La Copa Libertadores ya se juega

Con el sorteo realizado en Luque, Asunción, Paraguay, lugar donde está la sede de la Conmebol, la Copa Libertadores 2016 ya se puso en marcha. Una ceremonia austera, lejos de los grandes eventos que supo realizar una entidad que hoy se ve cuestionada; con homenajes a grandes figuras de épocas pasadas y la expectativa común por ver que rival tocaba…

El presidente de la entidad, el uruguayo Wilmar Valdéz les dio la bienvenida y el sorteo comenzó a jugar su partido. Cada bolilla tenía una esperanza, una ilusión.

Wilmar Valdéz

Entonces, en medio de tanta ansiedad, se empezó a jugar la próxima edición de la bendita Copa Libertadores de América. La más soñada, la más querida, la más deseada. El torneo que se disputa desde 1960 y no paró de crecer, desde entonces, hasta convertirse en la obsesión de los clubes; en algunas ligas, como la Argentina o la brasileña, ya se la mira por encima del torneo doméstico…

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El presidente Valdez dio la bienvenida a los representantes de los equipos participantes de la próxima edición de la Copa, y dijo que “es un gran honor poder recibir a tanta gente vinculada al fútbol, a tantos dirigentes de toda Sudamérica”.

“Estamos ante una Copa Libertadores histórica y emocionante por la gran cantidad de equipos que alguna vez han ganado este torneo”, añadió el dirigente uruguayo.

Y cerró con un mensaje de esperanza: “Estamos convencidos de que toda crisis representa al mismo tiempo una gran oportunidad y confío, y estoy seguro, que con trabajo y dedicación de toda la dirigencia sudamericana vamos a recuperar la credibilidad y la confianza”.

A la hora de los reconocimientos, el delantero de Racing, Gustavo Bou, se llevó su premio al goleador de la edición 2015: “”es una gran alegría recibir este premio y agradezco a la CONMEBOl así como a Racing que me ha dado la oportunidad de jugar una Libertadores”.

Y continuó: “Yo soñaba solamente con jugar la Copa Libertadores pero jamás soñé con ser el goleador. Ha sido una alegría muy grande  y me siento muy feliz”.

También se homenajeó a la familia Forlán, de tres generaciones de jugadores que brillaron en la historia del torneo. Un campeonato que está adornado de muchísima gloria, de una historia admirada y valiosa y que ya pone en marcha el sueño de todo el continente que abraz a este deporte como a una religión.

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Hernán O’Donnell

 

 

Barcelona, Rey del Mundo

Es aplastante su superioridad. Gana, a veces, sin despeinarse. Domina con claridad los partidos, maniata a los adversarios, reduce sus chances, impone su autoridad. Barcelona supera rivales en España, en Europa y en el mundo. Demuele con facilidad.

En el campeonato Mundial de Clubes de la FIFA-Japón 2015 lo volvió a demostrar. Superó al adversario chino con un contundetne 3-0. Y la final ante River la jugó con la misma seriedad: dominó a voluntad, superó con claridad y cuando Messi marcó el primer tanto, la cuestión pareció sellada.

Barcelona I

Casi no hubo paridad de fuerzas. El equipo europeo se sostuvo en la seguridad de Piqué y Mascherano, el equilibrio de Sergio Busquets, la inteligencia de Andrés Iniesta y la jerarquía del tridente ofensivo: Messi fue el Rey que conocemos, Suárez marcó el segundo a los 49 y el tercero con un espléndido cabezazo y Neymar fue una pesadilla que creció con el correr del partido.

Barcelona II

Tuvo tiempo para enfriar y para tocar. para respetar al rival y no marcarle más goles de los necesarios. Levantó la Copa Fair Play, los tres balones de los mejores fueron para sus estrellas (Iniesta de bronce, Messi de plata, Suárez de oro) y los festejos fueron alegres, medidos y respetuosos.

Barcelona III

Fue una lección de fútbol. Otra más. de las tantas que ha realizado a lo largo de este enorme ciclo, que lleva una década, y más también, de triunfos escalonados, pero lo que es más importante, de un estilo de juego de una manera de ver, sentir y jugar a este deporte, a este juego.

¡Salud, Barcelona Rey del Mundo! Y gracias por el fútbol que nos entregaste.

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Hernán O’Donnell

El Super Rugby, mezcla de show y excelencia

Como la NBA en el básquetbol, como la Fórmula 1 para el automovilismo, la Champions League en fútbol o un Grand Slam de tenis. Así es el Super Rugby. Un torneo fabuloso, de altísimo nivel, con los mejores equipos del planeta y una mezcla siempre atractiva de deporte, espectáculo y show.

La Argentina contará, por primera vez, con un equipo: Los Jaguares. Un conjunto conformado por una mayoría de jugadores profesionales, con experiencia en Los Pumas, que fueron contratados por la UAR y conforman casi la totalidad de quienes brillaron en el Mundial de Inglaterra 2015. De esta base de 30 jugadores se llegará a un plantel de 45; puede haber algunos amateurs, pero está claro que este equipo de Jaguares, cuyo Head Coach es Raúl Pérez, tendrá una jerarquía importante

“Para mí es como jugar en la NBA -dijo el capitán, Agustín Creevy- es el torneo que soñé de chico, que siempre vi y al que siempre quise acceder”.

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“Nos vamos a preparar a conciencia, y como digo siempre -agregó Creevy- vamos a ir por el objetivo máximo. Como lo hacemos en cada uno de los torneos que jugamos, nosotros vamos para ganarlo. Si después se da o no, es por circunstancias de juego, pero el objetivo siempre es buscar llegar a lo más alto.”

“Para mí es un sueño, no sólo por jugar en el mejor campeonato del mundo, sino poder estar en Argentina, vivir y jugar en mi país, estar cerca de mi club, todo eso es impresionante y muy gratificante. Con respecto a Jaguares, es algo histórico también: que haya un equipo profesional argentino, en un torneo como éste en el que se juega el mejor rugby del mundo… Todavía hoy lo pienso y me emociona. Esto nos va a ayudar mucho, no sólo a unirnos como equipo sino a darle continuidad al mismo. Ahora, vamos a tener la oportunidad de seguir en franco crecimiento personal, de conocernos cada vez más en cuanto al juego y a estar más aceitados como equipo.
Si tengo que expresar algo por la capitanía, no tengo otras palabras para hacerlo: ser capitán es y representa para mí un orgullo gigante. Es muy importante en lo personal, muy gratificante, muy lindo y espero llevarlo con mucha honradez. Quisiera agradecerles a los entrenadores por el apoyo, y también a los jugadores. Esperemos que sea un gran año, de un crecimiento importante para todo el rugby argentino”, finalizó el captán argentino.

Lo mismo piensa el entrenador Raúl Pérez. “Vamos a buscar lo más alto posible. Lo importante es desarrollar nuestro juego”. Los Jaguares comenzarán a trabajar el 4 de enero, los entrenamientos serán en Buenos Aires y  habrá un par de amistosos de pretemporada antes del debut ante los Chiefs, el 19 de marzo a las 18 hs en el Estadio de Vélez Sársfield.

Super Rugby

Un reloj en la entrada de la Sede de la Unión Argentina de Rugby marca los días, horas, minutos y segundos que faltan para el primer partido. Como una cuenta regresiva ansiosa y expectante, se espera por otro torneo. Por ahora, las entradas se venden por un sistema de membresía que se publica en la web de la Unión. La TV está confirmada, el lugar y los horarios también. Hay mucho entusiasmo en los jugadores; nadie faltó a la presentación. Pumas de otras épocas también dijeron presente. La prensa desbordó la sala. Las cámaras de televisión y los reporteros gráficos trabajaron a destajo.

Un nuevo tiempo se viene para el rugby argentino. Un nuevo desafío que marca su crecimiento y su inserción a los tiempos modernos. El rugby nacional decidió, hace unos años, ponerse de pie, adaptarse al mundo y crecer. Y lo hace de manera inexorable.

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Hernán O’Donnell

Gennady Gennadievich Golovkin, la estrella del momento

El 7 de abril de 1982 los argentinos estábamos conmocionados, preocupados y atentos casi las 24 horas en la recuperación de las Islas Malvinas y la inminencia de la guerra que se presentaría pcos días después. Ya se había tomado Puerto Argentino, las negociaciones por la vía diplomática no avanzaban y las tropas inglesas se embarcaban rumbo al Atlántico Sur. Días de preocupación, de intriga e incertidumbre se acercaban.

Los deportes, que siempre son una pasión y una manera de distraerse, de escapar a la dolorosa realidad, nos llenaban con la inminencia de la Copa del mundo de la FIFA-España 1982 y los combates de boxeo que engalanaban las noches del Luna Park y otros rings del país: entonces brillaban Santos Benigno Laciar, Juan Martín Coggi, Juan Domingo “Martillo” Roldán, Gustavo Ballas, Ubaldo Néstor Sacco y Sergio Víctor Palma.

Era la Década dorada en el mundo, los gloriosos años ’80, donde brillaron Sugar Ray Leonard, Roberto “Mano de Piedra Durán”, Marvin “Marvelous” Hagler, Tommy Hearns, “Pepino” Cuevas, Alexis Argüello, asomaba Salvador Sánchez, Larry Colmes. Fueron, para los que asomábamos a la adolescencia, los mejores años del boxeo…

Ese 7 de abril, en la lejana Kazjistán, en la localidad de Karaganda, nacían dos niños gemelos, hijos de un minero ruso y de una madre coreana. Los llamaron Gennady y Maxim. Vadim y Sergei completarían los 4 hijos de la pareja. Kazajistán formaba parte, entonces, de la antigua Unión de Repúblicas Socialista Soviéticas (URSS) y Rusia, donde había nacido su padre, era una de las más grandes que la componían.

Sus hermanos mayores lo alentaron a la práctica del boxeo; en realidad, le proponían peleas desde muy chico, así a los 8 años ya comenzaba a medirse con chicos de su edad. Así se inició por este camino, aunque sus hermanos optaron por inscribirse en la armada rusa.

La tragedia invadiría a la familia, pues en 1990 Vadim murió en combate cuando defendía a Rusia y en 1994 fallece Sergei, también en lucha armada, aunque nunca hubo información precisa por parte del gobierno sobre cómo fueron esos desgraciados sucesos..

Gennady le había tomado el gusto al boxeo. También el gemelo Max. Creció y le dieron una beca de un programa olímpico para su desarrollo deportivo. Y obtuvo rápidos resultados: Como amateur conquistó el Campeonato Mundial en Tailandia, los Juegos Asiáticos en Corea del Sur, el Campeonato mundial en Budapest y una medalla de plata en peso mediano en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. Realizó más de 300 combates con notable suceso.

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A partir de 2006 se pasa al mundo profesional. Ya era otro boxeador; otra persona. Sabía a lo que se dedicaría y se puso los objetivos muy claros. Se trasladó a Alemania para desarrollarse en un país donde nada le faltaría. Perfeccionó el idioma; ya dominaba el kazajo y ruso, y hoy habla, además, alemán e inglés. Cuatro lenguas para el muchachito de sonrisa agradable y mirada respetuosa que comenzaría la senda de los boxeadores admirados arriba del ring y respetados afuera, como Sugar Ray Leonard u Oscar de la Hoya.

Esa es la cara de Gennady Gennadievich Golovkin: el hombre sonriente, educado, carismático. Dueño de una simpatía particular, de vida conyugal ordenada y respetuoso con sus adversarios.

Como le sucedió a muchos al comienzo de su carrera, pocos advirtieron el futuro promisorio que podría tener. Más bien surgían las críticas por un estilo prudente y poco atractivo. No renovó contrato con la empresa alemana Universum, que prefería otros pugilistas como Félix Sturm, y buscó nuevos horizontes.

El encuentro con Abel Sánchez le dio la “mexicanización” a un boxeo mecanizado de origen ruso; le mostró los videos de Julio César Chávez y lo convenció de que sería el Mejor del Mundo…Todavía recibe algunos golpes que podría eludir, pero está claro que ha mejorado su defensa y se muestra más combativo. Hemos contado en Ring Side como su encuentro con Sánchez fue vital para los dos; el entrenador pensaba retirarse en Big Bear y allí encontró el Kazajo el lugar ideal para entrenarse y lanzar, de modo definitivo, su carrera.

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Su vida profesional ya es conocida. Aquí está la otra cara de Golovkin. El hombre que respeta a sus adversarios, que entrena con toda seriedad, que buscó los caminos para llegar a la gloria, que adora pasar el tiempo con su esposa y su hijo Vadim, que domina cuatro lenguas, que ha incorporado su hermano Maxim a su grupo de trabajo, que sufrió la muertes de sus hermanos mayores y en febrero pasado un paro cardíaco también se llevó la vida de su padre, y con el dolor a cuestas debió presentarse en el mítico Madison Square Garden para enfrentar al australiano David Geale.

El hombre de la sonrisa y el respeto se transforma dentro del ring. Sigue la escuela de Leonard, Cuevas, de la Hoya. Caballeros de buenos modales, que, cuando suenan la campana se visten de guerreros indestructibles. En ese camino se encuentra Gennady Gennadievich Golovkin.

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Hernán O’Donnell