El guerrero no se rinde

Así en la victoria como en la derrota. Entero, enérgico. El “Cholo” Diego Simeone vivió en una semana los dos sabores que el fútbol puede brindar: Ganar y perder. Salir campeón y caer en una final.

Y en los dos actos mostró su indomable caracter, su fuerte personalidad, su enorme entrega para el fútbol. Su pasión. El mismo Simeone de siempre. Sin perder su esencia.

Diego SimeoneSe sentó en el banco a degustar el empate con sabor a victoria de campeonato en el Nou Camp. Esa igualdad ante el Barcelona lo consagraba como el mejor de la Liga Española. Y sonrió. Y tomó un poco de distancia para disfrutar aún más esa miel del triunfo. Esperó unos segundos, luegos se puso de pie y aplaudió. A sus jugadores, a los adversarios, a sus hinchas y a los simpatizantes del Barcelona. Todo en un mismo acto.

Enseguida tuvo que armar el partido final de la Champions League. Una finalísima en Lisboa, ante el rival más rico e histórico. El Real Madrid aguardaba con todas sus figuras, sus millones y su historia de grandeza.

Pero los “Colchoneros” del “Cholo” no se la hicieron fácil. Lucharon y pelearon cada segundo de ese partido. Consiguieron una ventaja en la primera etapa y se volcaron a la defensa heróica en el complemento. A aguantar y sufrir. A dejar la vida en cada balón. Es cierto que el dominio del Madrid se hizo extensivo en el tiempo, y dominó y empujó al “Aleti” hasta asfixiarlo en su propia área. Cuando el tiempo finalizaba y parecía que la resistencia colchonera abrazaría la campana de la victoria, un cabezazo de Sergio Ramos decretó la igualdad, forzó la prórroga y despertó la intuición de que la gloria había pasado por la puerta del Atlético de Madrid pero ya no se detendría. Nos embargaba una sensación de mayor entereza del Real Madrid, que se volcaría (como sucedió) en el marcador.

gol de Sergio RamosEl final llegó con la seguidilla de goles del Madrid, la reacción intempestiva ante una acción del zaguero francés Varane, y un pequeño escándalo dentro de la cancha, que se podría haber evitado.

“El fútbol es maravilloso por esto. Muchas veces nos enseñan que el ganar es todo, pero la muestra de apoyo de la gente te hace ver y clarificar un poco que no sólo existe esa parte. Hoy les dije a los jugadores que el partido no merece una lágrima porque cuando uno da todo hay que estar cabeza arriba y prepararnos para la temporada que viene”, sostuvo con la derrota consumada.

Ya había pasado el desencanto. Diego Pablo Simeone lucía igual que en la tarde de la victoria. Entero, firme, con el gesto duro y la seguridad de haber hecho las cosas con convicción. Ganar o perder es una circunstancia. Para él, lo importante es levantar la cabeza siempre y estar preparado para el combate que viene.

HERNAN-en-el-Estadio-Malvinas-Argentinas[1]

 

Hernán O’Donnell