El Mundial se acerca y cada partido es una cuota del pasaje

La noche del viernes fue movida, intensa y sorprendente. La impecable recuperación de panamá ante Paraguay, y la caída inesperada y abultada de Argentina frente a Venezuela, abrió la esperanza de un sábado de súper acción. Panamá logró una victoria que solo se vio comprometida en el primer cuarto, pero que luego, en los tres períodos siguientes, fue amplio dominador, ante Paraguay. Y debió medirse ante una Argentina herida.

El primer turno del sábado fue para Paraguay y Venezuela. El conjunto guaraní, con tres caídas consecutivas, iba por quebrar ese récord negativo; Venezuela, por la confirmación de su momento.

Y fue una victoria lógica, clara y contundente de Venezuela. Sacó una ventaja decisiva de 21-9 en el primer cuarto, y luego reguló, con manejo, consistencia y suficiencia. Paraguay fue un cúmulo de voluntades, pero tuvo pocas oportunidades, le costó mucho llegar a posiciones ofensivas y poner la bola a tiro de ejecución.

El final fue 97-48 para Venezuela, que se llevó dos victorias importantes en su gira por Buenos Aires y se clasificó a la siguiente ronda.

Después, en el segundo turno y a estadio lleno, se presentó el local, la Argentina. Con la obligación de llevarse el triunfo ante Panamá. Y le costó. Porque jugó un primer cuarto errático, más allá del inicio con un triple de Carlos Delfino, su principal figura. Pero Panamá, con el trabajo conmovedor de Ernesto Oglivie, secundado por Eugenio Luzcando y Eric Romero, con toda la sabiduría y experiencia de Flor Meléndez en la conducción técnica, se las ingenió para hacerseló bien duro. Los primeros cinco minutos fueron 10-8 para el local y se cerró el tiempo con un parcial de 19-14 a favor de Argentina.

Bajo porcentaje de puntos, poca profundidad y déficit en el juego fue la Argentina del segundo cuarto. Arrancó con un triple de Mata, pero luego se desdibujó y Panamá se llevó el segundo parcial, y no solo ese período, sino que logró pasar adelante en el resultado. A 1′ de finalizar el segundo cuarto, Panamá se adelantó por 31-32, y lo cerró con un 33-34. Complicado para Argentina, que debió prescindir de Nicolás Romano, con un problema en el tobillo que ya no le permitió continuar.

El tercero también fue favorable a la visita. Sostenido en Trevor Gaskins, Oglivie, Luzcando, Ayarza y Romero, Panamá dominó el período y la preocupación se metió en el estadio, hasta que un triple de Carlos Delfino provocó el estallido del público, otro tiro de tres del santafesino revirtió el marcador a 47-46, pero igual Panamá fue certero para llevarse el período y cerrarlo con un 49-51, al margen de una gran tapada de Marcos Mata sobre el cierre

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El partido se abrió sobre el último cuarto; el triple de Carlos Delfino, que llevó el score a 55-52, luego el buen triple de Marcos Mata, para adelantarse 61-52, fue el mejor momento de Argentina. Porque encontró el aro y durante varios minutos la defensa fue eficaz.

Ya no tuvo Panamá claridad para llegar a la zona pintada y no encontró los caminos para rematar al cesto. Y Argentina facturó. El triple de Nico Brussino a 56″ del final fue clave, porque el local quedó 64-58 y luego Gaskins perdió un balón importante, con lo cual el final se cerró con cierta tranquilidad, amén de la recuperación de Nicolás Aguirre y un tiro simple que puso el definitivo 65-58 para la Argentina.

El público se fue feliz por la victoria y por ver otra vez de cerca a sus ídolos. Cantó y celebró una noche de triunfo, pero el balance deja mucho por trabajar, por corregir y por analizar.

Se ganó, y vale camino al Mundial. La noche del sábado se cerró, al final, con alguna tranquilidad. Afuera, la tormenta esperaba la salida presurosa de una hermosa noche de Basketball.

Hernán O’Donnell