Vamos subiendo la cuesta…

Aún dura y perdura el dolor de otra final perdida. Aún resuenan los acordes de una derrota en la Copa América Chile 2015 con una melodía melancólica. La Argentina tropezó y la ilusión se hizo añicos. Pero hay que seguir. Hay que levantarse y volver a empezar. En definitiva, que de eso se trata el deporte, y la vida.

Tal como si se hubiera ganado. Porque los festejos hubieran durado algunas noches, porque la alegría pudo haber sido un poco más duradera…Pero, después, volver a empezar.

Bolivia

Ya pasó el momento más doloroso: ese en que la premiación distingue al mejor, y uno debe morderse los labios, levantar la cabeza y aplaudir con hidalguía y caballerosidad, a la espera de que alguna vez nos vuelva a tocar a nosotros ocupar ese lugar estelar, el más alto del podio. Pero ese instante, hay que pasarlo. y la mejor manera es la de reconocer al rival ocasional, felicitarlo y empezar a trabajar para el futuro.El fútbol argentino debe organizarse. Hace un año que, tras la pérdida de su líder, entro en una zona gris, de debate, cierto desconcierto y tironeo por ver quien toma el timón del barco. De ahí para abajo, sucede todo lo que uno se pueda imaginar: Un campeonato con problemas de organización, indefinición de formas futuras en cuanto a fechas y ascensos y descensos de categoría, incertidumbre por no saber hasta cuando habrá 30 equipos en la elite, como se hará la depuración, que pasará con las transmisiones televisivas, cuales serán las formas en que los clubes reordenen sus economías, asperezas y desencuentros de cara a las elecciones de octubre…Y en el medio, una selección que cuenta con estrellas de nivel mundial que espera que se ordene la casa para poder despegar.

El camino a Rusia está a la vuelta de la esquina. No perdamos más tiempo. Es hora de dejar de lado mezquindades, ambiciones personales, y pensar en el futuro. Si la selección es el producto más importante que tiene el fútbol argentino, cuidemosló. Cuidemos ese producto. Cuidemos esa expresión genuina que todavía permite que la familia se acerque a la cancha, que las mujeres y los chicos sean una parte importante del público dominante, que el espectáculo sea lo más virtuoso posible. Por eso, trabajemos con el pensamiento puesto en ella. En nuestro máximo equipo. La selección necesita de la unión de todos. El 5 de octubre hay que recibir a Ecuador y el 13 habrá que visitar al Paraguay de Ramón Díaz en Asunción. No hay demasiado tiempo para chicanas o disputas personales. La selección, el equipo de todos, debe estar por encima de cualquier rencilla, para poder desandar el nuevo camino.

A partir de allí, el trabajo deportivo. La dedicación de Gerardo Martino, la presencia imprescindible de Lionel Messi, el aporte de todos. Argentina ya tiene encima el camino al Mundial de la FIFA-Rusia 2018. Pongamos en marcha el equipo y empecemos a subir la cuesta…

 

Hernán O’Donnell