Cada convocatoria, una discusión interminable

Sucede desde hace tiempo. Tal vez, desde que la selección argentina se puso los pantalones largos, ideó un proyecto y lo ejecutó con paciencia y sabiduría. Hablamos desde los días en que “El Flaco” César Menotti asumió la conducción del seleccionado y le dio un programa serio de desarrollo. Allí, la gente se hizo más “hincha” del equipo argentino. Se identificó más y se involucró con su tarea. Siguió al equipo. Y también surgieron las polémicas; por los que estaban y por los que no estaban. Hasta entonces, hubo momentos llenos de sobresaltos y hasta se evitaba, en algunos casos, ir al combinado nacional.

En aquellos días, la controversia giraba por si se incluía jugadores de Boca o no; por ejemplo, se reclamaba a Vicente Pernía, a Roberto Mouzo, a Ernesto Mastrángelo…y se criticaban a futbolistas que hicieron un largo camino en aquel ciclo: Jorge Carrascosa, Osvaldo Ardiles, Jorge Olguín. También se pidió a los gritos, a pocos meses de la Copa del Mundo de la FIFA-Argentina 1978 la convocatoria de Norberto Alonso y Ubaldo Fillol, que fueron citados.

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Y así siguió la historia. En cada llamado, una polémica. Y los ausentes, siempre los mejores calificados. Le pasó después a Carlos Bilardo: tuvo pedidos hasta del Presidente de la Nación de aquellos años previo a la Copa del Mundo de la FIFA-Italia 1990, para convocar a Ramón Ángel Díaz. La historia es conocida; por sus diferencias con Maradona, el”Pelado” nunca fue llamado.

Y el reclamo por Riquelme a Bielsa, la decisión de Pekerman de no poner a Leo Messi en el partido crucial ante Alemania en el Mundial del 2006, la inclusión asombrosa de Ariel Garcé en la lista de Maradona para la Copa del Mundo de la FIFA-Sudáfrica 2010, la ausencia de Carlos Tévez durante muchos años…

Ahora será Mauro Icardi. Por que no está. Aunque tiene nivel indudable para ser llamado, está claro que en ese puesto el entrenador cuenta con Gonzalo Higuaín, Sergio Agüero, Paulo Dybala, Lucas Pratto y hasta Lucas Alario. Los tres primeros, por jerarquía, están, por lo menos, al nivel de Icardi. Después, valen los gustos del entrenador. Son los que definen quien sí y quien no.

La discusión será interminable. Que Lavezzi sí, que Lavezzi, no. Que jueguen los de “acá”; no mejor, los de “allá”…Desde que el público le tomó un interés mayor a la selección, la polémica se incorporó para quedarse. También con esto deberá convivir el “Patón” Bauza.

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Hernán O’Donnell