¡Bravo, Talleres!

60.000 almas una noche fría de otoño. 60.000 corazones que se juntaron para darle un marco espectacular a un equipo y una camiseta que vibra y hace vibrar. 60.000 cuerpos que saltaron y bailaron, 60.000 gargantas que cantaron y gritaron…

Talleres de Córdoba regresó al Nacional B. Una categoría un poco más acorde a su historia y popularidad, luego de 4 años de oprobio y ostracismo en el Argentino A, un torneo hermoso para ver y disfrutar, para que sueñen aquellos que empiezan a crecer, pero no propio de semejante institución.

Una multitud acompañó a Talleres
Una multitud acompañó a Talleres

Y volvió Talleres. A  fuerza de empuje y de trabajo. A fuerza de acompañar al equipo en cada cancha del Argentino A, un torneo aún más complicado que el Nacional B, pues los viajes son constantes, los campos de juego más chicos y desparejos, y la condición de visitante se siente.

Ese recorrido le llevó 4 años. 4 años de peregrinación y sufrimiento, una prueba de fuego para los hinchas y los jugadores. Porque no fue un jardín de rosas, los sinsabores se hicieron presentes en cada una de sus frustraciones. Pero el equipo debía regresar. Porque así lo marcaba su historia.

Talleres III

La noche del 6 de mayo quedará en los libros como la jornada del regreso. La victoria sobre San Jorge (Tucumán) por 1 a 0 entrará en la galería de los mejores recuerdos. Pero es un eslabón más de una gran cadena de gloria deportiva.

Que comenzó allá por 1974, cuando de la mano de Angel Labruna, el cuadro cordobés sorprendió al país en un histórico desarrollo de los viejos y míticos “Nacionales”. Talleres contaba con Pablo Comelles, Héctor Artico, el “Hacha” Ludueña, el arquero Quiroga, Luis Galván, Ocaño…Y siguieron los años felices hasta el Nacional 1977. Un cuadrazo en el que brillaban el mencionado Galván, Miguel Angel Oviedo, José Daniel Valencia (los tres, campeones mundiales con la selección en 1978), y se sumaron el “Mono” Guibaudo, Bocanelli, la “Pepona” Reinaldi, Víctor Binello, Antonio Rosa Alderete, entre otros. Un campañón lo llevó a la final del campeonato. Enfrente, un grande continental: Independiente de Avellaneda. El primer partido fue empate, 1 a 1, en el viejo estadio de la Doble Visera. El desquite se jugaría en la Boutique. Por desajustes del calendario, los partidos finales se jugaron en Enero de 1978. Y la noche del 24, la que prometía ser una fiesta inolvidable, terminó en una de las peores pesadillas inimaginadas: Talleres ganaba 2 a 1, a Independiente le habían expulsado tres jugadores (Rubén Galván, Larrosa y Enzo Trossero) por protestar el segundo gol local, que había sido convertido con la mano por el wing Bocanelli.

Con todo eso a favor, parecía que el título se quedaba en Córdoba. Pero ingresó un duende del fútbol que tejió una vez más una historia de fábula: Ricardo Enrique Bochini construyó una jugada formidable, con Biondi y Bertoni, y marcó el gol del empate. Y por tener mayor cantidad de tantos en condición de visitante, el título cambiaba de manos: Ahora se lo llevaba ( y se lo llevó) Independiente.

Cuentan que la tristeza en la ciudad, en la provincia toda, fue infinita. Que la pena se apoderó de sus corazones, y más allá del ingreso definitivo a los torneos de la AFA por la resolución 1.309, en 1980, en el pueblo de Talleres la congoja duró mucho tiempo…

Pasaron grandes figuras: Alberto tarantini, Héctor Baley, Juan José López, se arrimó a una semifinal del Nacional de 1982, regresó Labruna como DT, surgieron futbolistas como Angel Comizzo, Mario Bevilaqua, Julio Buffarini…

Talleres IIEn todos ellos estuvo la fuerza del regreso. Y en ese peregrinar constante de su gente, el pueblo “Tallarín” que le dio sentido al esfuerzo y apoyó y acompañó durante 4 años ignominiosos para terminar en 60.000 almas, cuerpos y gargantas que se juntaron para acompañar, saltar y cantar por el retorno del gigante, una inolvidable noche de otoño.

 

Hernán O’Donnell

 

 

 

Martínez y Murray, con los guantes puestos

Un salón colmado de periodistas, fotógrafos, camarógrafos, boxeadores, allegados, dirigentes y personajes que adoran “pertenecer”. Al mejor estilo, Las Vegas, el combate por el Título Mediano del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), tuvo una presentación llena de luces, música y gente de todos los ámbitos. No faltaron las mujeres bellas y jóvenes, los admiradores, los periodistas de mil batallas y los camarógrafos de TV tensos y nerviosos.

En el medio, una enorme cantidad de gente poblaba la mesa principal: El promotor Lou Di Bella, el socio comercial de Maravilla, Miguel de Pablos; el manager de Martínez, Sampson Lewkowicz;  Osvaldo Bisbal (presidente de la FAB), Luis Abregú y el canadiense Antonin Decarie, quienes disputarán la pelea de semifondo, por el título Plata Welter del CMB, y  Ricky Hatton, ex campeón mundial, entrenador y manager de Murray.

Todos tuvieron tiempo de pronunciar algunas palabras; la mayoría de agradecimiento a los sponsors que hicieron posible esta velada. Luego de una larga hora de frases de circunstancia y protocolo exagerado, llegaron los protagonistas…

Martínez, encendido para la peleaPrimero ingresó el desafiante, Martin Murray. Con el rock fuerte de AC/DC, la banda australiana que conmueve al planeta al ritmo de su música, contrastaban esos duros acordes de “Highway to hell”, con el rostro sereno del retador.

“Lo conozco a Sergio, es una excelente persona – señaló Murray- pero vamos a estar los dos solos el sábado a la noche en el ring. Le agradezco haberme dado esta oportunidad, y le voy a demostrar al mundo que estaba preparado para este combate.”

Sergio Martínez se mostró encendido, locuaz, chispeante con muchas ganas de hablar.

“Perdón por toda la lata que tuvimos que escuchar”, comenzó Sergio en tácito reconocimiento por el aburrido comienzo de la conferencia. Es que todos habían ido a escuchar a los protagonistas. Y, al cabo de más de una hora, las palabras se iban en agradecimientos y publicidades de todo tipo. En definitiva, un reconocimiento a las empresas que apoyan la velada, aunque también existe una gran controversia por esto, pues son dos empresas estatizadas, a las que no les sobra el dinero ni cuentan con una holgada situación financiera para realizar el aporte que harán.

Dio las gracias “a todos los que vinieron”. Acomodó el micrófono, bajó la tapa de su ordenador y continuó: “La verdad es que me quedé pasmado. Pero bueno, aquí estamos, todos en la misma sintonía. Le doy las gracias a mi equipo, que trabaja tanto conmigo, y el sábado va a haber Knock Out!”.

En tanto, Maravilla se siente a pleno: “Me duele el codo, las manos, la rodilla, y mi cabeza está un poco loca, pero daré el mejor espectáculo”, señaló y estalló el salón aplausos.

“Se merecen un gran espectáculo, y lo daré. El boxeo argentino lucha por tener y mantener su buen nivel. Ojalá sigamos por este camino. Ojalá todos puedan tener las gans de soñar que tengo yo; si llueve, pues vamos a pasarlo bien igual. Vamos a aprender a nadar contra la corriente. En estos días estoy mejor que nunca y la alegría que tengo es inmensa.”

Le pidieron una foto formal y respondió con un guiño a la prensa: “No hay preguntas?”

Y se abrió el juego de ida y vuelta. Martínez quería hablar, aunque los que lo rodeaban preferían otra cosa: Aclaró como estaba del tobillo y la rodilla. “Estoy igual a como estaba en el combate de Chávez Jr.”

“Me siento rápido, fuerte, potente, poderoso…voy a hacer mi trabajo. Se que Murray está bien entrenado, pero trabajé más que nunca y estoy preparado para ganar por K.O. Me parece estupendo que Ricky Hatton confíe en su boxeador, pero si yo me agrando en el extranjero imaginensé como lo voy a hacer en mi casa, en mi propio patio”.

Y se perdió entre tanto ruido, preguntas al aire, intentos permanentes por cerrar la conferencia, las ganas de Martínez de hablar, las muchachas que le sacaban fotos con celulares, tablets, cámaras de última generación, los fotógrafos profesionales que no disimulaban sus nervios, los jóvenes que construyen un nuevo ídolo…Show, luces y promesa de knock out. Una típica conferencia de prensa de anuncio de una importante velada, de esas tantas que hay alrededor del mundo y muchos en la Argentina empiezan a descubrir…

 

Hernán O’Donnell

 

 

 

En la recta final…

Ya pasaron 10 fechas del torneo Final, quedan 9 y empiezan a definirse los candidatos al título, mientras la zona preocupante del descenso de categoría comienza a achicar el margen de error y aumenta el sufrimiento de los hinchas que padecen a sus equipos en la tabla de los promedios.

River se prendió en la pelea. Y, tal como lo marca su historia, es un serio candidato. Un equipo que tiene muchísimos títulos ganados, que ha sumado gloria a lo largo de sus más de 100 años de vida, comienza a recuperar su tradicional lugar en el fútbol argentino. El último puesto en la tabla del Apertura 2008, el descenso de categoría en junio de 2011 ya son un mal recuerdo. River se ha entreverado en la lucha y aparece como un gran favorito.

River quiere recuperar su historia
River quiere recuperar su historia

Claro que no pelea solo el campeonato. Lanús es uno de los dominadores; se respalda en la seriedad de su entrenador, Guillermo Barros Schelotto, en un arquero de primer nivel como Marchesín, una línea de zagueros sólidos como Goltz y Vizcarrondo, la polifuncionalidad de Izquierdoz, volantes de buen tranco como Ayala o de excelencia como Pizarro, delanteros de gol como Romero y toda la jerarquía de Mario Regueiro.

Newell’s demuestra que se puede jugar la Copa y el campeonato al mismo nivel. ha tenido, es cierto, algunas derrotas ruidosas, como la que sufrió en Paraguay ante Olimpia, pero mantiene un equipo ágil, fresco y veloz. El sueño del parque Independencia se respalda en la calidad de sus jugadores: Heinze, Verghini, Maxi Rodríguez, Pablo Pérez, Víctor Figueroa y el extraordinario “Nacho” Scocco.

El sol asoma en el Parque Independencia
El sol asoma en el Parque Independencia

Son los tres candidatos; creemos que de allí no sale el futuro campeón. Puede haber alguna sorpresa, pero los que vienen atrás (Atlético de Rafaela, Quilmes y Godoy Cruz) aún miran más la tabla de los descensos que la del campeonato.

Así las cosas, parece un juego de tres. ¿Se podrá sumar Racing? Depende de su propia decisión; un equipo que cuenta con un sólido arquero, varios jóvenes de enorme futuro y una inestabilidad emocional que lo lleva de la candidatura al exilio.

Este es el panorama. En dos meses, saludaremos al nuevo rey del fútbol argentino.

 

Hernán O’Donnell

…Y feliz domingo para todos!

Una jornada larga de sol, que comenzó con la dura caída de “Pico” Mónaco, en un partido desigual ante un Tsonga que jugó como el número 8 del mundo: arrancó con su saque, luego quebró y se adelantó 3-0. A partir de allí armó un festival de tenis, con variantes, solidez y un potente drive. Casi sin errores, el visitante marcó un total de 6-3, 6-3 y 6-0, y colocó la serie igualada en 2 puntos para cada equipo.

El día había arrancado complicado...
El día había arrancado complicado…

Pico puso todo. Pero se topó con un rival estupendo, que mostró su gran nivel y hasta declaró, en la conferencia posterior, que el juego del tandilense le calzaba justo para su juego.

Mónaco no puso excusas; aceptó la derrota y la superioridad del adversario.

Y Charly Berlocq tuvo que ponerse el equipo al hombro, salir a la cancha y jugarselá para intentar llevarse el punto en el partido definitivo. Nada fácil, pero con el apoyo constante de la gente que fue en buen número al Estadio Mary Terán de Weiss, sacó toda su garra para lucharle el partido a un jugador interesante como Gilles Simón.

Berlocq construyó su hazaña
Berlocq construyó su hazaña

Confió en su tenis. Jugó su propia final. Y logró “el triunfo más importante de mi vida”, como señaló en la conferencia de prensa. Charly llegó a la primera manga por 6-4 y sintió que podía.

No se rindió el francés; impuso su juego, ganó el segundo set por 7-5 y prometió un partido largo. Sin embargo, Berlocq mantuvo su habitual fortaleza mental y su juego potente de base mezclado con los drops que tanto le gusta ejecutar en los partidos.

Conquistó el tercero por 6-4 y avanzó muy rápido en el cuarto set: en un suspiro se puso 5-2 arriba y la cercanía de la victoria con el 15-40. Pero el saque de Simón funcionó y levantó dos match points. Tuvo otra chance en ese game, y sin embargo tampoco pudo definirlo: El francés se quedó con el juego, achicó a 5-3 y mantenía la esperanza. Además logró quebrar el saque del argentino y llegó al 5-4, descanso y a tratar de emparejar con su servicio.

Tres errores consecutivos lo dejaron 0-40. Berlocq, otra vez con triple match point a favor. Sin embargo, dos aciertos consecutivos del visitante achicó el resultado a 30-40 y los fantasmas asomaron otra vez…Sin embargo, en un juego donde los errores ajenos, a veces, tienen tanta o más importancia que los aciertos propios, un derecha cruzada de Gilles Simón se fue ancha y el estadio se conmovió mientras Berlocq desahogaba su angustia y destrozaba su remera en clara señal de festejo que contenía una gran angustia.

Final de brazos en alto
Final de brazos en alto

El error final de Simón desató la locura general: Un festejo alocado de Berlocq, el abrazo conmovedor de Mónaco, la alegría de todos, las rondas y el champagne, el agradecimiento de Jaite a “sus cabrones”, la salida de la cancha todos juntos y abrazados…

El sol salió el fin de semana en Buenos Aires. Acompañó el esfuerzo del equipo argentino. Alumbró la esperanza, iluminó el camino de todos, para que el esfuerzo mancomunado se tradujera en una victoria que se preveía difícil, para muchos inesperada.

El sueño de la Copa Davis sigue encendido. Esa “ensaladera” que ha tenido tantas “ensaladas” de escándalos y controversias en la historia tenística argentina que incluyeron peleas, rumores, desencuentros, otra vez está cerquita. Se llegó a semifinales. Por tercer año consecutivo. Por el esfuerzo de un grupo de muchachos muy unido y un capitán sensible, trabajador y muy sagaz. Y lo que pocos imaginaban sucedió: sortearon dos series que parecían muy desfavorables.

Por eso la ilusión sigue en pie. Y en septiembre se escribirá otro capítulo en Praga, ante la temible República Checa. Pero estos muchachos nos regalaron dos series victoriosas cuando muy pocos lo imaginaban. Por eso, aún es tiempo de crecer. Aún es tiempo de soñar.

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Hernán O’Donnell

¡Un sábado de super acción!

Volvieron a aparecer los duendes de la Copa Davis. Esos fantasmas misteriosos que todo lo pueden: elevar rendimientos, disminuir potenciales, revertir resultados lógicos, modificar rumbos de partidos.

Lo que se imaginaba como un partido favorable al dúo francés, en defintiva, uno de los mejores del mundo, terminó por ser una clara victoria argentina.

Argentina y un sábado triunfal
Argentina y un sábado triunfal

El comienzo fue equilibrado con Benneteau y Llodrá en buen nivel, pero con respuestas claras del doble argentino. Recién en el octavo game consiguieron el quiebre los visitantes y tras adelantarse por 5-3 mantuvieron el servicio y cerraron la manga por 6-3.

“Había sido parejo”, dijo Nalbandián en la conferencia de prensa posterior. Es que un quiebre inclinó la balanza para los franceses. Y el segundo set fue parecido, cerrado, donde Argentina tuvo lucidez y firmeza en el tie break para ganar por 7-6 e igualar en sets el partido.

En el tercero, creemos, se dio el quiebre emocional y psicológico del partido. Los argentinos entendían que estaban ante una dupla poderosa, tal vez superior a ellos. Pero que si jugaban con los dientes apretados, concentrados y con su mejor tenis, podían ganar. Siempre confiaron y se aferraron a ese pensamiento. Por eso cuando Francia se adelantó 4-1 tras un quiebre, y luego estuvo 5-2, no perdieron la paciencia ni la forma de encarar el partido. Porque la visita estuvo a punto de llevarse el set, muy cerca de quebrar en el octavo game. Argentina mantuvo la cordura, lo levantó se colocó 3-5, a un sólo quiebre. Que llegó en el game siguiente, entonces del 4-5 se pasó enseguida al 5-5, volver a quebrar para descansar con el 6-5 a favor y el saque para definir.

No fallaron Nalbandián y Zeballos: 7-5 el tercero y el dominio psicológico de un partido a su favor. Francia, que estuvo a muy poco de colocarse 6-2 a favor, perdía esa tercera manga por 7-5: desconcierto, y abatimiento eran los síntomas claros que enviaban los jugadores visitantes.

Un triunfo que invita a soñar
Un triunfo que invita a soñar

Cuando comenzó el cuarto set la imagen de cada dupla era bien contrastante: Agrandados (en el buen sentido) y ganadores se mostraban los argentinos. Desorientados, los franceses, ni siquiera mostraron signos de rebeldía para jugarselá, para variar, para atacar, para intentar la heróica de ‘matar o morir’…Se entregaron, mansos, a los latigazos que sacaban los locales. Zeballos, en ese momento, creció hasta convertirse en la gran figura de la definición.

El sol saludó la victoria
El sol saludó la victoria

La jornada había comenzado fría, muy ventosa y nublada. Parecía que iba a ser una dura contienda, como fue en los momentos iniciales. Con un rival aceitado, una dupla fantástica que esta vez se diluyó con el correr de las horas. Es que aparecieron los duendes de la bendita Copa Davis, esos hechiceros que transforman lo imposible en algo real, como lograron transformar un sábado de nubarrones negros y amenazas de lluvia, en una tarde cálida, soleada y triunfal.

 

Hernán O’Donnell

 

Por ahora, una serie de suspenso

Lo que muchos pedían, especulaban, calculaban y hasta predecían, sucedió: el viernes de abril se cerró en Parque Roca con la serie igualada en 1. Entonces, el suspenso en este match entre Argentina y Francia por los cuartos de final de la Copa Davis se mantendrá hasta el domingo.

Fue un viernes cálido de otoño. Con una brisa permanente que recorría el Estadio Mary Terán de Weiss, un sol que progresó en su protagonismo con el correr de las horas y el penoso recuerdo de las inundaciones recientes hecho frente con una cadena solidaria conmovedora. Porque a la inacción política, al cruce desubicado de acusaciones y a las miserias de quienes pretendieron sacar ventaja de esta situación, la respuesta de la gente (común) fue de una nobleza que muchos gobernantes no pueden comprender.

La ceremonia de Apertura del viernes 5 de abril
La ceremonia de Apertura del viernes 5 de abril

 Ante muy poca gente, dio inicio la serie con el partido entre Charly Berlocq y Jo-Wilfried Tsonga. Que tenía al francés como claro favorito. Por las distancias lógicas de jerarquía que marcan uno y otro ranking: el número 8 del mundo visitaba al 71. Pero, como siempre, la Copa Davis tiene esos misterios insondables, esa magia que la transforma en una competencia única, sorpresas y epopeyas que nadie puede explicar. Rendimientos que alteran su ritmo habitual sin ningún tipo de razón…Berlocq comenzó el partido con todos esos duendes alrededor: quebró al francés en su primera servicio, se adelnató 2 a 0 y ya no lo pudo alcanzar en ese primer set. Lo ganó por 6-4, con un juego sólido, consistente y atrevido ante un visitante que lucía errático y adormecido. Hasta que se soltó la fiera: Tsonga se sacó el gorrito, sacudió la transpiración y comenzó a variar su juego: Mostró todo su repertorio en dos sets muy rápidos, que se los llevó por 6-2 y 6-3.

Tsonga se llevó el primer punto
Tsonga se llevó el primer punto

 Se tomó un respiro en el cuarto set, Berlocq continuó con su garra habitual y alcanzó la manga por 7-5 para obligar a un quinto parcial que mostraría, otra vez, la intensidad y variedad de juego del francés: 6-2, y a otra cosa.

“Pico” Mónaco salió a jugar con una carga emocional muy grande: La situación de muchos amigos de La Plata, que no la pasan bien por el reciente temporal; la seguidilla de derrotas en el circuito; un año complicado; y el “stress” habitual de la Copa Davis.

Tuvo un primer set cambiante en su desarrollo, que estuvo cerca de perderlo, pero que finalmente alzó en el tie break. Era 7-6 y la tranquilidad de encaminar el partido.

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Luego se soltó: 6-2 el segundo parcial, con cierta comodidad…Y el cierre que todos esperábamos: Ante un Gilles Simon que mostró sólo destellos de su talento, disminuído desde el punto de vista físico a partir del segundo set, sin terminar de soltarse nunca ni meterse en el partido, el francés se entregó solito al caracter y juego firme del tandilense. 6-4 el tercero y las rodillas que rozaron la aspereza del polvo de ladrillo para volver a sentir el sabor de la victoria…

Mónaco tuvo una tarde feliz
Mónaco tuvo una tarde feliz

Otra vez el dulce sentir del éxito. Otra vez saludar al público argentino con el triunfo apretado al pecho.

Se suponía una serie dura, desfavorable, incómoda. Pero ahora, hay que pensar en un sábado complicado pero que puede tener alguna sorpresa. Y saber que pase lo que pase, hay que esperar hasta el domingo. Porque esta serie con Francia, promete ser de suspenso…

 

Hernán O’Donnell

La ilusión que nos condena

Amanece el equipo. Como en el clásico tema de “Pier”, aparece con ganas de pegar un grito. Un grito de esperanza y de optimismo. La selección argentina fue a la altura de La Paz y se trajo un punto de oro, que le permite mantenerse en lo más alto de la tabla sudamericana y ya más cerca de la Copa del Mundo FIFA-Brasil 2014.

Recuerdos ingratos de aquel mortificante 6 a 1 encontró a varios jugadores con ganas de revertir aquella triste tarde y convertirla en una hermosa ilusión, que nos condena a todos.

Angel Di María, el primero. Porque le tocó vivir (en la eliminatoria pasada) una expulsión prematura, dolorosa, que lo cargó de responsabilidad en esa derrota. Y ahora fue el “héroe” de La Paz. El mejor jugador, el que más corrió, el más sacrificado, el más destacado.

Javier Mascherano también pudo tener su desquite con una tarde euqilibrada, positiva.

Y Leo, claro. Que no convirtió, pero que siempre fue un imán para propios, extraños y para los de afuera. Aún sin aire, con los efectos de la altura que lo mareaban, se las ingenió para meter pinceladas de su talento inigualable. Y preocupar siempre.

Argentina vs Bolivia 2013Y Sergio Romero, cada vez más firme en el arco. De impecable noche ante Venezuela y mejor aún frente a Bolivia. En el arco, titular indiscutido.

Y Banega, que cuando no juega Gago, se le parece mucho. Y Basanta, que cumplió. Y el esfuerzo de todos. El corazón para estar presentes, cuando el cuerpo ya no da…

Argentina jugó prolijo y ordenado. Pasó algunos sofocones al comienzo, equilibró sobre el cierre de la primera etapa, y en el complemento aguantó a pie firme hasta contar, de contragolpe, con las situaciones más claras para ganar.

“Los jugadores a nivel individual y a nivel de conjunto, hicieron un partido muy bueno”, señaló el entrenador Alejandro Sabella.

“Pasamos de un moderado optimismo a un optimismo mayor, pero todavía tenemos que clasificar. Hay que tener cautela. Tenemos que ir de a poquito con la misma humildad que tienen los jugadores. Pensaremos en los próximos partidos que son difíciles”, agregó el director técnico argentino.

Y añadió: “Pasamos de un moderado optimismo a un optimismo mayor, pero todavía tenemos que clasificar. Hay que tener cautela. Tenemos que ir de a poquito con la misma humildad que tienen los jugadores. Pensaremos en los próximos partidos que son difíciles”.

El equipo fue eso. Un equipo. Duro, solidario, sacrificado. Un rival y un lugar que siempre fueron difíciles para el fútbol argentino. Pero el equipo amaneció. Y propone muchas ganas de pegar el grito. Porque nos alimenta una enorme ilusión, que de modo irremediable nos condena a confiar y soñar.

 

Hernán O’Donnell

 

 

Para que doble la pelota…

Alejandro Sabella integraba el cuerpo técnico del seleccionado argentino que conducía Daniel Passarella cuando tomó preponderancia el tema de la altura geográfica en los partidos de fútbol.

La Argentina, en esos años ’90 jugó varios encuentros en lugares muy elevados del nivel del mar, y a partir de un resultado (y la explicación del entonces entrenador) se generó toda una controversia que terminó en discusiones, frases célebres, polémicas, chistes y ¡hasta el nombre de un programa radial!

El equipo albiceleste había caído con Ecuador 2 a 0, y Passarella dijo: “La pelota (en la altura) no dobla”…en referencia a la falta de efecto, o movimiento por la resistencia del aire. Desde allí se generó un gran debate, que incluyó una nota de este autor en el Diario La Nación con aquel título, “Para que doble la pelota”, en la cual se investigaba cual era el mejor método de afrontar el partido en La Paz, Bolivia.

Alejandro Sabella, Técnico de la Selección Argentina.
Alejandro Sabella, Técnico de la Selección Argentina.

No resultó del todo cómoda aquella excursión. Terminó envuelta en un gran escándalo con el corte de Julio Cruz no muy bien aclarado, una batahola generalizada en el campo de juego, con corridas y golpes que desataron un escándalo, retiro del equipo argentino mientras caía en el campo de juego, y derrota consumada en los escritorios oficiales.

Ahora, la Argentina de Sabella se prepara para un nuevo desafío. Un partido díficil por ese asterisco, el de la altura, pero que convendría capitalizar, para que tenga valor la victoria con Venezuela  y el mundial esté más cerca.

Bolivia vs ArgentinaPor eso se prepara una estrategia especial: Esperar, tomar aire, salir de contra. Y la táctica tiene varios nudos: viajar a Santa Cruz de la Sierra, aguardar en el llano, llegar sobre la hora del partido. Poner a los mejores desde el punto de vista físico. Y no arriesgar a quienes no están bien: El mediocampista Fernando Gago quedó desafectado del plantel debido a una fatiga muscular en el muslo derecho. Se pierde un jugador valioso, pero no se lo arriesga de manera innecesaria.

Se piensa en un 4-4-2; o en un más conocido 5-3-2. Este esquema táctico ya lo utilizó Alejandro Sabella. Lo hizo en todos los enfrentamientos con Brasil. Y cree que puede ser el adecuado.

La selección viaja a La Paz. La espera un rival duro y la complicada altura. Sumar, será una buena recompensa.

 

Hernán O’Donnell

 

Argentina, tres pasos adelante

Fue un partido impecable, con algunas cosas para revisar y corregir, pero con muchos factores para destacar y elogiar.

Argentina resolvió de modo muy sencillo un encuentro que, en la previa, se podía entender como complicado. Sobre todo por el crecimiento de Venezuela, por su mejoría, por la capacidad de su técnico y su evolución psicológica.

Sin embargo, estos factores quedaron minimizados cuando el balón comenzó a rodar. Muy firme Mascherano, espléndido Gago en su amplio rol de recuperador y generador de juego, veloz y sacrificado Lavezzi, voluntarioso Zabaleta en cada subida, y la magia deslumbrante de Messi en cada intervención.

Argentina tuvo el control total de la pelota en el primer tiempo. Y bastó con que Gonzalo Higuaín contara con su primera oportunidad, para que mostrara toda su jerarquía y la tradujera en gol. Con el partido 1 a 0 Argentina monopolizó la tenencia del balón, creció Montillo, se asoció bien en el juego (de una buena combinación de Walter con Leo Messi nació la habilitación a “Pipita” para el el primer gol), y el dominio fue total.

El Monumental vibró con el seleccionado
El Monumental vibró con el seleccionado

 Venezuela estaba atado y confundido. No podía salir de su campo. No encontraba la pelota y apenas le alcanzaba para intentar contener los avances locales.

Llegó la jugada del penal, el acierto de Leo Messi y el gol que sellaba el rumbo del partido, aunque aún restaran más de 45 minutos.

En la segunda parte, un poco más de lo mismo. A los 14 del complemento llegó la habilitación de Messi, la definición estupenda de Higuaín y el 3 a 0 que sentenciaba el resultado.

Salió un poco Venezuela, y hasta contó con alguna llegada peligrosa. La más clara fue un remate dentro del área con mucho olor a gol, pero apareció la extraordinaria reacción de Sergio Romero y rechazó el tiro cuando parecía que llegaba la conversión.

Allí aparecen algunas dudas: la defensa no termina de mostrar solidez, se vio en algún momento de desborde y habrá que trabajar aún más en ese sector: en algún momento se efnfrentarán a delanteros como Olivier Giroud, Wayne Rooney, Podolsky, Mario Gomez, Neymar, Balottelli, David Villa, Falcao, Teo Gutiérrez…

Argentina ganó y dejó una buena imagen. Fue muy superior a su rival, lo dominó, lo maniató y supo liquidarlo. Con la paciencia de la que hablábamos en la previa. Con la categoría de sus estrellas. Y el camino a Brasil 2014 parece cada vez más corto…

 

Hernán O’Donnell

 

La Selección va por los tres puntos

Llegó el día del partido. El seleccionado nacional ya debe salir a la cancha. Venezuela enfrente, y el Estadio Monumental otra vez aloja al combinado albiceleste.

Está todo dado para hacer un gran partido; mucha gente para alentar, un equipo lleno de figuras, la presentación estelar de Leo Messi, Gonzalo Higuaín, la explosión que suma Ezequiel Lavezzi y la habilidad de Walter Montillo para desequilibrar.

Argentina, esta noche, frente a Venezuela en el Monumental
Argentina, esta noche, frente a Venezuela en el Monumental

Y enfrente, la nueva Venezuela. La selección que ya dejó de ser la Cenicienta de Sudamérica. Un equipo que creció mucho en los últimos años. Desde que decidieron dejar de ser partenaires, para ser protagonistas. Venezuela contrató a José Omar Pastoriza, el recordado Pato, quien comenzó el ciclo con un cambio profundo de mentalidad. Dejar de ser meros espectadores, crecer, animarse, empezar a ganar.

Así, comenzaron a desandar un camino que los llevó a ganarse el respeto internacional. Y lograron cosas importantes: la última, una muy buena actuación en la Copa América Argentina 2011, donde el seleccionado vinotinto les dio un dolor de cabeza a más de uno.

Y ahora marchan cuartos en la tabla clasificatoria, con la esperanza de llegar a la Copa del Mundo FIFA – Brasil 2014. Para eso deben continuar por esta senda.

Los Vinotinto, arribaron a tierra albiceleste el lunes y se instalaron en el predio de Estudiantes de la Plata, lugar donde trabajaron tres días a doble turno y consiguieron afinar todos los detalles para este importante partido.

“Siempre hay una primera vez”, ha repetido César Farías como mensaje motivador antes del partido de esta noche en Buenos Aires. Es que Venezuela nunca ha podido siquiera empatar ante Argentina de visitante.

Es cierto que le ha ganado en condición de local en la primera ronda; tanto como que este ciclo que, decíamos, comenzó Pastoriza, luego siguió con Richard Paéz y ahora Farías, ha tenido mojones interesantes: En 2001 la Vinotinto derrotó a Chile en Santiago, en 2004 sorprendió a Uruguay en el mismísimo Estadio Centenario, en 2008 Brasil cayó en un amistoso en Boston y durante 2011, en Puerto La Cruz, lograron vencer a la Argentina.

“No es imposible ganarles otra vez”, afirmó durante la semana Andrés Túñez. Es que Venezuela tiene optimismo. Y quiere creer. Por eso se anima, como lo hace el volante Tomás Rincón, un jugador de gran despliegue y potencia física: “”Puede ser el mejor jugador del mundo pero yo le voy a querer comer los tobillos”, declaró sobre Messi el mediocampista de Hamburgo. “Yo no digo que haya que faltarle el respeto; lo que tenemos que entender es que dentro de la cancha tanto Messi como yo, somos seres humanos y la pelota es redonda para ambos”‘, sentenció el volante.

Allí está Venezuela. Envalentonada y con fe. Atrás quedó el equipo débil que caía con todos sus adversarios sudamericanos.

La Argentina tiene equipo, individualidades y capacidad colectiva para llevarse la victoria. Deberá tener paciencia, orden y concentración. Saber que el partido dura 90 minutos (y algo más…) y enfrente habrá un rival dispuesto a esperarlo en su campo y salir rápido de contragolpe para dar el batacazo.

Pero si los músicos están finos, y la orquesta bien arreglada, la canción de la victoria debería sonar a orillas del Río de la Plata…

 

Hernán O’Donnell