“Messi es insustituible e irremplazable pero pudimos disimular bien su ausencia. Cualquier equipo que sufra la baja de Leo no puede jugar igual, debe cambiar su funcionamiento, porque es el mejor jugador del mundo desde hace mucho tiempo”.
Así se refirió el entrenador del seleccionado nacional de fútbol, Sr. Alejandro Sabella a la ausencia de Leo Messi, tras la victoria de Argentina ante Italia, en el famoso Estadio Olímpico de Roma.
Argentina había superado una prueba importante: Jugar ante un rival calificado si su máxima estrella. El desafío implicaba poder observar el rendimiento individual y colectivo del equipo sin el “as de espadas”, tener una idea de como podían reaccionar los jugadores sin el guía futbolístico.
Y esto encerraba una incógnita en dos planos: el individual, y el colectivo. En el primero, no se advirtió una disminución en los rendimientos personales; al contrario, hasta hubo jugadores que lucieron más, como si se hubieran advertido que la ausencia de Messi los obligaba a tomar la bandera, a decir presente y a asumir el liderazgo. En ese rubro, Gonzalo Higuaín fue determinante. A sus habituales rendimientos positivos en el seleccionado, esta vez le agregó conducción, determinación y personalidad para ser el lider del conjunto. Convirtió un golazo, asistió a Banega para el segundo, y fue un faro permanente para sus compañeros.

También se puede mencionar a Mascherano, de rendimiento parejo y eficiente en cada una de sus presentaciones, más allá de los 10 jugadores que lo acompañen. Y Di María, de habitual recorrido veloz por la banda izquierda, le agregó un poco más de sacrificio a su tarea: “Ayudó mucho para suplir a Messi, que Di María hizo un trabajo extraordinario, le pedimos que haga otro trabajo del que hace en el Real Madrid, se sacrificó por el equipo y lo hizo muy bien”, dijo el entrenador.
Y en la defensa se vislumbran algunas certezas: Federico Fernández, es el dueño del puesto. Casi sin discusiones. Ezquiel Garay es el compañero de zaga elegido por Sabella. Podrá tener mayores cuestionamientos, pero todo indica que es el titular que eligió el entrenador. En esa posición, los que esperan su chance son Fabricio Coloccini y José Basanta, aunque este haya jugado de lateral izquierdo. Por la derecha actuó Campagnaro, aunque se presume que el titular será Pablo Zabaleta.
Atajó Mariano Andújar, aunque se estima que el titular es Sergio Romero. Lucas Biglia jugó un partido correcto; Erik Lamela fue intermitente, aunque su temporada pasada en la Roma fue tan buena que le mantiene el crédito abierto. Como lo tienen, en este plantel figuras enormes que se han ganado su lugar, tales los casos de Ezequiel Lavezzi y Sergio Agüero. Por allí camina un poco el futuro de la selección. Un equipo que debe saber dar pasos más allá de alguna ausencia circunstancial de su máxima figura.
Lo concreto es que el andamiaje colectivo se sostuvo. Que el equipo no se resintió con la ausencia del capitán. Que le pudo ganar a Italia en su casa, nada menos. En Roma y en el mítico Estadio Olímpico. Que tuvo momentos de buen fútbol y otros de sacrificio.
“Hicimos un partido bueno. El equipo fue muy solidario, tuvo carácter, fuerza de voluntad y jugó en función de equipo los noventa minutos, fue muy positivo”, dijo Alejandro Sabella.
Por ahí pasa un poco la cuestión. En esos valores que resaltó el entrenador para poder cumplir el enorme desafío de jugar sin Messi.
Hernán O’Donnell