Messi jugó de Maradona

En la eterna discusión y comparación entre los dos astros argentinos (habría que agregar a Alfredo Di Stéfano a la hora de hablar de los reyes del mundo) que deslumbraron al planeta y, cada uno a su tiempo, fueron y son los mejores del momento, en ese debate permanente anoche apareció una razón que los emparenta, los iguala, los asemeja mucho más de lo que siempre se dice o de las diferencias que se quieran remarcar.

Leo Messi jugó un partido descomunal. Como tantos otros. La rompió, y no necesitó hacer goles, como tantas jornadas en las que marca uno, dos o tres goles. Y si embargo, creemos que anoche tuvo una actuación sublime. Porque no necesitó hacer goles. Se los hizo hacer, como hacía Maradona, a sus compañeros. Un tiro libre perfecto para que convierta Marcos Rojo el primero. Un pase preciso para la definición exacta de Javier Pastore en el segundo. La generación del gol de Di María. El esfuerzo para acercarle la pelota a Gonzalo Higuaín desde el piso, para que el “Pipita” marque el sexto…

Arg vs Par 1

Messi fue Maradona. Para aquellos que creen que es más (Leo) porque hace más goles que Diego. Y puede ser cierto. Leo parece más goleador que Maradona, sobre todo en Barcelona. Allí se destaca como un brillantísimo definidor, un desequilibrante en un equipo de estrellas, un rompe-partidos cuando la cosa está equilibrada, un delantero letal y certero. Pero anoche fue otra cosa. Anoche no necesitó hacer goles. Anoche jugó como Maradona lo hizo casi siempre en su carrera: ordenó el juego, se tiró atrás, pidió siempre la pelota, gambeteó una y otra vez y habilitó a sus compañeros para que cada uno tenga su gol. No buscó el suyo, manejó el partido a voluntad. Claro que contó con socios iluminados: Pastore el primero. Di María, también. Y el “Kun” Agüero, sacrificado y movedioz, de impecable juego aéreo.

Diego Maradona I

Leo jugó de Maradona porque los hizo correr a todos, absorvió las marcas, tuvo la pelota, gambeteó, pasó con precisión, asistió para los goles y levantó el equipo cuando Paraguay descontó y podía surgir alguna duda. Y estuvo lejísimo de poder ser amonestado, el temor que rondó como un fantasma toda la noche.

Messi jugó de Maradona, para que se acaben todas las discusiones.

Hernan en Estadio Kempes

 

Hernán O’Donnell