Nápoli fue dueño de Génova de principio a fin

Desde el comienzo Napoli fue el dueño del juego. Ejerció un control del balón permanente, tuvo el dominio territorial y en ese primer tiempo acumuló llegadas de modo permanente, mientras que el Genoa recién pudo salir en un lapso corto, después de los treinta minutos de juego. En ese lapso, el inicial, la visita se hizo amo y señor del encuentro. Sostenido en la dinámica de Fabián Ruiz, el empuje de Lobotka y la potencia de Politano, el equipo del Sur acumuló peligro y se mostró como el protagonista exclusivo del juego.

Ahogó al Genoa en su área y sumó situaciones. Tuvo un tanto no convalidado pues el balón se había ido tras un tiro de esquina; a los 30′ Insigne llegó bien perfilado y su remate fue sacado por el arquero local Perin.

A los 40′, otra ocasión clara también en los pies de Insigne que el arquero pudo rechazar. Y cuando todo parecía concluir, llegó la apertura del marcador sobre el epílogo del primer tiempo.

El tanto fue de Mertens a los 45+1′, ya en la prórroga de la primera etapa, tras una buena maniobra colectiva y la aparición del delantero belga para clavar el 0-1.

Nápoli cerraba la primera parate con una ventaja merecida, pues había sido más que su rival; tuvo la pelota, la manejó con criterio, apretó al adversario hacia su área, lo maniató y solo le faltó convertir, hecho que lograría sobre el cierre.

En el complemento Genoa salió con un poco más de decisión y encontró rápido la igualdad. Hubo un tiro de esquina desde la derecha, y Goldaniga de cabeza, marcó el 1 a 1 a los 48′ de juego.

Allí pareció despertarse un poco el local, que intentó equilibrar el partido, hacerlo más parejo, disputarlo más en la zona media. Pero la visita muy pronto le iba a mostrar su poderío y volvería a someterlo. A los 56′ un remate de Politano que parecía tener propósito de centro, se fue hacia el arco y dio en el travesaño. Era el primer aviso.

Después, la primera ventana de los cambios: A los 62′ dos cambios por equipo. L. Lerager entró por V. Behrami y I. Falque reemplazó a F. Cassata en Genoa. En tanto, en Nápoli también habría dos variantes que fueron determinantes en el partido. Hirving Lozano entró por M. Politano y A. Milik, que tendría futuro en la Juventus, reemplazó a D. Mertens.

Y dicho y hecho, porque a los 65′, tras un pelotazo largo desde el fondo, Lozano entró solo por el medio, dominó el balón, aguantó la marca y ante la salida del arquero metió un remate preciso que fue el 1-2 para la visita.

Nápoli volvía a estar arriba en el marcador y a sentirse dueño del partido. A los 68′ hubo un tiro fantástico de Mario Rui desde la izquierda que Perin sacó al corner en una brillante atajada. A los 70′ G. Pandev ingresó por A. Sanabria en el local y cuando se jugaban 74′ un tiro libre de Insigne se fue un poco arriba del travesaño. El dominio era de los napolitanos.

Después, otra ventana de cambios: a los 81′ A. Favilli entró por A. Pinamonti y P. Ghiglione lo hizo por D. Biraschi en el Genoa. En la visita, lo hicieron A. Younes por Lorenzo Insigne y P. Zielinski por E. Elmas; más tarde, a los 86′, Allan ingresó por Fabián Ruiz en el visitante.

El final tuvo algunos revolcones de Meret que bien pudieron darle un dolor de cabeza al equipo de Gatusso. Porque casi sin mérito alguno, genoa pudo haber encontrado un tanto del empate. Pero no pasó de un pequeño alerta. Hubiera sido una injusticia, porque Nápoli fue superior a lo largo de todo el partido, jugó mejor, fue dominante, impuso condiciones y se llevó lo que fue a buscar en su visita a Génova.


 Hernán O’Donnell