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Aún con el regreso de Messi, la Selección no encuentra su camino

Cuando todos esperábamos el regreso de Leo, la selección nos volvió a traer a la realidad: dudas, insuficiencia y toda la tarea recaída en las espaldas del mejor jugador del mundo, que, se volvió a ver, produce mucho, muchísimo, pero no puede hacer todo. Para eso necesita un equipo que acompañe.

Y Messi volvió al seleccionado una noche de primavera en Madrid. En una selección que necesita reconstruirse. Y para ello necesita formarse un equipo, con Messi incluído. Un equipo de 11 jugadores, no de uno y diez alrededor.

De entrada, un golpazo. A los 5′ un pelotazo largo para Salomón Rondón, a espaldas de Foyth y de Mercado, el atacante metió la diagonal llegó al área libre y de emboquillada a la salida apresurada de Armani, convirtió el gol. Venezuela arriba 0-1 en el amanecer del partido.

Apenas se acomodaban en el campo, y la Argentina sufría un cachetazo. Una mezcla de deficiencia en la defensa y virtud del delantero.

La selección sintió el golpe y quedó aturdida. No tuvo una reacción desmedida; se quedó con la pelota, sí, pero careció de fuerza, de espontaneidad, de aceleración…Y de contra, venezuela amenazaba; a los 35′ Machís apareció a espaldas de Lisandro Martínez y Armani salvó con lo justo. A los 37′ Messi sacudió desde afuera y el arquero de Venezuela, Fariñez se estiró para sacarla al corner. Después habilitó a Lautaro, pero su cabezazo su fue arriba.

Y a los 43′, otro terrible golpe. Foul a Tomás Rincón, la defensa que se distrae con el árbitro, pase rápido a Murillo y un remate cruzado que Armani no pudo detener. Venezuela arriba 0-2, y final de un primer tiempo deslucido para el equipo de Scaloni.

Solo el talento inagotable de Lionel Messi disimuló el desconcierto de la Argentina. Un equipo sin imaginación, trabado en el armado de las maniobras, con el único argumento de contar con un futbolista capaz de armar jugadas de peligro y muy endeble en defensa, se iba al caer el primer tiempo, 0-2 abajo ante Venezuela.

Scaloni metió mano y tres cambios para el segundo tiempo: adentro Kanemann, Suárez y Blanco. Afuera Lisandro Martínez, Mercado y Gonzalo Martínez. Se arma una línea de 4 con Armani; Montiel, Foyth, Kanemann y Tagliafico; Blanco, Paredes y Lo Celso; Messi; Lautaro Martínez y Suárez.

Un poco más de decisión, un poco más de presencia ofensiva…Y a los 13′ Lautaro martínez aprovecha una buena maniobra de Messi, el pase a Lo Celso y el delantero del Inter convierte: 1-2, de contra y a meterse en el partido.

El cambio de Benedetto por Lautaro no alteró el esquema. Argentina siguió con ímpetu, pero Venezuela tenía una carta en la manga: Josef Martínez. Entró, fabricó un penal y lo convirtió con maestría a los 30′ del ST. El resultado llegaba al 1 a 3 y a una sensación de vergüenza y disgusto.

Si alguién se había ilusionado, todo volvía a fojas cero. El error de Foyth es parte del aprendizaje, Martínez forzó la falta, el joven argentino no lo supo sortear.

Argentina no tuvo reacción. Solo la capacidad de Messi para buscar, intentar, tratar de armar algo. Pero no hubo nada. Benedetto estuvo errático, Suárez fue de mayor a menor, el ingreso de Pereyra no cambió demasiado. Venezuela tuvo orden y velocidad para cortar y salir de contra. Jugó mejor y ganó bien.

La Argentina se llenó de dudas, no tuvo juego ni rebeldía y se llevó una derrota dura ante un rival que a lo largo de la historia siempre fue inferior, pero que en esta noche de Madrid pareció una potencia y desnudó todos los defectos de Argentina.



Hernán O’Donnell

La Selección y Scaloni vuelven a rendir examen

Se lo ve sereno, como siempre. desde que asumió el cargo, Lionel Scaloni transmite una paz y una tranquilidad que son, en principio, acordes y necesarias para el cargo que tiene. La selección argentina precisa un conductor que tenga conocimientos, ganas y tranquilidad. mucha tranquilidad, para un momento espeso, de transición, con muchos golpes recibidos en los últimos tiempos, el más duro y fuerte fue el de la Copa del Mundo de la FIFA-Rusia 2018, con una eliminación fuerte en octavos de final ante Francia, pero con dos actuaciones fallidas en los partidos anteriores, en la fase de grupo, que incluyen un insólito empate con ¡Islandia! y una dura derrota con Croacia por 0-3.

Ahora es tiempo de barajar y dar de nuevo. de recomenzar la tarea, de empezar un ciclo nuevo, que ya tiene algunos partidos y algunas señales, pero que con la llegada de César Luis Menotti al cargo de Director de las seelecciones nacionales, le da una nueva vuelta de tuerca al inicio del nuevo ciclo y todo concluye en un volver a empezar.

En ese contexto, Lionel Scaloni luce tranquilo. Como lo deja ver desde que asumió el cargo. Y mañana tiene una nueva prueba, con el agregado de tener a Leo Messi, por pirmera vez para el DT, en el equipo.

“La formación será: Armani, Montiel, G. Mercado, Foyth, Lisandro Martínez y Tagliafico; Lo Celso y Paredes; Messi, Lautaro Martínez y Gonzalo Martínez”, anunció el entrenador. “El esquema puede variar durante el partido”.

“El DT de Argentina, como los DT de las selecciones grandes siempre están en evaluación. Y es un orgullo que hable bien de nosotros”, en referencia a su situación y la posibilidad de estar a prueba, aún.

“Estamos todos muy contentos con la vuelta de Leo. Soy joven, pero tengo la posibilidad de contar con él. Tenemos que intentar que el equipo lo acompañe y que Leo de lo mejor de sí”, agregó.

“Nosotros tenemos una manera de jugar y sentir el fútbol, lo hicimos en estos seis partidos y no lo vamos a variar. Esperamos que con la vuelta de Leo todo esto se potencie más”, señaló Scaloni.

“Planteamos el partido para llevar la iniciativa, eso es lo que queremos. Tenemos un mediocampo con jugadores de buen pie. También tenemos futbolistas en los laterales que pueden hacer daño. Lo importante es ser protagonistas. Y a veces nos puede tocar defender, los grandes equipos son los que saben defender, porque te puede pasar que el rival en algún momento te supere y tengas que saber defenderte”.

“Analizamos al Seleccionado Venezolano. Es una selección que está en alza. Que en la Copa América va a dar que hablar. Juega un fútbol bastante directo, un rival difícil, es una buena prueba de cara a lo que viene a nivel sudamericano, y nos va a dar la pauta de donde estamos”, respondió respecto al rival.

Ya falta poco. Con los nervios lógicos del nuevo examen, la Argentina empieza a probarse ante Venezuela en un Madrid que le abre sus puertas a la primavera europea.



Hernán O’Donnell

La selección empieza a definir su cara

El Mundial de Rusia quedó atrás. La frustración de otra oportunidad perdida, desaprovechada, desperdiciada, se fue lejos con el tiempo. Otro sinsabor de un equipo que empieza a ver como sus últimos logros (Copa América 1993, o Copa del Mundo 1986) se transforman en un recuerdo lejano o historias noveladas para las nuevas generaciones. Una camada excepcional de futbolistas que no pudieron coronar con un título sus innegables condiciones, y que se encadenan a las frustraciones que se vivieron en 2002, 2006, 2010 y la excepción de la final del 2014.

Todo un tema el de la selección argentina. Ahora es tiempo de poner en marcha un nuevo plan, una nueva ilusión. Es cierto que el ciclo de Lionel Scaloni ya suma algunos partidos y ha mostrado una renovación, pero esta gira empieza a definir la nueva cara del seleccionado.

Lionel Messi está de vuelta en el equipo. En realidad, es como si no se hubiera ido nunca. Sobre su figura estará otra vez la columna, el sosten del equipo. Con un aliado histórico, Angel Di María. El resto, un equipo nuevo que buscará su identidad.

El primer examen es el viernes ante Venezuela. Será en el imponente Wanda Metropolitano, el estadio del Atlético de Madrid.

El DT ya imagina el equipo. Poco se sabe, hasta ahora, pero se presume que atajará Franco Armani, el arquero de River. Que en la defensa podrían estar Saravia, Foyth (o Mercado), Pezzella (o Kanemann) y Tagliafico,

En el medio Paredes y Lo Celso como volantes centrales. Más adelante Correa (o Pereyra), Messi y Di María; y el centrodelantero Lautaro Martínez.

Pero lo más importante es que el propio DT también entrará en la evaluación. Así lo entiende el Director General de Selecciones Nacionales, César Luis Menotti.

“Habrá una evaluación, pero no desde los resultados. Tengo una excelente relación con Scaloni, es un muchacho con muchas ganas y ojalá gane todos los partidos y llene los estadios”, aclaró el legendario entrenador rosarino.

Así está la selección. Con una nueva cara, y al comienzo de una etapa que tendrá definiciones.



Hernán O’Donnell

Juventus fue una tromba imparable

Salió hecho una furia el equipo italiano. Al minuto había llegado al arco de Oblak y a los dos minutos había convertido, pero el árbitro no convalidó el tanto por una falta (leve) de Cristiano Ronaldo.

Era una tromba que atacaba sin parar, la Juventus. Con Emre Can por el lado derecho y Matuidí por izquierda, los de Turín atacaban con dos pistones que se unían a los tres hombres de ataque: Bernardeschi, Mandzukic y Cristiano. El Aleti se sostenía como podía. Con la voluntad de todos para correr y tapar agujeros, pero sin que ninguno se destacara, sin que ninguno hiciera pie en el partido.

Así volaron 20 minutos, donde el equipo español aguantaba como podía y trataba de congelar el partido. Recién a los 20′ pudo tener un rato la pelota y enfriar con toques cortos y seguros hasta que Koke remató alto, en su primera aproximación.

Salir lo perjudicó al Atlético de Madrid. Porque lo relajó, lo distrajo, lo confió. Aflojó en la concentración, creyó que la tromba inicial había pasado luego de 25′ de juego. Y ahí pagó. A los 26′ llegó el gol de Cristiano Ronaldo con un tremendo cabezazo. 1 a 0 y Juventus puso en marcha la esperanza.

El partido entraba en un momento fundamental para mantener viva la llama de los espectadores: la incertidumbre por el resultado, por la definición, por la resolución final de la llave.


Bernardeschi tuvo otra oportunidad, con un tiro libre fantástico a los 31′. Todo era del equipo local, mientras que el conjunto de la capital española no lograba afirmarse. Incluso, cuando tenía la pelota, el Aleti no podía profundizar. Se agrupaba, tocaba, pero todo de una manera lenta, previsible y accesible par la defensa de Juventus, un equipo que también se siente cómodo a la hora de reagruparse y cerrarse en actitud defensiva.

A los 44′ Chiellini conectó de cabeza un tiro de esquina de Pjanic y Oblak salvó con un manotazo al corner. Y sobre el cierre del primer tiempo, un buen centro del colombiano Arias fue conectado por Morata y su cabezazo se fue cerca…

El segundo tiempo trajo nuevos vientos. A Juventus no le alcanzaba el resultado y debía ir por más. Por eso fue con la misma decisión al ataque. Y a los 48′ Cristiano Ronaldo marcó el segundo tanto con un cabezazo fortísimo que Oblak rechazó a unos centímetros de la raya de gol y el silbato que toma la línea del arco le advirtió al juez que la pelota había ingresado. 2 a 0 y el encuentro que va a la prórroga y tal vez a los penales… pero falta mucho. Sigamos.

Mete mano el “Cholo” Simeone y a los 57′ ingresa Angelito Correa por Lemar. Para tener más manejo, más profundidad, más esperanza en ataque. El partido mantenía su libreto: las subidas de Cancelo, los centros al área chica y la cabeza de los atacantes para sacudir la defensa española. A los 67′ ingresó Dybala por Spinazzola y Juventus aumentó su volumen de juego. Kean tuvo una chance y se le fue afuera; Correa les dio otra, un empujón sin sentido a Bernardeschi dentro del área fue un obsequio que Cristiano Ronaldo aprovechó al máximo. Iban 84′ y Juventus, con el penal convertido, se ponía 3 a 0 y revertía la serie.

El estadio hervía y la Juve no aflojaba. Aún con el score a favor, el local no detenía su marcha. El Atlético de Madrid era una sombra. La misma del inicio; jamás apareció en el partido. Juventus lo atropelló desde el primero hasta el último minuto, revirtió la serie y mantuvo intacto su sueño en la Champions League.



Hernán O’Donnell

El seleccionado espera abrir otro capítulo con Messi

Lo más importante tal vez no ocurra. Lo más trasendente, lo más destacado en el anuncio de Lionel Scaloni, DT del seleccionado nacional, quizás no ocurra. Como a veces sucede en el trabajo cotidiano de los periodistas, puede ser que la noticia del equipo nacional sea una no-noticia. Que la novedad a informar no suceda.

Y queda claro que esto es así, y puede ser así, por las propias palabras del entrenador argentino. La noticia es la vuelta de Leo Messi a la selección argentina, pero esto, quizás, no se produzca…

“Leo (Messi) está convocado, después veremos si juega un partido o dos. Yo tomaré esa decisión”, afirmó Scaloni en la conferencia de prensa del jueves en Ezeiza.

Es decir que Leo está convocado. Es posible que juegue un partido, pero tampoco está asegurado. Depende de muchas cosas y una de ellas es si su físico le pide un descanso. Y si tal vez no juegue ningún partido, con lo cual aún no sabemos si se sumará siquiera al grupo en los entrenamientos previos. Que esté unos días con el plantel sería riquísimo. Sobre todo para la convivencia de los nuevos, como Esteban Andrada, Lisandro Martínez, Ivan Marcone, Domingo Blanco, Matías Suárez…

“Buscamos continuar con la mayoría de jugadores que estaban en el grupo y también ver otros que nos llaman la atención y es evidente que merecían una oportunidad. Esta es una lista previa, la confirmación para la Copa América llegará más adelante. Lo ideal es ver a la mayor cantidad de jugadores posibles”, señaló sobre la nueva lista el entrenador.

Sobre su relación con Agüero dijo: “ES con uno de los que mejor relación tengo”, aclaró el DT. “Es un jugador que no necesito verlo, ya está probado, su presente lo dice todo. Y quiero recalcar que no tengo inconvenientes con él, es un chico extraordinario”, completó.

Habló a Benedetto, Marcone, los arqueros, la vuelta de Di María, la ausencia del “Ruso” Ascacíbar. Habló de todo y respondió todas las preguntas.

Queda en el aire lo más interesante: la vuelta del rey Messi a su trono en el seleccionado. ¿Será en esta gira ante Venezuela y Marruecos? ¿O estará en forma directa en la Copa América? Preguntas que tendrán respuestas en muy pocos días. Por eso, lo más importante de las novedades que presenta la selección, todavía no puede ser anunciado.



Hernán O’Donnell

Manchester United logró lo hazaña sin forzarla; otra vez, París se ganó solo…

Cuando al minuto de juego Kehrer intentó jugar con Thiago Silva y el pase quedó corto, justo para que Lukaku aprovechara y se llevara el balón a toda velocidad, en un ingreso directo hacia las barbas de Buffón, al que sorteó y convirtió con el arco vacío, en medio de una lluvia que cargaba de dramatismo el inicio, un viento helado recorrió las estructuras del fabuloso Parc des Princes, el famoso estadio conocido en español como Parque de los Príncipes. Parecía que la historia dramática e impiadosa podía sobrevolar una vez más al PSG, el famoso equipo francés, que siempre promete, que siempre se arma para pelear (y ganar) la Champions League, pero al que siempre parece faltarle algo para llegar a la conquista. Como si hubiera algo intangible, algo en el alma y el espíritu que le impidieran dar el paso final, muchas veces alentada por una leyenda injusta, como fue la famosa remontada de Barcelona tras perder 4 a 0 en el partido de ida, pero lo que no siempre se recuerda fue la influencia arbitral en el desquite, ya que no sancionaron dos penales a favor de los franceses y sí se otorgaron dos a favor del Barcelona, penales que no fueron tales.

Pero apareció Lukaku, marcó el 1 a 0 para Manchester United y los fantasmas aparecieron.

Pero el PSG no se desesperó. Al contrario, mantuvo la serenidad, se adueñó del balón y empujó al United contra su valla. Y a los 11′ llegó la igualdad por una aparición de Bernat por izquierda. 1 a 1 y la justicia que empezaba a asomar por París, porque el local se había adueñado de las acciones y debía, merecía llegar al empate.

Así se acomodó en el campo. Di María por un lado, Dani Alves por el otro, y Mbappé como centro del ataque empezaron a desbordar al equipo inglés. Draxler se sumaba y el peligro rondaba por el arco de De Gea.

Sin embargo, a los 29′ un remate de Rashford de larga distancia no pudo ser controlado por Buffón y tras su rebote apareció Lukaku para marcar el 1 a 2 a favor de Manchester United.

El equipo local sintió el golpe. Se perdió en la cancha y ya no tuvo el dominio del juego. Se desorientó y el United se animó, hasta sumar dos ocasiones, una bien conjurada por Buffón y otra sobre el cierre del primer tiempo.

En el complemento se mantuvo la lluvia, como un montaje escenográfico ideal para cargar de dramatismo y tensión a esta noche de Copa…como lo pide la historia y la leyenda.

El decorado influía más que el juego. Corría el reloj y poco pasaba. Una posibilidad de Di María, anulada por off-side, una arremetida de Lukaku por allá, y no mucho más. Todo lo que habían prometido en el primer tiempo se diluía en la noche parisina…

Recién a los 83′ llegó Mbappé con posibilidades, entró al área y el remate dio en el poste. En medio de la nada, un sacudón que pudo haber sentenciado la serie, pero todo siguió igual y sólo se mantenía la tensión por la incertidumbre del resultado. De fútbol, poco y nada.

Manchester no aceleró ni en el tiro del final. Mantuvo su tesitura, como si aguardara que el gol decantara de una forma natural, casi sin forzarlo. Y así le llegó la chance. Un remate de Dalot que dio en la mano de Kimpembe, advertido por el VAR cuando el reloj llegaba a los 90′, le otorgó la increíble chance de ganar. Aún casi sin haber hecho nada para lograrlo. Ni siquiera las arremetidas a la deseperada. Con tranquilidad, encontró su oportunidad: Penal y Rashford que se hace cargo de un balón que pesaba una tonelada. Fuerte, al medio, y el 1 a 3 para el visitante! Sin hacer casi nada, Manchester United encontraba, en el epílogo, la clasificación.

La arremetida final de PSG le dio un tinte de dramatismo al partido. Los franceses se la jugaron con centros al área en una prórroga que duró más de 9 minutos.

Manchester United resistió y logró una hazaña que pocos pronosticaban. Dio vuelta un resultado negativo de 0-2 en Inglaterra y se impuso por 1 a 3 en el Parque de los Príncipes. Hizo poco por ganar, solo mantuvo la tranquilidad y aprovechó al máximo cada falla de PSG, que como una pesadilla interminable, volvió a fallar en una instancia clave y a perder el partido por errores propios. No deberá engañarse el United. Otra vez, PSG se ganó sólo.



Hernán O’Donnell

Un ciclo parece llegar a su fin, otro empieza a nacer

La noche de fines de invierno de Madrid nos regaló otro partido de alto voltaje, con ritmo y con todos lo ingredientes del fútbol del primer mundo. Otro encuentro de Champions League y un resultado abultado, sorpresivo para algunos, pero que nos empieza a abrir la puerta de un brillante ciclo que empieza a tocar su fin y el nacimiento de otro que puede ser muy importante.

El Ajax Amsterdam llegó a España con la mochila de tener que revertir el 1-2 que sufrió de local, un partido que no mereció perder y que produjo sensaciones engañosas en la gente, en los medios e incluso hasta en los protagonistas pues Sergio Ramos forzó una tarjeta amarilla para “limpiarse” y llegar sin condicionamientos a los hipotéticos cuartos de final. Por pícaro, le dieron dos partidos, pero ya tampoco va a llegar al desquite de los cuartos. Querer saltearse el desquite fue una “viveza” que le sali{o mal.

Porque es probable que el defensor central español pensara que la serie estaba liquidada. Y en el pecado tuvo su penitencia. Ajax había demostrado muchas cualidades en el primer juego, el resultado había sido injusto y muchos cayeron presos del engaño.

Ajax salió a jugarle con la misma desfachatez que había mostrado en Holanda. Respetó siempre la pelota, buscó cuidarla, se asoció en el toque y nunca la rifó. Y fue en busca de la hazaña.

A los 7′ Ziyech abrió la cuenta. Aún la ventaja favorecía al Madrid. Pero el equipo de Santiago Solari no tomó nota de lo que sucedía. Seguía con el ritmo cansino, aparentaba serenidad, pero no surgía el juego que lo despertara. Es verdad que Varane había sacudido un palo con un cabezazo, pero el local no imponía condiciones.

Enseguida llegó el segundo, tras una buena maniobra colectiva Neres señaló a los 18′. Ahora sí la clasificación cambiaba de manos.

Fue el momento en el que el equipo holandés se floreó en el Bernabeu. El serbio Tadic se hizo patrón y comenzó a hacer girar el juego a su alrededor. Ajax tenía la pelota, la jugaba con criterio y amenazaba con ampliar el marcador. El arquero local, Courtois impidió en dos ocasiones que estó sucediera.

Mientras, el conjunto merengue se desinflaba en su propia casa.

En el complemento, el Madrid salió más decidido. Como si le hubiera sonado el despertador. Empujó el juego hacia la valla holandesa y con los ingresos de Bale y Asencio (ambos en el primer tiempo por lesiones de Vazquez y Vinicius) tuvo más ritmo y dinámica.

A los 61′ llegó el golazo de Tadic, un soberbio remate al ángulo superior derecho de Courtois y el marcador parecía definitivo. Se utilizó el VAR pero no se comprobó que la pelota hubiera salido del lateral previo al tercer gol visitante.

La verguenza deportiva de los jugadores locales lo llevó al Madrid a empujar y empujar. A jugarselá. Solari adelantó a los laterales y una maniobra de la izquierda llegó a Asencio que descontó con un zurdazo cruzado a los 70′.

Si había un atisbo de esperanza e ilusión por la remontada histórica, el tiro libre de Schone que se metió en el ángulo izquierdo a los 72′, terminó con todo.

El 1 a 4 fue toda una sorpresa. Un festival de fútbol y la imagen que nos deja de la realidad opuesta de dos grandes equipos europeos.

Un conjunto de un ciclo de excelencia, brillante, que logró 4 Champions en los últimos 5 años, que ganó en forma consecutiva las últimas tres ediciones y que deja este certamen con algunos indicios de fin de ciclo. Bale se iría pronto, Isco no tiene lugar en el equipo, Marcelo vio todo relegado desde el banco, Kroos ha bajado su nivel, cada día se extraña más a Cristiano Ronaldo…Encima, se perdió en muy pocos días dos veces contra el Barcelona en el mismísimo Santiago Bernabeu.

Ajax parece despertar a un nuevo episodio de tantos que tuvo en la historia, con jóvenes formados en la escuela holandesa y un respeto supremo por el balón. A sus 19 años se destaca el defensa central Matthijs De Ligt, quien es el capitán y actúa con la experiencia de un veterano. Daley Blind lo complementa con mucha seguridad en la zaga y Nicolás Tagliafico es un lateral aguerrido y técnico.

Frenkie De Jong se mueve con soltura por la mitad de la cancha. Van de Beek y Schone marcan y juegan. Arriba Neres y Ziyech son hábiles y peligrosos.

Pero la gran figura es Dusan Tadic. En Madrid fue determinante. Metió las dos asistencias de los dos primeros goles; hizo el tercero, que casi definió el partido. Jugó a gran ritmo y conservó la pelota siempre, con un cuidado solemne, como si fuera la joya más preciada.

La noche de Madrid dejó la sensación de que el Madrid termina un ciclo brillante, que pronto empezará otro. Y que el Ajax ha mostrado el nacimiento de un conjunto audaz y atrevido, que puede producir una etapa similar a las que durante muchos años enamoraron a los amantes del buen fútbol.



Hernán O’Donnell

La Premier League y un final de bandera verde

Se constituyó como la mejor Liga del mundo. A fuerza de incorporaciones, sí, pero sobre todo a partir de unas cuantas decisiones que la llevaron a ser la Liga más equilibrada, la más atrayente, la más deseada.

Resolvieron el tema de la seguridad. Afuera los “hooligans”, los violentos, los que nada tienen que hacer en un estadio. Después de muchos años de sufrir la agresividad de un sector del público, la Football Association resolvió tomar el toro por las astas y alejó a los indeseables. La Liga se convirtió en un espectáculo mucho más agradable para concurrir.

Después está la parte deportiva. A la tradición inglesa de ataque, desborde, centro atrás y cabezazo, le agregó condimentos que mejoraron aún los rendimientos de los equipos.

Y la incorporación de grandes figuras le dio un toque de brillo, de jerarquía. Un plus, un valor agregado que siempre es muy bien recibido.

Y esta temporada, la 2018/19, es tan atractiva como las últimas. Porque se ha dado una paridad interesante, porque aparecen varios equipos en la cima, y porque se han perfilado los conjuntos que luchan por el título, los que buscan la clasificación a la Champions League, los que tratan de llegar al consuelo de la Europa League y hasta los que pelean por no descender a la segunda categoría.

La disputa por el campeonato, cuando restan 10 partidos, parece ya una lucha mano a mano entre Liverpool y Manchester City. El tercero, Tottenham Hotspur, luce un poco alejado. Todo se ve en una pareja carrera entre los “Reds” y los “Ciudadanos”.

Dos equipos con estilos bien definidos, con muchas virtudes y merecimientos para terminar en lo más alto.


Liverpool, el puntero, tiene toda la impronta de su entrenador Jurgen Kloop. Un equipo intenso, ofensivo, de gran espíritu colectivo y con varias piezas claves. El arquero Allison, el defensa Van Dijk, el lateral escocés Robertson (de los mejores del mundo), el trajinar de los volantes como Henderson y Milner y la capacidad de sus delanteros, Mané, Salah, Origi, Sturridge…Su último resultado fue una victoria por 5 a 0 ante Watford, clara, concluyente, indiscutible.

Pelea mano a mano con el City de Pep. Un equipo con todas las características de los conjuntos de Guardiola: cuidado del balón, salida prolija, tenencia en la búsqueda de la oportunidad, apertura de espacios y contundencia a la hora de definir.

Se sostiene en la seguridad de Kompany y Otamendi, la calidad de sus volantes como De Bruyne, Gündogan y David Silva y la enorme jerarquía de sus delanteros: Sergio Agüero (primero en la fila), Sané, Sterling…

El City gana por demolición o por el peso de su juego. Puede vencer por goleada o por la mínima diferencia y de penal, tal como sucedió en su último partido frente a West Ham United.

La lucha está declarada. Detrás, un montón de equipos que pelean por llegar a las Copas de Europa. Pero eso será materia de otro análisis, de una próxima nota. Por ahora, disfrutemos y gocemos con este final de bandera verde entre dos equipos que sueñan con alzar el trofeo de Campeón cuando finalice otra temporada de ensueño.



Hernán O’Donnell

…Y una noche de febrero, asomó Sol de Mayo

Así es la Copa Argentina. Emotiva, por naturaleza. Porque esconde sorpresas, porque nada está escrito de antemano, porque es imprevisible, porque está hecha de historias maravillosas. Como esta que se escribió en la Provincia de Santa Fe, donde un grande del fútbol argentino, casi local pues jugaba a unos 140 kilómetros de su casa, cayó ante un equipo humilde, proveniente de Viedma, Río Negro, a miles de kilómetros de su hogar, con un presente deportivo que lo ubica por el fondo del Federal A, la tercera categoría de nuestro fútbol.

Sol de Mayo salió a jugarle de igual a igual, sin temores, con mucho esfuerzo y sacrificio. Sostenido en su principal figura y capitán, Diego Galván, Campeón de América con estudiantes en 2009 y de paso por River y Olimpo, entre otros, el conjunto patagónico no se escondió. Y aprovechó cada ventaja que le dio Central, que pareció atado en el partido. Muchos volantes y sólo Riaño para pelear arriba. Y si bien Central presentaba cuatro volantes ofensivos, no le alcanzaba para inquietar a Torres.

Sobre el cierre de la etapa, la primera sorpresa. Iban 43′, y Sol de Mayo abrió el marcador: Valdebenito entró por izquierda, cruzó el centro al área chica y Reyes convirtió. 1 a 0, y a descansar.

En el segundo tiempo, Central salió con un poco más de decisión, a partir de la movilidad de Palavecino, las trepadas de Becker y la amenaza constante de Riaño. Pero no le alcanzaba. Y por si fuera poco, a los 57′, un tiro libre desde la derecha, al corazón del área fue aprovechado por Malacarne para convertir de cabeza. 2 a 0 para el equipo de Viedma, y las lágrimas de emoción que se derramaban por las tribuna visitante…

La alegría iba a durar unos instantes. En tres minutos, Central llegó al empate, con dos aciertos de Riaño. 2 a 2 y volver a empezar.

El partido se hizo más trabado, luchado. Central empujó, pero le faltó profundidad. Sol de Mayo, como si fuera la última vez, dejó jirones de vergüenza deportiva. Y puso tanto corazón, que le llevó a los penales.

Y en la “lotería” de los tiros de los 11 metros, la fortuna y la eficacia estuvieron del lado de los de Río Negro.

Sol de Mayo escribió una página histórica en la sorprendente Copa Argentina. La Copa de las sorpresas vio caer al campeón en su primera presentación. Es que no esperaba que una noche de febrero, muy lejos de su casa, asomara el Sol de Mayo…



Hernán O’Donnell

La selección comienza el año

Ya estamos en el año de una de las más importantes competiciones que tiene la selección nacional. Una de las más tradicionales. La querida Copa América. El viejo torneo que nació hace más de 100 años, cuando se organizó en 1916 un torneo sudamericano para celebrar los 100 años de la independencia de la República Argentina, ocurrida el 9 de julio de 1816. Entonces sólo cuatro naciones participaron de un certamen que nacía como conmemoración de una fecha patria, pero no se sabía cuanto iba a durar…

Pues bien, el tiempo pasó y el torneo se prolongó al paso de los años. Y en este 2019 se jugará una nueva edición, nada menos que en Brasil.

Para la Argentina, toda una prueba. Un equipo que cuenta con un jugador extraordinario para cualquier época, pero que no puede lograr un campeonato con la albiceleste, más allá del oro olímpico. Messi es el as de espadas, pero el mazo no acompañó hasta el momento y toda la expectativa se vuelca al nuevo certamen.

Y todo está puesto en este torneo.


La fe, la esperanza, las ganas de ganar. La selección ya empieza su trabajo. El DT ha visto al sub 20 en el sudamericano de Chile, ha sacado sus conclusiones y empieza a trascender la lista de los próximos convocados. La gira está muy cerca, a la vuelta de la esquina: La Argentina jugará dos partidos amistosos en Europa: el viernes 22 de marzo frente Venezuela en el Estadio Wanda Metropolitano de Madrid y el martes 26 en el Grand Stade de Tánger, en Marruecos, frente al seleccionado local.

Así estamos. Creemos que no deberían faltar Messi (obvio), Higuaín, Aguero y Di María. Tal vez resistidos por un sector del público, pero de condiciones innegables, sobresalientes para cualquier equipo del mundo. Está en el cuerpo técnico la decisión de incluirlos o no.

Veremos. La Argentina tiene un objetivo grande este año, porque más allá de la bandera de llegada que es la Copa del Mundo de la FIFA-Qatar 2022, el año tiene un atractivo impar, algo más que un banco de pruebas, el deseo de llegar a lo más alto como tantas veces sucedió con la querida Copa América.



Hernán O’Donnell