Marin Cilic abre la esperanza croata

Mantuvo la calma durante màs de cinco horas. La misma serenidad que había mostrado en la semana, en la conferencia del martes, en los entrenamientos del miércoles, en el sorteo del jueves…

Marin Cilic salió tranquilo a enfrentar a Nalbandián. Sabía que la suerte de su equipo dependía mucho de su talento y esfuerzo. Que ese punto podía ser clave en el desarrollo de laserie. Y mantuvo el temple para afrontar el primer set, el quiebre de Nalbandián, el aliento ruidoso del público argentino. No se amilanó, confió en su saque y en su variedad de tiros.

 

 

Cilic celebra en Buenos Aires

 

 “Estoy felíz por la victoria, cansado por haber jugado más de cinco horas, pero muy contento. El público me presionó pero me di cuenta que también lo presionaba a Nalbandián; al final tuvo un comportamiento muy correcto”, agregó respecto a los aplausos que lo despidieron tras su triunfo.

“En el segundo set me pareció que podía ganar. Al principio del cuarto vi que mi juego mejoraba y sabía que las chances que tenía iban a producirse.”, dijo Cilic.

 De su juego destacó algunas cosas: “La personalidad, la parte psicológica, que en todo momento me hacía pensar en ganar”.

“Los partidos anteriores ante Nalbandián me ayudaron. Los últimos partidos que perdí fueron por muy poco, eso me hizo ver cosas que en mi juego podía corregir”

Y cree que la serie está más abierta que nunca: “Es un punto muy importante el que conseguí. En la mente de todos va a estar este punto; creo que todos los partidos van a ser parejos. Pienso que el resultado del dobles va a ser fundamental para trazar el camino del ganador”, finalizó Cilic.

Sin estridencias, en silencio y con humildad construyó una victoria importantísima. Croacia parecía el convidado de piedra. Cilic no se sometió a los pronósticos y le encendió una luz de esperanza.

 

Hernán O’Donnell