San Lorenzo y una experiencia inolvidable

Ahora se abrirá una discusión eterna, interminable, estéril. Si San Lorenzo debió jugar de tal o cual forma. Si el partido final ante el Real Madrid por la Copa Mundial de Clubes de la FIFA-Marruecos 2014, se lo debía atender de otra manera.

No tiene demasiado sentido ni tampoco lleva a una conclusión válida. Que “hubiera pasado si…” entra en el terreno de las conjeturas y las hipótesis improbables. San Lorenzo jugó como jugó. Y cayó sin discusiones ante un rival que es superior, no sólo al equipo de Boedo, sino a todos los conjuntos del mundo. Tal vez Bayern Munich esté a su altura. O a lo mejor, Juventus. O quizás algún equipo inglés, Manchester City, por nombrar alguno. ¿Quien más? ¿Barcelona? ¿PSG? hmmm, hoy hasta estos equipos parecen estar un escaloncito debajo del Real Madrid de las estrellas.

San Lorenzo vs Real MadridSan Lorenzo planteó el partido que todos imaginaban y hasta el que todos, en la Argentina futbolera de los bares, las oficinas, las escuelas y los negocios, decían que había que plantear: cerrado atrás, a la espera, achicar espacios, cortar los circuitos de juego de los volantes, marcar con intensidad, aprovechar algún contraataque y jugar concentradísimo.

Y esto fue lo que hizo el Ciclón. Achicó espacios, marcó con firmeza, se mantuvo concentrado y cuando pudo, se animó.

Un error en una entrega hacia atrás (deberían haberse prohibido intentar esos pases, pues pueden generar contragolpes peligrosisímos) con el equipo volcado en campo adversario, generó una situación harto deseada por el Madrid: un contragolpe  ideal para sus velocistas: Bale, Benzemá, Critiano Ronaldo…Luego, el retroceso defensivo ordenado impidió el mayor desarrollo de la jugada. Y Torrico la terminó de salvar cuando achicó el remate al corner.

De allí, el centro y el cabezazo de Sergio Ramos a los 36 del primer tiempo abrió el marcador. Uno de los mejores cabeceadores del mundo imponía su figura y su talento. En ese momento San Lorenzo salía del asedio, pero ese descuido lo complicó.

San Lorenzo vs Real Madrid IIY el segundo golpe llegó enseguida. Porque se fue casi sin respiro el primer tiempo y al comenzar el complemento, cuando tan sólo se jugaban 5 minutos, un pase perfecto a Bale dejó al galés en posición inmejorable para definir. Sin embargo su remate fue defectuoso. Torrico explicó que esperaba otra cosa, un tiro más abierto, pero la pelota se le vino al cuerpo y no la pudo controlar.

El 2 a 0 abría el partido a un dilema: Salir de modo decidido y exponerse a una posible goleada de contragolpe, o buscar con paciencia la oportunidad.

El DT Edgardo Bauza optó por el ingreso de Romagnoli por un velocista, pero deslucido, Verón. Y el cambio fue bueno para San Lorenzo. “Pipi” se convirtió en el eje del equipo, supo tener la pelota, juntarse con Ortigoza y Barrientos, meter pases verticales y generar alguna llegada. Claro que también el Madrid, que fue el dueño del partido durante 60 minutos, optó por replegarse unos metros.

Así llegaron los remates de Kalinsky, uno desviado y otro bien controlado por Casillas, el tiro de Emanuel Mas que atajó el arquero español, el bombazo de Mercier que desvió Casillas al corner y el zurdazo de Buffarini un metro afuera. Todos remates de media distancia. En tanto hubo varias contras del Real Madrid para aumentar el marcador: Un centro que no alcanzó Benzemá, una llegada de Bale, un cabezazo de Cristiano Ronaldo que Torrico atajó sobre la línea…

San Lorenzo vs Real Madrid III Y no hubo mucho más. De a poco el partido se diluyó, a pesar del esfuerzo azulgrana por achicar el marcador, la sensación era que el encuentro había tomado un rumbo definido y ya no se modificaría. Pero quedó una imagen permanente: la de la hinchada de San Lorenzo, que escribió otra página de gloria. Porque viajó en forma masiva a Marrakech, armó una fiesta callejera en la ciudad, conquistó a los locales, le puso fervor y color a un Mundial de clubes que , hasta ahora, lucía como un evento FIFA sofisticado y frío. Porque llenó la cancha, alentó durante los dos partidos a su equpo y mostró buena parte de su inmenso repertorio de canciones.

La gente de San Lorenzo asombró al mundo. Y se llevó una ovación por parte del resto del estadio cuando todo había concluido. El equipo puso el alma para emparejar un partido desparejo desde el vamos. Corrió como siempre y un poco más Julio Buffarini. Dejó la piel como siempre y un poco más Walter Kanemann. Estuvo muy concentrado Emanuel Mas. Ortigoza mostró su “potrero” y Mercier se recuperó de un error inicial. Kalinsky creció mucho en el segundo tiempo, y Romagnoli mostró el camino para atacar.

No alcanzó ante las estrellas de Real Madrid. Que basaron su inobjetable triunfo en la firmeza de Ramos, las subidas de Carvajal, la solidez de Kroos, y la velocidad desequilibrante de Gareth Bale. San Lorenzo soñaba, pero Real Madrid le mostró su constelación de estrellas.

La realidad se vio en el campo. Ahora se abrirá la discusión interminable y estéril de imaginar “que hubiera pasado si…”. Lo más probable es que hubiera ganado el Real Madrid como le hubiera ganado a casi cualquier equipo del mundo.

San Lorenzo hizo lo que pudo. Lo que le dejaron. Puso el alma para que se achicará la enorme brecha que existe entre los dos equipos. Y su gente marcó un antes y después en esta historia de los Mundiales de Clubes, con su presencia, su aliento incondicional y sus canciones creativas, que le dieron un marco impresionante a una experiencia inolvidable.

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Hernán O’Donnell