Todo el entusiasmo y la euforia que nos despertó el inicio con el contragolpe letal que llevó a Matías Moroni al ingoal rival, cuando iban 2′, la revisión del TMO nos trajo a una dura realidad. La jugada fue invalidada por un golpe a la cara del jugador irlandés, Moroni fu amonestado y enseguida llegó el try de Jack Crowley quien logró también la conversión para poner a Irlanda adelante por 7-0, cuando iban 3′ de juego. El encuentro iba a ser tan duro como se lo imaginaba, aunque Los Pumas ofrecieron tanto corazón, que estuvieron cerca de la hazaña.

Irlanda se hizo fuerte en el campo rival, y a los 5′ armó una buena secuencia de ataque para que Mark Hansen marcara el segundo try local y pusiera a Irlanda arriba 12-0.
Era un duro comienzo, pero ligado a la realidad. Irlanda es uno de los mejores equipos del mundo. Tal vez, el mejor.
El local comenzó con Andrew Porter, Ronan Kelleher y Finlay Bealham; Joe McCarthy y James Ryan; Tadhg Beirne, Josh van der Flier y Caelan Doris (C), Jamison Gibson-Park y Jack Crowley; James Löwe, Robbie Henshaw, Garry Ringrose, Mack Hansen, Hugo Keenan.
Los Pumas formaron con Thomas Gallo, Julián Montoya y Joel Sclavi; Guido Petti y Pedro Rubiolo; Pablo Matera, Juan Martín González y Joaquín Oviedo; Gonzalo Bertranou y Tomás Albornoz; Bautista Delguy, Matías Moroni, Lucio Cinti y Rodrigo Isgró; Juan Cruz Mallía.

De a poco, Los Pumas se empezaron a meter en el partido. Con el trabajo de los forwards, la velocidad de los wines, Argentina empezó a jugar en campo rival. A los 11′ llegó el primer descuento con un penal de Tomás Albornoz. El partido quedaba 12-3.
Argntina ganó en confianza, y a los 17′ otro penal d Tomás Albornoz achicó la diferencia a 12-6. Aunque empezó a repetirse una constante del primer tiempo. Cada salida de Irlanda ahogaba a nuestro equipo en su campo, costaba salir y el local sumaba, como fue con el drop de Jack Crowley, que colocó el marcador 15-6.
Un penal del tucumano Albronoz, a los 25′, achicó otra vez el resultado: 15-9.
Pero era complicado el primer tiempo, y otra vez en la salida dominó el local. Joe McCarthy logrò apoyar, en otra acción destacada del segunda línea, de gran primer tiempo y buen partido global. Jack Crowley acertó la conversión e Irlanda avanzó a 22-9.

En el segundo tiempo, el corazón y la entrega de Los Pumas ofreció otra cara. Con una gran dosis de verguenza deportiva, Los Pumas jugaron de igual a igual, a partir del try de Juan Cruz Mallía, a los 46′, que con la conversión de Albornoz puso las cosas 22-16. Y la esperanza creció.
Sobre todo porque a los 49′ fue amonestado Mac Carthy y el penal siguiente fue convertido por Tomás Albornoz. El partido quedaba 22-19 y el local con uno menos.
El ingreso de Gonzalo García fue muy positivo, el equipo creció en el manejo de la pelota y consolidó la defensa. A los 51′ Franco Molina y Gomez Kodela ingresaron por Guido Ptti y Joel Sclavi. A los 52′, Thomas Clarkson entró por Finlay Bealham, en el conjunto europeo. Más tarde, a los 58′ Justo Piccardo remplazó a Lucio Cinti, Ignacio Ruiz por Julián Montoya, Ignacio Calles por Gallo y Santiago Grondona por Pablo Matera.

La segunda mitad del segundo tiempo fue vibrante. No se marcaron puntos, pero se jugó con alma y vida, con una Irlanda que doblegó su esfuerzo por consolidar la victoria, pero que chocó con una pared que fue la defensa de Los Pumas, con dos hombres para cada tackle, mucha concentración y una recuperación del balón sobre sus 22 yardas, que le permitió llegar al final con el balón y tiempo para intentar la jugada final.
Sin embargo, una entrada desmedida en un ruck de Gómez Kodela le costó la amonestación, a los 75′, y el equipo debió afrontar la parte final con un jugador menos.
Pero el equipo puso tanto corazón que terminó el partido con dominio territorial. Le dieron frescura los ingresados Santiago Carreras y Gonzalo García, no aflojó Rubiolo, Juan Martín González corrió hasta el final. El equipo Sometió a Irlanda en su campo, y poco le faltó para llegar al ingoal y revertir el marcador. Una infracción cerró el partido y no hubo posibilidad para la hazaña.
Pero el partido estaba hecho. Los Pumas pusieron en jaque a Irlanda, que ganó por el trabajo del primer tiempo, y luego sudó la gota gorda para mantener el resultado frente a unos Pumas feroces.

Hernán O’Donnell