Argentina mostró su lado más esplendoroso

Una exhibición. Que se podía imaginar, porque la Argentina había tenido muy buenos momentos en todos los partidos de la Copa América, pero el primer tiempo ante Colombia había sido brillante, más allá de no haber podido doblegar a Ospina.

Y ante Paraguay apareció la selección en todo su esplendor. Con un exclente arranque, enseguida dejó en claro que la noche de Concepción iba a ser para recordar. Leo Messi enchufado, desequilibrante, gambeteador…Un tiro libre suyo, a los 15 minutos le permitió a Rojo abrir el marcador. Enseguida, una habilitación exacta para que Javier Pastore definiera de modo excelso. 2 a 0 y la alegría que se teñía de celeste y blanco.

Arg vs Par 1

Sin embargo, el gol de Lucas Barrio achicó la ventaja y abrió un interrogante para el segundo tiempo. Duda que se disipó muy rápido, porque el “Tata” Martino mandó al equipo al ataque y una jugada individual de Messi le permitió a Di María convertir y repitió el rosarino tras una hermosa jugada colectiva. Enseguida, entonces, 4 a 1.

Arg vs Par 2

A partir de allí, la lluvia de goles y fútbol. Velocidad, dinámica, prepotencia ofensiva. Argentina arrancaba en los pies de Sergio Romero, salía con Zabaleta o Rojo, se proyectaba en Javier Pastore y Leo Messi y definía con Di María y el Kun Aguero. Un cabezazo perfecto del ex delantero de Independiente llevó la cuenta a 5 a 1. Nada detenía a la selección. El conjunto guaraní luchaba, corria, metía, pero no podía encontrar la pelota, el partido…No golpearon ni apelaron a las malas artes. Intentó Ramón Díaz con el ingreso del hábil Oscar Romero, pero no fue suficiente. Porque la albiceleste no daba ventajas, apretaba en todos los sectores y proponía un partido a todo vapor, sin pedir ni dar tregua. Por eso, cuando ingresó Gonzalo Higuaín, necesitó apenas 2 minutos para pescar una pelota en el corazón del área y cerrar el partido por 6 a 1.

Argentina tuvo una noche redonda, pletórica, contundente y deslumbrante. Llega a la final con el paso firme y una actualidad futbolística admirable. A un año de la triste tarde del Maracaná, el fútbol le ofrece, dentro de unos días, otra hermosa oportunidad.

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Hernán O’Donnell