Y a los 23′ volvió a disparar Silva, pero tapó bien Aguirre.

Se reordenó el “Bohemio”, y empezó a darle explosión a la banda derecha, con un muy buen trabajo del trío Camargo, Dramisino y Lucas Ríos. Cuando iban 31′ Camargo sacó un buen tiro que desvió Canuto al corner.

Respondió For Ever, a los 39′, con una jugada de Dellarosa, que enganchó y remató cerca.

Pero insinuaba más el equipo de Villa Crespo, que cerró el primer período con dos llegadas claras. A los 41′ un centro de Franco Camargo al corazón del área fue cabeceado por Nicolás Mazzola, y el balón pasó alto. Y a los 43′ otro centro de Camargo fue enganchado de taco por Lucas Ríos, pero el balón salió afuera.

Nicolás Diez, entrenador local, hizo una modificación para comenzar el segundo tiempo. Nicolás Medina entró por Franco Vedoya.

Cuando iban 51′ Osella hizo los dos primeros cambios del equipo chaqueño. Leandro Allende entró por Nicolás Silva, y Enzo Bruno ingresó por M. Maccari.

Enseguida llegaron dos variantes en el local. Iban 53′ y Federico Bisanz entró en lugar de Mauro Bogado, mientras que Javier Ferreira reemplazó a Nicolás Mazzola.

Crecía Atlanta en su juego, y a los 57′ armó una maniobra colectiva de pases y combinaciones entre Galeano, Dramisino, Ferreira, Ríos y el propio Galeano, que indicaban el camino del equipo.

Y empezó a coronarlo a los 59′ con un frentazo de Federico Bisanz, que puso el partido 1-0 para Atlanta.

Pudo aumentar a los 60′, cuando Juan Galeano habilitó a Alejo Dramisino, y el remate de este pasó muy cerca del palo derecho del arquero visitante.

Javier Bayk entró por I. Abraham, y Gonzalo Ríos reemplazó a Alan Sombra, en Chaco For Ever, cuando iban 63′ del partido. Eran el tercer y cuarto cambio del equipo de Resistencia.

Pero las cartas estaban echadas, y a los 64′ empezó a sentenciarse la noche, amén de los goles que fueron una hermosa serenata. Juan galeno entró por la izquierda, remató, su tiro se desvió en un defensor y puso el 2-0 para Atlanta.

Diego Osella hizo entonces el quinto y último cambio dele conjunto visitante; Nicolás Juárez entró por Javier Iritier cuando iban 68′ de juego.

Sin embargo, nada detenía la marcha “Bohemia”. Iban 71′ y Lucas Ríos pretendió rematar al arco visitante, pero le salió un tiro defectuoso y con dirección a Juan Galeano, quien dominó el balón y puso el remate que significó el 3-0 a favor de Atlanta.

Nicolás Diez, entrenador local, decidió hacer la cuarta modificación, a los 72′: Federico Marín entró por Lucas Ríos. Y a los 75′ hizo la quinta variante; Valentín Gelos ingresó por Alan Aguirre.

Nada estaba terminado. A los 75′ Juan Galeano sacó un potente disparo, que se metió en el ángulo izquierdo de Canuto, para marcar el 4-0 para Atlanta.

Era el cierre de una noche cercana a la ideal, con una actuación de Juan Galeano que guardará por siempre en su memoria, con una producción colectiva de alto nivel, y con una ilusión que volvió a encenderse una noche de domingo.

Hernán O’Donnell