Gonzalo Bueno, a la hora de hacer realidad todos sus sueños

Fue un triunfo encantador. Luchado, sufrido, bien jugado y a punto de perderse. Una victoria que durará toda la vida, porque Gonzalo Bueno siempre recordará esta final que le ganó a Dmitry Popko por 6-4, 2-6 y 7-6, tras dos horas y cuarenta minutos de juego, para llevarse el Challenger AAT de TCA 1 2024. Un logro que celebró emocionado, incrédulo, eufórico.

Fue una larga batalla que durante varios lapsos lo tuvo como absoluto dominador. Y, sin embargo, cada vez que parecía que el peruano tomaba las riendas del partido, surgía el kazajo para darle batalla, para acosarlo, y hasta para hacerle sentir muy cerca la derrota. Pero siempre salió a flote el joven de Trujillo, quien con 19 años alza un título que llena de alegría a Perú, más allá de que hace dos años reside en la Argentina.

Crédito: Omar Rasjido/Prensa AAT

El comienzo del peruano fue muy bueno. Como si le hiciera honor a su apellido, le agregó un tenis superlativo, consistente, quebró dos veces al kazajo, y se puso adelante 4-1 con su servicio. Todo un estímulo para arrancar la final. Incluso, estaba 30-15 con el saque a favor. Pero allí surgió la experiencia de Popko, le quebró el jugo para mantener y achicar a 3-4.

Luego, el partido siguió por los carriles esperables. Bueno sacó y se adelantó 5-3, descontó el europeo para achicar a 5-4, y sirvió el trujillano para llevarse la primera manga por 6-4.

En el segundo set, Gonzalo se fue del partido. Arrancó 0-2 abajo, esbozó una recuperación para llegar a igualar 2-2, y luego entró en una laguna. En un abrir y cerrar de ojos, Popko ganó cuatro juegos seguidos y se llevó la segunda manga por 2-6.

Crédito: Omar Rasjido/ Prensa AAT

Bueno se reacomodó en el tercer set, y otra vez empezó muy bien, tal como lo había realizado en la primera manga. Quebró el saque de su oponente, mantuvo el suyo, y volvió a quebrar para irse al descanso con un optimista 3-0 arriba. Pero volvieron a surgir las dudas, el apuro y las ganas de resolver los puntos antes de tiempo, amén del coraje y la garra que puso el kazajo para quebrar el servicio y achicar a 3-1.

Con el apoyo de su equipo, Gonzalo retomó el protagonismo, empujó a Popko hacia su base y le quebró para quedar, ¡otra vez! 4-1 adelante con su saque. No pudo. Quebró Popko, y tras mantener su servicio, achicó la distancia a 4-3 para el peruano.

En ese momento, aparecieron los primeros nubarrones de la tarde de Buenos Aires. Gonzalo Bueno, que había estado 4-1 adelante con su servicio, volvió a ser quebrado en el saque y el match quedó igualado 4-4, ahora con el saque para Dmitry Popko. Allí le tiró toda la experiencia y ganó con solidez los cuatro puntos de su saque para colocarse 5-4 arriba en el marcador.

El game siguiente fu muy complicado y traumático. Quedaron 30 iguales, con el kazajo a dos puntos de ganar el partido. Allí surgió el temple de Bueno, se puso 40-30 y, en el mejor punto del partido, con un revés cruzado lo pasó al kazajo que se venía y logró poner el set 5-5.

En la zona de fuego, la fuerza de Popko lo adelantó ràpido por 6-5. Y se vino un game tremendo, lleno de nervios, donde el peruano se puso 40-30, perdió dos puntos seguidos y estuvo match point abajo.

Crédito: Omar Rasjido /Prensa AAT

Tuvo un segundo punto de partido Popko, pero lo desaprovechó con un tiro largo, luego falló una bola ancha y Bueno se llevó un juego crucial. 6-6, y a los penales del tie break.

“La vida en cada bola”, le pidió el entrenador a Bueno. Hubo nervios y saques perdidos, hasta cambiar de lado con una igualdad de 3-3.

Luego, quedaron 4-4. Y llegó otra bola clave del partido, cuando Popko, con su servicio tiró largo un drive y Bueno lo celebró con un grito de guerra que asemejaba la llegada de la gloria. Gonzalo tenía dos saques para hacer valer esa ventaja de 5-4. Y lo resolvió con autoridad.

Falló Dmitry Popko, en una pelota ancha que lo dejó al borde del precipicio. Bueno quedaba arriba en el tie break por 6-4, y con su saque. En este deporte, donde los errores pesan, y a veces se gana por que el otro pierde, un nuevo error de Popko, con una pelota larga, le dio el triunfo a Gonzalo Bueno.

El grito, esta vez, fue más fuerte, más descarnado y con una zambullida de espaldas al piso, para cerrar los ojos y dejar que el sol lo abrace y lo ilumine, por el enorme futuro que a Gonzalo Bueno lo espera en este deporte.

Hernán O’Donnell