Atlanta puso fútbol y coraje para llevarse lo que merecía

El Campeonato de Primera Nacional “Islas Malvinas” 2022 promete ser largo, duro y apasionante. Competitivo y extenuante. 37 equipos a enfrentarse todos contra todos, en una sola rueda, pero casi tan larga como los viejos torneos de 20 conjuntos a ida y vuelta con lo cual cada participante jugaba 19 encuentros de local, 19 de visita y sumaba 38 en total. Casi la misma cantidad de ahora, pero desarrollados en un solo enfrentamiento. Y con el premio mayor para el que finalice primero, que es el ascenso a la Liga Profesional, mientras que del segundo al decimotercero van a un torneo reducido que también promete ser apasionante y demoledor. La ventaja para el segundo es que ingresa en semifinales, y el tercero lo hace desde cuartos de final. Del cuarto al decimotercero, empiezan los juegos de octavos de final.

Claro que no todo será un jardín de rosas; los dos últimos de la tabla, descienden. Sin promedios, con lo cual el año es crucial y el arranque decisivo para no jugar contra el conocido y temible “fantasma” del descenso.

En eso están los equipos, y Atlanta y Güemes, sueñan con el premio mayor. Por lo menos, con el ascenso. Y en la tarde calurosa de Villa Crespo el local supo revertir un resultado adverso y un partido complicado, bajo un calor intenso que en el campo de juego se sintió mucho más.

Porque Atlanta ganó sobre el final, es verdad. Pero lo mereció. Fue mucho más que su rival en el primer tiempo y también en el segundo, aunque allí la diferencia se achicó un poco. El equipo de Walter Erviti fue el dueño de la tarde y fue justo que se quedara con la victoria.

Porque había sido más en el inicio. Con las líneas bien adelantadas, la salida prolija desde el fondo a través de los laterales, Alejo Dramisino y Augusto Gallo, el manejo de Maxi gonzález en el centro del campo, la conducción de Juan Galeano por derecha y Pérez Godoy por izquierda, y los tres delanteros, el recuperado Julián Marcioni, Klusener y Edilio Cardozo, el equipo se hizo sentir. respaldado por su arquero, Sumavil y los dos centrales, Alan Pérez y Rodrigo Colombo.

Así, a los 10′ llegò a través de Cardozo, pero su centro fue contenido por Joaquín Papaleo, arquero visitante. Güemes presentó una clásica línea de cuatro con Juan Salas, Gabriel Fernández, Pucheta y Gabriel Lazarte. Tres volantes, Tomás Assennato, Luis Jérez y Mario Juárez, a los que se sumaba Marcos Fernández cuando el equipo perdía la pelota para armar una doble línea de cuatro, y Juan Muriel Orlando y Claudio Salto en el ataque.

Pero le costó mucho a la visita hacer pie en el primer período. Atlanta se había adueñado del balón y sumó muchas situaciones para convertir. A los 21′ Klusener giró sobre la media luna y sacó un remate que se fue cerca; a los 25′ fue Edilio Cardozo quien disparó desde lejos y Papaleo sacó a un costado. Más tarde, a los 27′, Cardozo se fue por izquierda, puso el centro atrás y Galeano abrió demasiado el pie, por eso su tiro se perdió por el lateral, cuando era una chance factible. A los 29′ tuvo un remate alto Cardozo y Dramisino llegó a los 36′, pero su disparo salió alto tras una buena jugada colectiva.

Güemes llegó al área rival recién a los 44′ del primer tiempo. Fue en un pelotazo para Claudio Salto, pero Dramisino le ganó la posición, aunque al caer en el área el balón le dio en la mano, en una jugada controvertida.

Y si el primer tiempo había sido atractivo, el complemento se llenó de emociones. a los 15″ de juego Marcioni apuró la salida del medio del rival, cedió a Klusener, y Papaleo sacó su tiro al corner. Aún se acomodaban los espectadores tras el descanso y el partido entraba en ebullición.

Güemes reaccionó y se empezó a acercar al arco local. A los 47′ Salto sacó un remate que pasó cerca del palo derecho de Sumavil; a los 52′ fue Juárez el que disparó y respondió el arquero “Bohemio”. Hasta que llegó el golpe.

Iban 56′ cuando Orlando cabeceó al arco local, Sumavil pudo rechazar pero el rebote le quedó a Tomás Assennato quien, con un tiro cruzado, puso el 0-1 a favor de Güemes.

De pronto, y sin merecerlo, Atlanta se encontraba abajo en el marcador. Entonces Walter Erviti determinó tres modificaciones, a los 62′ de juego: Frabricio Pedrozo entró por Julián Marcioni, Ramón Fernández reemplazó a Cardozo y Franco Perinciolo ingresó por Augusto Gallo. Para colmo, cuando iban a reanudar, a los 65′, Pérez Godoy no pudo continuar y fue reemplazado por Matías Molina.

El local quedó con Molina, Alan Pérez, Rodrigo Colombo y Perinciolo; Maxi González en el centro del campo; más arriba Galeano, Dramisino, Ramón Fernández y Fabricio Pedrozo, y bien de punta, Klusener. A todo o nada, volcó toda la carne en el campo rival.

Pablo Martel, entrenador del conjunto de Santiago del Estero, propuso los primeros dos cambios a los 70′ del partido; Facundo Melivilo por Marcos Fernández y Veliz por Orlando.

Pero el final tenía más emociones guardadas; a los 76′ Gabriel Fernández despejó con la mano y el árbitro sancionó penal y segunda amarilla para el zaguero visitante. Empató Klusener, desde el punto de penal, a los 78′ y el encuentro quedó 1-1, aunque la visita con un hombre de menos.

Por eso Pablo Martel determinó que Olivares ingresara por Claudio Salto, a los 78′, para recomponer la línea de cuatro defensores. Güemes quedó, de esta manera, con un 4-4-1. Pero ya muy retrasado en campo de juego.

La última variante en el equipo “Bohemio” iba a ser a los 80′ cuando Erviti entendió que era el momento de sumar gente en ataque y buscar la victoria ante un rival en inferioridad numérica. Por eso dispuso que Juan Bisanz ingresara por Alejo Dramisino.

Y le dio frutos muy rápido, porque a los 81′ Ramón Fernández cruzó un pelotazo largo y preciso para la entrada de Bisanz, este cedió al medio de cabeza, y Klusener, quien entró como una tromba, puso el 2 a 1 para Atlanta.

El Estadio “Don León Kolbowski” estalló de alegría y de angustia contenida. El “Bohemio” había logrado revertir el marcador.

Martel intentó una reacción y a los 84′ dispuso que Ramón Lentini ingresara por Assennato. Güemes se volcó al ataque. Ya en el descuento tuvo un tiro de esquina a favor y los diez jugadores se metieron en el área a la búsqueda de la igualdad. Incluído el arquero Papaleo. Pero el tiro de esquina fue despejado por la defensa y el “Melli” Juan Bisanz tomó el balón solo en su campo, emprendió una larga corrida con él, cruzó todo el campo y ya dentro del área rival y con el arco despejado remató para convertir el 3 a 1 a favor de Atlanta a los 90+4′ de juego.

Fue el broche de oro para una tarde feliz en Villa Crespo. El equipo supo remontar el marcador, poner fútbol y coraje, y apagar el calor de la tarde con tres tantos que se gozaron como una bebida helada, cuando el campeonato empieza su marcha que promete ser dura, pareja y muy exigente.

Hernán O’Donnell