García, un escollo más para San Lorenzo

Hasta la finalización de la temporada 2009/2010, San Lorenzo no tenía inconvenientes con el promedio por el descenso de categoría. Al contrario, había finalizado (a mediados de 2010) en el cuarto lugar de la tabla que define descensos y promociones. Le quedaban, al comenzar el segundo semestre del 2010, 62 y 52 puntos de los últimos dos ejercicios, más los puntos a cosechar en 2010/2011. Es decir, arrancaba ya con la obligación de hacer, por lo menos alrededor de 60 puntos, para revertir luego esos 62 que se le irían al iniciar el ciclo 2011/2012.

¿Se entiende? A mediados de 2010 había finalizado cuarto en los promedios, pero con 62 (que se irían a mediados de 2011) y 52 (que durarían dos temporadas) . A partir, entonces, de ese torneo Apertura 2010, había que empezar a sumar. Sumar para reemplazar a los 62 que se irían. Sin embargo, allí empezó la debacle; se reunieron 24 puntos en el Apertura 2010 y 23 en el Clausura 2011: Se sumaron apenas ¡47! para reemplazar a los 62 que se marcharían a partir de Agosto de 2011.

Se arrancaba la temporada 2011/12 (la actual) con 52 y 47 puntos. De los 62 que se perdían sólo se sumaron 47: se comenzó el actual ejercicio con ¡15! puntos menos…

Había que arremangarse y salir a pelear cada punto como oro. Omar Asad intentó hacer un trabajo con proyección de juveniles. Loable y recomendable para una institución estabilizada, que no era el caso de San Lorenzo. Promocionó jugadores, tuvo algunos rendimientos aceptables, pero la suerte no lo acompañó, perdió algunos partidos sin merecerlo y fue reemplazado por Madelón.

Entre ambos, apenas reunieron 19 puntos, cuando se necesitaban, por lo menos 30…

Madelón arrancó la última parte de la temporada anual, el torneo Clausura (2012) el que definirá todo, con la obligación de hacer ya más de 30 y rezar, porque pedirle 40 puntos, (que era lo que el Ciclón necesitaba para zafar de todo) tampoco era sensato: Sería una empresa muy difícil para cualquier entrenador.

Ya en la pretemporada se vislumbraba que la cosa no funcionaba: Derrotas en los partidos de verano, algunos empates, ninguna victoria, más algunos detalles que mejor olvidarlos.

La ilusión de la enorme cantidad de simpatizantes del ciclón los llevaba a creer: Acudieron en masa a Lanús para el inicio del torneo; los muchachos de Madelón les devolvieron una actuación paupérrima, los hinchas regresaron a sus hogares con el dolor de la goleada granate por 4 a 1, y el premio del cuerpo técnico a sus dirigidos con dos dias de descanso! Lo mismo sucedería tras la caída en Rafaela: como premio, dos días libres…

Ese cuerpo técnico fue reemplazado por el que encabeza Ricardo Caruso Lombardi, luego de dos derrotas muy dolorosas ante Boca y Vélez. La llegada de Caruso modificó las cosas: le jugó a Racing a cara de perro, sin regalarle un centímetro, peleó y luchó y se llevó un punto de premio.

Si así le hubieran jugado a Boca, tal vez hubiera sido otro cantar. Madelón prefirió un partido abierto, mano a mano, cuando lo más aconsejable era resguardarse, asumir la realidad y pelearlo duro en mitad de cancha…

Pero la verdad es que San lorenzo sumó mucho con la llegada de Caruso; incluso sacó una cantidad de puntos mayor a la de Madelón y sus muchachos en muchos menos partidos.

En aquel cuerpo técnico de Madelón estaba Fabián García, como ayudante de campo. Era el segundo del entrenador principal. Tenía, al cabo, muchas responsabilidades en el armado del equipo. Su gestión deportiva no resultó. Les fue muy mal, por ende le fue muy mal a San Lorenzo de Almagro. Aunque pareciera, ya veremos más adelante, que García no se siente (aunque sea en parte) responsable de este mal momento ni parece sensibilizarlo mucho que digamos. 

De los hechos bochornosos que dio inicio en la tarde del lunes 14, preferimos no decir nada. No estuvo bien García en ir a buscar a Caruso, ni golpearlo, ni tampoco Caruso en reaccionar o insultarlo. No estuvo bien ni quien lo provocó ni quien reaccionó. Punto. Nada más.

Pero eso, sí, en frío, ambos declararon. Y esto es lo que se puede tomar, analizar, ver que reacción tuvieron una vez concluído el incidente.

Y aquí surge lo más doloroso para San Lorenzo de Almagro: Comprobar como una persona que tiene responsabilidad directa en el mal momento deportivo por su mal trabajo realizado, se despacha con un “estará asustado por el promedio”, como si ese “mal promedio” le pasara a otro club, no al que dirigió hasta hace unos meses y lo obligaran a reemplazarlo por otro cuerpo técnico para que arreglen el estado en que el Sr. García (entre otros) lo dejó.

 

Hernán O’Donnell