Chile, próximo rival de la Argentina

Ya vienen dos partidos muy importantes por la Competición Preliminar de la Copa del Mundo de la FIFA-Rusia 2018, tal como se lo denomina de modo oficial a las viejas y queridas “eliminatorias”, tal como el argot futbolero popular las llama desde el comienzo de la historia.

La Argentina de Gerardo martino se enfrentará el jueves 24 de marzo con el seleccionado de Chile. Es el primer juego de la doble fecha. un partido muy duro por varias razones: la condición de visitante; el adversario y su actualidad; la presentación de un nuevo DT en la roja; la historia reciente.

La condición de visitante es un aspecto del juego que tiene su influencia. En algunos casos es mayor y en otros tal vez no incida demasiado, pero siempre, en algún punto, juega. Para la Argentina la visita al Estadio Nacional de Santiago es más complicada que jugar, por ejemplo, en Caracas. Hay una rivalidad mayor, más encuentros en la historia y pesa mucho la localía, sobre todo a partir de la primera victoria que consiguió “la roja” en tiempos en que la conducía Marcelo Bielsa.

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Esa victoria le dio confianza al equipo, que sintió que derrotaba a un gran rival y también a los fantasmas que siempre sobrevolaban en cada enfrentamiento.

Eso se concatena con el segundo puesto: la actualidad de un seleccionado que está en el mejor momento de su historia. Un equipo que tiene una actualidad que lo presenta como el monarca de América y cuenta con futbolistas que se distinguen (en conjunto) de figuras muy destacadas, pero esporádicas, que ha habido a lo largo se los años.

Porque hubo un Sergio Livingstone, un Elías Figueroa, un Carlos Caszely, pero eran estrellas individuales en una medianía que no lograba consolidarse. Tal vez la generación del 87 con Ivo Basay a la cabeza, o la de Iván Zamorano y Marcelo Salas se puedan destacar. Pero ahora se han juntado Claudio Bravo, Gary Medel, Arturo Vidal, Jorge Valdivia, Alexis Sánchez y siguen las firmas. Un conjunto, una generación de talentos contemporáneos.

La llegada de un nuevo entrenador siempre es punto más a considerar. Chile arrancará una nueva etapa con Juan Antonio Pizzi a la cabeza. Un DT que supo dirigir a Santiago Morning y lo llevó hasta la semifinal del torneo Clausura 2009 y luego dirigió a la Universidad Católica, donde se consagró campeón. Con esos pergaminos volvió a dirigir a la Argentina: Rosario Central y luego San Lorenzo, equipo con el que salió campeón del torneo Apertura 2013.

Un soplo de aire nuevo y un método de trabajo y una personalidad muy diferente a la de su antecesor, Jorge Sampaoli.

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La historia reciente es el cuarto factor que analizamos en este enfrentamiento entre chilenos y argentinos que está por llegar. Y es, nada menos que la final de la Copa América Chile 2015. La gran final que se jugó en ese Estadio Nacional que rugía con los gritos de una multitud enfervorizada en su apoyo al equipo local, y unos cuantos visitantes que no cesaban el aliento para la albiceleste. Una final que tuvo de todo, con una gran intensidad en el juego y mucha pasión en las tribunas. Una final que tuvo a un Chile pensante y concentrado, y a una Argentina que mostró destellos de lo que fue su camino distinguido hacia ese partido. En ese contexto, los locales supieron rodear a Messi y tener cierto control del juego; pero también hay que decir que la Argentina tuvo momentos de encuentro entre sus figuras y algunas maniobras elaboradas en conjunto le dieron varias ocasiones de gol, que bien pudieron significar el triunfo.

La historia reciente dice que hubo una final histórica, jugada con mucho valor e hidalguía y que no alcanzaron los 120 minutos de juego para determinar un vencedor y el desequilibrio llegó por la vía de la ejecución de tiros desde el punto del penal. Pero antes hubo emociones, llegadas e incertidumbre hasta el último instante.

Ahora se teje un nuevo capítulo, un nuevo compromiso. Una nueva historia. Pero esos cuatro aspectos que hemos analizado también juegan su parte. Y estarán frescos cuando el próximo jueves 24 de marzo suene el silbato y comience el partido.

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Hernán O’Donnell