Sevilla se quedó con el clásico andaluz y se reanudó la Liga Española

¡Volvió la Liga! la competición española, el torneo de las grandes luces y las grandes figuras, donde reina Lionel Andrés Messi, donde Real Madrid desfila con su aureola cautivante, donde el “Aleti” encara el espíritu de los soñadores idealistas, donde el Valencia se ha ganado el corazón de tantos argentinos, donde los duelos son encarnizados y los partidos una fiesta, donde los equipos vascos relucen su identidad, donde en cada pueblo se esconde una ilusión…

Volvió la Liga y lo hizo con el clásico andaluz. Nada menos que Sevilla y Betis. Un duelo de larga tradición, de enorme rivalidad futbolística que divide a la ciudad en dos pasiones.

El local llegaba mejor. En realidad es una forma de decir, porque luego de un largo paréntesis de más dos meses, los antecedentes inmediatos quedaban un poco en la nebulosa. Más bien, era un volver a empezar en situaciones similares en cuánto a pérdida de ritmo futbolístico, disminución de la concentración, dispersión y ausencia de ambiente de competencia. Ambos, igual que el resto de los equipos de La Liga, vivieron una desvinculación con todo lo que atañe al juego, que les va a costar un tiempo volver al ritmo tradicional, en tanto en la bandera de largada, casi que todos están de la misma manera. Salvo en la tabla de posiciones, donde Sevilla se afirma desde el tercer lugar y Betis navega por la mitad de las ubicaciones.

Por eso, el partido se lo aguardaba con mucha expectativa y entusiasmo. Y fue Sevilla el que salió a buscar. Enseguida soltó amarras, fue por el arco rival y Lucas Ocampos sacó un fuerte remate que pegó en el travesaño cuando iban 9’ de juego. Era un aviso. Mientras Betis peleaba en el medio campo, luchaba y ponía el alma en el derbi.
Era el comienzo, con mucha intensidad. Con la presión de Fernando, los movimisntos de Munir y la proyección permanente de los laterales, Sevilla
avanzaba. La visita se apoyaba en un esquema apretado de 4-1-4-1, con Guido Rodríguez como equilibrista, con Fekir y Tello como promotores del juego. Costaba, pero peleaba. Y aparecía el arquero Robles para cualquier inconveniente.

Sidnei era el sosten en defensa para la salida del visitante. Por el local, el juego comenzaba con Jesus Navas y finalizaba con Ocampos; era por la derecha donde progresaba con más frecuencia en el inicio. Después se volcó al progreso desde la izquierda con Reguilon, y así sumó una nueva posibilidad a los 26’ cuando el lateral ex Real Madrid se fue por izquierda, lanzó el centro y el cabezazo cruzado del delantero de Jong se fue cerca del palo izquierdo del arco visitante.
Betis tuvo pocas oportunidades, pero peleó el primer tiempo. Con mucho ímpetu transformó el clásico en un encuentro ardoroso.
El local tuvo otra chance clara al final del primer tiempo cuando de Jong armó un buen contraataque, abrió a la derecha para Ocampos y picó al medio a buscar la devolución, pero el argentino prefirió rematar al arco y el arquero Robles rechazó con esfuerzo a los 45+2’ de juego.

El primer tiempo se terminó con una mejor imagen del local.

El segundo período arrancó con un Sevilla más provocativo, más incisivo. Y por allí empezaron las emociones, con el nacimiento del complemento. El local apretó y sacó ventajas. A los pocos minutos una falta leve en un salto en el área de Bartra, el árbitro la sancionó con infracción y el penal lo tomó Lucas Ocampos, quien marcó con un remate suave a la izquierda de Robles que fue para el otro lado; 1 a 0 a los 55′ para el local.

Con la tranquilidad del resultado, Sevilla aceleró y aprovechó el desconcierto de su clásico adversario. Fue por más, y tuvo la oportunidad de volver a marcar muy pronto, para estirar la ventaja y marcar una buena diferencia. Tras un tiro de esquina, Ocampos la levantó de taco y Fernando metió la cabeza para señalar el 2-0 a los 61′. Un golpe contundente y a futuro importante.

Sevilla fue inteligente para manejar los tiempos. Supo Lopetegui hacer los cambios para regular el manejo del partido. Banega por Ocampos, para tener más el balón, controlar las acciones y conducir el juego. Sevilla resignaba potencia en ataque por orden en la mitad de la cancha a los 70′. También salió el centrodelantero holandés de Jong y a los 73′ ingresó Suso, para darle aire a la banda derecha y poco más tarde Franco Vázquez, para tener más el balón y conducir los contragolpes.

Betis intentó con las variantes permitidas, pero no tuvo profundidad para llegar al arco rival. Y se chocó con una defensa firme, sostenida en el brasileño Diego Carlos. No pudo descontar, más allá del esfuerzo de todos y la seguridad del arquero para que no estirara la diferencia.

Sevilla ganó en un Sánchez Pizjuán espléndido aunque vacío de multitudes. Celebraron en sus hogares los seguidores de este equipo, que dicen que nunca se rinde y volvió a ganar en la reapertura de La Liga, para afirmarse en el tercer puesto y soñar con el futuro.


Hernán O’Donnell